capitulo 3

Math

-¿nos vamos? – bien nos vamos - ¿Ángela hasta cuándo vas a seguir con este juego con Sami? – me gusta lo sabes – aún así le mientes – y tú no lo haces nada de mal Math –

Ángela es una chica muy linda, el problema es que no le gusta ser fiel, digamos que a mí tampoco, no tengo la convicción de estar atado a una sola persona, la vez que tuve novia hace un par de años ella me engañaba con mi mejor amigo, desde entonces preferí solo pasar el rato, con Ángela es lo mismo – termina con él o no me busques más Ángela – Math pero… - adiós nos vemos el lunes, no conozco mucho al chico, aún así no me gusta meterme cuando hay una relación.

Llegó a casa y para variar está mi hermano solo - ¿Papá y mamá? – le pregunto – salieron de compras para la cena - ¿Cómo te fue hoy Math? – bien entrometido – me encierro en mi habitación con su imagen en mi cabeza. Decido hablarle para saber si nos podemos juntar, antes de terminar de marcar corto, puede que esté con su no novio, asiqué mejor le mando un mensaje esperando que me responda “¿Tu novio se molestó?” ella no responde, y recuerdo que no debe tener mi número “disculpa soy Math, tu amiga me dio tu número” pasan varios minutos y me quedo dormido con el teléfono en la mano, me despierta el sonido que hace al vibrar “ya te dije que no tengo novio” tengo ganas de preguntarle quién es aquel tipo, pero mejor no lo hago “¿Nos podremos juntar mañana a ensayar?” le insisto “solo si es temprano, tengo que estudiar para un examen” “dime dónde y ahí te espero” “ Randor Park” “bien ¿Te parece a las 10?” “Ok”

Bajo al baño, hoy quedé en juntarme con unos amigos, es viernes y no tengo nada más que hacer. Nos fuimos todos a la casa de uno de ellos – Math hasta que llegas hay alguien que te quiere ver - ¿Quién? – una chica… amigo que te juro que si no te estuviera buscando a ti me la dejo – miro hacia donde me indica, a la chica ya la conocía, y no me interesaba estar con ella de nuevo – entonces quédate tranquilo que no me interesa – por eso eres mi amigo – miren quien llegó, el mismísimo hijo del diablo – Cassian, amigo aquí estoy – bien dime qué vas a tomar – una cerveza – éramos varios, habían chicas que no conocía, con las que había estado trataba de no acercarme a ellas, siempre quieren tener algo más, yo no.

Cómo nunca esta vez me fui temprano, no me interesó ninguna chica –“¿Qué pasó hermano por qué te fuiste?” me llega un mensaje de Cassian – “mañana me levanto temprano” “dejaste a muchas con ganas” “lo se, nos vemos”

En cosa de media hora llego a casa, me quedo abajo a darme una ducha para ir a la cama, son casi las 3 de la madrugada cuando me acuesto.

-Math tu alarma ya apágala- mi hermano grita tirándome una almohada- son las 8 de la mañana desde cuándo pones alarma en sábado- sal de aquí – le digo tirando la misma almohada. Aún estoy cansado, me levanto todos los días a las 6, y anoche salí, por lo general los fines de semana mis días los paso durmiendo y por las noches salgo. Trato de despertar sin salir de la cama, ya me estoy arrepintiendo de hacer aceptado ir tan temprano.

Me levanto rápido me quedé dormido y aquel parque no me queda muy cerca – ¿Tu en pie a esta hora? – se burla mi padre – si, tengo que salir – tomarás desayuno? Aún es temprano – dice mi madre, paso por su lado y le doy un beso robándome una tostada – se me hace tarde – me despido y salgo.

Conduzco hacia el parque, llegue por lo menos unos 10minutos antes, creí que llegaría tarde - ¿Math? – la voz de una chica, pero no es Lucy – hola – la saludo, se que la conozco pero no la recuerdo, trato de recordarla pero me es imposible – no me digas no me recuerdas, soy Ana, hace un par de semanas tu yo… - lo siento no te recuerdo – le digo esperando que se vaya, pero se sienta a mi lado - ¿Qué haces por aquí? – la quedo mirando – eres tan idiota como me habían dicho – un suspiro de alivio sale de mi, por fin entendió que no me interesa – pero no me importa – se me acerca y me da un beso, segundos después suena mi teléfono “¿Llegaste? Pase a una cafetería me quedé dormida lo siento, si quieres te llevo algo” – disculpa Ana me tengo que ir – Math espera – la dejo ahí y marco el número de Lucy – hola – contesta al primer llamado – dime dónde estás y te recojo – no te preocupes estoy cerca, frente al parque – miro a todas las direcciones buscándola, veo una cafetería en una esquina a media cuadra - ¿Olena? – si – estoy cerca - ¿te pido algo? – un café cargado sin azúcar por favor, estaré ahí en un minuto – bien – estaba con algo de resaca asiqué no me vendría mal el café.

La busco mirando hacia adentro, la reconozco solo por su cabello, está muy distinta al día de ayer, lleva un suéter negro ancho que le tapa los muslos y unos pantalones anchos también negros, ayer ella andaba con su ropa de escuela, se ve distinta. El lugar es grande y no hay mucha gente, asiqué decido entrar.

-¿Te parece si practicamos aquí? – le digo al oído mientras está de espaldas haciendo que de un salto del susto – lo siento no fue mi intención asustarte – ¿cuánto rato llevas ahí? – solo unos minutos, déjame ayudarte – tomo los café y los llevo a una mesa. La siento algo distraída, no quiero preguntar, no me mira igual que todas las chicas que conozco, por lo general se vuelven locas cuando les pido que nos reunamos, ella no, está completamente desinteresada – ¿ensayamos aquí o en el parque? – pregunta rompiendo el silencio - ¿Dónde te sientes más cómoda? – en el parque, no hay tanta gente a esta hora – bien, terminemos el café y vamos-

Muestra total desinterés por estar conmigo, es más siento que me tiene miedo, no soy capaz de leer sus expresiones – traje los diálogos – dice sacando su cuaderno de una mochila - ¿Te puedo preguntar algo? – me mira extrañada – si - ¿Por qué de negro? – me siento cómoda, no me gusta mucho usar colores, llaman la atención – dice sentándose sobre el pasto – ¿vamos a ensayar o preguntaras otras cosas? - ¿Puedo preguntar? – suspira sin mirarme – ok, entonces ensayemos – es curiosamente atractiva para mí.

Lucy —¿Te vas a marchar? Todavía no se acerca el día; era el ruiseñor, y no la alondra, lo que traspasó el temeroso hueco de tu oído; de noche, canta en ese granado; créeme, amor, era el ruiseñor.

-¿Enserio? ¿No le vas a poner más ganas? – primera vez que hago algo así, por eso no quería ir – se esconde entre sus piernas – e visto muchas veces la obra y varias películas, sé cómo debería hablar pero no me sale - ¿Entonces sabes que está escena es cuando despiertan juntos después de su primera noche? – si-

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