Eva se quedó en silencio mirándolo asustada, mientras el ejerce cada vez más presión sobre sus hombros lastimándola.

—Entre él y yo no hay nada, el solo administra algunos negocios que poseo. — le dijo asqueada al solo pensar que algo pudiera haber entre ella y Macos.

—¿Piensas que voy a creer ese cuento?

—Cree lo que tú quieras, no pienso darte ninguna explicación.

—¡Seré tu esposo! Está claro que tienes que darme una explicación.

—Tú serás solo mi esposo de nombre y nada más, no pienso tener nada con un salvaje que me maltrate. — Eva en este momento se siente enojada y quiere de alguna manera desquitar su ira y frustración con alguien y Alejandro en este momento estaba presionando la tecla que Marcos había estado presionando, por lo que ella cansada de la situación exploto.

—Así que no soy nada para ti. — le dijo con sarcasmo, ya que él no tiene ningún sentimiento por ella.

 El soltó su agarre y libero a Eva

—No lo eres, al igual que Marcos tampoco lo es. Me enferma y me das asco el solo hecho de pensar en que entre él y yo pueda haber algo, nunca saldría con un hombre come él. Si es cierto que tengo algunos negocios con él, pero nada más que eso. — la forma en la que Eva hablo y se le enfrento lo dejado sorprendido.

—Al parecer él no es de tu agrado.

—Es tu primo, y no hablare mal de tu familia.

—Si este es el caso y es verdad que no hay nada entre ustedes entonces yo debo disculparme contigo por mi actitud tan detestable.

—Me alegra que reconozca tus malos modales. — le dice con sarcasmo.

—Se que no me he portado como un caballero, pero no abuces de mi buena fe.

—Buena fe dices. Jajajajajajaja— Eva ríe sin parar y esto hace que Alejandro se moles.

—Estoy intentando que tú y yo hagamos la pases, deja de reírte. —  él le dice lleno de ira, Eva en ese momento se da cuenta de que, si continua con su actitud su suerte podría desaparecer y este hombre agredirla, después de todo en sus venas y en la de Marcos corre la misma sangre y el puede ser un salvaje según se ha dado cuenta hoy.

—Lo siento, no me estoy comportando como he debido. —ella intenta disculparse.

—Será mejor que me acompañes a mi cuarto. — él le dice de repente.

—¿Para qué quieres que te acompañe?

—Estas conociendo la casa y dentro de una semana nos casaremos, si conoces cual será tu cuarto en la casa ahora no te perderá en el camino cuando vengas a vivir aquí. De toda manera no pienso tocarte nunca. — le dice y ella se siente aliviada y a la vez ofendida.

—Vamos entonces. —le dice y los dos emprenden su camino.

El cuarto de Alejandro está en el segundo nivel al fondo del pasillo, pero al lado del cuarto de su abuelo. La mansión es espectacularmente grande y todos los salones Y cuarto poseen un gran tamaño por lo que ella se imagina el gran tamaño Que debe de tener la recamara que los dos compartirán.

Pensar en la idea de compartir un cuarto con un hombre la puso nerviosa y en ese momento deseo no haber venido a su cuarto, pero ya estaban de camino y según la actitud que le ha mostrado lo mejor es seguirlo y ver que es lo que el desea.

Los dos llegaron al cuarto y Alejandro abrió la puerta para entrar, en su vida como una persona humilde ella nunca se imagino que algunas ves vería tanto lujo y mucho menos que ella lo poseería, aunque fuera usurpando el lugar de otra persona. Ella quedo maravillada con el lugar y con lo enorme que es, su casa no tiene ni la mitad del tamaño de esta recamara y a pesar de que se esta quedando en la casa de la verdadera Eva del castillo, nada de lo que ella posee ahí tiene comparación con este lugar.

Eva trato de no mostrarse sorprendida y lo acompaño a una sala de estar que hay en el centro y frente a la enorme cama, esta posee dos enormes sofás y en el centro una mesa de cristal.

—Este será nuestra alcoba matrimoniar. — le dice Alejandro mientras la observa y busca alguna expresión en su rostro.

—Es espacioso y ambos tendremos espacio para mantenernos alejados el uno del otro. — le dijo con aire de indiferencia.

Alejandro decide no decir nada y va a una de las mesas de noche y abre una gaveta, de ahí saca un frasco con pastilla y se toma una de las pastillas, luego pone el frasco en la gaveta y se mete en la cama.

—¿Estas enfermo? — le pregunta algo contrariada.

—No lo estoy, es solo un calmante para el dolor de cabezas. — él le dice.

—Ok. — Eva decide sentarse en uno de los sofás y esperar a que el se levante para regresar a la sala con el patriarca de la familia.

Alejandro abre los ojos y la ve sentada mirando hacia la pared.

—ven y acompáñame. — él le dice

—¿Cómo dices?

—Digo que vengas y te metas a la cama conmigo.

—Estás loco si crees que me acostare contigo.

—Ya te dije que no pienso tocarte, solo quiero ver si podre dormir contigo aquí, y si no será necesario que duermas todas las noches en el sofá.

—No te preocupes por mí, puedo dormir en el sofá sin problemas.

—Si es lo que quieres así será.

Eva se quedo en el sofá y Alejandro se durmió, el tiempo paso y ella se quedo en el sofá esperando a que él se despierte.

Mientras el se encuentra dormido en la cama alguien toca la puerta de el cuarto y ella va a abrir la puerta para ver quien es la persona que está tocando la puerta.

—Señorita el señor los esta esperando a usted y al joven amo para que bajen a almorzar. — le dijo una de las sirvientas de la casa.

—Gracias dígale que iremos en seguida. — ella le contesto. La sirvienta intento mirar dentro del cuarto y Eva al darse cuenta cerro la puerta para que ella no tenga la posibilidad de ver nada. — te puedes retirar. — le termino diciendo y cerro la puerta por completo.

Ella miro hacia la cama y Alejandro esta aun dormido por lo que decide irlo a despertar par aire los dos juntos al comedor. Cuando ella cubio ala área donde el esta la cama ella se empezó a sentir intimidada al ver a ese guapo hombre que será su esposo, pero que nunca será de verdad suyo, lo cual en parte no era una gran preocupación ya que el ha demostrado ser igual de mal humorado que su despreciable primo.

Eva se acerco a el lo toco en el hombre para despertarlo, de repente Alejandro la tomo por el brazo a la atrajo hacia el con fuerza haciendo que ella caiga sobre él.

Ambos en este momento se encuentran en la cama casi compartiendo el mismo aire y sus labios uno cerca del otro.