Capitulo 4

Han pasado tres días.

He intentado estar en mi habitación lo más posible.

Esa noche Javier me ayudo a bañarme y me arropo.

Sinceramente no estaba preparada para que me tocara otra vez, yo solo quería estar sola, pero sabía que no podía ir hasta el baño por mi cuenta.

Así que no dije nada y gracias a Dios él tampoco lo hizo y las pocas veces que me miraba a la cara yo desviaba la mirada a otra parte.

Cuando por fin me dejo sola en mi habitación fingí dormir, pero la verdad no podía.

Duré horas dándole vueltas a todo lo ocurrido así que no me di cuenta cuando el cansancio me venció.

A la mañana siguiente me despertó la señora de la limpieza con un plato de fruta y un jugo.

Al terminar mi almuerzo me volví a dormir y volví a despertar cuando Javier entro en mi habitación.

Solo se quedó ahí en la puerta mirándome por unos segundos.

-no volverá a mentir- me le quede viendo hasta que mi mente despertó y comprendió lo que me estaba diciendo.

Cuando lo hice asentí en señal de comprensión y él se fue dejándome sola para descubrir lo que sentía al saber que Fernando estaba muerto.

Llegué a la conclusión de que no me importaba; es más espero que haya sufrido.

Pero, por otra parte, está el hecho de que Javier lo mato, y si bien ya sabía que no era un hombre bueno.

Otra cosa es saber que es un asesino. Pero eso tampoco me importa mucho ya que Fernando no era precisamente una blanca paloma.

Los días siguientes Javier me dio mi espacio y yo lo agradecía pues aún estaba enojada.

Solo dejaba que se acercara cuando me curaba la mordida. En esos momentos buscaba mi mirada y yo lo ignoraba; y solo respondía con monosílabos y apenas terminaba lo empujaba lejos de mí.

Estaba claro que se sentía culpable y que lo hería al no comunicarme con él y la verdad es que una parte de mi extrañaba sus abrazos. pero estaba mi otra parte que disfrutaba verlo sufrir y exageraba mi disgusto hacia él. solo para mirar esa mirada de dolor, arrepentimiento y el deseo a volver a como éramos antes.

Puede que sea mezquino de mi parte, pero él fue peor.

Yo jamás le había mentido y el no creyó en mí.

Desde ese día los hombres de Javier no han regresado.

Yo creí que se reunían en otro sitio, pero me di cuenta por accidente que se reunían en el estacionamiento privado de la casa.

Hoy más temprano escuche a Javier mencionar a Teresa y que hablarían de ella esta noche.

Por eso estoy sentada en el descanso de la escalera intentando escuchar algo.

Y aunque se pierde gran parte de la conversación, entendí la parte importante.

Cuando Javier me “rescato” de casa de Teresa dejo a unos tipos para vigilar. Por si intentaban buscarme o algo así.

Obviamente ni Teresa y mucho menos Gustavo se preocuparon por mí. Y aunque ya sabía esto aún me dolió escucharlo.

Sin embargo, una vecina. Que me cuidaba de vez en cuando de niña si se preocupó y fue a hablar con Teresa y cuando ella prácticamente la corrió fue a la policía para reportar mi desaparición.

Cuando la policía llego y Teresa no supo decir donde estaba. La policía empezó a investigar; esto no le gusto a Gustavo y convenció de alguna manera a Teresa de empezar a buscarme y estaban pegando carteles por toda la ciudad.

Esto no le gusto Javier y se puso como loco gritando que nadie me alejaría de su lado y que mataría cualquier persona que lo intentara,

Con esto mando a sus hombres a amenazar a Teresa y Gustavo para que dejaran de buscarme.

Javier salió del estacionamiento encontrándome sentada en el descanso de la escalera. Dándose cuenta de que escuche todo.

- ¿Teresa me está buscando? -

-sí, lo hacen-

- ¿Qué les pasa si me encuentran? -

-no me importa que les pase-

- ¿y si lo hacen? -

-estarían en problemas conmigo, pero como no vas a ir a ninguna parte no importa-

No me quiero ir. pero me ofende que no me pregunte que quiero hacer – quiero ver a mi mama-

- ¿para qué?

-la extraño-

- ¿la extrañas? ¡¡¡ LA EXTRAÑAS!!! ¿Pero qué m****a extraña de estar con ella? -

-ya no quiero estar aquí-digo subiendo el último tramo de escalera.

Pero ya está corriendo tras de mí; choca conmigo para retenerme contra la pared - ¡¡SUELTAME!! – grito mientras me logro liberar de su agarre.

Corro a mi habitación, pero él me alcanza justo antes de poder cerrar la puerta. No es como si eso lo pudiera detener.

-no iras a ningún sitio ¿me oyes? No me dejaras-

- ¿Por qué no? Ya no quiero estar contigo ¡¡YA NO QUIERO ESTAR CONTIGO!!-

- ¿y prefieres irte con ella? ¿para qué te siga maltratando? ¿o se te olvido que prefiere a un hombre que a su propia hija? ¿o quieres estar ahí para que te pase lo que dijo Fernando? -

-mínimo con ella podría elegir con quien follar y como lo haga – ni siquiera sé porque dije eso, pero ya es muy tarde para retirarlo.

Me abraza con fuerza para evitar que huya de él.

Pero no es necesario porque no lo hare.

Y mientras me besa el cuello dice que no me dejara ir porque soy suya y nadie me tocara.

Puede que este jodidamente loca, pero, me gusta lo que dice. Y quiero que haga justamente eso, que no me deje ir nunca.

Desliza sus manos por mi cuerpo quitando la ropa que encuentra en su camino.

Todo paso demasiado rápido, pero lo quiero aún más rápido. Quiero sentir su piel desnuda junto a la mía.

Araño sus brazos pues está demasiado lejos para mi gusto. pero el piensa que lo intento parar, retira su cara de mi cuello para tomarme por el para obligarme a encontrarme con su mirada.

-no me alejaras más. Te estaba dando tiempo para que te recuperaras y me volvieras a tener confianza. Pero no esperare más, eres mía y es hora de que lo aceptes. porque jamás me vas a dejar, ¿me escuchas? -

Me siento completamente usada y no puedo creer lo tonta que fui al haber querido que esto sucediera.

Estoy acostada en esta habitación que él dice que es mía, pero que no se siente así.

No sé si esto es algo que siento o solo es la soledad en mí.

No puedo creer que accedí a que usara mi cuerpo de nuevo. Porque así es como se siente justo ahora, cuando lo veo acomodarse en el pantalón.

Si, acomodarse porque ni siquiera eso se quitó. Me oculto entre las manos llena de vergüenza sin querer verlo salir de la habitación.

Me siento como una prostituta a la cual en cualquier momento le arrojan su paga antes de irse, así que le doy la espalda y me acurruco lo más pequeña que puedo.

Lo siento viéndome y se cuándo se acerca a mí y aunque quiero alejarme me quedo quieta, aunque nada de lo que haga puede ocultar como me tenso al sentir su beso en mi cabeza.

Gracias a Dios se va después de eso dejándome con mis estúpidas lagrimas que salieron apenas sintieron sus labios sobre mí.

Las limpio bruscamente mientras repito en mi mente – tonta, tonta eres una tonta-porque es lo que soy. Una tonta por haber disfrutado entre sus brazos.

Una tonta que quiere que regrese y que me abrace después de haber hecho el amor. Porque si hicimos el amor… o eso es lo que pensé o mejor dicho lo que sentí.

Y aunque una parte de mi sabe que no regresara, la otra parte llora esperando que lo haga

No sé cuánto tiempo lloré y mucho menos sé cuánto estuve despierta atormentándome.

Y no se a que estaba jugando Javier pues en un punto de la madrugada pensé que entraría pues vi su sombra por el resquicio de la puerta y aunque regreso un par de veces nunca entro.

Pero hoy con la mente más tranquila y viendo con un inmerecido odio a mi desayuno. Tome la decisión de hacer sufrir a Javier por el sufrimiento que me causa. Y no creo que me cueste mucho porque una parte de mi me dice que sabe que me hizo sufrir y no solo son imaginaciones mías esta suposición pues está sentado frente al televisor, pero me mira con esa cara de arrepentimiento que a estas alturas ya conozco bien.

Ayer estaba decidida a aplicarle la ley del hielo y aunque hice mi mejor esfuerzo no sentí la satisfacción que creí. Aunque eso se puede atribuir a la abnegada actitud de Javier.

Esto hizo casi replantearme mi actitud para con él. Pero tome la decisión de que merecía sufrir tanto como yo, esto no lo hizo más fácil, pero me aferre a mi indignación.

Aunque tengo que admitir que en la noche todo mi enojo se fue.

Esto no quiere decir que le are las cosas fáciles. así que esta mañana, e desperté bien temprano para realizar el almuerzo.

Esta nueva actitud lo desconcertó y aunque no era lo que había planeado decidí aprovechar la situación.

Le serví su plato y se lo llevé frente al televisor y no conforme con eso me senté con él.

Y ya se, puede que parezca tonto, pero en realidad funcionó; pues no sabía que mosca me había picado así que se portaba todo nervioso a mi alrededor y dispuesto a alcanzarme cualquier cosa que necesitara.

Todo estaba yendo de maravilla hasta que Carlos entro corriendo directo a la televisión.

-pero que m****a- dijo Javier cuando Carlos cambio de canal a las noticias.

Estaban hablando de un hombre que había sido colgado en un puente.

Y aunque la policía no dejaba pasar a los reporteros. Estos no se dieron por vencidos e intentaban enfocar a las personas que estaban bajando al hombre y aunque estaba muy lejos la cámara. Carlos de algún modo había descubierto la identidad del sujeto en cuestión.

-terminando la reunión de ayer lo mande a vigilar la casa de Teresa – dijo Carlos dirigiéndome una mirada incomoda ante la mención de mi madre.

Javier y Carlos están discutiendo los posibles escenarios de lo que pudo haber salido mal. mientras esperan a que los demás lleguen.

Javier cree que Gustavo se dio cuenta y que lo mato. Pero eso no explica por qué termino colgando de un puente.

Y sé lo que están pensando, pero me niego a creer que Gustavo esté involucrado en el narcotráfico y más aun con los enemigos de Javier.

Pero todo apunta a que sí.

No puedo creer que el hombre que durante tanto tiempo quise que me viera como una hija esté involucrada en el narcotráfico.

De verdad estoy tan ciega como para no darme cuenta de cosas así.

Bueno no es que conozca a muchos narcos… ¿o quizás sí?

Digo conocía a Fernando y sabía que le vendía droga a mi madre…¡¡¡Dios, no por favor!!!

Estoy tan sumergida en mis pensamientos que no me doy cuenta que estoy echa un ovillo en el sillón y menos me doy cuenta del tiempo que ha pasado hasta que el timbre de la puerta suena y brinco por la sorpresa.

Aparentemente no era la única concentrada en sus propios asuntos, pues al brincar en el asiento Javier voltea a verme como si no supiera quien se movió en el sofá.

Carlos sale corriendo escaleras abajo trayendo consigo lo que se oye como un millón de personas.

-vete a tu habitación- dice Javier atrayendo mi atención hacia sí.

- ¿Qué? - pregunto aun aturdida.

-que te vayas a tu habitación – dice levantándose de su lugar al ver a sus hombres llegar a la sala.

- Nnooo- digo indignada.

Javier me levanta de un tirón– vete – ordena señalando la salida; que está repleta de los hombres que se quedaron viendo-

-quiero escuchar. Te prometo que me quedare callada-

-no puedes oír esto-

- ¿Por qué no? - pregunto un poco alterada

-¡¡¡porque vamos a hablar de Gustavo y la muerte de uno de mis hombres!!!

¿no puede ser? ¡¡ no puede ser!!yo sabía que a esa conclusión llegarían, pero yo estoy casi segura de que esto es un mal entendido.

- ¿y por qué no me puedo quedar? Solo van a buscar a quien mato a tu hombre-

Los demás en la habitación se mueven incomodos y tras unos segundos en los que nadie habla me desespero cada vez un poco más.

- ¿Qué pasa? ¡¡ respondan!!-

Javier atraviesa la habitación hasta donde yo estoy, me toma por los brazos para atraer mi atención a él.

-fue Gustavo-

-¡¡QUE!! – digo asombrada – no, no. Esto es un error – intento alejarme, pero Javier no me deja.

- escúchame. tienes que tranquilizarte ¿okey?

Vete a tu habitación y en un momento voy contigo- intenta tranquilizarme

-¡¡ no fue el!!, yo sé que no fue el. Javier por favor no…-no puedo terminar la oración. Esto es demasiado dura para ser verdad

Mis piernas no soportan el peso y caigo de rodillas a sus pies.

El cansado de mi drama me levanta y ahuyentando a sus hombres que aún están en la puerta. Camina el pasillo hasta mi habitación.

-no Javier- le digo intentando zafarme de su agarre.

Pero él no se detiene y me encierra en mi habitación.

Apenas cierra la puerta, la abro. El vuelve a tomarme por el brazo y esta vez me encierra en su habitación y cuando escucho las llaves sé que debí haberme quedado quieta en mi habitación, y así esperar a que se fuera para escuchar a escondidas. Pero ya es tarde para eso. Javier me está encerrando en su habitación.

-no Javier. Por favor ¡no hagas esto! - grito golpeando la puerta con mis puños -¡¡Javier!! Abre la puerta por favor- digo en el suelo derrotada al saber que no lo hará.

Siento que toda mi vida ha sido una mentira y la peor parte es que las mentiras me las conté yo solita, fui yo la que construí todos esos sueños de la familia feliz que jamás tuve y ahora todos esos sueños, todas las ilusiones se me destruyen de la peor forma y no entiendo por qué mi corazón se rompe ahora, no se supone que ya estaba roto el día que mi madre me corrió, entonces no sé porque me siento así, este vacío en mi corazón que baja hasta mi estómago hasta convertirse en este desgarrador llanto.

No sé cuánto tiempo estuve llorando en el piso mis ilusiones rota, unas ilusiones que, aunque ya sabía que no se cumplirían me dolieron perderlas, no sé cuánto tiempo después desperté en el regazo de Javier

¿lo mataste? – pregunté desde sus piernas

- no sé cómo piensas que es esto, pero no lo hice-

No quiero sonreír, pero inconscientemente lo estoy haciendo, me siento en sus piernas para poder tocarle la cara, pero antes que pueda hacer nada me interrumpe

- eso no quiere decir que no lo voy a hacer –

Sin pensarlo retiro la mano sin haberlo tocado, pero antes de que la aleje por completo él la toma atrayendo mi atención hacia él.

Eso no quiere decir que lo voy a hacer –

A que estás jugando – pregunto confundida quitándome de arriba de él para tener más espacio

A nada solo quiero estar seguro de quien mató a mi hombre –

Y ¿por eso tuviste que encerrarme aquí-

Suspira – no, lo hice para que estuvieras más tranquila porque estabas claramente alterada-

¿tú no lo estarías si pensara matar a tu familia? -

No son tu familia, yo lo soy-

Sabes a lo que me refiero-

Mira, no quiero pelear y como todavía estas alterada me voy- dijo saliendo de la habitación, una parte de mi quiere salir para seguir con esta pelea pero decido hacerle caso a la otra parte de mí, me siento en la cama sumiéndome en mis pensamientos estoy tan cansada emocionalmente que se convierte en algo físico, solo quiero dejar de sentir que el mundo me mintió, dejar de pelear solo dormir y que mañana sea todo un millón de veces más fácil que hoy pero sé que nada es tan fácil, así que con un suspiro me levanto de la cama y voy en busca de Javier, lo encuentro en la cocina preparando la cena pero como está de espaldas no me siente llegar hasta que lo abrazo por la espalda, él se pone rígido solo por un segundo antes de darse la vuelta y abrazarme, nos quedamos así por unos minutos solo disfrutando el tenernos en los brazos del otro.

no quiero pelear – dice Javier

Pues no lo hagamos-

Sabes que su resulta que Gustavo fue, lo tendré que matar, ¿verdad? –

Suspiro derrotado, pero a la vez resignada por esto.

Solo promete que si no fue él no lo mataras –

Conque no quiera quitarte de mi lado- dice llegando a un acuerdo.

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