Capítulo 1

—¿Qué le parece Ginger Bennet?—sugirió su asistente personal, Mason Ford. Un joven apuesto y organizado, el cual llevaba trabajando para él más de tres años. 

Al principio había sido demasiado difícil poder congeniar por el simple hecho de que se trataba de un hombre, Gil se había acostumbrado tanto al servicio femenino que la presencia de Mason le resulto un tanto incómoda, pero conforme paso el tiempo se dio cuenta de que era muchísimo más eficiente que una mujer, ya que por alguna razón Mason se había dedicado a cumplir y satisfacer cada orden y capricho suyo y por ello, algún tiempo comenzó a creer que era gay, no era posible que un hombre conociera cuál era su postre favorito y tampoco que le gustaba disfrutarlo cada viernes por la tarde como una pequeña recompensa por su esfuerzo en el trabajo, pero aquel pensamiento desapareció cuando escucho rumores respecto a Mason, en los cuales lo involucraban en uma fiesta que había terminado en un trío con dos secretarias. 

—Oh no por favor, cualquiera menos ella, es demasiado caprichosa—revelo Gil recordando las pocas ocasiones en la que había llegado a tratarla. 

Ginger era la típica niña rica hija de papi, por lo que estaba sumamente consentida y mimada, era como ver a una niña en el cuerpo de una adulta por lo que ni siquiera podía pensar en ella como posible candidata a convertirse en su esposa.

—¿Más que usted, señor? —bromeo Mason deslizando la pantalla de su tablet para revisar un perfil diferente, uno de los muchos que había preparado para su jefe cuando este le había pedido realizar un informe de exparejas o posibles parejas, no le había explicado el porqué necesitaba con urgencia ese tipo de información, pero sabia que tenía que ver con un posible ascenso. 

—Mucho peor que yo—admitió Gil jugando con una liga de color beige, solía utilizarla para poder distraerse un poco del estrés cotidiano, pero al menos en esa ocasión no le había servido de mucho, ya que encontrar esposa no parecía ser una tarea fácil, hasta el momento había rechazado más de quince chicas que pertenecían a su círculo social y que por desgracia ya había pasado por su cama o por la de alguno de sus amigos, necesitaba una que cubriera un perfil distinguido para que lograra impresionar a su padre. 

—¿Sofía Campbell?—continuó Mason leyendo el nombre de la siguiente chica. 

—Ni pensarlo, ella ha estado en demasiadas camas como para poder contarlas—expuso Gil rechazándola de inmediato, él tenía la mentalidad de que las personas que no se inclinaban por tener una sola pareja sexual, no estaban interesadas en sentar cabeza, así como él, por lo que era mucho más ventajoso encontrar alguien que deseara una familia. Dirigía su vista hacia la ventanilla del auto, estaban próximos a llegar a la oficina. 

—Tal vez si me dijera que se supone que es lo que esta buscando, tal vez podría reducir la lista y darle perfiles más adecuados a su búsqueda—declaró Mason bajando la Tablet, un tanto frustrado por no poder complacer a su jefe. 

—Realmente ni yo sé que es lo que estoy buscando, solo sé que debe ser el tipo de chica que impresione a mi padre—declaro Gil buscando en su memoria si alguna vez su padre le había mencionado como debia ser su tipo de mujer ideal y aunque su padre no le había exigido como debia ser su futura esposa, él quería que todo saliera perfecto. 

—¿Le esta buscando esposa a su padre, señor?—Mason se atrevió a preguntar. Él no era el tipo de asistente al que le interesara meterse en los asuntos privados de su jefe, pero cuando su trabajo se estancaba por la poca información que este le proporcionaba, no tenía más remedio que hacerlo. 

—Ojalá, buscarle esposa a mi padre sería mucho más sencillo, pero para mi desgracia, en esa lista podría estar la futura madre de mis hijos—declaro Gil con pereza.

Mason abrió los ojos de par en par, sorprendido por lo que había declarado su jefe. Debia ser una broma, aunque realmente nunca había escuchado a su jefe hacer tal cosa y mucho menos refiriéndose a algo tan serio como lo era encontrar esposa, después de todo, tenía una prueba tangible en las manos, una lista con muchos nombres, perfiles de mujeres hermosas y ricas, pero si lo que él buscaba era una mujer que impresionara a su padre seguramente no la encontraría ahí, por supuesto los cuerpos sexis no faltaban, pero ninguna chica con cerebro.

—¿Piensa casarse, señor?—quiso confirmar.

—No me queda de otra si quiero convertirme en el CEO de la empresa— acepto soltando un suspiro, en ese momento el auto se detuvo frente a la entrada del edificio que tenía su apellido en letras plateadas sobre la fachada. Gil esperó un par de segundos mientras el portero abría su puerta para ayudarlo a salir como todos los días.

Mason salió por su cuenta, rodeo el auto y alcanzo a su jefe mientras este caminaba hacia el interior del edificio. Las personas a su alrededor comenzaron a alejarse para evitar obstaculizar el camino de Gilbert, él no solo era el hijo del dueño de aquel lugar, sino que también era el ejecutivo más cruel e inflexible que existía en la empresa, todo el mundo le temía, era exigente y también estricto en cuanto al trabajo, aunque fuera de las oficinas llevaba una vida libertina, le gustaba disfrutar de su sexualidad, pero no gustaba de tener solo una pareja sexual y por ello era su molestia. ¿Por qué debia abstenerse de algo tan natural como lo era el sexo, solo por el matrimonio?

—Necesito que te hagas cargo de este asunto—solícito Gil mientras se situaba frente al ascensor. Mason se apresuró a presionar el botón.

—¿Señor?—pregunto Mason un tanto confundido.

—Encárgate de buscar a la mejor chica de todo New York, debe ser inteligente, elocuente, refinada, pero sobre todo inteligente, aunque no me molestaría que fuese realmente bella, no obstante sé que no voy a conseguir inteligencia y belleza en el mismo cuerpo, pero se vale soñar ¿No?—bromeo. En ese momento las puertas del elevador se abrieron permitiendo la entrada a los usuarios, pero aunque había espacio suficiente para que al menos unas siete personas ingresaran, Gil fue el único que entro, nadie se atrevía a robar ni siquiera un centímetro de su espacio personal, porque las consecuencias podía ser terribles.

—Si la chica es inteligente. ¿No cree que evitara a toda costa meterse con un hombre como usted?—bromeo Mason, pero en aquella broma había un poco de verdad, cualquier chica con cerebro seguramente evitaría a un tipo como Gil, exceptuando el dinero, el buen parecido y la influencias, Gil era lo que solía llamarse un arrogante espanta viejas.

Sabia coquetear, seducir e incluso como llevar a cualquier chica bella a la cama tan solo una hora después de haberla conocido, era fácil impresionar a las chicas hermosas con sus flamantes autos y también con su espectacular departamento, después de ver semejante prospecto, las chicas no solían dejarlo tan fácilmente, por esa razón, era conocido por ser un mujeriego, pero en su lista de conquistas no había ni una sola chica que cumpliera los estándares que ahora pedía.

—Al contrario, Mason, si es inteligente querrá tener un hombre como yo—sonrió confiado un segundo antes de que las puertas se cerraran.

Mason se quedó ahí un segundo más, pensando en donde rayos encontraría una mujer, lo bastante refinada como para saber comportarse en su círculo social, lo bastante hermosa para tentarlo y claro, lo bastante inteligente, sin olvidar la paciencia para poder soportar a un hombre como Gilbert Goldsmith. Miro su tableta electrónica y la alzo para mirar nuevamente la lista, pero no para buscar entre esos nombres a la posible candidata, sino para borrar la lista.

La chica que su jefe buscaba no era una que pudiera encontrar en el banco de un bar o un antro y mucho menos en un círculo social como el suyo donde la mayoría de mujeres solían depender de un hombre, ya fuese su marido o su padre, Gil buscaba una mujer independiente, ágil, quizás igual de ingeniosa que él, pero tal vez la respuesta estaba en una biblioteca o una universidad o tal vez el senado donde ese tipo de mujeres abundaban, sin embargo, el problema era como convencer a una chica así ¿Acaso debia empezar a redactar un contrato para lograr su cometido?

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