Capítulo 1.

ACTUALIDAD.

—Encontré una casa —me dice Cameron—. Lo malo es que la cocina deja mucho que desear.

—¿Tan mal esta? —le pregunto.

—Con suerte entra una persona, creo que con eso te digo mucho.

Rayos.

—¿Y no podemos arreglarla?

—Creo que sí, pero como es muy pequeña a lo mejor tendremos que contratar a alguien para que la amplíe y haga todo lo necesario para que quede bien —responde— ¿Y tú, encontraste algo?

—Sí —le contesto—. De hecho, hace rato fui a ver una, pero no cumple con nuestros estándares.

—Déjame adivinar —se queda callado por unos segundos—. Las habitaciones son demasiado pequeñas.

—Bingo.

—Creo que soy bueno en esto —bromea.

—No te creas mucho —me rio—. Ni que te hubieras ganado la lotería o algo por el estilo.

—Pero así me amas, ¿o me equivoco?

—¿Quieres la verdad o la mentira?

—La mentira.

—Te amo mucho y eres el mejor hermano del mundo.

—Escogí la mentira, no la verdad, debes limpiarte los oídos.

—Debes de hacerlo tú.

—Ya casi se acaba mi descanso...

¿Qué?

—¿Desde cuándo tienes descanso?, mejor dicho, ¿desde cuándo sabes descansar?

—Acabe antes el trabajo, pero voy a adelantar algunas cosas, por eso me estoy tomando un tiempo de tranquilidad antes de seguir.

—Deberías de descansar más seguido, te vendría bien.

—Mira quien lo dice.

—Tanto tú como yo sabemos que si fuera por ti, no dormirías ni comerías si no te lo recordara.

—Como tú digas, mamá.

Otra vez con ese tonto apodo.

—Voy a ignorar el hecho de que me has llamado mamá y mejor dime a que hora llegas al departamento.

—Llego como a las 20:40 —me contesta un poco dudoso— ¿Qué quieres qué compre para cenar?

—Hemos estado comiendo los últimos tres días comida rápida —respondo—. Voy a ir al supermercado, así que aprovecha y dime que quieres comer, se acepta cualquier comida.

—En ese caso... —escucho como se queda pensando—. Quiero hamburguesas con carne rellena de queso, papas y tocino.

—¿Quieres que haga papas fritas o puré de papa?

—Papas fritas.

—Ok —le digo—. Entonces te veo después, está llegando el auto de la compañía de bienes raíces, bye.

—Bye —se despide mi hermano, posteriormente ambos terminamos la llamada telefónica.

—Buenas tardes, lamentamos el retraso —se disculpa la agente de bienes raíces en cuanto baja del auto—. Tuvimos algunos problemas con el tránsito.

—No se preocupe —comento—. No llevo mucho tiempo aquí de todos modos.

—Bueno, lo mejor es empezar —dice el otro agente de bienes raíces abriendo una carpeta—. Según los papeles, le vamos a mostrar esta propiedad a la señorita Acacia Luna, ¿es usted?

—Sí —le respondo.

—Entonces lo mejor es empezar ahora mismo —dice el agente cerrando la carpeta.

—Adelante, por favor —dicen los agentes en cuanto abren la puerta de la casa.

—Como observa, lo primero que verá al entrar será la sala, es muy espaciosa y detrás de esa puerta —señalo la puerta debajo de las escaleras—. Hay un baño muy bien construido.

—Por aquí está la cocina —dice el agente guiándome—. Es muy espaciosa y esta muy bien equipada y tiene varias alacenas. Lo mejor de todo es que jamás se va a resbalar debido al material del piso.

—De este lado de la cocina, se encuentra la lavandería.

—Es muy linda —comento.

—Y eso que no ha visto toda la casa, señorita Luna.

—Sígame, por favor —pide la agente guiándome hacia el segundo piso.

—Al subir las escaleras se encontrará con un pasillo muy espacioso —abre una puerta—. Esta es la habitación principal.

—Es grande.

—Justo lo que la mayoría de los matrimonios busca —dice el agente—. No sé si sea su caso y el de su esposo.

Y aquí vamos de nuevo.

—Creo que se confundió, yo no estoy casada —aclaro.

—Bueno, entonces sería el caso y el de su pareja —dice la agente.

—Disculpen, pero ambos están en un gran error, esto ya me ha pasado antes así que seré lo más breve posible, los que vamos a vivir aquí seríamos mi hermano y yo.

—Oh —dice la agente—. Lo sentimos, siendo sincera, teníamos tanta prisa que solo leímos lo fundamental.

—No sé preocupé, ya nos ha pasado.

—Bueno —dice el agente—. Sigamos.

—La habitación principal cuenta con este gran baño —abre la puerta—. Y también con un gran closet.

—Las otras dos habitaciones también cuentan con closet y baño propio, son casi del mismo tamaño que la habitación principal, no hay mucha diferencia en realidad —dice el agente.

—Lo mejor de todo, es que las tres habitaciones tienen su propio balcón —continúa su compañera.

—Y creo que lo único que nos falta por ver —dice la agente bajando las escaleras—. Es el patio.

La agente abre la puerta escurridiza y deja que contemple el césped verde y las cercas blancas que rodean el lugar.

—Es muy lindo.

—Eso sería todo —dice el agente— ¿Quiere postularse para comprar la propiedad?

—Claro —le contesto— ¿Qué tengo que hacer?

—Solo tiene que poner su firma y poner los nombres de dos personas que la ayudarían en dado caso de que tenga problemas al estar pagando la casa en intereses —dice el agente dándome la carpeta abierta.

—No sabía esto —le digo— ¿Es necesario que ponga a dos personas?

—No tanto, pero es el protocolo, la mayoría de las personas pone a sus padres, aunque terminan pagando la propiedad casi de inmediato —explica la agente.

—Puede poner los nombres de sus padres, aunque ellos no estén al tanto, luego puede cambiar esto después de que empieza a vivir aquí —continúa el agente.

M*****a sea.

—Lo que sucede es que mis padres murieron hace algunos años y no tengo a nadie más para poner aquí.

—Lo sentimos, en ese caso solo firme y dará por terminada su postulación para la compra de esta propiedad —dice la agente.

—Ok —digo firmando el papel—. Aquí tienen —les entrego la carpeta cerrada.

🌙🌙🌙🌙🌙

—Hola.

—Hola —saludo desde la cocina cuando veo que mi hermano entra al departamento—. La cena está lista.

—Que bien —se sienta en la mesa—. Me muero de hambre.

—Eso lo sé —dejo los platos en la mesa—. Por cierto, me postulé para la compra de una casa.

—Eso es bueno —me dice Cameron—. Tengo que salir de viaje, mi vuelo sale mañana temprano.

—¿A qué hora?

—A las cinco, pero voy a estar al pendiente del celular por si me necesitas para cualquier cosa.

—Está bien.

—Gracias por la cena —se levanta de la mesa—. Pero tengo que ir a empacar y dormir un poco, buenas noches.

—Buenas noches.

—¡LA CENA ESTUVO DELICIOSA! —me grita desde su habitación.

—¡Eso lo sé!

De haber sabido que ese sería mi último día normal, lo hubiera aprovechado al máximo.

Lamentablemente no fue así, pero no nos adelantemos y vamos paso por paso.

Esta historia es más complicada de lo que aparenta.

Pero lo verdaderamente interesante es cuando lo conocí a él.

Él fue el culpable de que mi vida cambiara drásticamente.

Él llegó sin previo aviso.

Él se encargó de terminar con cualquier rastro de mi vida normal.

Él es considerado un demonio y un ángel a la vez.

Él es Nicolás.

El lobo que se disfrazó de oveja, pero que un día se hartó y decidió mostrar su verdadera forma.

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