CAPITULO 6

Beth no podía creer que por fin fuera la esposa de Zander, después de que ella hace días atrás firmara el contrato. Este preparo el matrimonio a la brevedad posible que el dinero pudiera comprar. Pero ella sabía que nada de lo que hiciera podría sorprenderla más por eso había tenido mucho cuidado en jugar sus cartas para evitar que Zander pudiera utilizar el hecho de que Elena y ella no eran hermanas de sangre en contra suya. De esta manera podría cumplir con la promesa de proteger a Tadeo durante toda la vida así tuviera que sacrificarse en un matrimonio de conveniencia.

La familia Cosmopulos jamás podría quitarle a su hijo por ser la madre adoptiva y esposa de Zander. Solo esperaba que pudiera manejar a ese hombre como Elena había manejado a los hombres que trataron de abusar de ella cuando era una niña.

Zander se acercó donde su esposa y le tomó el mentón entre los dedos. Sorprendido, observo que la piel de su hermosa mujer era muy suave y olía a rosas por cada poro de su piel nada más tenerla cerca le excitaba.

-Bien, ahora somos marido y mujer –dijo él con una sonrisa. Porque me miras de esa manera.

- ¿Por qué?

Elizabeth trato de quitarle la mano de su cara pero este la detuvo.

-¿Por qué siempre me estas retando? –dijo él apretando a su esposa contra su cuerpo sintiendo las firmas nalgas de su esposa.

-Pro-me-tiste que no me forzarías-tartamudeó ella.

Zander se dio cuenta del nerviosismo de su esposa cuando la tenía cerca por lo que opto por soltarla.

-¡Theos Mou!, prometo que no lo haré-dijo él preocupado al ver la cara de terror de su esposa.

-¡Lo siento!

- Ven, vamos a despedirnos de Tadeo porque mañana tú y yo nos iremos de luna de miel.

- ¿Qué?

-Tenemos que hacerlo para guardar la apariencia entre mis accionistas. Te prometí que no iba a tocarte hasta después del mes y lo pienso cumplir –señalo él.

-¡De acuerdo!

*************

Después de disfrutar de la fiesta y la hermosa boda por la iglesia que Zander preparo con el objetivo de recordarle a ella la promesa que ambos debían mantener le parecía increíble hacer el juramento de amar a un hombre que la despreciaría por el resto de su vida. Tadeo valía el sacrificio que ella estaba haciendo se lo debía a Elena quien cuido de ella cuando se escaparon del orfanato que de alguna manera llego a herirlas a ellas marcándolas de por vida. Tal vez, a más niñas de no ser por Elena ese día ella hubiera tenido el mismo destino.

Zander la llevo en un yate a recorrer todas las islas de Grecia y hacer un tour que duraría todo un mes para que ella pudiera acostumbrarse a ser su esposa como él le dijo. También había cumplido con lo prometido le entrego un informe detallado de la vida de Elena en Grecia. A pesar de que ella había impuesto que dentro de un mes podría estar con él se dio cuenta que tenerlo cerca iba ser difícil de resistir al deseo.

Habían pasado tres semanas desde que se casaron a pesar de estar de luna de miel, Zander no dejo de trabajar. El poco tiempo que lo conocía le daba miedo pero más miedo era saber que el plazo de estar junto a él se estaba terminando. No sabía cómo decirle que ella era virgen. Todo él entero la ponía muy nerviosa nunca antes le había importado estar con un hombre como ahora. Hasta que la última semana del plazo este dijo que serían marido y mujer.

Apareció Zander vestido totalmente de blanco esperándola para cenar, ella había escogido un vestido crema espalda afuera pegado al cuerpo delineando todas las curvas de su cuerpo, decidió no llevar ropa interior.

- ¡Yineka mou!- su esposo pronuncio esas palabras en griego que no entendía a pesar de estar casada con él no había tenido tiempo de ponerse a estudiar lenguaje griego. –Estas hermosa, kyría Cosmopulos.

- ¿Kyría?

- Pronto aprenderás griego, significa señora

- ¡Oh!

- ¿Qué dices si bajamos a comer?, me muero de hambre aunque-la miro de arriba hacia abajo.-Podemos quedarnos aquí arriba para desvestirte toda.

Elizabeth se puso roja como un tomate por el descaro de Zander, este se echó a reír a carcajadas arrastrándola hacia la cabina principal donde habían servido una cena espectacular. Zander no pudo darse cuenta de que sus senos se pusieron firmes por el deseo que este le transmitía.

-Sabes que me encanta de ti, lo hermosa que te pones cuando te sonrojas cada vez que te provoco.-Zander sonrió maliciosamente.

-¡Zander!- le pego en el brazo jugando con él, este aprovecho para tomar sus manos con las de él- sé que te prometí espera un mes pero no puedo evitar tocarte-le beso las manos. Para cambiar el tema y evitar la tentación Zander le hizo la pregunta que había retrasado luego que la había dejado sola en la habitación. –Leíste el informe.

-¡No, he querido hacerlo sola!

-¡Katalaveno!

-¿Hablaste con Tadeo?-preguntó ella

-¡Sí!, te manda saludos espera con ansias tu regreso te extraña mucho por ahora se está divirtiendo con mi padre.

-Mi niño es un sol-dijo ella con una sonrisa

-¡Tadeo!, es un niño adorable lo haz criado muy bien.-reconoció él

-¡Gracias!, pues esta comida se ve deliciosa vamos a comer

-¡Sí!, yineka mou.

Ambos comieron en silencio mirándose con un deseo que estaba matando a Zander no sabía cómo iba aguantar tanto tiempo sin tener relaciones con una mujer que era su esposa podía sentir el deseo de ella por él. No entendía porque Beth se negaba a estar con él pero había cedido a no compartir habitación con ella para evitar romper la promesa que él le había hecho.

-¿Quieres leer el informe de Elena aquí?

Ella se encogió de hombros, Zander se paró y lo busco. Esta empezó a leerlo pudo ver su mirada de sorpresa al saber que Elena no era lo que ella creía sino una prostituta y víbora que le sacaba dinero a los hombres.

-Todo lo que dice este informe, es cierto.-dijo ella con voz cansada- No puede ser. Para mi ella era como mi madre, nunca fue conmigo como la describe este informe, cuido de mí hasta que no pudo hacerlo más y me toco cuidarla yo. Hasta el momento de su muerte.

-¿Dónde demonios te tenia Elena?

-En un internado, estudiando para ser lo que he sido desde antes que llegaras a Londres a buscarme.

-Pues yo creo que ella te abandono para dedicarse a la vida que llevaba en Atenas como prostituta pudo elegir otra vida de haberlo querido.

- Tú eres griego y lo has tenido todo. Jamás podrías entender el cariño que Elena y yo nos teníamos.-ella lo miro con amargura- Yo creo que tras haber sido abandonadas en un orfanato Elena no tuvo elección, ella lo hizo por mí. Y aunque este informe la denigre como mujer haciéndola ver como un ser despreciable, yo la seguiré queriendo. Se levantó de la mesa y se fue a su habitación.

Zander suspiro. Pudo ver la tristeza en los ojos de Elizabeth ese informe la destrozo pero no era más que la verdad nada de lo que había escrito allí era mentira, los ojos de su esposa eran tan transparente que mostraba el sufriendo por el pasado de su hermana. Él decidió arreglar las cosas con ella ya que no tenía sentido estar peleándose por alguien que estaba fuera de su vida.

-Beth, abre la puerta- dijo el golpeando la puerta de la habitación- lo que dice el informe de Elena es la verdad.

Ella abrió la puerta y lo miró desafiándolo. –Estoy harta que trates de hacerme ver que Elena era una mujer mala. Pero te digo algo nunca lo fue conmigo. Y que te quede algo bien claro, es la verdadera madre de Tadeo.

-¿Es que no ves el informe?, Elena era una prostituta de la peor calaña, avariciosa y manipuladora-le dijo Zander. Por suerte está muerta y Tadeo no tendría que ver lo que era su madre sanguínea- Cada vez que insultaba más a Elena, su mujer se ponía a la defensiva como si fuera un león que domar y eso en vez de molestarlo lo excitaba, deseando el fuego de su hembra como si fuera un animal esperando su presa.

-¡Cállate!,-le dio una cachetada- Zander soy suficientemente grandecita para saber lo que está bien o mal.-le espetó Beth- para que entendiera que ella mejor que nadie conocía el corazón de Elena.

-¡Maldita sea, Beth! ¡Tu hermana no era ninguna santa!-exclamó él seriamente tocándose donde ella le había dado la cachetada.- Solo llevamos un día y medio de casados para empezar a discutir así.

-¡Hay, por favor!

-¡Beth mou!

-No me digas así, ni siquiera entiendo griego

-Entiendo que estés enojada pero todo lo que he dicho sobre Elena es la verdad y jamás podría retractarme-dijo él seriamente

-¡Hay, por favor!, mira la manera en la que te estas comportando como un machista, intransigente y retrógrada. Tan solo porque defiendo la memoria de la persona que cuido de mí cuando no tenía necesidad de hacerlo quieres que la odie de la noche a la mañana, nada más por esta estúpida investigación.-grito enojada.

Zander le sostuvo la mirada por un rato, con los ojos vibrantes de la rabia. -¡Theos!, eres la mujer más desesperante, terca y caprichosa que he conocido en toda mi vida.-dijo él, agarrándola por la cintura para besarla apasionadamente.

-¡Zander!- gimió ella poniendo las manos sobre el pecho de él.

-Pensé que iba a poder cumplir esa estúpida condición que me pusiste pero no puedo-dijo él besándola, estaba hambriento de deseo por esa mujer. Él solo podía oír los gemidos de placer que ella trataba de dejar salir por sus labios cada vez que la besaba. Beth deslizó sus manos por el cabello de él y Zander emitió un gemido ante aquel intimó contacto. –Dime, que me detenga ahora antes de que sea demasiado tarde-dijo él acariciando los labios de su esposa, suaves y carnosos, y hundió su lengua en las profundidades de su boca. Beth estaba perdida en los besos de Zander, nunca antes se había sentido así.

-No, te detengas-gimió ella.

-No, lo hare yineka mou-gimió él de placer- La acostó en la cama y se colocó encima de ella subiéndole el vestido hasta arriba de las piernas, este se puso duro como una roca al verla, esta no tenía ropa interior puesta, solo él vestido y los zapatos de tacón por suerte no la había tocado totalmente porque le hubiera hecho el amor en medio de la mesa, él solo pensarlo se excito más. Beth captó el brilló del deseo en los ojos de su esposo devorándola con la mirada haciéndola ver hermosa. Ambos tomaron la decisión de romper todas las reglas que se habían impuesto para evitar caer en la tentación. Zander nunca se había sentido más excitado al ver a una mujer y no era cualquier mujer sino su esposa a la que deseaba. Beth pudo ver como su esposo se desvestía para ella dejando ver su tremenda erección. Ella lo toco en su parte más íntima para sentir lo excitado que estaba él.

-Esto es lo que me provocas, yineka mou-dijo con los dientes apretados- basta o no voy a poder aguantar.

-¡yo..yo!-Zander la beso para callar sus palabras y dejarse llevar por el momento que estaban disfrutando. –Eres tan hermosa-la beso, Se acomodó para sentir su piel y besarla por todos los rincones que había deseado desde que la tuvo en sus brazos la primera vez, vio como los enormes senos de su mujer se ponían firmes y redondos ante el contacto de sus besos, acariciándoselos y excitándoselos hasta que el pezón se endureció.

Beth entrecerró los ojos, consumida por una oleada de placer que le corroía las entrañas. Estaba totalmente excitada cuando su esposo bajo sus manos por todo su cuerpo tocándola de una manera que la estaba volviendo loca de deseo. Zander jamás había sentido esto por una mujer que fuera capaz de despertar una verdadera pasión en él como Beth. Deseo, sí. Lujuria, por supuesto. Pero esta pasión capaz de hacerle arder por dentro olvidándose del mundo, nunca.

-¡Zander!-gimió ella abriendo las piernas para que este se acomodara a ella, -Espera, Beth mou,- bajo sus manos hasta la parte íntima de ella introduciendo dos dedos suavemente, él pudo darse cuenta de lo apretada que estaba. Poco a poco fue moviendo los dedos dentro del cuerpo de su esposa para que ella se pudiera acostumbrar al acto. Él la beso en los labios para disfrutar del orgasmo que le provoco a ella. Fue a la mesita de noche para buscar un preservativo y colocárselo.

-¡Oh, Zander!-dijo ella rendida en la cama por el placer- fue asombroso.

-Aún no terminamos, Beth mou –dijo él entre gemidos se acercó al cuerpo para penetrarla poco a poco para que se acoplara a su cuerpo hasta que se dio cuenta que ella gritó del dolor. – ¡Theos, eres virgen!,- exclamó abriendo los ojos de la sorpresa, iba a salir del cuerpo de su esposa.

-No, te detengas Zander por favor- puso sus manos en los labios de él para acallarlo y lo aprisionó con sus piernas para evitar que el contacto se perdiera moviendo sus caderas para seguir disfrutando lo que él había despertado en ella que desconocía. Zander estaba sorprendido por el descubrimiento que había hecho –su esposa, virgen- pensó él sonrió- hasta que golpeo su cadera para terminar el intenso clímax más sensacional de toda su vida. Cayeron rendidos por la pasión que experimentaron. Zander salió del cuerpo de su esposa para ir al baño, boto el preservativo que se puso, recogió una toalla que mojo regresando a la habitación para limpiar la prueba de la virginidad de su mujer. Ella ni siquiera se dio cuenta que la estaba limpiando porque se durmió de lo cansada que estaba. Este regreso al baño para tener la mente en claro.

- No puede ser que ella fuera virgen-pensó él- pero aquí tenía la prueba de su virginidad en sus manos. Tiro la toalla y fue donde su esposa dormía plácidamente, decidió no pensar en el asunto por el momento había llegado el momento de cambiar de táctica con su mujer.

Ella se acurruco a lado de Zander y este aprovecho para dormir a su lado a pesar de que aquel contacto hizo que su entrepierna respondiera inmediatamente tenía que darle tiempo a su mujer de que se acostumbrara al sexo, no por primera vez era distinto pero no quiso ponerle otras palabras que podían ser profundas.

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