Casi podía ver su cara y escuchar su voz de niña caprichosa, hablar con ella me distraía de todo. Éramos como hermanas desde el momento que nos conocimos en preescolar, fue algo instantáneo, de ahí en adelante hemos pasado todo juntas y nos ayudamos a superar nuestros problemas. Sabía que pasará lo que pasará siempre podía contar con ella y viceversa.

-Ufa... que voy a hacer contigo? Nos vemos mañana, me voy a entrenar antes de dormir. Te quiero tonta...!

-Esta bien, no te fuerces demaciado. Te quiero...!

Necesitaba gastar energía y distraer mi mente así que me dirigí al gimnacio que mis padres me armaron en el sótano de la casa, eso era parte de las cosas extrañas que estaban pasando. Hace alrededor de 3 años empecé a sentirme como sobrepasada de energía y les pedí a mis padres para poder anotarme en un gym, ellos en respuesta a eso me construyeron uno en el sótano como para evitar que pase tiempo fuera de la casa.

Luego de pasar unas 3 horas entrenando fui a la cocina a tomar un poco de agua y poder ducharme pero me detuve en seco cuando escuché la voz de mi papá.

No lo pensé solo camine en silencio hacia su habitación, pude escuchar algo de su conversación y me dejó más confundida de lo que ya estaba...

-Hay que buscar una solución lo antes posible, esto no puede seguir así (...) Se nos esta yendo de las manos (...) No me interesa eso solo quiero que esto pare no puedo más con estás mentiras (...) Si lo averigua vamos a estar en problemas (...) Porque siempre tienes que complicarlo todo? (...) Vamos a perderla si esto sigue así (...) Ya basta! No lo soportaré más.

Se pudo escuchar claro cuando colgó y tiro su celular sobre la mesa de su habitación, yo quedé helada, nunca lo había escuchado hablar así con nadie menos con mamá.

-Porque sigues jugando con fuego así? No tuviste ya suficiente? Esto no puede seguir así, no voy a permitir que sigas haciendo esto. Hasta acá llegue yo...

Casi muero cuando lo escuché pensar en voz alta, creí que me había visto o escuchado, que diablos está pasando con ellos? No podía sacarme esa pregunta de la cabeza.

Me fui retirando en silencio hacia mi cuarto, busque mi ropa de cama y camine hacia la ducha. Mientras el agua tibia me recorría yo no podía sacarme las palabras de mi padre de la cabeza, no podía entender nada de lo que estaba pasando, lo peor era que estaba enojada y no sabía porque. Eso era otra cosa que me pasaba últimamente, me sentía frustrada y enojada la mayor parte del tiempo, Flora era la que me ayudaba a mantenerme a tierra. Esa noche me costó dormirme y aunque me acosté enojada pensando en mis padres pase toda la noche soñando con ese hombre del semáforo, quien era y porque no lo puedo sacar de mi cabeza?

En mi sueño repetía lo que había pasado en el auto y de repente escuché una voz a mi lado -Debes buscarlo Carla, no lo dejes ir... Cuando volteé sentada a mi lado se encontraba una mujer muy extraña, nunca la había visto pero me resultaba muy familiar.