Capítulo 1:La hermosura que vi en ti

*Alejandra*

Jurar en vano está mal. Siempre y cuando haya alguien a quien dañar. Tal parece que ya mis fuerzas de luchar han desaparecido, así como mis ganas de llorar.

Acostumbrarse al hecho de no poder gritar, llorar, incluso de querer acabar con tu vida. Puede comerte lentamente al punto de ya no sentir más.

Simplemente me cansé de suplicar, de luchar por algo que ya no tiene un final. Unos hermosos ojos verdes me observan atentamente en busca de alguna objeción de mi parte, la cual nunca llegará. No ahora, no delante de él.

-Si por un momento dejaras de quejarte, quizá te dejarías llevar por mis caricias. Pero veo que lo mejor que has hecho todo este tiempo es llorar y suplicar.

Lentamente abandona la cama. Su lejanía me hace tan bien que soy capaz de mirar a sus ojos. Perderse en ellos es fácil. Siempre es lo mismo. Su trato como si no fuera de su misma especie. Y disculpen que utilice palabras muy científicas. Es que mi cabeza anda dando más vueltas que un trompo en plena jugada.

Malditos los que lo hicieron enojar... aunque más estúpida yo, que le hablé para pedirle una araña de mascota.

¡Sí, una araña!

Algunos programas de TV dicen que cualquier especie puede ser un gran amigo. Una araña de mascota descabellado quizás...

-Lo siento...

Sí, esta soy yo... La que pide disculpas cuando no las tiene que pedir; la que es masoquista con su secuestrador; y, para culminar con la presentación: a la que le gusta su secuestrador.

-¡Me estoy hartando ya de tu maldito "lo siento"!

Y yo me estoy hartando de mi m*****a actitud cada vez que él está cerca y decide tomarme a la fuerza; pero no lo vivo diciendo.

-Vamos, deja lo floja.

Kyle quita las sabanas que cubren mi cuerpo de un jalón, estoy tan cansada que no haga más que taparme el rostro con la almohada sin importar que el resto de mi cuerpo esté expuesto ante él.

-No me siento bien, Kyle. No estoy mintiendo... -digo, antes de que comience a gritarme en una de sus arrancadas de locura-. ¿Me compras la tarántula?

Posiblemente ya estoy perdiendo la cabeza. O quizás aún no me he dado el golpe necesario para despertar ante lo que estoy viviendo desde los 16 años.

-No. No correré el riesgo de que la dejes en mi cama para después agonizar de dolor.

Me encanta que sea inteligente. Pero en serio no quiero la tarántula para eso.

-¡Está bien! No insistiré, pero en serio no me siento bien.

-¡Okey! Sólo sal de mi habitación. Le diré a Amara que te lleve el desayuno a la tuya. Estás pálida, ¿sabes? Tu rostro está perdiendo esa hermosura que vi en ti.

Sin decir más, sale de la habitación azotando la puerta. Con todas las fuerzas que logro reunir, me levanto de la cama en busca de mi ropa, salgo de la habitación ya vestida, y me voy a la mía con sus palabras resonando en mi cabeza: "la hermosura que vi en ti".

-Tal vez así me deje ir...

Mis palabras quedan en el aire, y con ellas, mi agonía.

Quisiera poder cambiar mi vida de alguna manera, creo que ya es tarde para ello, el tiempo se encargó en encerrarme en un abismo sin salida, días, semanas, meses... hasta años.

Todo este tiempo he intentado aceptar cuál es mi realidad: soy de él, le pertenezco desde el día en que decidí no quitarme la vida a cambio de ser totalmente suya.

Tomo una larga ducha y pienso cómo quisiera quedarme para siempre bajo el agua; es como quitar no sólo de la piel sino también de mi alma todo rastro de odio, tristeza, rabia... No sé cómo describir todo lo que siento cuando estoy con Kyle.

El odio puede convertirse en placer y eso más que nadie lo sé: el odio que siento por Kyle se está convirtiendo en un placer que no sólo mi cuerpo siente, sino también mi alma. O también puede ser que se esté convirtiendo en amor...

Es un placer poder vivir cada maldito día junto a él.

¿Pero cómo se puede convertir en amor hacia esa persona que se ha encargado de hace de tu vida un desborde total, con las emociones más obsesivas del mundo? La misma persona que te arrebató esa hermosa forma de ver el mundo...

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