Quiero una vida
Quiero una vida
Por: Lucy A M
Capitulo 1

Mi nombre es Alexandra Makris, me considero una chica sencilla, a pesar de mi situación.

Cuando tenía 10 años, mi madre estaba en una depresión tan profunda, que casi me lleva a la muerte, trato de suicidarse conmigo y mis 2 hermanos, ellos eran gemelos, tenían solo 4 años.

¿Qué la llevo a ello? El peso de ser la primera heredera de la familia más rica y poderosa del país. Siempre la vi triste, nunca se hiso cargo de la familia, para mi suerte, la habían casado con el hijo de otro magnate millonario, él era fuera de todo lo común, a pesar de haber nacido en cuna de oro, siempre fue humilde y atento, o era lo que yo veía, según mi madre, él era un hombre frio, sin corazón, que solo la lastimaba, aun así nos tuvieron a los 3, pero cuando mis hermanos nacieron, su locura se apodero por completo de ella.

No habían pasado ni 3 días de que ellos habían nacido y la tuvieron que internar, se había tratado de matar. El día que se trató de suicidar con nosotros en su auto, se había arrancado, se escabullo en la noche, ya había dejado a mis hermanos en el auto, a mí solo me agarro del brazo y me llevo a tirones.

Cuando las empleadas se dieron cuenta de lo que estaba pasando, era muy tarde, ella ya había arrancado, no sé en qué momento nos alcanzaron, solo sé que mi madre acelero en una curva, de ahí en adelante, no tengo recuerdos, solo que una semana después, desperté llena de vendajes y cables, mis hermanos muertos y mi madre en una habitación de un psiquiátrico recuperándose.

Desde entonces, solo ven a la hija de la loca.

Estuve más de un año en casa, recuperándome, y con miedo a salir, sobre todo de entrar en un auto, era tal el miedo que tenía, que había días que no salía de me habitación.

Un día, de la nada, me di cuenta que estaba afuera de la casa, caminando sin rumbo. Solo me di cuenta lo que había hecho porque mi padre me siguió. Fue como despertar de un trance, llorando le suplique a mi padre que nos fuéramos de esa casa, que cambiáramos de lugar, era muy difícil vivir ahí, cada noche escuchaba a mi madre abrir la puerta, y a mis hermanos llorando de miedo.

Creo que el también necesitaba ese cambio, pero como estaba todo a nombre de mi madre, solo ella podía vender.

Compró un departamento amplio en la ciudad. Pasaba casi todo el tiempo sola, asique comencé a ir a la escuela.

Pensé que podía ser distinta, ya no quería quedarme callada con nada, ni con nadie, asiqué mi actitud con los demás, eso sí no fue un cambio completo, solo con mi padre y la gente que trabajaba en la casa no había cambiado.

Mi padre se enteró de algunos altercados en la escuela, resulta que varias de las chicas que ya me odiaban, ahora me odiaban más, ya no me quedaba callada y le di una cachetada, ella exageró cuando llegaron los profesores, y solo para no molestar a mi padre, el director le conto en modo de conversación en una cena.

Siempre odie la forma en que los demás me miraban, ojos prejuiciosos, maliciosos, llenos de odio, lo peor de eso, es que ninguno se había dado el tiempo de conocerme. Hay veces que odio mi vida, tanto que me dan ganas de desaparecer, que todo lo que conozco se esfume.

Al cumplir los 17, como no tenía amigos salí sola, había una fiesta en un bar, era de algunos alumnos de la misma escuela a la que iba, me sentía tan bien, hacia cosas a escondidas de mi padre, o era lo que yo creía, comencé a beber, en la casa había de sobra, asique no tenía que salir a comprar.

Esa noche en el bar fueron mis compañeros, entre ellos un chico muy lindo, alto de cabello negro, tenía la típica faceta de chico malo, nos miramos durante toda la noche, habían muchas cosas que quería hacer, hacerle, pero me di cuenta que era el chico de Alison, mi querida compañera, ya era tanto por lo que me había hecho pasar en la escuela, que en ese momento a pesar de que lo pensé, no me importo hacer lo que fuera, asique solo me insinué con la mirada, el alcohol hace sus efectos en mi como nunca antes me había dado cuenta, sus manos torpemente quisieron recorrer mi cuerpo, su boca a querer encontrarse con la mía, y creo que lo único que pensé fue “no me importa perder mi virginidad así” asique simplemente lo intenté, mi primea vez en un baño de un bar, ni si quiera sabia como se llamaba.

Una experiencia horrible, el chico estaba muy ebrio, su olor era demasiado fuerte como para poder soportarlo, solo me termino dando asco, y ese fue el momento perfecto para reflexionar, mientras él se trataba de acomodar, no sé cómo, me di vuelta, y salí de ahí.

Ya en la puerta veo que Alison lloraba en los brazos de una de sus amigas, creo que nos vio en el baño, pero no se quedó para ver toda la escena de vergüenza de su novio.

Algo alcance a escuchar de su conversación entre lágrimas – espera que me entere quien es esa zorra, como se atreve a hacer eso – decía entre sollozos. Pase por su lado, y no sé si solo me ignoró o no sabía que era yo, solo camine y me fui.

Al día siguiente me di cuenta que no estaba bien, no podía creer que lo había hecho solo por molestar a Alison, me reía de lo que había pasado, pero a la vez me di cuenta, de que fue un gran error, como pude me levante y fui a la escuela, esperando lo que ella fuera a decir, pero no apareció durante todo el día, en toda una semana fue a la escuela.

Nada cambiaba en ese lugar y tope fondo con todo lo que hablaban de mí, solo de lo único que no hablaban era de que me habían visto con ese chico, supe que Alison buscaba a la chica con la que su novio la había engañado, ahí me di cuenta de que en ningún momento me vio, ellas solo sabían que existía por ser compañeras, pero creo que nunca se dieron cuenta que fuera de la escuela no me veía igual. Y así pasaron varias semanas.

Mi padre al no pasar en casa solo me quedaba llamarlo, o que el me llamara para saber cómo estábamos, ese día a penas salía de la escuela, recibí su llamada- Hola papá, como estas.- le digo con una gran sonrisa, sabía que no me veía pero aun así me alegraba, más que nada porque estaba a punto de hacer otra estupidez- hija, bien, cuéntame, como te ha ido estos días, he llegado muy tarde y casi no te he visto.- papá… sé que no he sido la mejor hija, pero tampoco estoy muy bien- dime que te pasa, no me asustes- quiero que me cambies de escuela, sé que esta es la mejor, pero no aguanto a estos idiotas- ¿Qué paso ahora?- dice con un suspiro pesado- acá todos saben quién soy, y desde que volví a la escuela todos me tratan como loca, la hija de la loca, si ya antes solo me hablaban por ser quien soy, ahora el trato es peor… me canse de eso papá, ya no lo quiero-. ¿te parece que lo veamos esta noche en la cena? Su tono ya es de pena, sabe cómo me siento - ¿seguro que podrás llegar? – si se trata de ti hija, sabes que si – gracias papá-

Al llegar a al departamento me pongo a buscar por internet algunas escuelas, ya que le había dicho a mi padre sin pensarlo, asique busque buenas escuelas, pero que no fueran del mismo tipo de la que ya estaba, el problema fue que la mayoría de las escuelas buenas estaban bajo el amparo de nuestras empresas, volví a buscar, y solo encontré algunas, pero ninguna estaba dentro de la cuidad, estaban tan lejos que me emocionó poder tener la opción de empezar en un lugar donde no me conocieran, donde no me miraran como la hija de la loca.

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo