Capitulo 3

Todo aquí puede llegar a ser tan aburrido que si no fuera porque le comenté a Javier que me gustaba cocinar y el me permitiera experimentar libremente en la cocina me volvería completamente loca.

Hoy es día de que los amigos de Javier vengan, eso quiere decir que es día de pizza.

Todo trascurre como todas las semanas, pero bien dicen que la calma no dura para siempre.

-uno de los chicos quedo en traerme dinero.

¡¡ hhaa!! Ese debe ser el- dice uno de sus amigos al sonido del timbre. Mientras va a abrirle y lo invita a pasar.

-buenas noches señores-dice recorriendo con la vista a todos los presentes.

Yo me quedo helada al reconocer su voz.

Laura ¿eres tú? -

Toda la habitación boleta a verme. Y si bien, son solo cinco hombres, se siente como si fuera todo un auditorio.

-hola Fernando-

- ¿la conoces? - pregunta Javier interponiéndose entre los dos.

- ¿que si la conozco?

Es la hija de una vieja a la que le vendo.

Teresa hace unas fiestas muy buenas en su casa. es un buen lugar para vender droga. -

- ¿de ahí la conoces? -

- de eso y otras cosas- dice guiñándome un ojo.

Javier se lanza a Fernando tomándolo por el cuello - ¿qué otras cosas? - pregunta entre dientes.

Cuando Teresa se queda sin dinero para pagar su m****a deja que te la cojas-

NO- grito, pero ya nadie me escucha.

Javier lo está moliendo a golpes, tirando todo a su paso.

Ninguno de sus amigos sabe cómo reaccionar. y alternan su mirada de ellos a mí.

Tras varios minutos Carlos y Brath reaccionan y los separan.

-pero que m****a hombre - dice Fernando.

Javier me toma por el brazo y prácticamente me jala por todo el apartamento hasta mi habitación.

- ¿qué le pasa? - pregunta Fernando

- ella es su mujer – responde Brath

Al ingresar a la habitación Javier me empuja hacia la cama y sale hecho una furia gritando.

-¡¡ sáquenlo de aquí!! Más tarde me hare cargo de el-

-jefe, por favor no. Yo no sabía que era su mujer- pero Javier ya no está escuchando.

Él está frente a mí con los puños fuertemente cerrados, la nariz dilatándose con cada respiración y los ojos completamente negros.

En el pasillo todavía se escucha ruido, pues Fernando intenta resistirse a que lo saquen del departamento. Mientras grita mi nombre en un intento por que detenga todo este desastre.

Javier y yo nos quedamos viendo desde nuestras respectivas posiciones. El parado frente a la cama y yo en ella.

Hasta que el pasillo se queda en completo silencio.

- ¿cuantas veces te has acostado con él? -

- ninguna- respondo intentando acercarme a él para poder tranquilizarlo.

Al darse cuenta que lo intento tocar se aleja un poco de la cama -¡¡NO ME MIENTAS !!-grita golpeando la pared- ¿y que fue todo eso? El coqueteándote frente a mí. ¡¡cuando tú eres mía!!- lo dice mientras me sacude por los hombros.

- ¡te juro que nunca he estado con el! -

- ¿con cuántos tipos has estado? -

- ¡con nadie, te lo juro! -

-¡¡¡ DIME LA VERDAD!!!- grita alzando una mano lista para golpearme.

Lo veo todo a cámara lenta, cuando se alza en toda su altura estirando el brazo por arriba de la cabeza para bajar con mayor fuerza.

-¡¡¡NNOOO!!!- alcanzo a gritar intentando que se detenga. Pero no lo hace.

No me da tiempo de recuperarme tanto del shock del ser golpeada. Como del mismo golpe.

Cuando me endereza por los hombros para que pueda verlo a la cara.

-ya esperé mucho. Es hora de que te conviertas en mi mujer; pensé en darte tiempo para que vinieras a mí, pero ya que eres una fulana mentirosa…-

Si antes estaba en shock ahora lo estoy más.

Se suponía que este era un lugar seguro. Al menos así lo hizo sentir todo este tiempo.

Esta repentina violencia es totalmente ajena a mí.

Si bien, con Teresa nunca fue miel sobre hojuelas, jamás me puso una mano encima.

Su maltrato consistía en la negligencia no en violencia física.

Arranca mi blusa tan rápido que cuando me doy cuenta ya estoy incida con los pantalones y la ropa interior en los tobillos.

Cuando por fin mi mente empieza a cooperar y caigo en cuenta de lo que está a punto de pasar grito -¡¡ NO ESPERA!!-pero ya es muy tarde.

Ya está entrando en mi cuerpo.

Desgarrando literalmente mi cuerpo, que no estaba preparado para un tratamiento tan cruel.

Siento como mi piel se desgarra en un dolor que quema desde dentro.

-¡¡ SUELTAME!!- grito mientras forcejeo para quitármelo de encima.

Pero él es más grande y pesado que yo. Y por cada intento de patearlo fuera de mí. Pone más peso arriba de mi pecho evitando que el oxígeno entre en mis pulmones.

En un punto de la pelea el muerde mi cuello en un intento de mantenerme quieta. pero también lo hace para lastimarme.

Grito llorando de impotencia clavando las uñas en su brazo, pero por lo demás ya no lucho.

Hay tanto dolor en mí, en tantas partes a la vez que solo quiero rezar por que esto termine lo antes posible.

Yo sabía que mi primera vez seria con él, por todos los indicios que me daba, pero jamás pensé que fuera así.

Me deje llevar por el falso sentimiento de seguridad que me dio y baje la guardia, aunque sabía que no era un hombre bueno.

No me deje engañar con sus noches de juego con sus hombres comiendo pizza.

Yo sabía que eran reuniones de trabajo de algún tipo y también sabía que su trabajo no era del todo legal. Pero no sabía a ciencia cierta qué tipo de negocios tenia.

Pero tenía el sentimiento de que algo no estaba del todo bien.

Y al ver a Fernando aquí y escuchar que llamaba “jefe” a Javier supe de inmediato quien era.

Y me sentí aún más estúpida al no haberme dado cuenta antes.

Javier es el líder de una organización delictiva llamada “los x” en México.

Para ser más exactos él es el fundador y aunque había otros narcos de menor rango. Que eran los encargados de dichas zonas (y eran los mismos tipos con los que comía pizza todas las semanas) y estos tipos eren encargados de zonas más pequeñas.

Y Fernando era uno de estos.

Y aunque no conocía a Javier de cara. Hasta este momento. era bastante famoso por su nivel de violencia. y aunque muy pocas personas lo conocían de frente todos sabían quién era.

Teresa era una de las putas de Fernando y no sé por qué mintió al decir que nos acostamos. Mi madre puede ser muchas cosas, pero nunca dejo que sus amigos me molestaran de ninguna manera.

Cuando Javier termina me suelta y caigo en la cama sin fuerzas para moverme por el dolor que siento.

Escucho a Javier acomodarse la ropa. Mientras siento su semen salir de mi cuerpo, pero no es lo único que sale de él.

Siento algo correr por mi pecho y dirijo mi mirada a él y veo sangre. Recorro con la mirada el rastro de sangre y aunque no logro ver la mordida que me dio, sé que es grave.

No puedo detener el ruido de horror que sale de mi garganta.

- ¡mierda! - escucho decir a Javier tras de mí.

Me volteo boca arriba y yo me dejo hacer sin poner resistencia.

- ¡joder! – dice viendo la mordida.

Me quedo viendo su cara para ver qué tan grave es.

El recorre la mirada por todo mi cuerpo - ¿que hice? -

Solo puedo imaginar cómo me veo. Con el pantalón y la ropa interior a la altura de mis rodillas, mi brasilero desgarrado, la mordida en mi cuello y mi pelo vuelto m****a por toda la lucha anterior.

- ¡estas sangrando! -

Automáticamente me toco el cuello, pero él está mirando entre mi entrepierna.

Se ve indeciso, pero al final decide quitarme el pantalón. Separa mis piernas con cuidado y alterna el mirarme a la cara y entre mis piernas unas cuantas veces.

- ¿eres virgen? -

Asiento solo una vez

- ¿Por qué no me dijiste? -

- lo hice, pero decidiste creerle a Fernando.

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