Capítulo 30

Cuando Dylan dijo que tenía un yate, yo solamente me vi recostada en el camastro de una cubierta, luego de lo cual, me daría un buen chapuzón en el mar de Liguria.

Y es cuando me doy cuenta de lo ilusa que soy, considerando que tiene un avión privado y que puede darse los lujos que le dé la gana, después de todo, me ofreció tantas cosas, solamente para que aceptara ser su esposa durante todo un año.

― ¡Vaya, vaya, Dylan Pemberton! ―se le escapa decir a Neil con genuina sorpresa―sí que has gastado un dinerito en este pequeño bote tuyo―le indica y yo estoy tratando de entender si es que habla de los diversos botes salvavidas que debe tener el enorme yate de tres pisos, con jacuzzi incluido.

―Me la paso semanas en este yate, así que no pretenderás que no tenga todas las comodidades que necesito―le responde y me da un beso en la mejilla y entramos a la embarcación, en donde el capitán y dos sirvientas nos esperan, los cuales se desviven en atenciones.

―Supongo que después de esto, podremo
Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo