Capítulo V

Tocando la puerta – señor Mendoza del Campo su baño ya está listo

–Eres muy amable Catalina, ve por mi cena y espérame hasta que haya salido de mi baño

Suspirando – sí señor – se dirige a la cocina dónde la cena ya está en los platos y estos están cubiertos para que la comida no se enfrié Catalina toma la botella de vino blanco y la acomoda junto con la copa y lleva la bandeja, al entrar en la habitación acomoda todo con mucho cuidado en la mesa y se queda de pie esperando por Adrián, este no se demora mucho en su baño puesto que sabe que hay alguien de mirada tierna y sonrojos dulces que espera por él

Entrando, secando su largo cabello y con solo su pantalón puesto – vaya veo que si eres obediente, eso me complace en gran medida Catalina

–Si señor – haciendo una reverencia – usted sabe que yo solo soy su servidora

“Eres en verdad una tonta muy ingenua, en verdad te pasas de imbécil” – sonriendo maliciosamente – bien Catalina espero que mi cena no se haya enfriado

–No señor, la cocinera sirvió su cena un poco más caliente de lo que usted acostumbra todo para que no se enfriara mucho mientras usted tomaba su baño

–Bien veamos si es verdad lo que me acabas de decir – se sienta a la mesa y se dispone a cenar – bueno te doy la razón esta cena en verdad está deliciosa y está a la temperatura adecuada, Catalina

–¿Qué desea señor?

–Sírveme vino – Catalina toma la botella de vino y con mucho cuidado sirve un poco de vino – eres muy amable, por cierto ¿Quién te enseñó a atender a tus señores?

–Mi padre me enseñó, señor Mendoza del Campo no sé si usted recuerde, pero mi padre era uno de los hombres de confianza del señor Miguel Ángel Mendoza del Campo

–Cierto, lo recuerdo Pedro era un buen Esclavo ¿Cómo murió?

“No puedo decirle o Francisco me matará de seguro” no…no lo recuerdo señor, yo tenía quince años usted ya no estaba en la hacienda y su señor padre estaba muy ocupado en hacer prosperar las tierras para dejarlas a usted

Terminando su cena – si es duro cuando pierdes a tu padre, recuerdo que Pedro siempre te cuidaba, bien Catalina puedes llevar de vuelta a la cocina los platos y dejarlos para que una sirvienta los lave, no te demores y vuelve a la habitación ¿entendiste?

Acomodando los platos y acto seguido tomando la bandeja – señor Mendoza del Campo ¿Qué quiere hacer conmigo? – sonrojada, Adrián se acerca y le toma el mentón – “¿Por qué me tiene que pasar esto a mí?”

–Es una sorpresa, mi dulce niña de ojos azules – besando suavemente a Catalina – ve y no demores

–Si…sí señor Mendoza del Campo

Catalina baja deja los platos, nota que por cosas de la casualidad no hay nadie en la casa grande, quiere irse tiene pavor de subir de nuevo, pero tiene una orden y no puede arriesgarse a contradecirla, al subir toca y Adrián le abre la puerta, al entrar su señor cierra y lo toma por la espalda

–po…por favor, señor Mendoza del Campo ¿Qué quiere hacer conmigo? – Adrián la gira y la toma de la cintura–

–Catalina ya sabes lo que quiero de ti, te quiero solo para mí, no quiero que mires a otras sino solo a mí, quiero que solamente yo esté en tus pensamientos acaso ¿no puedes o no quieres ver lo mucho que te quiero Catalina? – Catalina abre sus ojos totalmente sorprendida – “hace semanas que no atormento a esta tonta, veamos si con lo que le dije él hace lo que más deseo”

–“¿Dijo que me quería, acaso dijo que me quería?” –Adrián nota como los ojitos de Catalina brillan – señor Mendoza del Campo…

–¿Qué pasa Catalina?

–¿Qué tengo que hacer? – más rojo que un tomate, Adrián apenas sonríe para sí mismo– “tengo que admitirlo, me he enamorado, me he enamorado como un idiota de mi señor Adrián” – Adrián la toma en brazos y la vuelve a llevar a la cama

–Solo déjate llevar Catalina, y luego compláceme a mí ¿de acuerdo? – Catalina sonrojada asiente con su cabecita

Adrián toma la única fuente de luz de la habitación una vela y la apaga, siendo la habitación iluminada por la luna llena – Catalina estas semanas sin sentir tu piel, me estaban volviendo loco – se acuesta sobre Catalina y mientras lo besa poco a poco levanta la camisa de Catalina hasta quitársela por completo, sabe que Catalina por complacerlo por obtener su tan anhelada libertad hará todo lo que él le pida – Catalina…Catalina – baja hasta el pecho de Catalina y mientras pellizca sutilmente uno de esos botoncitos rosa el otro lo lleva a su boca y lo succiona como si quisiera obtener algo de él– “no puedo creer que en verdad haya extrañado hacer esto, no puedo creer que en verdad haya extrañado a mi Esclava”

–Ahhhh señor Mendoza del Campo, “mi cordura, se va de a pocos” Ahhhh más por favor, por favor, señor Mendoza del Campo no se detenga Ahhhh “por Dios ¿Qué estoy diciendo?” Ahhhh

–“Sigue así Catalina y pronto serás plenamente mío” – cambia de pezón y sigue con el mismo jugueteo, baja su mano hasta la entrepierna de Catalina y empieza a acariciar el monte de venus de su Esclava por sobre la falda de esta – Catalina… ¿quieres que continúe?

Sonrojada, jadeando, con sus ojitos nublados por la excitación– si…si quiero señor Mendoza del Campo – Adrián la besa de forma apasionada mientras introduce su mano y acaricia su entrepierna sintiendo ese calor húmedo que espera por él – señor Mendoza del Campo…

–Shhhhh Catalina – besando a Catalina – desde este momento y cuando estemos a solas puedes llamarme por mi nombre – bajando, dando besos por todo el torso de Catalina hasta llegar a su entre pierna y baja las prendas de la chica – Catalina – llevando su rostro hacia la intimidad de la joven para besarla con sus labios y rozarla con su lengua – “en verdad extrañaba hacerte esto Catalina, ni loco pienso darte la libertad”

–Ahhhh Adrián, no voy a poder aguantar más – sintiendo como su cuerpo inexperto se regocija de placer – Adrián…Adrián

Relamiendo sus labios se acerca y besa a Catalina, la toma de la cintura y la gira haciendo que su Esclava quede sobre él – ahora es turno de mi niña de ojos azules – Catalina abre sus ojos totalmente sorprendida – Catalina quiero que me complazcas – toma la cinta que amarra el cabello de Catalina y lo suelta haciendo que ese bello cabello castaño caiga sobre su rostro – Catalina…te quiero…en verdad te quiero – besa a Catalina y toma sus manos, guiándolas por todo su cuerpo bien marcado– Catalina…tócame

Sonrojada hace lo que su señor le pide y acaricia todo el torso de Adrián y se detiene llegando al abdomen – ¿también quiere que lo toque…?

–Si Catalina, has leído mis pensamientos, vamos tócame con confianza – guiñando el ojo a Catalina quien se sonroja más tomate; baja lentamente sus manos y toca el miembro de Adrián por sobre su pantalón sintiendo como ese miembro crece ante sus caricias – Ahhhh Catalina, eres un buena niña sigue así, sigue complaciéndome y te juro que te daré tu libertad

Adrián se sienta y toma a Catalina de la nuca y la besa apasionadamente – quiero que me toques plenamente, Catalina – Catalina se queda pasmada – quiero que disfrutes tanto como yo, porque no me lo puedes negar yo sé que esto a ti te gusta, dime Catalina ¿te gusta esto que estamos haciendo?

“Tengo que decirle la verdad, además él dijo que me quiere, me ha prometido mi libertad yo sé que él cumplirá su promesa” si…Adrián…me…gusta…me…gusta…mucho – se acerca para besar a Adrián y mientras se besan Catalina introduce sus temblorosas manos y acaricia en carne vivía el miembro de Adrián – “por Dios, lo tiene enorme” ¿Qué más quieres que haga Adrián? –sonrojada

–Ahora que lo mencionas Catalina – besando una mejilla y luego la otra, para después fundirse en un beso apasionado con su Esclava – quiero que uses tú boquita –Catalina se queda en shock al escuchar aquellas palabras – “vamos Esclava tonta dime que si”

–Si…Adrián – Adrián sonríe complacido y observa como Catalina lo acuesta con delicadeza nuevamente y dando besitos pudorosos, se acerca a su entrepierna – Adrián ¿estás seguro de que quieres hacer esto? –sonrojada hasta las orejitas, Adrián asiente y acaricia su rostro– po…por favor…no…se…moleste…si…no…lo…hago…bien – baja los pantalones de Adrián y queda pasmada al ver tan enorme miembro totalmente erecto y palpitante por sus caricias y atenciones, con mucha pena lo toma entre sus manos y lo acaricia y puede sentir como Adrián jadea de placer y se contrae, arqueando su espalda – “bueno al menos lo está disfrutando”

Sin pensarlo mucho, pero con mucha pena da besitos pudorosos a ese glande enrojecido y acto seguido lleva ese miembro a su boca y comienza a bombearlo, sorprendido de que ese sabor fuerte no le desagrade– “por Dios en verdad lo tiene enorme, pero lo peor es ¿Por qué me gusta hacer esto?

–“Esta Esclava sabe complacerme, él nunca será libre, nunca ¿Cómo voy a dejar ir a este artefacto de placer?” Ahhhh Catalina, sigue no te detengas, sigue quiero conocer contigo el paraíso Catalina, quiero que me lleves al cielo Catalina Ahhhh – toma a Catalina de sus cabellos y le marca un ritmo más desenfrenado – eso así mi niña de ojos azules complace a tu señor

“Si Adrián, quiero complacerte, no porque sea una orden tuya, quiero complacerte porque te quiero, te quiero como tú me quieres a mi” – sintiendo como el cuerpo de Adrián se arquea involuntariamente, dejando salir en su boca una gran cantidad de semen, que Catalina se bebe por completo excitando más a Adrián – Adrián – sonrojada, Adrián la guía hacia su rostro y se besan de forma apasionada– “mi señor me quiere sus besos no me mienten, él me quiere y yo…yo lo amo” Adrián

–“Esta imbécil más temprano que tarde será mía” Catalina… te quiero – acariciando el rostro de Catalina – bien vístete, y vuelve a la barraca ya sabes si Francisco te dice algo esta vez dile que tuviste que dejar la tina acomodada

–Si señor – se sienta, se acomoda lo mejor que puede y vuelve a recoger su cabello – buenas…noches – antes de irse Adrián la toma de la mano y la hala para besarla

Durante los siguientes días Adrián no busca a Catalina, quiere que su Esclava lo extrañe y así sucede, Catalina no puede dejar de pensar en él, aunque pase sus días cuidando del ganado, de peque que sigue metiéndose en los arbustos, en procurar que todo en la casa grande esté acomodado para gusto de Adrián no puede evitar pensar que su señor solamente está jugando con ella, tristemente más adelante se dará cuenta que sus premoniciones eran ciertas.

En la casa grande

Suspirando – “Adrián no me ha buscado en casi un mes ¿Qué habrá pasado con él? será…será ¿Qué eran mentiras todas sus palabras?” – mientras termina de acomodar todas las sábanas limpias para cambiar la cama de Adrián – “bueno debo hacerme a la idea de que él solo quiere jugar conmigo” – se gira cuando ve al hombre que invade sus pensamientos parado justo en frente de él – ¡señor Mendoza del Campo! – haciendo una reverencia – buenos…días

–Buenos días, Catalina – sonriendo – dime ¿Cómo amaneciste dormiste bien?

Sonrojada – si…señor hoy me levanté temprano y fui a llevar al ganado al pozo de agua y peque estaba de nuevo con su pata herida, me demoré porque esta vez sí se había cortado la pata profundamente, creo que ese ternero seguirá lastimándose hasta que llegue el momento de que sea sacrificado señor

–Bueno para eso tengo a mi niña de ojos azules, para cuidar de todos los terneros que quieran meterse en los arbustos – tomando el mentón de Catalina – Catalina te extrañe durante este mes, tener que atender una hacienda y no poder disfrutar de tus caricias y mimos me vuelven loco “en verdad te he extrañado Catalina, ya verás la sorpresa que te tengo preparada” Catalina, ve y busca a una de las criadas y dile que te dé un mejor traje irás conmigo y con Felipe a la ciudad de Palma ya he ordenado a Francisco que tenga los caballos listos

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