Tomas quería convertirse en la sombra de Camila, la seguía a donde quiera iba, y ya empezaba a incomodarla, ella prometió pagarle el dinero que le había prestado para la reconstrucción de la fundación, pero este no quería aceptar la devolución del dinero.

— ¿Qué sucede? Te noto inquieta.- Dijo David, preocupado.

— ¿Puedes creer que quiero pagar el dinero a Tomás y no quiere recibirlo?

—¡No lo quiere recibir porque te quiere a ti! – dijo David molesto.

— ¿Sabes, no lo había pensado? Pero creo que quiere algo más.

—¡Cuánto dinero le debes!

— ¡150 millones!

— ¡Yo se los voy a pagar, hoy mismo lo busco y se los entrego!

— ¡Yo puedo pagar mis deudas, para eso trabajo!

— De eso estoy seguro mi reina, pero esta deuda es mía, déjame hacer esto por la mujer que amo. Para David esto era personal, le entregaría él mismo el dinero a Tomás,- ¿vamos a ver con que escusas sale este imbécil? - dijo lleno de orgullo.- Tomás no esperaba ver a David en su oficina, prefería ver mejor