PARTE 2

Karyun, tomó a su hijo en brazos, el pequeño príncipe parecía aburrido de escuchar los diferentes temas de estado.

Para todo el imperio, Miles era un digno hijo de su padre, al igual que karyun, Miles, demostró ser una persona muy talentosa y confiable. Dio un gran bostezo sorprendiendo a todos.

—¿Debes tener sueño? Será mejor que vayas a tu habitación.—Dándole un beso en la mejilla, lo entrego a la Nana para qué lo lleve a descansar.

—Mañana temprano saldré rumbo a roshwer, estaré fuera unos días, cuida bien de Miles.—Informo a adelay.

… … …

Bajada la noche, valían Bajo a cenar junto a chrisma y sus hijos. Normalmente, suele comer sola en su habitación, sin embargo, esta vez decidió bajar a cenar junto a los demás.

—He estado pensando en participar en la peregrinación.—Dijo mientras todos comían en silencio.

La peregrinación se realiza cada diez años, mientras que la selección de caballeros es realizada para celebrar el inicio de cada década.

Los participantes tienen dos semanas para hacer las pruebas en los diferentes puntos de cada clan, solo tres personas son elegidas al final de cada prueba, al final de la peregrinación deberían haber pasado solo quince participantes, los cuales se unirán a las filas del ejército.

Chrisma, se sorprendió y se alegró al oír las noticias dadas por valían. Había pasado dos años desde aquel día fatídico. Después de este evento habían perdido toda esperanza de poder recuperar el tiempo perdido.

Al igual que ella, sus hijos saltaron emocionados. Esta era la primera vez en dos años que valían hablaba con ellos.

—¡Lamento haberlos preocupado todo este tiempo!— Siguió hablando y dijo.

—¡No estoy totalmente bien y no sé si algún día podré recuperarme! Pero, no quiero ver a mis seres queridos sufrir por mí. ¡Quiero seguir adelante!.

—¡Quiero volver a iniciar desde cero! Agradezco todo el apoyo que me han estado dando durante estos años.—Alzó su mirada regalando una sonrisa liviana a todos.

No pudo terminar de hablar antes de ser interrumpida por los sollozos de camill.

—¡Nos tenías preocupados a todos, sabes cuántas veces le recé a dios por volver a escuchar tu voz!

“Dios no existe” Pensó agriamente al escuchar las palabras de camill. Al ver su sollozante rostro lleno de lágrimas y mocos, después de tanto tiempo sonrió a carcajada.

—¡Te ves ridícula, al menos límpiate los mocos!— Dijo entregando un pañuelo.

—¡Cállate! Es tu culpa que esté llorando.—Exclamo agarrando el pañuelo dado por valían.

De un momento a otro las risas se empezaron a escuchar por toda la habitación. A pesar de los problemas financieros que poseían. Escuchar la música de la alegría, contentaba a sus almas destrozadas

La familia clárens; son plebeyos con problemas financieros, corcher, al ser un soldado del éste, es muy bien recompensado, sin embargo, no era suficiente para mantener una propiedad y una esposa con hijos. Por la mañana siguiente. Después de tanto tiempo alistó su cuerpo para salir. Bajo para degustar el desayuno preparado por chrisma.

—¿Dónde está camill?—Era muy temprano por la mañana y la joven parecía no estar en la casa.

Según chrisma había salido desde la madrugada para observar la presentación de candidatas a concubinas. Siendo joven, su sueño era algún día ser escogida para ser una de las afortunadas mujeres del emperador.

El rostro de valían, se distorsionó tosiendo la avena que disgustaba.—¡No entiendo por qué quiere ser concubina!

Chrisma, la miro con ojos coquetos para confirmar los rumores que rondaban al actual emperador. Un hombre joven y hermoso. Fuerte y habilidoso, el deseo de toda mujer. Sin mencionar que todavía no había coronado a su Emperatriz.

—De que estás hablando, ¿acaso ya no existe un príncipe?—Exclamo con disgusto.

Las mujeres peleaban desesperadamente por un puesto en el corazón del emperador. Pero como dijo valían, habiendo un príncipe, el emperador parecía reacio a contraer matrimonio.

—¿Valían es hermosa?—Dijo el pequeño niño. ¡Oh! Muchas gracias.

Entre risas, chrisma, intento convencerla de postularse como concubina. Pero esta solo la miro con ojos opacos mientras afirmó con descaro. ¿Concubina? O ¿Cortesana? ¿Cuál es la diferencia? Todas son solo amantes del emperador.

—No las juzgo por ello. Pero yo no me deshonraré a mí misma por dinero. Me casaré el día que ame a alguien, no por dinero ni una mejor vida.

A pesar de sus palabras duras y sin compasión, se sintió orgullosa de ella. Chrisma, perteneció a una familia adinera. Pero fue desterrada después de contraer matrimonio con Corcher. Alguien que para su familia era poca cosa.

Mientras tanto, camill, observaba a las postulantes para concubinas, ansiosa de algún día poder ser una de ellas.

—¿Qué haces aquí? Dijo una voz palmeando sus hombros.

—¡Dios! Me asustaste.—Expreso mirando detenidamente a valían. ¿Por qué estás tú aquí?.

Estando por dirigirse a su encuentro con rion. Decidió pasar y dirigirle algunas palabras. ¿Cómo te pueden gustar este tipo de cosas? Expreso entre risas viendo los vestidos extravagantes de las postulantes.

Camill, no pudo más que bufarse. Ella tenía razón, esos vestidos eran bastantes ridículos. Pensándolo mejor ¿Quién era ella para burlarse? Claramente, cada uno de esos ridículos vestidos, debió costar una fortuna, mientras que el suyo tenía como mínimo el costo de dos monedas de plata.

Miro su vestido jugándose ella misma. Se sintió mal, pues mientras ella se quejaba de su vestido, su madre y valían usaban vestidos aún más sencillos. La miro y solo pudo sonreír. ¿Cómo era posible ser tan hermosa? Opinó viendo a valían. Ninguna de las postulantes presentes, eran dignas de competir con ella.

En el momento de su llegada, cómo es costumbre, los ojos de todos se posaron sobre ella. Una mujer tan bella, como un elfo. Viéndose en vuelta en el escandaloso lugar. Las manos de un hombre cubrieron sus ojos.

—¡Sabía que eras tú! ¿Quién más podría provocar tal escándalo?—Dijo rion emocionado de toparse con ambas.

Cómo era costumbre al verlo, ambas se abalanzaron sobre él. Había pasado un mes desde la última vez que lo habían visto. Siendo abrasado por dos bellas mujeres, los ojos envidiosos de los hombres se posaron sobre él. Para no llamar la atención, rion y valían se retiraron dejando a camill, en la plaza.

Para ella fue tan reconfortante volver a escuchar la voz de su amigo. Sin embargo, la historia que este estaba escuchando le causó enojo.

—¿En serio piensas ayudar al idiota de sulmer? Estamos hablando del clan vengermen, robar esa piedra será un desafío.—Al escucharla alterada intento calmarla, pero no tuvo éxito.

Los rumores sobre el robo del pergamino de lotus ya habían llegado a los oídos del emperador. Siendo rion el que robo, el pergamino podría arriesgarse a ser condenado por hurto.

A pesar de los inconvenientes, tenía un plan lo suficientemente bueno para salir ileso. Mientras tanto, sulmer se encargaría de borrar todas sus huellas.

Ambos sabían muy bien como trabaja sulmer, pues, ya en el pasado habían trabajado con él. No podía permitir que rion se involucrara en un asunto tan peligroso. Azoto la mesa con sus manos. ¡Hablaré con él! Estaba dispuesta a intervenir si era necesario. Sin embargo, fue retenida.

—¡No hablarás con nadie! Esto es asunto mío.—Aun teniendo razón, seguía preocupada por él. Sin más que decir, soltó las palabras mágicas. ¿Cómo crees qué Kyo, reaccionaria si se entera de esto?

A pesar de ser amigos desde infancia, Kyo y sulmer siempre han tenido sus diferencias, antes de partir al norte, se aseguró de que sulmer no interviniera en la vida de rion. Si él llegara a enterarse de esto. Podría provocar resentimiento entre ambos. Incluso podría terminar en una batalla a muerte. ¡Eso no pasará! ¡Por qué tú no dirás nada!

Era imposible convencerlo. Por supuesto, no tenía pensado contarle nada de esto a Kyo. Ya estaban pasando por muchos problemas. Lo peor que pudiera pasar es que terminaron discutiendo entre ellos.

Hace tres años. Ellos trabajaron con él para robar unas piedras. Eran tiempos de guerras y la comida era escasa, mientras las enfermedades azotaron sus vidas, causando la muerte de muchas personas.

Fue entonces, cuando sulmer les ofreció un trabajo qué cambiaría la vida de estos cuatro amigos para siempre, pero en especial, marcaría su vida con una cicatriz que incluso hoy. Nunca pudo sanar.

CONTINUARÁ…

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