Ayla

Soy Ayla, mi nombre significa Luna en turco.

Me enamoré de un ser que creía que nada más eran personajes creados por miles de escritores.

A mis 28 años, llego mi verdadero amor, un perro gigante, de cuatro patas y peludo, quien no decidió atacarme aquella noche, sino salvarme de dos hombres que intentaron asaltarme, sus ojos verdes esmeralda brillaban tanto, y me permitió ver a través de ellos toda su bondad. Un alma dulce y cariñosa, no era solamente su forma natural, sino un disfraz de lo que realmente era, un hombre hermoso, como un ángel, viviendo bajo una maldición.

Cuando era una niña, me encantaba leer historias de hombres lobos, y para ser sincera, soñaba con ser como las protagonistas de esas hermosas historias, donde la bestia se enamoraba de la la chica humana, cuentos donde ganaba el amor, a pesar de las diferencias. Anhelaba ser una princesa, donde mi príncipe azul fuera una especie de ser diferente, un lobo o un vampiro, pero con el tiempo aquellos sueños se convirtieron en lindos recuerdos de la mente de una niña. La vida real era diferente, no existían los lobos, ni los príncipes.

Trabajo para una empresa multinacional, mi jefe es un ruso, muchas veces puede ser un fastidio, pero fue el único que me recibió cuando comencé mis pasantías. Confió en mi desde el día que meconoció. En realidad, Nikita se enamoró de mí. Era un gran hombre, pero nunca iba amarlo como él merecía.

Recuerdo que tenía tan solamente 20 años cuando conocí a Nikita, no me había recibido e ingresé como practicante en el área de marketing. Pero el vio algo en mi persona y hoy en día ya llevo ocho años trabajando para él como su secretaria, me dio el puesto de Jefa en Relaciones Públicas, siempre fue muy bondadoso con todos sus empleados, se preocupaba porque a mi familia y a mí no nos hiciera falta nada. Siempre fue muy atento, pero era muy celoso, y muchas veces me molestaba que se entrometiera en mi vida, como si fuera un auto caro de su propiedad.

Llegué desde un pequeño pueblo, a un nuevo país, solamente traía una pequeña maleta con mi ropa, algo de mis libros favoritos, pero con el corazón repleto de sueños, en verdad, no llegué sola, me quedé sola, luego de perseguir un sueño y un amor, al lado de un mujeriego que a los meses me abandonó y se fue con otra.

En realidad soy australiana, nací en Yamba, una ciudad al norte de Nueva Galeas Sur, Australia. Yamba es bohemia, tiene bellas playas de arena roja, mi familia aún vive allí. Los veo solamente para algunas vacaciones, y muy de vez en cuando para la noche buena. Mi trabajo me lleva mucho tiempo.

Cuando conocí a Bleddyn, quedé cautivada por su humildad, el destino nos deparaba un amor imposible, fue ahí, cuando entendí que muchas veces los cuentos para niños como solía leer en mi infancia pueden ser reales.

En realidad, conocí su parte humana por medio de mi trabajo, pero lo había conocido antes, una noche que me salvó la vida, y en verdad, no creía que era él.

Bledd, escondía un secreto, era algo antinatural, era un hombre diferente a los demás, y quizás aquello fue lo que me atrapo, al menos eso era lo que intentaba pensar, engañarme a mi misma para no lastimarme.

No fue fácil para los dos disfrutar de nuestro amor. La venganza la irá, el rencor y el despecho hicieron que nos separemos.

Pero hay algo que pudo más ante las piedras en el camino, se trataba únicamente de tiempo y paciencia.

Soy su luna, y el mi alfa. Era el destino, de una simple mortal y un feroz animal.

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