1. El rechazo de un raza pura.

Años atrás.

Axel vio que todas las personas a su alrededor se le quedaban viendo, él no entendía qué estaba pasando o qué demonios querían ellos con él, pero de lo que sí estaba seguro es que no iba a durar ni cinco minutos a la par con esas personas.

Es un alfa, sin embargo, fue abandonado por su familia. Estudiaba en una escuela de niños ricos, gracias a la beca que ganó con su esfuerzo y el de otros chicos de su edad.

Era novio de una de las mujeres más hermosas de todo el pueblo, lo cual dejaba mucho que decir de lo guapo que era. Nadie entendía cómo esa mujer pudo caer bajo sus encantos si él era un muerto de hambre que ni tenía un techo propio.

— Amor —dijo Jade, su novia—. ¿Cómo has estado? —preguntó la chica abrazándolo—. Pregunto, porque te noto tenso y nunca te he visto de ese modo antes.

— No lo sé, las personas se me quedan mirando de forma extraña y eso me tiene un poco nervioso, pero descuida, no es algo que no pueda lidiar —sonrió encantado hacia su novia—. ¿Iremos al parque esta noche como me dijiste?

— Sí, iremos a pasar un rato con los chicos —Jade entrelazó su brazo con el de él—. Quiero que todos sepan que eres mi alfa para que al fin dejen de molestarte.

— No creo que ellos dejen de molestarme —Axel movió su cuello de un lado a otro—. Será mejor que me vaya a mi casa. ¿Te paso a buscar?

— No es necesario que lo hagas —Jade miró hacia atrás—. Debo hacer algunas cosas con mi familia.

— Entiendo, nos vemos más tarde.

Regresó a su casa, mejor dicho, a la que los del orfanato le dieron para que esté tranquilo y feliz mientras terminaba sus estudios. Su pecho comenzó a dolerle y cuando la noche cayó, algo no andaba bien. Había más personas de las que podía contar y cada uno de ellos iba a su escuela.

No vayas —le dijo su lobo—. Algo no anda bien. Es una trampa.

— Tengo que ir —decretó—. Mi novia estará ahí y yo necesito verla —salió de la casa, y metió las manos en sus bolsillos—. Si veo que algo no anda bien. Me iré.

Axel, en serio. Quédate en la casa con los otros chicos. Nunca has visto a tus compañeros de noche caminando todos en una misma dirección.

Cortó el enlace con su lobo y siguió su camino. Sin importar el dolor de cabeza que se le atravesó de repente, siguió su camino. Sonrió hacia su novia, su futura esposa y la mujer que más quería en ese momento. Ella se alejó de sus amigos para ir hacia él, no sin antes, sonreírles a los otros y decirles algo.

— Veo que te animaste en venir —dijo Jade, tomando su brazo—. Vamos, quiero decirte algo.

— ¿Por qué no me lo dices aquí? —preguntó confundido—. ¿Qué es lo que tanto hablabas con esas personas? ¿Pasó algo?

— No, quiero decirte algo que te va a gustar.

Jade lo llevó hasta la parte de atrás de una tarima, sin embargo, él no se daba cuenta de todas las señales que su lobo le estaba enviando, hasta de las pequeñas cosas que no debían estar ahí en primer lugar. Ella se detuvo de repente, mirando hacia todos lados, hasta que dio unos pasos hacia atrás y antes de que él pudiera decirle algo, ella habló.

— Yo Jade luna de la manada del alfa Gerald, te rechazo a ti, Axel sin nada —dijo con voz burlona—. Como mi alfa, mate y futuro alfa de mi vida. 

— ¿Qué? —trató de tocarla, pero la tela que los mantenía ocultos cayó de golpe y él lo único que pudo ver fue a sus compañeros de escuela grabando con sus teléfonos, al igual que reían—. Jade, por favor.

— ¿Pensaste que sería la mujer de un ser tan insignificante como tú? —la omega, ladeó la cabeza mirándolo con burla—. Por favor, Axel, ni apellidos tienes y quieres que yo sea tu luna, pedazo de m****a —escupió—. Mi alfa siempre será Gerald, todo esto fue parte de una apuesta y todos lo sabían, menos tú.

— ¿Una apuesta? —su pecho se apretó—. ¿Me usaste durante meses para cumplir una apuesta?

— Tal y como lo escuchas —dijo Gerald—. Ella es mi novia y todo fue parte de una apuesta que hicimos entre todos y yo la gané —levantó un fajo de dinero—. Jade decidió unirse como parte de la apuesta y fue tan fácil hacerlo, porque supusiste que ella estaba perdidamente enamorada de ti, que era la mujer de tus sueños y es algo falso.

— Ustedes son unos hijos de puta —gruñó apretando los puños—. Todo este tiempo…

— Tenía que ir al baño a vomitar cada vez que me besabas —Jade se notaba feliz por lo que había hecho—. Espero que te guste todo lo que verás a continuación.

Axel observó una de las pantallas puestas, y algunos videos se mostraron de todas las expresiones que hacía Jade cuando estaba con él, la cara de asco y los deseos de querer vomitar luego de sus besos. Hasta las reuniones que se hacían para los estudiantes, todos hablaban del rechazo del huérfano. A duras penas podía con su vida, lo peor de todo es que tenía que estar siempre a la par de todos ellos.

El día de su graduación no tuvo la cara para poder ir a ese sitio, tomó su traje y se lo puso para ir al puente que se quedó abandonado hace muchos años. Tenía una botella de Ron, subió sus piernas en el barandal del puente y le dio un largo sorbo a su botella.

— No hay nada más espantoso que un alfa rechazado y soy yo —dejó caer la botella en el río y se preparó para lanzarse, hasta que alguien tomó su brazo y lo echó hacia atrás.

— No tan rápido, pequeño rechazado.

— ¿Quién es usted? —preguntó Axel asustado—. ¿Por qué ha hecho esto?

— Porque quiero que tú estés conmigo, necesito un favor —dijo el alfa mayor—. Ando en busca de cinco bastardos, y tú tienes que ser el mayor de ellos —informó con una enorme sonrisa en su rostro.

— ¿Se volvió loco?

— Para nada, tú quieres venganza, y yo necesito de un hijo que pueda cumplir con todas mis cosas… ¿Aceptas, pequeño rechazado?

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