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Al llegar a casa, llamo a Sandra, para que me ayude a bajar del taxi.  La chica realmente preocupada, sale de los edificios en donde vivimos en su pijama favorita.

–¿Qué demonios te paso? –Me pregunta mientras abre la puerta del taxi, notando mi tobillo. –Pensé que el señor Wagner te cuidaría. –Yo solo me apoye en su cuerpo, para decir:

–Fue culpa mía, no del señor Wagner. –Le dije, por último, mientras la chica me ayuda a subir los cuatro pisos en donde estaba nuestro departamento. Y al entrar a este, me puedo dar cuenta que todas mis cosas estaban movidas, era como si una mudanza hubiera dejado su trabajo a la mitad.

–¿Qué demonios paso aquí? –Le pregunté a Sandra, mientras que todo lucía bastante desorganizado.

–Los hombres del señor Wagner. –Me comenta la chica, mientras me sienta en uno de los sillones. –Ayer hablaron con todos nosotros. –Supongo que hablaba de todos los amigos que fuimos a la fiesta anoche

–¿Qué les dijo? –Le pregunté mientras la joven iba al refrigerador, para sacar una bolsa de verduras congelada.

–Nos comentó que el cartel que mato a tu madre, ha estado atemorizando a tu padre. –Yo no podía creer lo que estaba diciendo. –Nos dijo que tu padre estaba recibiendo amenazas, de que te secuestrarían. –Yo no podía creer lo que la chica estaba diciendo. –¿Por qué nunca me comentaste la verdad de cómo murió tu madre? –Yo solo hice una mueca, casi nunca hablaba de la muerte de mi madre.

–Lo lamento. –Le dije mientras la chica lentamente ponía la bolsa de verduras en mi tobillo hinchado. –Nunca pensé que fuera algo importante de decir.

–Lo sé, pero Nía…–Sabía que la chica tenía muchas dudas, pero yo también sabía que no podía ir por la vida, diciendo la verdad de todo.

–¿Qué esperabas que te digiera? Que mataron a mi madre cruelmente. –La chica se queda sin palabras, al escucharme. –Lo lamento. –Le pedí disculpas por ser tan grosera con ella. –No hablo de eso, porque me cuesta hablar del tema. –Le confesé mientras algunas lágrimas salían. –De todos modos, no creo que sea cierto, lo que el señor Wagner dijo. –En mi mente solo pasaba, que el hombre estaba obsesionado conmigo, tanto que quiso que estuviera a su lado, pero eso no explicaba el hecho de dejarme ir. Así que solo me levante del sillón y mientras me recargaba en cualquier cosa que estuviera frente mío, me doy cuenta que el señor Wagner ha movido mi vida, sin siquiera darse cuenta.

Y cuando me encuentro en mi habitación, puedo ver que todo estaba movido. No me gustaba el desastre, pero en este momento no podía moverme, mientras que mi ánimo estaba muy bajo. No quería hacer nada más, que tomar mi celular y llamar a mi padre. Así que fue lo primero que hice.

–¿Hola? –Escucho la voz de mi padre, que me hace querer estar con él. Pero sabía que era mejor estar separados.

–Hola, ¿cómo estás? –Le dije mientras miraba hacía el techo.

–Bien cariño, pero ¿no deberías de estar en el trabajo? –Pregunta mi padre preocupado, como siempre de que llegue a tiempo a todas partes. Recuerdos que siempre estaba preocupado de que nunca llegara tarde a la escuela, cuando era pequeña.

–Renuncie. –Le contesté de inmediato.

–¿Qué? ¿Por qué hiciste eso? –Me pregunta realmente extrañado de mi nueva toma de decisión.

–¿Cuándo planeabas decirme que el señor Wagner, era ese niño que salvaste hace años? –Le pregunté mientras esperaba una buena respuesta.

–Linda, lo lamento mucho. –Se disculpa. –Pero nunca pensé que supieras que ese hombre, fue el joven que rescaté.

–¿Sabías que el señor Wagner, solo me acepto en su empresa para protegerme? –Le pregunté con muchas dudas.

–Realmente pensé que era una casualidad, nunca pensé que el joven Wagner te recordaría. –Me responde con honestidad.

 –Pues lo hizo y me dijo que estoy en peligro. –Le respondí con palabras fuertes. –¿Estoy en peligro? –Le pregunté preocupada, esperando que me digiera que eso solo eran mentira del señor Wagner.

–Lo lamento, querida. –Le escucho decir, mientras que eso me hace dudar de inmediato. –Pero el grupo delictivo que secuestro al señor Wagner y que mato a tu madre, han estado amenazándome. Y aunque todos en la policía, pensamos que esto no es algo importante, estamos al tanto de que no te logren encontrar. – Así que de inmediato puedo darme cuenta que el señor Wagner, era uno de los buenos y estaba diciendo la verdad.

–No creo que me pase nada, estaré bien. –Trate de tranquilizar a mi padre, mientras escuchaba su respiración que demostraba su preocupación.

–Se que estarás bien, si el señor Wagner logro recordarte, sé que nunca te dejara sola. –El simple hecho de que mi padre, me estuviera hablando del señor Wagner, como una persona que pudiera protegerme era extraño. Así que de inmediato termine esa llamada, ya que quería darme el tiempo de pensar.

–Bien, ya no tienes trabajo. –Me dije a mi misma, mientras abría mi computadora, para empezar a buscar nuevos empleos, pero mientras intento buscar algo que no sea tan grande, como el empleo en las empresas Wagner, puedo escuchar como algo cae con fuerza en la sala.

Me levanto de la cama, para caminar con torpeza hasta llegar a la sala, en donde veo una escena realmente fuerte. Había un hombre vestido de negro, que estaba encima de mi mejor amiga, tratando de ahorcarla. Yo de inmediato tomo en mis manos una lampara, para lanzársela con fuerza, haciendo que esa persona me prestara atención a mí.

Y cuando sus ojos se cruzan con los míos, puedo darme cuenta que esa persona sonríe debajo de su cubre bocas, para dejar a mi amiga, quién se encuentra inconsciente en el suelo. El hombre camina hacía mi con rapidez, pero a pesar de que tenía un pie lastimado, logro llegar a mi habitación, en donde cierro la puerta con seguro, mientras el hombre empieza a golpear la puerta más de una vez.

Lo único que se viene a mi mente, es tomar el celular y marcar el número del señor Wagner. Por unos segundos pensé que el hombre, no me volvería a contestar en su vida, después de haberle rechazado de esa forma, pero me sorprendió que me contesto con rapidez.

–¡Nía! –Dice mi nombre con sorpresa.

–¡Necesitó ayuda! –Le grité mientras escuchaba como ese hombre, golpeaba una y otra vez mi puerta. –Hay un hombre dentro de mi casa.

–¡Nía, mantén la calma! –Me dice el hombre, al oírme hablar con desesperación. –Ya están mis hombres dentro del edificio, solo mantente encerrada en tu habitación. –Dijo con fuerza, tratando de hacerme entender, que tenía que mantener la calma.

Así que me tire al suelo, detrás de mi cama, para empezar a sudar con mucho miedo, mientras aún escuchaba como ese hombre intentaba acceder a mi habitación. Pero cuando la puerta se abre, puedo ver como ese hombre, que había intentado ahorcar a mi mejor amiga, cae el suelo junto con la puerta de mi habitación. Yo no podía creer lo que había pasado, así que me arrastro con todas mis fuerzas, para poder ver que la persona que estaba detrás de la caída de este hombre, era el mismísimo señor Wagner, quién traía consigo una pistola eléctrica.

El señor Wagner al verme en el suelo, va a mi auxilio.

–¿Nía, estás herida? –De inmediato puedo escuchar, que el hombre está realmente preocupado por mí salud. Lo único que puedo hacer en ese momento, es sonreír con todas mis ganas, ya que el hombre que pensaba como un peligro, me había salvado la vida.

–Solo la pierna, pero el hombre no me toco. –Trate de explicarle mientras el señor Wagner veía mi pie morado e hinchado. –Me caí antes de tomar un taxi, creo que fue el karma. –Le explique sintiéndome mal, por haber huido de su casa sin explicaciones. –Debí quedarme en su casa y…–Pero después recordé a mi mejor amiga. –¡Sandra! –Trate de moverme con rapidez, pero el hombre me detuvo.

–La están atendiendo mis médicos, solo estaba aturdida, no hay de que preocuparse. –Me responde con rapidez, para levantarse del suelo, para tomarme entre sus brazos y cargarme. No puedo negar que mis mejillas de inmediato se tornaron rojas, no podía creer que un hombre tan poderoso y tan apuesto como él, me estuviera sosteniendo entre sus brazos, después de un intento de asesinato.

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