Capítulo V

Oliver no se acercó a Blue en la cafetería como lo hacía hace días. La joven loba se enteró de que lo reintegraron al equipo porque sus calificaciones en sociales mejoraron.

Aunque ella no recibió invitación para el cumpleaños de Oliver, Blue trató de verle el lado bueno. 

Llevaba meses ilusionada con su cumple. Era un día que podía recibir todo el amor de su padre sin tener que compartir con Brenda.

Como una pequeña tradición entre Blue y su padre, él solía preparar dos regalos de cumpleaños. 

Uno de Tagger, otro por parte de su difunta madre. No quería que Blue sintiera la ausencia de su madre.

Entre todos los regalos, uno de los favoritos de Blue era el osito de felpa que regaló su padre cuando era muy pequeñita. Le decía Tagger que el osito le protegería por la noche como si estuviera al lado de él. 

Otro…ahora le hizo recordar a Oliver. Era un collar como regalo por parte de su madre, en forma de media luna que le recordaría a Blue eternamente de dónde proviene y que la mitad que le faltaba a su vida llegaría en algún momento.

—Señorita Harrison, los accesorios no son aceptados en mi clase —le dice el maestro al notar el gorro.

—Señor…

—Se lo quita o se sale de mi clase —lo que menos quería Blue en ese momento era recibir más bullying y terminó abandonando el salón de clase.

Esta decidió irse al pequeño estadio de fútbol americano donde el equipo estaba entrenando. Se sentó lejos de la vista de las pocas personas que se encontraban allí y pudo vislumbrar a Oliver corriendo por el campo de juego.

—Sigues babeando por ese tarado —reprocha su loba.

—No estoy haciendo eso, ni que fuera tan sexy… —no sigue hablando, ya que Oliver se deshace de su polo y con eso lo pasa por su torso tratando de eliminar el sudor.

—¿Qué decías? —cuestiona.La mirada de este se dirige a la grada logrando ver a Blue, camina hacia ella con su torso desnudo y el corazón de la joven loba se acelera.

—Blue ¿Qué haces aquí? —cuestiona.

—El maestro me ha echado de clases —responde, eso lo sorprende y se cruza de brazos provocando que la mirada de Blue se dirija a su pecho que sea ampliado por la contracción.

—¿Qué hizo la niña buena del salón?

—Accesorios y no estoy de humor para seguir órdenes —expresa.

—Wao… La siguiente clase será en una hora ¿me esperas para ir por una malteada? —pregunta.

Blue quería aceptar, pero la advertencia de las porristas la hace intentar negarse.

—¡Oliver! ¡Ven aquí! —grita el entrenador.

—Espérame —ordena a Blue antes de retirarse, ella se queda en la banca esperando por Oliver que se va a los vestidores y regresa con ropa limpia.

—Lo he pensado y no puedo ir —este la mira con su ceño fruncido.

—Le he cancelado a mi hermano una salida para ir contigo por esa malteada —anuncia y toma la mochila de Blue para colgarla de su hombro—. Vámonos —se mueve para que esta lo siga hacia el estacionamiento en donde tiene su moto.

Oliver le coloca el casco, Blue no tiene de otra que subirse a la moto con este.

Venga. Toque sin miedo —expresa.

—¿Es que te gusta que te manoseen? —interroga la loba de Blue.

Blue envuelve sus brazos en su abdomen y este pone en marcha la moto hacia su cafetería favorita.

(…)

Cuando llega a su casa nota que su padre, madrastra y hermanastra se encuentran preparados para salir, Blue se aproxima a su padre esperando una felicitación de su parte, sin embargo, Tagger lo ha olvidado.

—Hola, papá —saludó a este con un beso en su mejilla—¿A dónde van? —pregunta.

—Hola, hija —murmura—. Tenemos que ir con Brenda a inscribir en un curso —explica mientras Victoria sube al auto.

—¿Papá lo has olvidado? —este la mira con confusión.

A ella enseguida se le cristalizan los ojos, Tagger suspira abrumado.

—Lo siento, hija… con todo estos problemas…

—No te preocupes, lo pasaré hablando con Layla —susurra eso último.

—Nada de transformaciones.

Asiente.

En la nevera tiene comida, caliéntala y pórtate bien —le dice para luego subirse al coche.

Brenda se acerca a ella con una sonrisa.

—Que lo pases muy bien esta noche —expresó con malas intenciones.

Brenda sabe que es posible que su hermanastra vaya a la fiesta de cumpleaños de Oliver así que cambió sus pastillas las cuales piensa que son vitaminas por viagra para que quede en ridículo frente a todos.

Es una forma de vengarse por chivatear con Tagger el suceso anterior del cuadro.

Lo que la hermanastra no sabe es que aquellas pastillas evitan que el olor de Blue se libere y es lo que la ha mantenido segura todo este tiempo.

Blue solo deja salir un sonoro suspiro e ingresa a su cabaña, no tiene ganas de cenar después de ese desplante de su padre. Su visita a la cafetería con Oliver fue lo mejor, sin embargo, se arruinó cuando este tuvo que marcharse sin siquiera invitarla a su fiesta.

Estando en su cabaña se cambia de ropa y busca su mochila para distraerse con las tareas pendientes. Al tomar un cuaderno cae un sobre de este, Blue enseguida frunce su ceño y lo recoge.

Mira ambos lados encontrando su nombre en una pulcra caligrafía que reconoce enseguida.

Era la de Oliver.

Abre el sobre y es una invitación a su fiesta de cumpleaños con la dirección del lugar de en donde será.

—No lo olvido —susurra con una sonrisa en sus labios.

—¿Iremos?

—No tenemos nada que hacer y es nuestro cumpleaños —se levanta para buscar ropa en su closet.

—Y adiós al feminismo en este closet —dice con dramatismo.

Blue no tiene vestidos o ropas que la declaran mujer femenina.

—Ni que fuéramos a conquistar a alguien —espetó sacando un abrigo que sin duda le queda grande, con un pantalón deportivo negro y sus vans del mismo color.

—¿No quieres impresionar a tu exhibicionista? —interrogó.

—Te recuerdo que somos lobas y encontraremos a nuestro mate.

—Es lo que siempre te digo y sigues babeando por Oliver Lee —se burló la loba.

Blue decide ignorarla, se acerca a su cajón de donde toma una pastilla las cuales inhiben su olor y la mantiene segura. Esta noche la joven piensa asistir a la fiesta, divertirse y disfrutar su cumpleaños número dieciocho.

Hoy no solo es su cumpleaños, sino que también es el día en que murió su madre al traerla al mundo.

—Lamento mucho lo que te sucedió, mamá.

Blue mira el retrato de su madre con tristeza, Tagger casi no le habla de cómo era, sin embargo, Blanca fue una mujer que cautivaba a cualquier persona con una sonrisa. Estaba llena de luz, sabiduría y lo único que le importaba era traer a su hija con bien al mundo hasta el punto de dar su vida a cambio de que ella naciera.

—Siempre estará a nuestro lado, Blue —es lo que siempre le dice Layla cuando la joven se ve deprimida por la ausencia de su madre.

—Lo sé.

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