Cap. 6 ¡Oh, no de nuevo!

Parte 2

“Las mentirosas jamás podrán ser reinas”

Acsa pensó entonces:

—No tiene que ser descubierta, usted puede tomarla como ayudante suyo y así nadie hará preguntas.

La astucia de la joven era buena y entonces le dijo:

—Me agrada tu idea, ¿cómo te llamas criatura?

—Acsa…

—Bien Acsa, tu amiga será mi sirvienta, respetaré su vida—sonrió—me agradas

Ilena se abrazó de Acsa llorando y diciendo.

—¡Salvaste mi vida! Te pido perdón por todo lo que te hice.

—Calma, solo aprovecha cada segundo de ella.

Miró en torno todas esas jóvenes estaban allí, algunas lloraban contando su historia.

—Estaba comprometida y… Me llevaron…

—Tengo miedo—decía otra.

Acsa también tenía miedo, miraba todo el lugar y era demasiado seguro para poder escapar de él.

Afuera los familiares se acercaban a preguntar por sus hijas, hermanas y parientes. Gerald se acercó a prudente distancia y escuchó a uno de los guardias.

—Ya dejen de venir y preguntar por sus hijas, no ven que una de ellas puede llegar a ser la reina…

Vieron sacar un cuerpo envuelto en sabanas.

—Las mentirosas jamás podrán ser reinas—dijo el guardia.

Gerald se angustió, su prima podía ser descubierta y no podría ayudarla, pensó en Ilena y en su destino que sería triste.

Intriga

Gretel había enviado a llamar a Rob a sus aposentos, era poco común ese gesto y la vio recostada en su poltrona siendo atendida por su eunuco.

—Rob, leal caballero al servicio de mi nieto.

—Señora, ¿qué puedo hacer por usted?

Ella sonrió y le preguntó.

—¿Estuviste en el río el día en que Astrid tiró el veneno?

Él asintió y ella preguntó.

—¿Qué fue lo que pasó exactamente?

—La reina movida por los celos lanzó veneno al río y…

—¿Y?

—Varios peces murieron… El veneno se extendió y los peces morían.

Ella analizaba cada palabra y se levantó para preguntarle.

—¿Y qué evitó la tragedia?

Rob fue sincero con Gretel.

—No lo sé, Edward se metió al río y de repente…

—¿De repente?

—Algo… Como una energía se sintió en el agua y los peces… Volvieron a la vida.

Gretel se dio cuenta de que eso era una magia muy antigua que como servidora de la oscuridad había combatido.

—Entiendo, quiero que investigues quienes estaban ese día en el río, si eran de otros reinos quiero saber detalles.

—Está bien, señora…—entonces preguntó—¿pasa algo?

Gretel lo miró de forma despectiva.

—Que el reino de tu señor puede estar en riesgo.

Rob la miró sorprendido y se dio cuenta de que ese asunto era más serio de lo que pensaba.

Intentando escapar

Acsa había dormido poco y mal, de hecho supuso que muchas de esas doncellas no durmieron para nada, reflexionando en su suerte.

Comenzaron entonces los rumores.

—Dicen que el rey es cruel y despiadado—dijo una.

—Pero es un rey…

—De que vale que lo sea si es perverso.

Tenía que alejarse de todos esos comentarios, comenzó a caminar y dio con la salida, se asomó y vio el pasillo despejado, si tenía una oportunidad de huir lo haría y se echó a carrera, entonces llegó a una parte donde había muchas puertas. No sabía cuál era la salida hasta que escuchó pasos y voces, entonces se metió a una de las habitaciones con puerta doble, estaba asustada esperando que se vayan. Lo que no esperó es que la puerta se abriera y ella en su desesperación abrió la primera puerta que vio que resulto ser el baño. Una gran bañera estaba dispuesta, el agua caliente emitía vapor y ella aprovechó para quedarse escondida en medio de ese vapor.

—Estoy cansado, por favor no me molesten.

El corazón de Acsa se detuvo por un instante y vio que alguien entraba al lugar, como el vapor no dejaba ver bien, pensó en que apenas la persona se metiera en la bañera, ella podía irse corriendo.

Escuchó el ruido del agua y una persona dar un gemido de satisfacción, ¿Era un hombre?

—Cielos que bien se siente…

Esa voz… Acsa estaba arrimada a la pared, su cabello y ropas húmedas por el vapor y ese sujeto dijo:

—Me siento tan… Bien…—jaló su miembro con satisfacción—bien nene relájate.

¡Oh, no! ¡No de nuevo! Estaba viendo su miembro, ¿es que el destino quería que ella sea testigo del pene real? Cuando Edward miró al frente notó algo… parecía la silueta de una mujer. Entonces se sentó curioso.

—¿Quién eres? Puedo verte.

Acsa se dio cuenta de que había sido descubierta y de repente…

—¿Ninfa eres tú?

El rey le estaba hablando y ella sin poder salir corriendo.

—Ya entiendo Cosita, viniste para verme desnudo—dijo con satisfacción—parece que la encantada resultaste tú después de todo.

Tenía que hacer algo y no sabía qué… Entonces le habló.

—Por dejarme ver… fui castigada a ser bruma…

Edward estiró la mano y ella se alejó lo que más pudo, el vapor no lo dejaba verla del todo.

—¡Ven acércate a mí! Te necesito…

Acsa se deslizaba hasta llegar a la entrada a tientas y abrió despacio la puerta y le dijo:

—Esto soy ahora… Me desvanezco…

—¡Te ordeno que no te desvanezcas!

Ella salía como alma que llevaba el señor Oscuro y llegó a la puerta, su ropa estaba húmeda y dejaba huellas de humedad en piso y apenas pudo abrió y se devolvió por donde había venido.

Edward salió desnudo hacia el pasillo y miraba las huellas, iban al harén y corrió hacia allá, las huellas terminaban en la entrada y miró a todos lados. Cuando los sirvientes lo vieron, quedaron mudos al ver a su señor desnudo mirando a todos lados.

—¿La vieron? ¿Vieron a la Ninfa?

Mudos, viendo las bondades de su rey a todo color.

—Díganme algo, se los ordeno.

Acsa estaba escondida cerca, no quería ser vista y de repente lo vio caminar hacia el interior: ¡Estaba desnudo! Podía ver su trasero firme y duro, su ancha espalda y su cabello rubio mojado.

—Ella estaba en mi habitación…—renegaba.

Cuando Menalao salió se quedó impresionado y tomó una capa y cubrió a su señor.

—Ella vino hacia acá, puedo jurarlo, era la Ninfa.

—La buscaremos.

Entonces ordenó que todos busquen a una Ninfa. Ilena miraba por todos lados cuando dio con Acsa húmeda y se dio cuenta de que la mentada Ninfa era su amiga. Ella le hizo señas de que se quedará callada e Ilena prosiguió haciendo que buscaba. Tiempo después le dijeron que no habían encontrado nada y Edward más impactado por encontrar a la Ninfa que cautivó su corazón.

Las doncellas sacan las uñas

Agradeció al Creador que el rey se fuera y ella pudo cambiarse y salir de su escondite, ayudada por Ilena.

—¿Qué pasó?

—Intenté huir y me metí en la habitación de ese sujeto.

—¿Ese era el rey?—estaba con la boca abierta—Bendecida la que se case con él.

Regresó con el resto de las doncellas que estaban siendo evaluadas, muchas de ellas apenadas por su suerte; sin embargo, una de las más osadas, llamada Virginia, se levantó resuelta y les dijo:

—No sean tontas, una de nosotras puede ser la nueva reina y yo estoy dispuesta a hacer de todo para tener ese honor—dijo con petulancia—así que mírenme bien, pues pueden estar hablando con la nueva reina.

Otra se levantó resuelta y dijo:

—Yo también tengo oportunidad de ser una reina.

—Y yo.

Acsa se vio en medio de fuego cruzado, ahora el miedo se convirtió en fortaleza y en un plan para ser la virtuosa reina de Vraelon.

Menalao ingresó con su equipo y comenzó a separar a las que consideraba mejores.

—¿Qué va a hacer con ellas?

—Eso no te incumbe—dijo molesto.

Virginia dijo en voz alta.

—No queremos privilegios con nadie, todas tenemos la misma oportunidad.

—Pero que petulancia.

Acsa permanecía con la cabeza baja para no dar a notarse y Menalao la vio.

—Y a esa joven… Acsa.

Ella alzó la cabeza y fue llevada ante el sujeto.

—Empezaremos con un tratamiento de piel para hidratar y ungüentos en el cabello.

Las que no fueron llevadas, eran desechadas, pues tenían defectos físicos, o eran desproporcionadas, tenían cicatrices o marcas y las dejaron en libertad.

Los baños de purificación eran bastante oscuros y apenas rayos de sol entraban, el calor era bastante fuerte, pues, sus aguas eran calientes y llenas de sales.

Ilena que ayudaba a las doncellas le dijo a Acsa.

—Debes sumergirte en las aguas y relajarte, eso me dijeron.

Virginia entonces la llamó.

—Sirvienta, tráeme agua…

Ilena hizo una mueca y fue por el jarro, Virginia parecía muy cómoda con la situación y cuando fue servida.

—Llena el vaso, tonta.

Acsa entonces le dijo a la petulante chica.

—Deberías ser más considerada con el servicio.

Virginia miró con presunción a la joven y le dijo:

—¿Te crees la muy correcta? Pero te diré que hay que saber mandar y estoy practicando con esta tonta.

Era inútil, de repente todas se transformaron en arpías dispuestas a destrozar a cualquiera que se pusiera en su camino.

Investigando

Rob tenía una lista de las personas que habían estado ese día en el río, cerca de la acción, y eso no les decía nada.

—No entiendo… La fuerza no vino de donde estaba Edward…—pensó un poco y su rostro se iluminó—claro, cómo no lo vi.

Entonces mandó a unos guardias a investigar quienes estuvieron río arriba, solo alguien que estuviera por esos lares podía haberlo hecho.

La Pluma

Hola, queridas lectoras, espero que les esté gustando la novela, si desean comentar o dar sus opiniones me encantaría poder saber sus pareceres.

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