Capítulo III

–Gracias Señor Spencer…perdón señor James –más roja que un tomate

–Debemos practicar eso de usar el “señor” conmigo

Al salir hacia la mansión Danielle queda maravillada con toda la elegancia de aquel vecindario, en especial por los jardines que rodean la propiedad de los Spencer, al llegar a la mansión son recibidos por un enorme perro pitbull de tres años…

–Bien Danielle, te advierto tengo un perro que no recibe bien a los extraños

–Eh ¿Por qué?

–Es rescatado, lo usaban en esas asquerosas peleas ilegales

–Eso es una crueldad –bajando su cabecita– entonces ¿ese perro me va a morder?

–No si yo no lo dejo, bien entremos

–¿Cómo se llama el perro?

–Se llama Pick –al entrar el perro se acerca corriendo y frena en seco al ver a Danielle– ¿Qué pasa Pick? –se gira y ve a Danielle con sus ojitos llenos de lágrimas– ¿Qué pasa Danielle?

–¿Ma…Max? –se acerca y el perro se arroja a sus brazos– ¡Max, pensé que estabas muerto! –llorando mientras abraza al perro que mueve su cola

–¿De dónde conoces a este perro?

–Era mío –James se queda pasmado– mi papá me lo dio cuando cumplí los trece años, pero cuando tenía dos años me lo robaron; me sentí horrible al ver como lo subían a esa camioneta y no pude hacer nada –nota que Max tiene cortadas sus orejas– ¿Qué te hicieron mi amigo? Señor James ¿Dónde lo encontró?

–En la mansión de al lado, hicieron una redada y confiscaron muchos perros, entre ellos a Pick y me di cuenta de que él no tenía ese temperamento agresivo y decidí quedármelo, ahora entiendo porque escapaba tanto; quería buscar a su dueña

–Estás tan lindo, bueno estás enorme pero se nota que te han cuidado bien –el perro le lame la nariz– si yo también te extrañe mucho ¿Max, Pick?

James sonriendo se acerca y acaricia el perro– si su nombre original era Max puede seguir llamándose así –en ese momento se acerca un joven un poco más mayor que Danielle y el perro al sentirlo se gira y le gruñe– ¿Qué quieres Henry?

–Solo vine a ver porque el perro no ladraba como loco –se queda pasmado al ver a Danielle– ¿no se supone que no tienes novia? ¿Por qué trajiste a una niña? –Danielle se sonroja en el acto y Max le gruñe y muestra los dientes–

–Ves Dani, por animales como este te tengo que defender, Henry ¿eres ciego? Si te fijaras bien notarias que mi acompañante no es mi novia

–¡¿Eres una acompañante?! –Danielle sonrojada asienta con su cabecita– bueno eres linda no lo niego, bien me presento soy Henry Lennox y soy el primo de Lord James alias tempano de hielo

Danielle sonrojada hace una reverencia– es…es un placer señor Lennox 

–El placer es mío encanto “esta niña es muy linda, puedo intentar ganármela tiene escrito viólame por favor en toda su frente” –sonriendo

–Ni pienses en acercarte a Danielle

–Yo no he dicho nada primo

–Porque te conozco sé lo que tramas –Max le ladra a Henry– ves Max me da la razón, ven Dani te mostrare tu habitación y de paso te presentare al personal –sube con Danielle y Max hasta una de las habitaciones de puertas dobles– bienvenida Danielle

–¿Esto es una habitación? –pasmada– es enorme casi del tamaño de todo el departamento de Sophie –la habitación tiene una enorme cama con dosel, dos mesas de noche cada una con su lampara, una pequeña mesa y al lado de esta una silla, un sofá en frente de una chimenea, baño y junto a este está el closet– ¿enserio voy a dormir acá? –sonrojada

–Sí ¿Por qué lo dudas? –sin que Danielle se dé cuenta cierra la puerta con seguro– y eso que no has visto todo –toma un pequeño control, apunta a la pared sobre la chimenea, hace click y sale un televisor pantalla plana de ciento veinte pulgadas– cuando quieras ver algún programa de tv solo haces click con este control, cuando el tv esté apagado la pared se cerrará sola

Pasmada Danielle mira a su alrededor todo – esto es más de lo que yo imaginaba ¿hay más que ver?

–Sí ven conmigo –entra al baño con Danielle y este tiene una ducha con puerta de cristal, una enorme tina y un gran espejo– ¿Qué te parece?

–Es enorme, sí le dijera a mi amiga Sophie no me lo creería –sonrojada

James toma de la mano a Danielle y la lleva a una puerta contigua– mira este es tu closet –Danielle ve que todas sus cosas están acomodadas– antes de que lo olvide, Danielle en las noches cierra tu puerta con seguro y no abras por más que toquen

–¿Por qué señor James?

–Porque Henry tiene la manía si se quiere decir así de entrar en la habitación de mis visitas y hacerles cosas ¿me hago entender? –Danielle se sonroja y asienta con su cabecita– si yo no te voy a hacer nada Henry no tiene por qué acercarse a ti y para eso tengo ayuda ¿verdad Max? –Max ladra y se acerca a Danielle, James se acerca a una puerta y la abre– esta puerta conecta tu habitación con la mía, así que si yo quiero entrar no tengo porque salir al pasillo ¿entiendes? –Danielle asienta con su cabecita– bien antes de que nos llamen a cenar –se acerca y toma a Danielle por la cintura

Danielle sonrojada como un tomate siente el agarre en su pequeña y delicada cintura – ¿Qué…que hace Señor James?

–¿Acaso no es obvio? –Danielle se sonroja aún más– Dani ante el público tengo que aparentar una vida sin excesos, pero todos saben que yo puedo tener la mujer que quiera –besando el cuello de Danielle y quitando su boina

–Pe…pero…yo…etto –James lo besa en los labios y acaricia sin miramientos–“¿Por qué me gusta esto? Se supone no debe gustarme ¿o sí?” ¿Qué quiere hacer conmigo? –sollozando

–Nada que tú no quieras Dani –secando y besando cada ojito con cuidado– pero como soy un caballero te voy a decir que todas las noches vendré a verte, así solo sea para hablar o para verte dormir –Danielle abre sus ojitos como platos– ven vamos a cenar –besando a Danielle en los labios– por cierto…

–¿Qué pasa Señor James?

James se acerca y le susurra a Danielle– para no haber besado a nadie tienes unos labios en verdad deliciosos –Danielle se pone roja como un tomate

Esa noche Danielle se dispone a cenar en el enorme comedor de la mansión, ella se sienta al lado de James y en medio de los dos está Max; Henry cena lo más lejos que puede de ellos porque el perro no lo deja acercarse, Danielle conoce a todos los empleados de la mansión incluida la nana de James. Al terminar sube y como James le dijera le coloca el seguro a la puerta sin mencionar que Max entra con ella a la habitación; la verdad no sabe lo que le depara el destino al vivir en esa mansión, entra al baño y se da un baño a conciencia, Sophie le ha contado que a los hombres de ese tipo les gusta que sus acompañantes siempre estén limpias y perfumadas así no las toquen, al salir de su baño seca su cabello, lo trenza y se acuesta a dormir. A eso de la media noche escucha que alguien toca la puerta…

Danielle despierta y ve a Max parado en frente de la puerta y gruñendo– Max ¿Qué te pasa? –escucha que alguien toca la puerta y se asusta– “debe ser ese hombre, desde que lo vi no me agradó” Max ven conmigo, puedes subirte a la cama –Max se gira y se acerca a la cama, sube y se acurruca al borde de la cama– James, tengo miedo –se acurruca en la cama y trata de quedarse dormido–

Afuera de la habitación

Tocando la puerta y girando el pomo como un loco– ¿Por qué no puedo abrir la puerta? Esa niña está demasiado linda como para que sea de James, ese culo tiene que ser mío –intenta volver a abrir la puerta cuando siente una mano en su hombro– James ¿Qué pasa?

–¿Se te perdió algo? –arqueando una ceja–

–¿Po…por qué preguntas? “m****a ¿Cómo supo que estaba acá?”

–Porque está no es tú habitación ¿Qué haces en la puerta de Danielle?

–Nada, no estoy haciendo nada –James lo toma por el cuello de la camisa– de acuerdo, ya puedes bajarme no voy a hacerle nada a tu niña

–No voy a dejarte que la lastimes, como lastimaste a Camila

–Camila era una llorona, debió decirme que era virgen –James le da un puño en el estómago– cogh, cogh ¡ok, ok me voy me voy, pero no tienes que ser tan agresivo!

–Camila era la hija de una amiga de mi madre y por lo que hiciste quien sabe dónde está ahora te largas y no te vas a acercar a Danielle que no se te olvide que Max está con ella y voy a dejar que te arranque las bolas si te atreves a tocarle un cabello a Danielle –le da la espalda y entra en su habitación– no voy a dejar que la lastime, primero muerto –gira el pomo de la puerta y entra en la habitación de Danielle, al entrar ve a Max durmiendo al borde de la cama y alcanza a notar un temblor debajo de las cobijas– Dani… –se acerca y acaricia la cabecita de Danielle, este se descubre y está sollozando– ¿Qué pasa?

–¿Era ese hombre verdad? Max estaba gruñendo hacia la puerta, tenía miedo de que entrara –sintiendo un abrazo de James y escondiendo su carita en su pecho

–Creo que de haber entrado hubiéramos tenido que esconder a Max –sonriendo– él no va a dejar que Henry se te acerque; así que estarás segura mientras estés en la mansión por el verano

–¿Por qué no le agrada a Max?

–Dicen que los perros sienten la energía de las personas, debo suponer que Max siente que ese hombre es un asco de ser humano; no te preocupes él te va a cuidar cuando yo no pueda

–¿Por qué es tan bueno conmigo? –sonrojada hasta las orejitas

“Porque necesito ganarme tu confianza antes de profanarte y dejarte de lado como la perdedora que eres” por qué me agradas Dani, ya te dije y quiero que prosperes en la vida y ya sabes que te voy a ayudar –sonriendo– “si supieras la clase de miserable que era mi padre, lo despreciarías y no desearías ser un medicucho mediocre” bien es hora de que te duermas mañana tengo que ir temprano a mi oficina llegaré tarde en la noche así que puedes hacer lo que gustes, en la mansión hay gimnasio, piscina, un jardín y unos cuantos bosques, eso sí si quieres ir al bosque ve con Max –Danielle asienta con su cabecita, acto seguido recibe un beso en la frente– ¿Por qué usas una pijama tan abrigadora, no te da calor?

–Sí, si me da calor pero no me gusta que nadie vea mi cicatriz –sonrojada– muchas veces de niña me molestaban y me decían que parecía esos cadáveres de las morgues

–Esas personas son idiotas –Danielle lo mira con sus ojitos verdes brillando– “me gusta ese brillo de inocencia, espero pronto apagar ese brillo” yo nunca te voy a decir algo respecto a tu cicatriz –besando a Danielle– hasta más tarde

–Hasta…más tarde –se acurruca en la cama y vuelve a dormir–

James entra a su habitación y esboza una muy malvada sonrisa– que niña tan tonta; ¿estudiar medicina, querer agradecer a mi padre por salvarle su patética existencia? Ay por favor, Danielle; que ridícula puedes ser, cuando sepas que la vida que imaginas es tan patética y absurda desearas la muerte; pero hasta que no logre lo que quiero tengo que ganarme tu confianza niña imbécil –se acuesta a dormir

A la mañana siguiente James entra a la habitación de Danielle y la ve durmiendo dulcemente mientras abraza a Max, luego de eso sale y se dirige a su oficina; puesto que tiene varios compromisos; a eso de las diez de la mañana entra en la habitación de Danielle por la puerta una mujer anciana, con un parche en uno de sus ojos llevando el desayuno de la adolescente y del perro…

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