capítulo III. Las dos caras de la moneda.

Maye Ruíz

No puedo creer lo que está pasando en frente de mi, justo ahora veo que mi pasado esta tocando a mi puerta. Hace días, como una semana no lo sé, algo asi aproximadamente, un hombre que pensé que no conocía se apareció en mi lugar sagrado de descanso que es el Bibliocafé ubicado aquí en Bolivia donde actualmente resido.

Este hombre guapo, joven con barba, no me gustan mucho los hombres así pero a él se le ve sexi, una sonrisa que haría suspirar a cualquier mujer, lástima que yo no sea cualquier mujer, yo soy la mujer que decidió un día darse a respetar y reconocer que, aunque actualmente no tengo cuerpo de modelo, ni soy rubia ojos azules, está morena vale oro y mi cerebro y todo lo que hay dentro de él, no lo podrían igualar esas muertas de hambre que andan por ahí en esas condiciones solo para llamar la atención de un hombre.

Yo no soy de esas, yo sí disfruto de los grandes placeres que nos otorga la vida.

Así que ningún desgraciado va a venir a arruinar mi felicidad, no de nuevo, jamás lo permitiría.

Él y su sonrisa pueden ir hasta la Patagonia si así lo desean, pero no conmigo.

Eso fue algo que pensé desde el primer momento en que lo vi, además tiene un defecto: Está en silla de ruedas, no se lo que le pasaría la verdad, debe ser difícil conseguir una novia en esas condiciones, no se sabría si su cuerpo será funcional, aunque lo mire de reojo y se ve algo fuerte, que se ejercita. Bueno aunque esté más bueno que comer pollo con las manos no pienso caer entre los encantos de un desconocido, he cometido muchos errores en mi corta vida y del último aprendí lo suficiente como para no dejarme engañar por una cara bonita y una sonrisa deslumbrante.

Esta aquí de nuevo intentando convencerme de que lo ayude, volvió de nuevo con lo mismo, este tipo de verdaderamente persistente y yo soy experta en ignorarlo. Cómo ve que no le dio resultado suplicar por mi ayuda noto un ligero cambio de actitud. Sonríe maliciosamente de lado, eso me perturba un poco, coloca las manos sobre la mesa me mira fijamente y dice:

_Muy bien, si así es como quieres jugar entonces juguemos.

Yo estoy perpleja, no entiendo nada.

_ Si lo que me quieres es perturbar no lo lograras, si se atreve a molestarme atengase a las consecuencias.

_ Consecuencias dices? Ja! veamos quién las tiene primero. Se quién eres y de dónde vienes. Vine aquí con el objetivo de hacerte volver, tienes una deuda con la familia Mangolini que debe ser saldada, la forma en que quiero que la pagues es ayudándome a mi y no te cobraré ni un sentavo, solo tienes que firmar este contrato y luego ser mi Esposa.

No se que me indigna más si su su estupidez o sus palabras sin sentido. Si, como no? Ser su esposa por contrato y firmar no se que, le tiró la carpeta en el rostro, quien se cree que es para venir a exigirme, sabía que detrás de esa cara bonita y sexi había un ser sin escrúpulos. Vamos a ver quién es la que le va a firmar ese contrato.

Intento levantarme de la silla donde estoy sentada y su lacayo que anda con él y todo este tiempo estuvo detrás de mí, me lo impide colocando sus sucias manos en mis hombros

_No me toque - le grito - Sueltame!

Niega con la cabeza, yo me volteo y le muerdo una de sus manos, da un fuerte grito de dolor, pero me suelto de su agarre, aprovecho el momento para intentar salir pero, para mi desgracia hay un tipo alto, fornido de esos que son musculosos en la puerta del local que me lo impide.

Me toma del brazo haciéndome una llave, llevándolo justo detrás de mi espalda, doy un gruñido de dolor, porque al parecer no mide su fuerza.

Me lleva nuevamente a la mesa donde está el Diabólico lisiado, obligándome a sentarme nuevamente, quedándose tras de mí.

_ Creo que no te conviene intentar escapar de nuevo, si miras a tú alrededor, todos tienen la vista puesta en nosotros y la que quedará mal eres tú. Todos piensan que eres mi novia fugitiva y yo un simple hombre enamorado que vino a buscarte para poder vivir ese amor que no pudo ser, que huyes de mi porque no te sientes digna.

_ Pudrete.

Me limito a responder.

_ Vaya, vaya, eres todo una fierecilla, justo lo que necesito, una mujer fuerte que no se deje intimidar. Me encanta esa actitud, la necesitarás en el futuro, porque serás la mujer de: Cipriano Mangolini, heredero de un gran imperio empresarial. Sólo tienes que mejorar tú actitud hacia mi, con el resto te puedes seguir comportando así como una mujer salvaje, esa manera de ser me ahorrará muchos problemas y para tú total tranquilidad no me molesta.

Pongo cara de asco y hago como si estuviera vomitando. Él solo sonríe, parece que le complace.

Al mencionar su nombre se que estoy en gravísimos problemas y no puedo escapar de esta al menos que me deje ir por su cuenta.

Resulta que no es otro que el hijo de mi antiguo jefe, quien lleva por nombre: Ernesto Mangolini. El hombre a quien le debo mucho, me ayudó en el momento más angustioso de mi vida y me dio un mejor trabajo que el que ya tenía. Además estuvo dispuesto a darme una gran suma de dinero sin oponer mucha resistencia porque sabía que lo necesitaba. Quien lo diría! Ahora está su hijo ante mi exigiendo que yo sea su esposa por contrato. Está en silla de rueda no se realmente que le abra pasado porque está así aunque debo admitir que es un hombre con un buen fisico y de buena apariencia, no entiendo como no lo reconocí antes, se que nos topamos solo unas veces y nunca hablamos, quizás sea por eso.

Mientras yo estoy sumida en la contemplación el solo me mira con una sonrisa de satisfacción en su rostro, cree que ya ganó, lo que no se imagina es que ya se cómo liberarme de él, si les gusta las chicas fuertes y decididas obtendrá de mí todo lo contrario.

Me quedo sin decir nada por un rato, el tampoco lo hace, solo permanece allí, tomando una tasa de café con toda la elegancia y simpatía que puede desbordar, quien lo mire así pensaría que es alguien decente y no la persona sin escrúpulos que quiere sacar ventaja de un acuerdo que hice hace unos años con su padre.

Después de pensar un poco creo que puedo librarme de esta situación, así que se me ocurre decirle:

_ Señor Cipriano Mangolini, Sepa usted que yo no tengo una deuda con su persona, mi deuda es con su padre que fue quien me prestó el dinero y me ayudó cuando lo necesite, así que dígale que le devolveré el doble.

_ Ni usted ni yo podremos hablar con él ahora.

_ Ha no! y puedo saber porqué?

_ Porque está muerto, murió hace unos meses, ahora soy yo quien estoy encargado de todo, incluso como su sobreviviente y heredero puedo cobrar sus deudas.

_ Eso si no me lo esperaba, como que el señor Ernesto murió? Yo de verdad no lo sabía, estoy muy agradecida con el por ayudarme tanto, ni siquiera pude verlo por última vez.

_ Si tan agradecida está con él, ayúdeme a mi que soy su hijo y su deuda estará saldada.

_ Una cosa no tiene nada que ver con la otra.

_ En este caso si, no sea tan terca, solo acepte mi propuesta, hágalo antes de que mi paciencia se agote, entienda que todo tiene un límite y mi oferta y paciencia entran en ello.

_ Si me niego, que hará al respecto? Esto no parece una propuesta es una amenaza forzosa, está prácticamente obligándome a aceptar algo que no me interesa en lo absoluto.

_ Es la última vez que se lo digo, tómelo o déjelo, todo dependerá de usted, si acepta ser la esposa de un hombre respetado o desea pasar el resto de su vida en prisión.

_ Prisión dices? No lo creo, eso sería haya en Ecuador donde firme el contrato, aquí las leyes no aplican.

_ Si y no.

_ Y eso que significa?

_ Que si aplican. Porque te puedo acusar de estafadora, además te cambiaste el nombre y eso no te ayudará mucho, la persona con quién hiciste el arreglo no está para defenderte o decir las condiciones del arreglo, sea aquí o en otro lugar, serás deportada y tendrás que pagar la pena.

_ Grrr - Le gruñó de la rabia -

_ En realidad eres una fierecilla, hasta gruñes, eres una mujer bastante peculiar.

Yo le doy mi mirada de odio, en serio no lo conozco y ya lo estoy odiando, es tan desvergonzado pero, ya va a ver me las pagará aquí y ahora.

Me levanto de la silla ante su atenta mirada y empieza la actuación.

_ Porfavor Cipriano no aguanto más, no me busques, que yo, aunque te amo no soy digna para ti - Me acerco a donde está y me inclino quedando en su silla frente a frente, tomo su mano y le digo - No soportaría que te pase algo de nuevo, no a causa de mí, siempre que te vea allí postrado en esa silla, la cual será por siempre el recordatorio del error que cometí. Aléjate lo más que puedas, no quiero causarte más dolor, por eso me había alejado de ti, te había borrado de mi mente, pensé que jamás volvería a verte aún así, desee que fueras feliz aunque no conmigo, no te merezco perdón pero es la verdad.

Le dije todo eso en voz alta con la intención de llamar la atención de todos. Pongo su mano en mi rostro y con mi otra mano tapó mis ojos, lo hago lo más emotivo que puedo, necesito que los demás se crean toda esta actuación, le doy una rápida mirada y tiene una pequeña sonrisa, no más bien es como una mueca en el rostro. Se acerca a mi y me dice al oído

_ Es una excelente actuación, te felicito, reúnes todos los requisitos que necesito para que seas mi esposa, me servirá de mucho que sepas actuar.

Pude sentir su aliento en mi oreja que me transmitió un manojo de sentimientos, debo controlar eso, debo mantener toda esta situación bajo mi control y no el de él se separa de mi le hace una seña a su lacayo, quien me mira con algo de odio porque mordí su mano, y quien lo mando a tocarme? Se lo merece. Le pasa una caja y puedo reconocer que es, y no no creo que sea capaz ese sinvergüenza de hacer algo así.

Me da una mirada penetrante y aguda, creo que yo abrí mi boca solo por reflejo no lo sé, la tapo con mis manos, no creo que se atreva, por favor no te atrevas a llegar tan lejos con esta farsa.

_ Maye e esperado por este momento, aunque sea tú culpa que yo esté así pero se que lo que pasó ese año no lo hiciste a propósito, por favor vuelve conmigo y se mi esposa, te necesito a mi lado. No se como pude sobrevivir dos largos años sin tu presencia, por favor cásate con migo, quieres?

Este tipo de verdad se atrevió a hacer semejante shou, aquí en frente de todos, de mucha gente que me conoce y valora, mi intención era intentar librarme de él llamando la atención y que alguien interviniera, aprovechar la oportunidad para hacer un alboroto y salir, pero ahora mirando a mi alrededor, todos están conmovidos y parece que es el amante abnegado que vino en busca de su amor. Degenerado! Aprovechado! Tch, venía con todos los trucos bajo la manga previniendo por si acaso yo me negaba.

Como voy a salir de este enredo ahora? Me doy cuenta que en parte fuí yo que lo cause, tratar con este individuo es como entrar a arenas movedizas, mientras más intento salir de allí más me hundo.

Increíble! Es como las dos caras de una moneda falsa, nunca ganarás elijas lo que elijas porque quien la conoce es el dueño y por eso siempre gana.

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