¿Desde cuándo su hogar se había tornado en una mentira?.

Se cuestionó Isabella al entrar a su hogar y sentir que la burbuja de cristal en la que había estado viviendo se hacía añicos en miles de fragmentos. Y en cada fragmento, su vida se reflejaba en esos momentos felices y cálidos que había vivido bajo ese techo.

Pero, así como se mostraban los buenos momentos, también se mostraban las que ahora eran para ella la obvia evidencia que algo había cambiado.

Podía verse en el comedor con su familia después de haber estado pensando toda una tarde en que debería hacer de cena. En lo que le gustaría a James y Jack para que disfrutaran de los alimentos.

Así que, después de haberse agotado mentalmente pensando en varios platillos, se había decidido ir por lo seguro haciendo sus favoritos.

Podía ver a su hijo, él cual se veía muy feliz mientras lo disfrutaba y se deleitaba en cada bocado. Por otra lado, James estaba más pendiente en responder los WeChat que le llegaban y solo jugaba con la comida.

Las cenas con el paso del tiempo se habían vuelto silenciosas y monótonas. Solo el cuerpo de James estaba con ellos, mientras que su alma y pensamientos estaban en otro lugar, y ahora sabía hacia donde corrían.

Isabella sentía como su corazón era oprimido por una gran roca al tener estos recuerdos, a la vez que un nudo difícil de digerir se instalaba en su garganta al llegar a su habitación. En la cual sintió una frialdad proveniente de esta envolverla completamente, haciendo su cuerpo temblar y preguntarse si siempre había sido así de fría, y ella en su ensoñación de mentira la seguía sintiendo cálida.

Sintiendo rechazo en su corazón y unas náuseas precipitarse por su garganta, abandonó la habitación con piernas temblorosas y su tez pálida hasta llegar a la habitación de su hijo, él cual dormía plácidamente ajeno al inmenso dolor que estaba experimentando su madre.

Con pasos apresurados, pero sigilosos para no despertarlo, Isabella se adentro al baño soltando una gran bocanada de líquido color escarlata, al tiempo que sentía su estómago doler y finas gotas de sudor adornaban su espina dorsal y su frente.

Apretando los dientes, aguantó el dolor, para posteriormente limpiarse la boca.

Tenía que ir a comprar el medicamento que le había mandado Adam para calmar el dolor, el cual odiaba de tanto haberlo consumido en el pasado.

Después de haberse lavado salió del baño, llegó hasta el closet de su hijo tomando una pijama que siempre acostumbraba guardar ahí. Ya que en algunas ocasiones cuando su pequeño se enfermaba, se volvía dependiente de ella sin dejarla marcharse, así que terminaba durmiendo con él.

Agradecía que no tendría que levantarse temprano, ya que era fin de semana. Y muy seguramente James no volvería en lo que restaba de madrugada, y quizás tampoco lo haría en todo el día.

Sintiéndose tanto física como emocionalmente cansada se quedó rápidamente dormida mientras

….

── Mmnh ──. Se escuchó un quejido en la tranquila y oscura habitación, simultáneamente que la figura en la cama se removía como señal que pronto despertaría.

Revoloteando sus largas pestañas varias veces, dejó a la vista sus hermosos, empañados y somnolientos ojos color avellana a la vista.

La mirada de Isabella se dirigió a la ventana que estaba cerrada, de la caul provenían algunos murmullos desde el exterior.

Al desviar su mirada y enfocar el reloj se percató que eran más de las diez de la mañana.

Con algo de cansancio y desgana se levantó de la cama, su cuerpo se sentía algo pesado y su piel se veía pálida al mirarse en el espejo. ¡Se veía terrible!.

No podía dejar que su hijo la viera en semejante estado. Además, de ahora en adelante debía ser muy cuidadosa para que su pequeño no se enterará de su enfermedad, al igual que James.

Después de tomar una relajante ducha y estar vestida, bajo para ver a su hijo.

── Buenos días, Sra. Redford ──. Saludo la tía Ivonne con una pequeña sonrisa al verla bajar las escaleras.

El ojo de Isabella tuvo un tic al escuchar el título de señora Redford. ¿Se podía llegar a odiar llevar el apellido de tú esposo?. Se preguntó al mirar uno de los cuadros con la foto de su boda que colgaba en una pared cercana. En la cual James la sostenía de la cintura, mientras besaba su mejilla con una expresión alegre.

Sintiendo un sentimiento agridulce al recordar el segundo día más feliz de su vida y volver a la realidad, una frialdad y disgusto se instaló en sus hermosos ojos claros.

── Tía Ivonne, ¿cuánto tiempo llevamos conociéndonos?. No me hables tan formal, le he dicho que puedes llamarme por mi nombre ──. Musitó con algo de impotencia en su voz.

── Pero…

── No esta en discusión. ¿Dónde está Jack?.

── El joven amo esta en el jardín con la Sra. Levine y la pequeña señorita ──. Informó respetuosamente.

Isabella asintió en reconocimiento, para posteriormente decir: ── prepárame una picada de frutas y algunas botanas para los niños ──. Pidió al empezar a caminar en dirección al jardín con su habitual expresión neutra, la cual se transformó en una cálida al ver a los niños.

── ¡Mamá!/¡Tía! ──. Exclamaron los pequeños al ver llegar a Isabella mientras corrían a su encuentro y la envolvían en un abrazo.

── ¡Ah!. ¡Me van a derribar con lo fuerte qué son! ──. Exclamó Isabella con una sonrisa al dar un paso hacia atrás al recibir el impactó de los niños al abrazarla.

── Perdón mamá ──. Se disculpo Jack mientras la miraba con una sonrisa divertida en sus claros ojos.

── Vuelvan a jugar ──. Les dijo al frotar sus cabellos. Para a los segundos verlos salir corriendo mientras reian sonoramente .

── ¿Por qué no me llamaste?. ¿Cuánto llevas esperando?──. Interrogó Isabella llegando junto a Ava y tomando lugar.

── Es algo raro que duermas hasta tarde, así que no quise perturbar tú sueño ──. Respondió tranquilamente al tomar la taza de té con delicadeza y tomar un sorbo de esta sin desviar la mirada del rostro de su amiga.

── Debes comer algo, ¿cómo es que bajaste de peso tan repentinamente? ──. Indagó mientras le servía una taza de té y le acercaba algunas galletas.

── Son ideas tuyas. Además, la tía Ivonne me esta preparando una picada de frutas, disfruta las galletas ──. Alegó Isabella sin ninguna perturbación en su voz al bajar el rostro.

La aguda mirada de Ava escudriñó atentamente el rostro de Isabella cuando lo volvió alzar. ⪻Algo no esta bien⪼. Pensó frunciendo el ceño. No por nada era su mejor amiga, ella la conocía muy bien.

Pero justo cuando abrió los labios para preguntar que pasaba, la tía Ivonne llegó con una bandeja llena de varios tipos de botanas y la picada de frutas. Después de acomodarlos en la pequeña mesa, se marchó al recibir el agradecimiento de Isabella.

── No pierdas el tiempo y come ──. Demandó Ava seriamente sin dejar de mirarla. Después de unos segundos, movió su mirada a los pequeños revoltosos que habían gritado de alegría al atrapar una mariposa en una red.

── Mami, mami. ¡Mira que linda mariposa! ──. Exclamó con ojos brillantes y emocionados Alexia al llegar corriendo junto a su madre.

── Es muy bonita. Pero no la maltraten, después que la observen, déjenla ir ──. Musito al acariciar la mejilla de su pequeña.

── No te preocupes tía, no le haremos daño ──. Respondió Jackson sin dejar de mirar a Alexia con una gran sonrisa, para después irse nuevamente a jugar.

Ava revisó su móvil al llegarle un mensaje en WeChat, después de responderlo, lo volvió a guardar tomando un sorbo del té, para posteriormente decir: ── tú tez no luce bien, ¿sucede algo? ──. Inquirió mirando atentamente a Isabella.

── No pasa nada, quizás estoy pescando un virus ──. Dijo sin levantar la mirada para que su amiga no notará el remolino de emociones que navegaban en sus ojos.

── Sabes que no te creo nada, ¿verdad? ── siseo levantando una ceja ── suéltalo, ¿qué sucede?.

Isabella dejo el tenedor a un lado, la verdad era que no tenía hambre. Solo había comido algo para no escuchar los regaños de su amiga, a la cual no se le escapaba nada cuando de leerla se trataba.

── Vayamos al estudio ──. Pidió Isabella levantándose de su lugar, no quería que por algún error su hijo las escuchará.

El delgado cuerpo de Ava se levantó siguiéndola sin decir nada.

── Tía Ivonne, por favor cuida de los niños ──. Pidió Isabella al verla.

── ¿Qué está sucediendo? ──. Interrogó Ava con un tono serio al llegar al estudio.

La alta y delgada figura de Isabella se detuvo en el gran ventanal de espaldas a Ava, mientras miraba a los niños jugar a la distancia. Su expresión se volvió sombría y fría al decir: ──James tiene una amante ──. Soltó sin más. Sabía que cuando se trataba de Ava, no debía andarse por las ramas para decirle algo.

Al escuchar la noticia, el cuerpo de Ava se congelo, mientras una expresión de sorpresa se plasmaba en su pequeño rostro.

── ¡Ese m4ldito bastardo!. ¿Cómo se atreve?. ¿Quién es? ──. Gritó llena de ira al haber salido de su estupor.

Isabella guardo silencio, quizás estaba meditando si decirle quien era.

── ¡Ni se te ocurra ocultármelo! ──. Amenazó al intuir los pensamientos de su amiga.

Isabella giró su cuerpo quedando frente a Ava, la cual tenía una expresión oscura en su delicado rostro.

── Charlotte ──. Confeso si más con los dientes apretados y sus puños fuertemente cerrados.

Decir que Ava estaba más que impactada con la mandíbula caída era poco ─ Charlotte— susurró en su aturdimiento.

─…Si...Y... Esta embarazada—. Agregó Isabella con una expresión devastada en su hermoso rostro, el cual se encontraba cada vez más pálido.

Trastabillando, Ava se dejó caer en el sofá de color negro que estaba cerca de ella. Sus manos temblaron, al tiempo que una frialdad recorría sus venas hasta llegar a sus ojos, tornándolos como los de un glaciar.

─ ¡Esa p*rra!. No solo te quitó la atención de tus padres, además de tus juguetes y otras cosas a medida que crecían, ¡sino que ahora se atreve a quitarte a tú esposo!. ¡Qué osada esa m4ldita! ──. Siseó fríamente, a la vez que saltaba del sofá con las manos fuertemente presionadas clavando sus uñas en su delicada piel.

La mirada feroz de Ava se encontró con la dolida y desmoronada de Isabella, sus ojos evasivos le decían que había algo más.

⪻No, no puede ser posible, ¿verdad?⪼. Se consoló Ava con los ojos rojos al tener un mal presentimiento ─ Isa— susurró con voz temblorosa.

Los hermosos ojos de Isabella se cristalizaron, para posteriormente darle paso a finas gotas de aguas que corrían por su mejilla, como si estuvieran en una competencia para ver quién era la más rápida.

── H...hermana, siento que se me vino el mundo encima... Me siento tan asfixiada y perdida en estos momentos ──. Confesó Isabella entre sollozos, mientras sentía un dolor insoportable en su pecho. Era como si una afilada espada atravesara su corazón lenta y tortuosamente.

── Volvió el cáncer ──. Terminó de susurrar al estar envuelta en los brazos de Ava. La cual tenía su pequeño rostro lleno de lágrimas. Sus oscuros ojos reflejaban el dolor y la impotencia que estaba sintiendo.

¿Por qué?.

¡Ya ella había sufrido mucho debido a esa m4ldita enfermedad para qué volviera aparecer! .

¡¿Por qué?!.

¡¿Por qué la vida la volvía a golpear de esta manera?!.

No solo tenía que cargar con el dolor de la infidelidad del bastardo de James, ¡si no que también debía volver a soportar ese m4ldito dolor físico!.

── Debí haberte escuchado cuando me decías que me arreglará más. Tal vez así James no me engañaría ──. Expresó con dolor en su voz ─ si me cuidara más como tú, si fuera más femenina y delicada como Charlotte…

¡Paf!.

Las palabras de Isabella fueron cortadas al sentir un impacto en su mejilla.

── ¿Estás escuchando las estupideces qué estás diciendo?. ¿Desde cuándo te comparas con los demás?. ¿Y más con esa p*rra? ─. Vociferó enojada Ava, al tiempo que la tomaba de los hombros haciéndola reaccionar.

── Dime, ¿cuál es tú nombre?—. Preguntó mirándola fijamente con una expresión sería.

Isabella fue tomaba por sorpresa ante la repentina acciones de Ava, su mente se había quedado en blanco debido a todo lo que estaba pasando.

── Isabella ── . Respondió distraída al escuchar la pregunta de Ava, recibiendo otro suave impacto en su mejilla.

── No escuche lo que dijiste ──. Dijo Ava después de volver abofetearla suavemente.