CAPITULO 2.

Cuando despertó, ella sentía que todo el cuerpo le dolía, y respirar se le hacia algo difícil, en ese momento recordó lo que había sucedido y asustada bruscamente se sentó en la cama, Eva miro a su alrededor y vio que se encontraba en una habitación de hospital, la ropa que ella tenia puesta era una bata de hospital, miro a su alrededor y se dio cuenta de que estaba sola en esa habitación, así que intento salir de la cama y buscar la manera de escapar de ahí, pero en ese instante entro al cuarto ese maldito hombre que la había secuestrado he intentado matar.

—¿Adonde crees que vas? — le dijo en tono burlón.

—¿Quiero salir de aquí? — ella le contesto sin vacilación he intentado quitarse el suero que trae puesto. El solo se quedó observándola mientras ella se quita todo y camina hacia la puerta, cuando ya tenia el pomo de la puerta en su mano y cuando iba a salir lo escucho decir.

—Acaso has olvidado nuestro trato. — ella se dio la vuelta y vio como sonreía de manera cínica.

—No hare ningún trato contigo. — le dijo desafiante.

—Entonces al parecer no te importan las vidas de tu madre y tu hermana — escucharlo decir eso fue devastador ¿Acaso el sería capaz de hacer eso? se pregunta, y en ese momento recordó todo lo que había sucedido el día anterior, ella recordó como él casi la mata. Paralizada y sin poder mover un solo musculo de su cuerpo ella sé quedó ahí de pies frente a la puerta preguntándose si seguir ahí y seguir su juego o huir y pedir ayuda a las autoridades.

—¿Te atreverías a matar a mi familia? — ella le pregunto, aunque sentía temor de su repuesta.

—Claro que lo haría, sabes muy bien que yo soy capaz de hacerlo. — al escuchar su respuesta Eva desistió de su intento por huir y regreso a la cama.

—Voy a cooperar contigo. — ella le dijo, angustiada por lo que podía sucederle a su madre y hermana.

—Excelente, tu prometido vendrá a verte hoy, trata de comportarte y no cometer ningún error.

—Yo no tengo ningún prometido. — le dijo confundida.

—Tu no, pero Eva del castillo si y ahora tu eres ella, debes actual y comportarte como una dama rica de sociedad. En pocas palabras tu debes de ser ella.

—¿Qué es lo que tu quiere con todo esto?

—Por lo pronto quiero que ocupe su lugar y su identidad y te unas a la familia Montenegro, ya cuando te convierta en la señora de la familia te daré instrucciones de lo que quiero que tu hagas.

—Es imposible que yo puedo hacer algo como eso. — le dijo angustiada y para tratar de hacer que el desista de su idea.

—Tú puedes y lo harás. — le dijo con firmeza y luego le lanzo una carpeta. — lee la información que se encuentra ahí y memoriza toda la información que ahí se encuentra, no quiero que cometas ningún error.

Él se quedó mirándola por algunos segundos con una expresión fría y luego se fue.

Ella abrió la carpeta la cual contenía la fotografía he información de varias personas incluida la de Eva del Castillo, la mujer que ella iba a suplantar.

Al ver la información se quedo impresionada por las cosas que esa mujer había hecho.

Eva del Castillo es una mujer impresionante. Pensó Eva mientras leía la información que estaba en esos documentos, ahí en esos documentos ella descubrió que las dos por alguna razón tenían varias cosas en común.

Ella continúo revisando todos los datos de las personas que se encuentran ahí, pudo ver la información sobre los padres de Eva, el señor Mauricio del castillo es un prominente político y es embajador en Francia y su madre Teresa es una reconocida doctora. Al leer esto ella sintió temor debido a que las personas a las que ella iba a engañar son personas ricas e influyentes y sabía que de alguna manera todo esto iba a terminar mal.

Ella continúo revisando los documentos, los cuales estaban organizados por familia, los primeros que revisó eran los de la familia del Castillo y la información que le seguía era sobre Los Montenegro, una de las familias más ricas he influyente del país, dueño de una de las más grandes constructora, y también la familia posee uno de los centros comerciales más grande. Tener la información de ellos le dio bastante miedo ya que engañar a la familia del Castillo no es nada comparado con engañar a los Montenegro.

Temerosa continúo revisando los documentos, el primero en la lista era el señor Rodolfo Montenegro el patriarca de la familia, después de él, sigue en la lista un apuesto hombre de algunos treinta años Alejandro Montenegro, él es el heredero de la familia y es el director general de la constructora ya que su abuelo es el presidente de la empresa. Ella estaba concentrada en la información de él cuando llegó a la parte donde decía que él es el prometido de Eva del Castillo, lo que la dejó asombrada. Rápidamente y sin querer seguir perdiendo el tiempo ahí cambió la hoja y se encontró con Marcos Montenegro, quien es el primo de Alejandro y el culpable de que ella esté ahí en esa situación.

—No puedo creer que él sea un Montenegro. — dijo en voz alta mientras leía la información que tenía enfrente a ella, ya que este hombre la tenía ahí y la obliga a tomar la identidad de otra persona.

El hombre es un abogado y se encarga de los asuntos legales de la familia.

Eva se dio cuenta que escapar no sería tan fácil con un hombre como él.

—¿Que voy a hacer? — se preguntó en voz alta mientras se recostaba en la cama.

—Lo que debes hacer es obedecerme. — escucho decir y cuando miro hacia la entrada ahí estaba ese hombre, con su cara arrogante y frío como el hielo.

—No puedo hacer lo que me pides, es imposible para mí engañar a esas personas.

—Lo harás o me veré obligado a matarte, no creas que permitiré que te vayas como si nada. — sus palabras son más que amenazadoras y es evidente que deshacerse de ella no era nada ya lo había intentado y casi lo logra.

—Y que me indica que no me vas a matar cuando logres lo que tú quieres. — le dice desafiante y al escucharla él se ríe de ella, su sonrisa suena malévola lo que provoca un escalofrío en todo el cuerpo.

—Tratare de no matarte, pero aquí no estamos tratando de conservar sólo tu vida si no también la de tu madre y la de tu hermana. — al escucharlo el temor fue más grande en ella y la hizo preguntarse qué tan malévola debía de ser una persona para hacer las cosas que él hace. — en media hora viene tu prometido intenta recobrar la compostura y pórtate bien, te estaré vigilando de cerca.

Eva hizo un esfuerzo y como pudo intentó recobrar la calma. La media hora pasó y de repente las puertas se abrieron dejando a la vista a un guapo y fornido hombre frente a ella.

Él caminó hacia ella y se puso de pie al lado de la cama mientras miraba a Marcos quien también está ahí asegurándose de que ella no cometa ningún error.

—Hola. — le dijo de manera fría y cortante.

—Hola. — le respondió ella de la misma manera.

—¿Cómo te encuentras?

—Estoy bien gracias.

— Me pregunto ¿Qué haces aquí Marcos? —le dijo a su primo.

—Manejo algunos de los negocios de la señorita del Castillo y estoy aquí para traerle algunos documentos.

— Ya veo — le respondió. — ya vine a ver cómo estábamos así que me voy. 

—Adiós. —le dijo Eva y él sin decir más nada salió del cuarto.

Marcos la miró sonriente.

—Lo has hecho muy bien, no solo te pareces en lo físico, sino que también se comportan casi de la misma manera.

—Dijiste que era su prometido, pero él no actúa como uno.

—Él no la ama, se casa con ella porque nuestro abuelo así lo ha decidido.

—¿Es un matrimonio arreglado?

—Así es, por lo que no te verás obligada a cumplir con tu deber de esposa.

Al escuchar esto Eva se sintió aliviada, porque a pesar de que es un hombre guapo, no quería verse obligada a acostarse con él.

—Mañana te darán el alta, y te llevaré al lugar donde estarás viviendo hasta que te cases con mi primo, por lo pronto ni se te ocurra intentar escaparte. _ le dice para luego irse.

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