Realmente eres tú

Alicia no ha llegado, así que continuamos esperando, Jacob aprovecha para besarme y acariciarme todo el tiempo. Una de las chicas se acerca a nosotros y le dice algo al oído, él ríe y yo siento que mi vientre se contrae y me dan ganas de arrancarle la cabeza a la chica.

— Hermosa, vuelvo en un segundo, voy a hacerme unas fotos con las chicas — me dice.

No comprendo porque desean hacerse fotos con él. Imagino que es porque es muy guapo, pero viene conmigo, no está solo.

Él se levanta, se hace varias fotos con las chicas, se ríen y hablan entre ellos, no alcanzo a comprender lo que dicen y me molesta sobremanera no saberlo, me siento apartada y creo que ellas quieren acapararlo.

 Pero que barbaridades estoy pensando esta noche.

— Listo — Me da un leve beso cuando vuelve. Uno de los chicos le presta una guitarra, y Jacob comienza a tocar una melodía lenta, me mira y sonríe.

— Tal vez el destino ha creado esta melodía para ti y para mí Miranda — me susurra antes de empezar a cantar con su profunda voz.

"Llevo tanto tiempo corriendo

Corriendo detrás de cosas sin sentido

Que tal vez hoy este loco,

Loco, pero quizás no perdido

Por querer conocerte

Por querer arriesgarme

Tal vez te encuentre y me encuentre

O puedo dañarte y perderme"

Sus palabras son un poco tristes y pareciera que está repitiendo nuestra conversación, así que creo que acaba de inventarlas, además jamás había escuchado esa canción, no me suena de nada.

Todos están concentrados escuchándolo y yo vuelvo a tener esa sensación de vacío, de tristeza, este sentimiento es tan nuevo para mí que me duele, a veces siento que no me permito sentir más allá de lo que  los otros esperan que sienta. 

Cuando no logro comprender lo que siento o desconozco el motivo por el cual lo siento, me vuelvo ansiosa y me estreso demasiado, así que me pongo de pie y dejo a Jacob con el grupo y camino hacia la otra punta de la cala.

— ¿Qué piensas? — Me dice Jacob sentándose a mi lado. Sigo escuchando la música de fondo. Las olas mojan mis pies. Siento inmediatamente la electricidad entre los dos.

— En mis amigos — le miento, pasa su mano por mi cara y me siento húmeda de inmediato.

— ¿No van a venir? — Me pregunta Jacob mientras suelta mi cara y empieza a coger arena y dejarla pasar por entre su mano derecha.

— No sé, llegaran más tarde, supongo — nos quedamos en silencio observando el mar y disfrutando de la brisa, refresca bastante y yo empiezo a sentir frio

— Ven — me dice mientras extiende su brazo izquierdo hacia mí — No tengo un blazer como en los filmes, pero puedo darte un poco de calor, está refrescando.

— No, tranquilo — su ofrecimiento me pone nerviosa, pasan algunos minutos y el frío aumenta, me froto los brazos, tengo un vestido de verano suelto y de tiras que no protege para nada.

— ¿Quieres mi camiseta? — Lo intenta de nuevo y empieza a levantarla para quitársela.

— No, no, no — Le digo rápidamente y cierro mis ojos – Estoy bien.

— No lo estás — Vuelve a acercarse a mí y termino por aceptar que me pase el brazo por encima de mis hombros, estoy tan tensa que Jacob se ríe — Relájate y apoya tu cabeza en mi hombro, dale, no muerdo — Me río también y reposo mi cabeza en su hombro, empiezo a sentir sueño, me gusta su olor y la sensación que me produce.

— Eres bastante esquiva, Miranda — me dice mientras deposita su mentón sobre mi cabeza, se siente tan natural estar así, que me asusta — Es extraño como me siento contigo, como si te conociera de toda la vida  — Yo siento lo mismo, de verdad es sorprendente.

— A veces creas más fácilmente momentos de intimidad con extraños que con la gente que conoces — le digo, creo que leí eso en una revista o alguien en mi trabajo me lo dijo.

— Eso es verdad — me dice y deposita un beso sobre mi cabeza, de lejos escuchamos el sonido rasgado de la guitarra y el susurro de las voces — Puedo decir que este momento contigo, es uno de los más perfectos que he vivido hasta ahora — se queda en silencio y yo no me atrevo a responderle porque pienso lo mismo — Y eso asusta — termina tiempo después su frase.

Por un momento no hablamos más y yo sigo lanzando piedras al mar, mientras él comienza a acariciar mi brazo con su mano.

— ¿Vives aquí Miranda? — me pregunta, yo me siento muy calentita en esta posición así que no me muevo y comienzo a responderle.

— No, vivo en Madrid, pero mis padres tienen un apartamento acá donde pasamos las vacaciones o fines de semana largos ¿Y tú? — le pregunto, creo que él piensa lo mismo porque no cambia de posición.

— Yo vivo en los Estados Unidos — hace una pausa — vine por trabajo

— ¿En serio? — Me levanto un poco y me giro a mirarlo, ya me gustaría a mí irme a una playa por trabajo, voy a preguntarle a que se dedica, cuando vuelve a acercarme hacia él.N

— No quiero hablar de eso — me corta inmediatamente — ¿tienes hermanos?

— Vale, yo te respondo, pero tú harás lo mismo — le digo — el único tema prohibido será el trabajo.

— De acuerdo — Sonríe.

Ali finalmente no llegó y nosotros dos nos acurrucamos el uno contra el otro para evitar el frío, besándonos y hablando de nuestras vidas, nuestros deseos, de la familia, de las cosas que nos gustan, de los países que conocemos, los sueños y anhelos truncados, de cómo nos sentimos en la actualidad y de lo que esperamos de la vida y no hablamos de trabajo, para nada.

Las horas fueron pasando y vimos el sol empezar a salir. Los chicos de la playa se fueron y los dos nos quedamos solos, por un momento dejamos de hablar y así sin advertirlo o esperarlo, Jacob me miró.

— Quiero besarte, pero de verdad — y me beso, pero esta vez fue diferente, lento al principio y luego se volvió posesivo, necesitado. Yo sentí la fuerza de su beso, mis pezones se pusieron erectos, Jacob me hizo recostar en la arena y continuó besándome, bajó por mi cuello, con una de sus manos empezó a levantar mi camiseta, las olas humedecieron nuestra ropa, pero yo me sentí mucho más mojada en mi interior. Jacob levantó su cara y bajó lentamente un dedo por mi cuello, mientras me miró con intensidad.

— Realmente eres tú — volvió a besarme — Todo lo que necesito — y profundizó el beso, nos desesperamos, empezamos a tocarnos, a sentirnos, mi vientre palpitaba y el vacío que había sentido comenzó a llenarse, tomo mi nuca con su mano derecha y puso su frente contra la mía – creo que de verdad podemos hacernos daño Miranda.

Sus palabras me hicen reaccionar y me puse de pie inmediatamente, no puedo creer lo que acabo de hacer, soy la peor persona del mundo, él se pone de pie igualmente e intenta detenerme, yo lo miro a los ojos, verdes claros, como un lago cristalino, hace mucho tiempo se quitó la gorra y su cabello castaño claro, con algunos mechones dorados está algo húmedo, es tan hermoso, que yo no entiendo como había pasado toda la noche hablando conmigo y ha dejado abandonada a una chica, tal vez hermosísima y viene y me besa a mí, eso no es normal.

Tampoco comprendo como he podido engañar a la persona que más me ama en el mundo.

— Jacob — le digo — Tal vez el destino quiera evitar que nos hagamos daño y yo estoy segura que no soy lo que necesitas – le muestro mi mano izquierda — Por si no lo habías notado, estoy prometida a alguien y voy a casarme en 6 meses — él, mira mi anillo y frunce el ceño — Lo siento — lo miro y limpio una traviesa lágrima que se escapa de mis ojos.

— No estoy acostumbrada a hacer esto, no soy una persona que engañe — Me inclino y beso su mejilla, él continúa de pie sin decir absolutamente nada, solo me mira — Que tengas una linda vida Jacob y que puedas encontrar todo lo que necesitas — Lo miro por última vez y me alejo, vuelvo a sentir el vacío y la tristeza, cuando comienzo a subir las escaleras me giro porque siento la necesidad de verlo por última vez. Sigue de pie, en la misma posición mirando al mar y yo siento que en solo una noche, alcanzamos a hacernos mucho daño.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo