Episodio 2

¿Qué escapatoria había? Tendió su mano y Arthur colocó un anillo en ella, sus sueños se le escapaban de sus manos, vivir una vida llena de rutinas que no eran las que ella quería, vivir casada junto con un hombre que no podía amar, era algo que la estaba llevando al borde de la locura.

-La boda será en un mes.

-..._Sofía no dijo nada, en estos momentos no le importaba nada. Solo quería encerrarse en su habitación y de ahí no salir jamás, pero la vida no era como ella quería, aunque su padre haya muerto tendría que hacer los arreglos para la boda que absurdamente era en un mes, no había respeto en la muerte de su padre, un mes era muy poco tiempo después de la muerte de su padre, pero esto había quedado arreglado por su padre antes de morir.

Cuando llegaron al palacio Sofía se bajó y corrió hacia su habitación, estando ahí ya pudo sentir la paz que necesitaba, estar esos minutos ahí en el carruaje con Arthur no le era de su agrado y además de que se sentía algo incomoda.

Se desvistió y se metió a bañarse, luego se puso su pijama, se metió en su cama deseando despertar de la pesadilla en la que estaba viviendo.

El tiempo pasaba y Sofía era poco lo que salía de su habitación, a veces la tenían que sacar a la fuerza por los arreglos matrimoniales, pero es que ella no quería ver a Arthur, quien ya se había mudado al palacio y se estaba encargando de los asuntos gubernamentales.

Sofía agradecía que cada vez que salía no se tenía que topar con el, siempre estaban en aéreas contrarías del castillo, por lo que podía hacer sus cosas con total tranquilidad, a las horas de la comida no comían juntos esto a petición de Sofia que no quería ni verlo. Arthur no decía nada al respecto, encontraba que Sofía era una niña mimada y mal educada, no estaba para nada interesada, lo que menos quiera es crear lazos con ella antes de sacarla de su camino. Sabía que desde un principio Sofía había notado de sus intenciones al acercarse al rey, pero se divirtió al no hacer algún movimiento en contra del rey y ver como ella quedaba como una loca cuando lo mandaba a espiar, la encontró totalmente ridícula.

Su objetivo siempre fue la corona, por lo que se acercó al rey para darle su mayor confianza la cual ganó con el tiempo. Había decidido esperar ansiosamente para que el rey le diera la mano de su hija. Ya sabía que el rey estaba de mal estado, así que solo faltaba poco tiempo para que todo se diera a su favor. El esperó pacientemente por su momento y llegó después de unos años, pero la espera valió la pena.

(…..)

El mes pasó y la boda llegó el gran día para Arthur y el peor día para Sofía había llegado. Cada uno se arreglaba por su parte, Sofía miraba como sus damas animadas la elogiaban por lo hermosa que se veía, ella se miró al espejo y era cierto se veía hermosa, pero no podía sentir la felicidad al verse en el espejo. Las damas salieron un momento dejándola sola, Sofía miró el ramo sobre su cama y sonrió con amargura, solo le quedaba una solución para escapar de este infierno llamado vida, tal vez era muy arriesgado, pero no había otra opción era morir o morir, porque el matrimonio no es una opción.

El momento llega y Sofía es llevada a la iglesia, nerviosa por el sonar de las trompetas comienza a caminar hacia el altar, todos los invitados hablan de lo hermosa que se ve, Arthur la espera en el altar con una inmensa sonrisa y ella sabe porqué. La noche anterior había escuchado a Arthur hablar con alguien sobre conseguir algún veneno que no fuera fácil de detectar, Sofia no era tonta, sabía muy bien que ese veneno era para ella y no le sorprendía en lo más mínimo, incluso sintió alivio porque lo vio como una ayuda involuntaria.

Estando de pie frente a el le sonrió, lo cual para Arthur fue extraño, pero lo pasó por alto. El sacerdote comenzó hablar dándole inicio a la ceremonia, ambos se miraban fijamente y ya podían visualizar lo que pasaría en pocas horas. Sofía visualizaba su muerte y Arthur el momento en el que fuera coronado como rey, mientras que los espectadores solo se imaginaban una vida felices entre esos dos.

-Sofía Herbert, acepta usted como esposo y compañero fiel a Arthur Jonhson,

Sofía mira a Arthur y sonríe. -Acepto.

-Arthur Jonhson, acepta usted a Sofía Herbert como su esposa y compañera fiel.

-Acepto...

-Por el poder que dios me ha concebido, los declaro marido y mujer. Puede besar a la novia.

Arthur se acerca y coloca ambas manos en las mejillas de Sofía, sonríe y luego la besa. La gente aplaude de alegrías y pétalos de flores caen del techo mientras ellos caminan fuera de la iglesia. Suben al carruaje, donde son llevados al castillo, en el gran salón todos los empleados esperaban a los invitados y a los recién casados para recibirlos. La música dio inicio cuando los novios llegaron, los invitados se acercaban para felicitarlos y dejar el regalo a un lado de ellos donde había una gran caja decorada con lazos y pedrería para poner los regalos ahí.

Al momento del valls Arthur la llevó al medio de la pista, bailaron y en todo momento se miraron a los ojos, la gente no paraba de decir lo enamorados que ellos estaban, si tan solo supieran la realidad...

La música acaba, los aplausos se escuchan por todo el salón, los invitados están encantados con la joven pareja, el padre del Arthur se acerca y le pide bailar con ella, Sofía hace un esfuerzo y acepta la invitación, baila con su suegro y este le dice que le desea lo mejor en su matrimonio, le comenta que a veces su hijo puede ser terco y ambicioso, pero que en el fondo es un buen hombre. Que solo deben darse una oportunidad para conocerse bien y verá que las cosas irán mejor. Sofia agradece sus palabras, la canción termina y de ahí viene otra persona a sacarla a bailar, estuvo así por unas horas hasta que la fiesta terminó. Los invitados se despiden en grupos para hacer mas corta la despedida y así de apoco el salón va quedando vacío.

Cuando ya no queda nadie ambos van a su nueva habitación, Sofía está nerviosa, se quita el vestido con ayuda de sus damas y luego se pone su pijama. Se sienta frente al peinador y cepilla su cabello, hace esto para disipar los nervios pues no quiere que Arthur la toque, no podía llegar a ese extremo.

-Sofía relájate, no te voy a obligar hacer nada..._Sofía estaba demasiado ansiosa, ella pensaba que el veneno había estado en su plato de comida en la fiesta, pero aun no sentía algún malestar. -Acompáñame a tomar este té y luego vayamos a dormir..

Sofía recibe la taza y mira el contenido, sonríe sabiendo que ahí está el veneno. Mira a Arthur y el se sienta frente a ella, ambos beben el té en silencio y como el había dicho, cuando lo terminaron se fueron a dormir. Sofía cayó en un profundo sueño del que no volvió a despertar jamás.

La princesa Sofia Herbert había muerto y es doctor dijo que había sido un "infarto"...

(….)

Los intensos rayos del sol dan en su rostro y entre quejas despierta llamando a sus damas de compañía para que cierren las cortinas, pero nadie aparece. Molesta abre sus ojos y recién cae en cuenta de que no debería de estar viva. La tristeza la comienza a invadir, pero recién se da cuenta donde está.

-¿Donde estoy?..._Asustada se levanta de la cama. Lo primero que piensas es que tal vez Arthur la sacó del castillo y ahora la encerró en alguna casa lejos del reino, pero cuando entra en el baño y se ve en el espejo de sus labios sale un grito de terror. Esa no era ella. -¡¿Qué pasó conmigo?!

Sofía había despertado en el cuerpo de otra chica....

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