Capítulo 4: Conviviendo

La luna aún estaba reinando en el cielo, pero al mismo tiempo se podían notar algunos destellos naranjas en el cielo: indicando que el amanecer se estaba acercando, pero este hermoso paisaje era ignorado por cierto castaño que se encontraba aun en el reino de Morfeo soñando con ese alfa pelinegro que conoció el día anterior, pero nada dura para siempre ya que de pronto empezó a sentir que alguien lo movía.

- Hmmm… no… aun quiero dormir… - se quejó Akira moviéndose un poco para volverse acomodar y regresar a sus lindos sueños.

-Aki-nii… – le dijo una vocecita al oído.

Con algo de pereza el castaño abrió los ojos mientras los restregaba con su puño, notando a un pequeño pelinegro de cabello ligeramente esponjado, ojos verdes y tés clara, que le miraban divertido, el cual llevaba puesto un pijama con estampado de vaca.

- Ah… - bostezo el castaño sentándose en la cama – Taiki-chan es muy temprano para que juguemos – hablo de forma tranquila mirando al menor, el cual solo le miro con enojo.

- Por eso papá te sigue diciendo que eres algo torpe Akira, yo solo quería salvarte de tu tortura matutina para que te alistes sin que te lo diga, pero veo que a ti te gusta que te regañen – se quejó el menor mientras hacia un ligero puchero.

Ante las palabras del pequeño, Akira al fin termino por despertar y mirar el despertador que tenía en la mesa de noche que estaba junto a su cama: 5:15am, en eso su cara quedo azul ya que para el estricto de su tío eso ya era tarde y eso significaría 450 vueltas alrededor de la mansión y 600 abdominales, además del hecho que debía desayunar lo que su “tía” le había preparado y alistarse y cuidadito con llegar tarde a clases porque lo mataba ahí mismo o le tendría preparado un entrenamiento especial para cuando regresara de la escuela.

- Taiki-chan, gracias – le dijo revolviéndole ligeramente los cabellos al pequeño para luego levantarse rápidamente para entrar al baño a arreglarse. De cierta forma agradecía que su pequeño primo tuviera más el carácter de su “mamá” que de su padre… en eso fue recordando cuando su tío lo llevo a vivir a su casa…

Para esos días Akira tenía 8 años, un año de haberse alejado de sus tóxicos padres los cuales al ver que alguien se haría cargo de su mocoso, estos decidieron irse de viaje por el mundo argumentando que lo merecían después del maltrato que recibieron… Al principio el pequeño se sentía algo incómodo al empezar a vivir en la casa de sus tíos ya que ellos tenían un bebe de apenas 3 años, pero se sorprendió al notar que tanto su tío Yuudai como su pareja, le mimaban y cuidaban como si igual fuera su propio hijo, por ello se encariño mucho con su pequeño primo, al cual consideraba su hermano menor. De cierta forma en la casa todos los días siempre era una gran experiencia ya que se sorprendía de ver que la personalidad de su tío Touma complementaba con la sádica de su tío Yuudai, pero al mismo tiempo se podía notar el amor que ellos se tenían.

Por ello de cierta forma no le sorprendió que su primo fuera un omega tras su debut, ya que tenía más de la personalidad de Touma, pero a veces le salía su lado sádico reluciendo los genes de Yuudai. Ahí descubrió que haber sido educado como omega a la fuerza por sus padres resulto ser algo ventajoso, ya que logro ayudar y proteger a su pequeño primo cuando debuto como omega ya que ocurrió en el parque donde estuvo a punto de ser violado por los alfas que estaban a su alrededor, pero con un rápido movimiento el castaño los mando a volar y enseguida tomar a su primo y llevarlo a casa para darle unas pastillas para que nivelara su aroma y lo ayudaran a relajarse. Desde ese día era normal para Akira cargar con algunos medicamentos que ayuden a controlar el aroma del celo y evitar que se pierda la cordura, ya que por lo general el cuidaba del pequeño.

Al salir ya arreglado del baño noto que su primo realmente lo despertó para robarle la cama ya que se encontraba descansando cómodamente mientras tenía abrazado un osito de felpa. El castaño lo sabía fue engañado por el pequeño, pero tampoco se quejó, por lo que busco taparle adecuadamente para salir sin hacer ruido de la habitación e irse a desayunar.

Al llegar a la cocina se encontró con sus tíos los cuales ya lo esperaban para desayunar. Al terminar el desayuno tomo sus cosas y partió a la escuela, done al llegar fue directamente a la oficina del director para presentarse, pero ahí noto algo curioso: el director se le hacía muy familiar.

- Buenos días, mi nombre es Akira De Angelis, gracias por aceptarme en su escuela – saludo de forma educada el castaño.

- Bienvenido Akira-kun, espero que tu tiempo aquí sea agradable – le contesto el director sonriéndole – mi nombre es… - pero en eso sus palabras fueron interrumpidas ya que alguien había tocado la puerta – adelante – dijo en seguida.

Entonces como si fuera una coincidencia muy feliz, Akira noto que la persona que entraba a la dirección era el alfa pelinegro que conoció ayer.

- ¡Takahashi-san!, ¿también estudias aquí? – saludo el castaño, obteniendo una mirada de enojo por parte del pelinegro de mirada azul como respuesta.

- ¿Qué haces tú aquí? – le regaño Hiro mirándolo con enojo.

Por su parte, Yumiko estaba impresionado por muchas cosas: en primera que el alumno nuevo conociera a su sobrino, segunda que lo tratara con esa confianza y tercera, y más sorprendente que su sobrino hablara con él sin que existieran amenazas de por medio.

- Perdón por interrumpirles muchachos, pero Hiro, ¿de dónde se conocen?  – pregunto algo divertido el mayor.

Por curioso que pareciera, en ese momento la mirada de Akira demostró molestia, ya que el mayor se dirigió al pelinegro por su nombre; era verdad que si le quería podía haberlo llamado por su nombre ya que esa costumbre de hablar por los apellidos a los desconocidos no se aplica en Italia, pero quiso empezar un buen acercamiento con su nuevo amigo y por ello le llamo por su apellido, pero por dentro sentía celos de que el director si dirigiera a él con esa familiaridad.

- … - quería matar a alguien en ese momento, ese era el sentimiento que sentía Hiro en ese momento, el torpe del castaño había hablado demás y ahora sabía que su tío no dejaría de fastidiarle hasta tener una respuesta verdadera y sincera de su parte.

- Interpretare ese silencio como un: te lo cuento en casa – volvió a hablar divertido el pelinegro, pero en eso noto la mirada que le dirigía el castaño, por lo que simplemente atino a sonreír de lado: al parecer alguien quiere ser cercano a su sobrino, pues que lastima… el llego primero y no se la dejaría tan fácil – es bueno saber que se conocen – continúo hablando de forma normal – Akira-kun, Hiro te dará un recorrido por el campus y después te informara de tus materias y horarios.

Los chicos hicieron una ligera reverencia y salieron de la dirección para empezar el recorrido.

- No pensé volverte a ver tan pronto, Takahashi-san – comento alegre el castaño.

- … - Hiro solo lo miro de reojo mientras seguía concentrado en caminar, a pesar de ser la segunda vez que se veían y el castaño ya lo trataba de forma amistosa… y lo peor es que a él no le incomodaba en absoluto.

- Cierto, que relación tienes con el director – pregunto Akira con algo de celos en su voz.

- Mi tío – contesto simplemente Hiro sonriendo de lado, ya que noto el cambio de humor del castaño y por un momento pudo ver un reflejo naranja en sus ojos – ¿porque finges? – le pregunto girándose y mirándolo a ver a los ojos.

- ¿Finjo? – repitió el castaño sin entender a que se refiera.

- ¿Por qué aparentas ser alguien débil? -  le volvió a preguntar mirándolo con algo de enojo.

- Ah… - le respondió sonriéndole - porque no necesito probarle nada a nadie – hablo con gran seguridad mientras le sonreía de lado. Acción que provoco que cierto pelinegro lo mirara sorprendido por un momento y apareciera un ligero sonrojo en sus mejillas para luego girarse y seguir caminando.

Al terminar el recorrido llegaron al salón del comité disciplinario, donde Hiro le paso sus horarios y le indico el aula donde estudiaría y para sorpresa del castaño ambos estaban en la misma clase.

Las clases no fueron para nada relevantes para Akira ya que todo eso lo sabía porque su tío Yuudai se tomó la amabilidad de educarlo de forma correcta argumentando que su intelecto debía estar a la altura de su fuerza y su nivel de alfa, pero la verdad eso no le molestaba ya que podía estar cerca de su nuevo amigo.

La semana paso y a pesar de pasarla entre los entrenamientos espartanos, el papeleo de la empresa, sus momentos de paz eran cuando estaba en la escuela ya que ahí podía buscar alguna excusa para pasar más tiempo con su nuevo amigo y conocer más de él, de hecho se sorprendió al enterarse de que la familia Takahashi era la dueña de la escuela y eso lo descubrió porque notaba que Hiro podía hacer y deshacer todo en la escuela a su antojo, aunque también noto que otros alfas trataban con odio o miedo al pelinegro.

De hecho, el peor de todos era un tal Mako Kimura: un alfa “mediocre”, como lo describiría su tío Yuudai, ya que era de un rango intermedio, pero se creía el mejor de todos solo por tener dinero y notaba que miraba con celos y furia al pelinegro ya que era su único rival. Kimura también busco molestar a Akira por ser el nuevo argumentando que los omegas hombres eran la cosa más asquerosa del mundo, en esa ocasión el castaño no hizo nada para defenderse ya que primero busco analizar a su rival y medir sus fuerzas pero resulto ser alguien con quien no valía la pena esforzarse; lo que si enojo y saco de sus casillas al castaño fue que días después ese imbécil buscaba cortejarlo porque se enteró que “De Angelis” no era un apellido cualquiera en Italia, si no que era de los más importantes y poderosos de ese país y que el castaño estuviera ahí era por negocios familiares, pero buscando ignorarlo, ingeniándoselas para perder de vista a ese interesado y pasar tiempo con su pelinegro, porque si era suyo y buscaría monopolizarlo y mandar al diablo el hecho de que el amor entre dos alfas no se pueda o se viera mal.

Ya era el fin de otra semana más y se encontraba ayudando al pelinegro a revisar algunas facturas pendientes que tenía la escuela.

Era cierto que el odiaba el papeleo con toda su alma y lo consideraba su gran enemigo mortal, pero si su eterno rival le conseguía tiempo a solas con el pelinegro, ambos podían hacer una tregua.

En eso el silencio de la habitación se rompió por una suave melodía, ante eso Akira se extrañó de que su celular sonara y hasta a Hiro se le hizo raro ya que en todo el tiempo que estaba con el castaño jamás le habían llamado.

- Disculpa – se disculpó para ponerse de pie y acercarse a la ventana para tener mejor reacción, al ver el número que llamaba inmediatamente contesto – ¿Sí?... ¡Que!... ¡Donde está ahora! – Hiro se extrañó ante la actitud del castaño ya que al parecer la llamada le estaba alterando y se veía realmente enojado – voy enseguida, más les vale que no le pase nada a Taiki o los mato – dijo finalizando la llamada para girarse rápidamente a ver al pelinegro – perdón Takahashi-san, debo retirarme ocurrió algo delicado y debo irme – hablo haciendo una reverencia rápida y sin más salió corriendo rápidamente sin dejar que el contrario pudiera pronunciar palabra alguna.

Decir que estaba sorprendido era quedarse corto: una parte de él estaba sorprendido del drástico cambio de humor del castaño ya que nunca lo había visto demostrar esas emociones en la escuela, pero por lo visto ese tal “Taiki” era alguien importante ya que dejo todo para ir a su lado; ante ese pensamiento empezó a sentir celos, ya que por lo visto el castaño ya tenía alguien especial y ahora él se sentía triste porque había encontrado a alguien interesante y por lo visto esa persona ya tenía dueño, por ello se paró de su escritorio y fue a dar sus rondas olvidando igual el papeleo ya que tenía ganas de desahogarse con la primera persona que encontrara en su camino.

Hiro estaba tan metido en sus pensamientos que nunca noto que alguien lo observaba y en ese momento esa persona tenía un semblante serio ya que al ver su reacción solo confirmaba sus sospechas: su lindo sobrino se interesó por el castaño.

Era verdad que si comparábamos: Yumiko realmente no parecía un alfa a comparación de su hermano gemelo, ya que él era una persona tranquila y de ser posible evitaba los conflictos, pero cuando se trataba de la familia olvidaba todo eso y dejaba relucir por que la familia Takahashi era la tan poderosa y temida en todo Japón. Era verdad que la noticia de que el pequeño Hiro fuera omega fue un golpe muy sorpresivo para todos y al contrario de lo que muchas familias adineradas hacían, al chico se le siguió criando como un alfa ya que eso estaba en sus genes e igual ambos hermanos decidieron y juraron en silencio que protegerían a su pequeño hijo-sobrino de cualquiera que quisiera ser su pretendiente.

Por ello en ese momento Yumiko hizo que aquel juramento empezara a llevarse a cabo por lo que saco su teléfono celular para marcar a un número en específico.

- Nii-san lo que más temíamos ha empezado a ocurrir – comento mientras que su mirada se oscurecía y una sonrisa sádica se le dibujaba en su rostro – Si… y él está interesado… si… tranquilo yo los he vigilado todo este tiempo… me parece perfecto, entonces ustedes regresaran en 3 días… si no te preocupes yo arreglo todo… ok nos vemos, cuídense y buen viaje – dijo para finalizar la llamada – bueno Akira espero que estés preparado porque no te dejaremos tomarlo tan fácilmente – hablo para si a la vez que guardaba su teléfono y sonreía para girarse mientras mandaba un mensaje a otra persona.

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