Cap 4.

C A P I T U L O 4.

Y así pasó toda semana, trabajar con el señor Kenneth.

No fue tan malo, por decirlo así, pues ha sido taciturno.

Ni me dirije la palabra ni le dirijo la palabra, sólo a lo relativo a la empresa.

Gracias al cielo no me he encontrado a Pedro.

Pude conocer mejor a Sofía y la razón de su risa falsa, pues es madre soltera y su niña de tres añitos es un poco enfermiza y esa es la razón de tanto cansancio y poco dormir, es como una empleada automática, solo hace su trabajo y trata de mantener la cordura de todo, la entiendo perfectamente.

Estamos en el despacho/oficina del jefe revisando el papeleo de las estadísticas de las últimas semanas y ha superado la expectativas de muchos.

El señor Mulder siguió mi consejo y ha mejorado la economía, me ha enviado unas rosas con una carta pidiendo disculpas, por lo menos sabe disculparse.

—Señorita Roselyn —levanto la mirada para encontrar a un Kenneth leyendo unos documentos—mañana nos vamos a Ann Arbor, pues vamos ha reforzar lazos con una empresa allá y necesito de su compañía.

—Ok, señor ¿y a que hora?

—Mañana debe estar acá a las siete, el chofer nos esperará. Y véngase desayunada, es una hora de viaje y llegaremos exacto para la reunión y además nos quedaremos para la inauguración de un hotel allí.

—Ok, —se levantó y salió del lugar.

Guau, hasta por fin me habla. 

Vuelve a entrar.

—Ahh y digale a Sofía que le pase los documentos para que los estudie y mañana vayamos preparados.

—Ok, señor.

Salí en busca de Sofía.

—Sofi ¿Como estas? ¿Como sigue Cici?.

—Gracias por preguntar, ella está bien... mejor.  Aquí está los archivos que tienes que ver son de los Hannibal.

—Gracias, si necesitas algo me avisas —ella tiene un momento muy malo.

Salgo del lugar ya que me dieron la tarde libre para ponerme al día con todo y mañana ir a Ann Arbor, que más, tengo que ir.

—¿Y tú no vas? —estoy lavando los platos.

—Nah Amiga, tengo que hacer aquí otras cosas importantes. Y además vas a estar con él. Es guapísimo...

—Por favor Claudia, soy de California. Lo guapo no me impresiona. Tiene que haber algo más y además es tan callado, me sorprendió que me dirigiera la palabra —termine de acomodar todo y volteo a verle la cara de 'el es guapísimo'—ya tengo que ir a mi habitación voy a acomodar mis cosas, son dos largos días en el infierno.

—Tranquila, no te pasará nada —me abraza

—Lo sé pero, Kiki yo no quiero volver atrás sólo quiero enfrentar todo —los ojos se me cristalizan—y además voy a comprar la comida ya que no quieres que te de nada por mi alojamiento, tengo que hacer algo no me quiero sentir inútil.

—No lo eres, el departamento es mío y me siento sola tu me haces compañía y gracias por quedarte aquí —me limpia las lágrimas—y déjame decirte que tu amado novio, el cabeza hueca ese, está molesto porque casi le ganamos y tus acciones ya están a tu poder, mejor dicho ya tienen bienes separados y si tu dices que a él no le va bien los negocios en menos que termine el mes ese tipo estará en banca rota.

—Gracias amiga —la abrazo y me voy a la habitación. 

Mañana es un día que promete.

Ann Arbor allá vamos.

(…)

Ahora en Ann Arbor

Llegamos al hotel Ann Arbor Valley muy lujoso, por supuesto.

—El hotel abrirá sus puertas mañana, así que nos quedaremos y saldremos de regreso a Detroit el domingo.

—Ok señor.

Fui a mi habitación, es la habitación, la cama, la TV, la vista por el balcón, el baño. Que lujoso. No salgo de mi asombro.

De: Sr Kenneth

En cinco minutos bajamos

Guau, hasta por mensaje es odioso.

Llegue antes de los cinco minutos y él ya estaba allí.

—Ok, trajo los documentos —se dirije a mí.

—Si aquí están —se los paso.

—¿Que es esto?

—Los documentos de Hannibal que usted pidió —estoy desubicada.

Y su cara a tornado de amargado a amargado gruñón y con ganas de despedir a alguien y ese alguien soy yo.

—Estos documentos son del año pasado y incluye a los del señor Wesson ¿no puedes hacer algo bien?. Es una tarea fácil —ahora si se alteró y esta alzando la voz, debió equivocarse Sofía pero no la puedo sapiar, ella necesita el trabajo—¿ahora que pasa si perdemos está oportunidad? —¿Es una pregunta retórica?—¿Con la constructora? Se perderían millones de dólares que usted no podrá pagar, creo que ni debe tener en donde caerse muerta  —ahora si me ofendió—y espero por su bien que no sea para mayor —y ahora me amenaza. 

—Señor yo... —nos interrumpen

—Señor llegó el chofer —dice una joven.

—Vámonos y veamos cómo resuelve esto.

No puedo verle la cara, tengo rabia y ganas de caerle a piñazos al jefe.

Los documentos son viejos y no me di cuenta.

Llegamos al restaurante y por supuesto, como todos se imaginan es el restaurante. Impresionante.

Pero más me sorprendió es quien estaba sentado en la mesa con los socios.

—Disculpe la demora —dice el jefe. Ellos voltean y el hombre  no me quita la mirada de encima.

Hablamos de los logros de la empresa y bla bla bla pero no puedo quitar la mirada del hombre está allí. Me duele su presencia. ¿Que hace aquí? No he probado la comida, más por el disgusto del jefe y de paso por ese hombre.

—Disculpen, iré al baño —me levanto y los hombres asienten.

Llegue al baño y me desahógue, lloré, no aguanté.

Que hace el aquí. Después de tantos años. Pasaron casi diez años que no lo veo.

Ya tengo que salir, deben de preguntarse por que no he llegado.

Retoco mi maquillaje que gracias a Dios no se chorreó.

Salgo pero unas manos me detienen.

—Hija ¿que haces aqui?

—No soy tu hija —lo miro a la cara—estoy trabajando...

—Aunque me odies siempre te quise como a una hija —me dice el hombre que ya tiene canas en casi toda su cabeza, es una sensación de odio por una de alegría, en una parte de mi ser, en lo más profundo se alegra de haberlo visto, lo extrañaba, Dios sabe que sí.

—Diez años pasaron y me dejaste.  

—No por que quisiera —me suelta 

—¿Ah no? ¿Entonces?

—Negocios ¡por negocio! —dice y agacha la cabeza

—Negocios, ¿por negocios? claro —salgo pero me hala del brazo.

—Roly espera, déjame explicarte.

—No quiero escucharte —me suelta.

Llego a la mesa pero nadie se percata de mi ausencia, así de importante soy.

—Y usted es la señorita que hizo que nos reuniremos en vano —quedé en shock, estaban hablando de mi.

—Ah yo puedo... —me interrumpe.

—Deberías tener una mejor asistente y despedir a esta yo puedo ayudarte con la búsqueda —guau... asistente, me llamó asistente. Yo no soy una asistente.

—Si he pensado lo mismo —dice mi jefecito.

Estoy roja pero de la impotencia.

—Pero Roly debe tener una explicación —dice Jeremy Wesson.

—¿La conoces? —le pregunta el señor Hannibal.

—Si, ella es hija de Hansen, Paul Hansen.

—¿De verdad? Oh querida cuanto lo siento —hipócrita.

—No se preocupe y lamento esto —señalo la mesa—fue un descuido. Y tendrá consecuencia y me haré responsable de ella.

—Igual a tu padre pero con la cara de tu madre —dice el viejo.

Me sacó una sonrisa.

—Mañana, podrás buscar los documentos y nos reunimos de nuevo ¿podrás hacer eso bien? —se dirije a mí.

Cuando iba a hablar escuche al jefe.

'Lo dudo'—lo dijo en un susurro que yo pude escuchar.

—Si señor —le respondí

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