4

Lara, durante todo el proceso no hizo ningún comentario, estaba absorta en el grácil movimiento de los músculos de los brazos y el pecho que se marcaban por debajo de la tela. Al finalizar su esposo dejó de caer una mano cerca de su estómago para luego retirarla como si tuviera miedo de tocarlo. Ahora delante de ella se dio cuenta que era un hombre súper alto. Más bien, un lobo súper alto.

-Casi es hora- anunció y Lara no comprendió, pero un dolor la recorrió de pronto, tan fuerte que sus rodillas se doblaron sintiéndose terriblemente débil. Un extraño fuego comenzó a quemar en el interior de su estómago desplazándose hasta sus muslos y una hilera de saliva salió de sus dientes entreabiertos al contener un grito. Aquel lobo se arrodilló a su lado sosteniéndola de un brazo frunciendo el ceño.

-Hay vamos de nuevo con la actuación- Byron dijo chasqueando la lengua

Actuación mi culo, pensó Lara mientras su interior ardía y dolía hasta nublársele la vista. Algo se removía dentro de las entrañas de ella. Lo que llevaba dentro no era un bebé, era un monstruo que la quería matar. Soltó una bocanada de aire y el sudor corrió por su frente doblándose hacia adelante.

-Tengo que llevarte a la habitación- oyó decir al alfa en medio de su nebulosa de dolor.

-Alfa solo está fingiendo como siempre- volvió a hablar Byron.

-Cállate de una vez- Lara le dijo al lobo más joven mirándolo con el rabillo del ojo por debajo del cabello que había caído hacia adelante. No supo cómo lo había observado o el tono empleado pero este palideció.

Lara sintió como su esposo rodeaba su espalda con el otro brazo para enderezarla pero esto solo ocasionó que le doliera más. Partida de ineptos. Su paciencia había llegado al límite. No conocía el poder que tenía este cuerpo, pero había indagado rápidamente y al menos había tenido dos dedos de frente para haber escogido un libro que tuviese una protagonista igual que ella, con raíces de bruja, solo que no tenía idea de cómo estaba catalizado el poder dentro de ella. Aun así, pudo sentir que tenía una base bastante buena, pero por alguna razón no podía utilizarla como le viniera en gana.

Además, encontró que dentro de ella fluía un poder más fuert que se mezclaba con el suyo a partir de la sangre y lo más seguro que otra cosa. Si era lo que se imaginaba y lo que había leído innumerables veces era el enlace que existía entre ellos, más la sangre que él de seguro en algún momento le había dado. En el caso de los fluidos… bueno, ella tenía un cachorro de él creciendo en su barriga, así que el sexo era parte de su vida cotidiana. Lo bueno era que ambos poderes se unían juntos en el interior de ella fortaleciéndose.

Así era entonces como se sentía tener un enlace con un lobo. Siempre lo había leído y anhelado dada su mala experiencia con los hombres «normales», se levantaba todas las mañanas preguntándose cómo sería levantarse sabiendo que estaba enlazada con un lobo. Bueno… ahora podía saberlo. Era la compañera nada más, ni nada menos que del alfa. Se había sacado la lotería, y vaya premio, si no fuera por el dolor, le hubiera saltado encima y quitado la ropa ahí mismo. Ese cuerpo de seguro se sentiría realmente bien debajo de ella.

Pero por ahora… solo tenía la opción de utilizar un poco de poder que su cuerpo le permitía y lo concentró en su mano llevándola directo a su estómago dejando que las líneas espirituales condensaran el dolor y regularan los ciclos en esta zona, disminuyendo su malestar. Un truco de magia muy básico que ella había aprendido desde muy niña y que agradeció que este cuerpo fuera capaz de formular. Mathew y los otros dos jóvenes alrededor de ella, solo se quedaron mirando como ella realizaba la acción y como esta zona se iluminaba levemente. Segundos después y tras un largo suspiro Lara al fin pudo respirar sin el cegador dolor.

Después de unos muy largos segundos Lara sintió que no podía seguir rompiendo el encanto, y dejó caer su mano, al menos el dolor se había ido. Con un movimiento de sus hombros se despegó de su esposo y se levantó ante él señalándolo con el dedo acusadoramente.

-Si esto es de los dos porque tengo que pasar por ese infierno- si su aspecto fuera más estable pudiera parecer más molesta- Tener sexo es rico para las dos personas, pero por qué siempre es la mujer la que paga las consecuencias, ¿eh?

Mathew no salía de una sorpresa para entrar en otra, primera aquella escena descabellada que si hubiera sido en la habitación no le hubiera importado, pero no en su estudio lleno de machos, y después que su esposa usara aquel poder que por lo que conocía siempre evitaba usar, y más de manera tan concentrada. Tuvo que actuar rápido cuando el cuerpo de ella se tambaleó de pronto y volvió a doblarse. Extendió sus brazos y la agarró antes que ella se golpeara fuertemente contra el suelo, la sintió jadeando contra él.

-¿Por qué no funcionó?- la escuchó decir tras una bocanada de aire.

-Señor, no parece que esté fingiendo- la voz más calmada de Dyna le llegó a su espalda.

-Yo me encargo del resto- escuchó Lara contra su oído tras un aliento caliente- Acaso no lo hecho desde que saliste embarazada.

Lara iba a decirle algo por el tono empleado, pero se quedó sin palabras cuando fue cargada en brazos. Qué vergüenza para ella, una mujer de 31 años. Espera, ella había renacido hipotéticamente, entonces ¿qué edad tenía ahora?

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo