CAPITULO 5

Mientras Alana pensaba en ¿Cómo cumplir sus objetivos?  Lo que mas deseaba era poder cumplir el que más anhelaba ¿ Qué Adriano Lombardo  volviera amar?  Sera posible que logre conquistar su sueño de amor con él.  Pero también desde lo mas profundo de su corazón  anhelaba justicia para su hermana muerte. 

Desde el fondo de su corazón ella, sabia que  alguien  la había asesinado. El collar era la prueba de ese delito que no se pudo comprobar. Y ella estaba dispuesta a probarlo no le importaba el tiempo que le tomara aquello.  Necesitaba llegar al fondo de la verdad. Y para eso era convertirse en la esposa de Adriano Lombardo  puesto él estaba cerca, bien o  mal de la mujer que pudo traer a su amante en las garras de su hermana.  Tenia que enfrentar ese pasado aunque no le gustara.

…..

Un mes después

Adriano Lombardo   observaba a su nueva esposa. Desde aquél encuentro que tuvieron para acordar su matrimonio,  no  la busco  mas. Puesto él tenia que atender cosas de la empresa en Madrid.  Desde que converso con su padre que traería a su esposa a la Mansión familiar este le dijo que primero vivieran juntos para conocerse y compartir.

Antes de que la metiera en ese mundo, tan distinto al que ha estado rodeada. Desde la conversación con su  padre no ha querido pensar en nada más.  Es cierto que no deseaba casarse, pero la fragilidad de la salud de su padre hizo que tomara esta decisión. Sentía que había perdido demasiado tiempo en cosas sin sentido.  No pudo ver el dolor de su padre que era él mismo o más que él.

Ahora tenia enfrente a la mujer con la que se casó, no sabía cómo reaccionar ante ella.  En realidad no era tan atractiva y como siempre su aspecto dejaba mucho que desear  El cabello estaba amarrado en una coleta, que dejaba apenas unos cabellos fuera del moño, ocasionando que su rostro este cubierto. Bajo un poco mas la mirada encontrándose  la ropa que estaba usando – No sabia si llorar o reír de lo absurda que se veía.  Parecía mas mi abuela que mi mujer.  ¿Quizás era  por  la manera que fue criada?

De todas maneras no me debe importar como este vestida,  ella solo me debe servir para un fin. También me sorprendió que no se molestara por la Luna de miel,  existen mujeres que solo piensan en eso,  se daba cuenta que aún tenia muchas cosas por conocer de su esposa.

Después que la vio interactuar con la gente del pueblo donde estaba su rancho se dio cuenta que esta es querida por la genta,  por lo amable y bondadose que es.  A pesar de todo  habían cosas que le gustaba de su esposa.

La boda fue de lo mas sencilla solo asistió la familia de su esposa y el novio de su hermana,  todos estaban contentos por ella.  Su familia lo único que le pidió fue que la cuidara y respetara.  Se lo prometió a su familia sin saber porque lo hizo.

¿Qué sucede? - le preguntó al verla nerviosa.

No, nada- le contesto.

Me di cuenta que tu  pusiste tus exigencias y condiciones a este matrimonio pero  yo no hice las mias.

Me imagino cuales son ¡Un heredero y  que no te moleste!  No es cierto.

No es solo eso.

¿Entónces?

Una de las condiciones es que nunca me mientas. Si los llegas hacer tendrás serios problemas conmigo.

No lo pienso hacer, lo mismo deseo para mi.

¿De acuerdo?

Aunque de todas maneras sabría que me mientes .

¿Cómo?

Este se acerco a ella para sentarla en su regazó, Alana se avergonzó por la manera en que su ahora marido estaba controlándola.

¿Quieres saber porque se como me estas diciendo mentira?

¡Sí!

Simple has estado nerviosa , mueves mucho tus  manos y  tus ojos te delatan  . ¿Qué has estado pensando?

Simple, ¿ Terminaste con tu amante?

Adriano se descoloco por la pregunta de su pequeña diabla, nunca pensó que esta supiera de su amante,  ¿La cual fue un grano en el culo  porque no quiso romper pensando que ella seria la escogida para madre de sus hijos?  La verdad no estaba tan loco para meter otra arpía en su vida, ni otra Paula que trate de engañarlo con el primero que pase. Había aprendido la lección y por nada del mundo cometería la locura de volver a su amante su esposa.

-Olvidate de ella,  ya no significa nada-  dijo este.  Te prometí que no  habría mas.

-Espero que cumplas tu palabra.

Adriano se quedo mirando a su esposa le agarró un mechón de su cabello , observándola

Me estas retando-  le dijo este.

¿Qué , no puedo hacerlo?  - dijo ella mirándolo  enojada-

Adriano no sabía porque sintió tanto placer, verla enojada- Este coloco su mano en su mejilla, se dio cuenta de lo suave y tersa que era la piel de su esposa. Se pregunto si así mismo era lo demás. Maldijo por dentro, al darse cuenta de donde lo estaba llevando sus pensamientos. Fue entonces que se dio cuenta de que podía seducir a su esposa a su antojo y lograr lo que deseaba de ella. Quería saber hasta donde podría llegar ella, con un hombre como él.

-En realidad, usted puede llegar a ser un cínico irresistible- dijo ella.

-Tienes una lengua muy afilada.

-Esta equivocado, si usted piensa que puede dominar mis pensamientos y mi manera de ser- se quejó enojada.

-En primer lugar,  yo  nunca he dicho que no puedes pensar.

-Pues no pareciera, solo quiere que  usted  dispone y yo obedezca.

-Lo que  yo  haya hecho  antes de casarnos no debe importar en estos momentos, tampoco es que quiera dominar tus pensamientos.

- Creo que nunca vamos a estar de acuerdo en algo, porque usted es el que decide y  yo tengo que obedecerlo ,  No es así.

-¿Digamos pequeña diabla? Sonrio burlamente  lleno de sastifación al ver la expresión de su mujer cuando este la agarro de sus caderas para mas arriba de su miembro, esta se iba a quejar cuando sintió algo duro y enorme a través de ella.  Esta abrió los  ojos.

-Señor,  usted  Lombardo. . lo señalo con el dedo.  Este se lo mordió. 

-Esto me recuerda  una cosa…. Que de ahora en adelante me llames ¡ADRIANO!

Adriano sintió las firmes nalgas de su esposa presionando contra sus caderas y su miembro no pudo evitar reaccionar ante ella,  la volteo  he hizo que lo mirará a través de sus ojos esmeraldas  y aproximo su cuerpo hacia su pecho quedando la cara a unos metros de él…

¿Qué estás haciendo? Preguntó. Dijiste que no me forzarías.

¡Maldición! Nunca he forzado a una mujer.  Sonrió con malicia. Dije que no te forzaría y  en eso quedamos  pero  jamás  dijiste que no  podía besarte.

Pero….

Adriano la cayó con un apasionado beso, este se dio cuenta que ella no sabía besar. Y por algún motivo, eso le agrado, la mordió suavemente para que abriera la boca para introducir su lenga en ella, devorarla como  nadie lo  ha hecho antes.

Alana deslizo sus manos hacia el pecho de Adriano sorprendida por el ataque y el placer de sus labios. Esta no sabia que los besos eran hacía, sentía como él dominaba sus labios y boca hasta que la hiciera suya de mil maneras.

Para ella que nunca había sido besada de esa manera tan dominante y tan así. Solo tuvo un novio pero era todo lo contrario ha Adriano.  El solo roce de sus labios comenzó lentamente hasta que Adriano se volvió demandante, ella solo pudo sentir la fragancia de masculinidad que  brotaba de la piel de su esposo. Perdiéndose en aquellos labios, que le sabían delicioso.  Este la obligó abrir más sus labios para que este jugara con su lengua a su antojo. El beso era tan ardiente que sintió que algo le bajaba por sus piernas, haciéndola estremecer de placer.

Adriano alcanzó a sentir la calidez de su esposa  y  para su sorpresa una llama de deseo ardiente  lo inundó. Dandosé cuenta que deseaba mucho mas de su mujer.  Era dulce, sabrosa, sabía a canela con miel. No quería separarse de sus labios pero sentía que el aire se les iba.

La soltó, levemente cuando vio su sumisión este decidió volver a profundizar el beso nuevamente. Jamás imagino que aquella mujer que parecía una mojiga, sosa y hasta poco agraciada con un beso  había logrado que su miembro  la deseara. Sentía que  los pantalones en cualquier momento se le rompería, sin poder evitarlo tuvo una erección.

Este profundizo aún mas los besos que se estaba dando con ella,  olvidando que tenia una enorme erección que deseaba  salir para darle placer a su mujer. Alana se dio cuenta de la erección de su marido y se alarmo, porque no deseaba aquello todavía.

Adriano deseaba mucho más, no resistió saber como eran sus senos. Que eran ocultados por la m*****a ropa que estaba usando. Decidió ingresar su mano hasta sus senos para bajárselos, cuando Alana se dio cuenta de sus intenciones.

-¿¡Basta!- dijo ella…liberándose de él.  Usted.

-¿Maldita sea?- pensó irritado.

-Este se rio  nuevamente.

-Dijo que no me forzaría.- susurro.

-Pero jamás hablamos de que no podía besarte y mucho menos seducirte.- este la miro cínicamente sonriendo.  Así que mi amada esposa. Eso no estaba en las condiciones.

Alana se dio cuenta que había caído en la trampa de su marido, porque era cierto nunca hablaron de los besos o que este pudiera seducirla…dejándola deslocada.

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