Dedicatoria.

Esta novela va dedicada, a todas las muñecas y muñecos de porcelana que existen en el mundo, aquellas mujeres y hombres, que en medio de las circunstancias más desgarradoras y dolorosas, como puede ser padecer de una enfermedad crónica y desgastante, quien sufre por ello, logran remontarse cual fénix de acero, vivos e invencibles, poseyendo al final del camino, una fuerza interna tan resistente que nada ni nadie la puede destruir.

Por tal motivo, esta obra va dedicada a todas aquellas personas que sienten que su mundo es gris u oscuro, porque sufren de un estado físico o emocional muy frágil, por lo que creen que esto es una barrera u obstáculo para poder vivir y disfrutar de la plenitud de su existencia y es en este punto, donde “Una muñeca de Porcelana y Acero” nos enseñará, que en medio de la vulnerabilidad que podamos sentir debido a una enfermedad o a un padecimiento crónico, sea este de índole físico, mental o emocional, esta misma vulnerabilidad también puede transformarse en una fortaleza indestructible, dándonos las fuerzas necesarias y las motivaciones suficientes, para crear nuestra propia historia maravillosa, con un magnífico final feliz; y no un final de cuento de hadas, no, sino un final que nos permita conocer el verdadero significado de la felicidad, al final del camino.

Sinopsis.

Alondra Richmond, es denominada una Dojagi de palacio o muñeca de porcelana, debido a una desgastante, dolorosa y degenerativa enfermedad crónica, que la aqueja desde su infancia y que la ha hecho ser poseedora de una fragilidad de porcelana, ya que al igual que su existencia, este material es muy conocido por su inmenso valor y gran hermosura, pero también por su delicada composición ante cualquier golpe o rotura; y en el caso de Alondra, debido a su estado de salud, ella se ha convertido en una pieza muy delicada y frágil. Sin embargo, en medio de su fragilidad, Alondra descubrirá una gran fortaleza, cuando permita que su corazón sea amado por primera vez, convirtiéndola en un ser de acero indestructible, aunque en su exterior no lo parezca. ¿Pueden tanto la porcelana como el acero fundirse y coexistir de forma pacífica, a fin, de conseguir una fortaleza superior?

Lexter Brower, Príncipe heredero de la Corona de Gales, será el encargado de conocer junto a Alondra, de qué manera ambos le demostrarán a este mundo, plagado de superficialidades y personajes vacíos y sin sentimientos, que el amor que sienten el uno por el otro, va más allá de las leyes y de las barreras que se empeñan en separarlos, ya que, ellos tendrán que librar una guerra encarnizada contra lo que es considerado convencional, contra lo que todos a su alrededor consideran natural y en especial, contra una ley que fue creada y constituida hacia mucho tiempo, la cual ha convertido el amor que ambos sienten, en algo prohibido y en un delito, castigado con la muerte de uno de ellos. Sin embargo, esta pareja estará dispuesta a eso y más, a fin de poder amarse sin restricción alguna, como ambos lo desean desde que reconocieron que estaban profundamente enamorados el uno del otro y que estaban dispuestos hacer lo que fuera necesario, para defender su amor ante el mundo entero y ante sus propios miedos, si era preciso; y sobre todo, Alondra y Lexter estaban y estarán dispuestos a enfrentar las consecuencias de sus sentimientos, sin importar cuales sean estas.

Por consiguiente, tanto el El Príncipe heredero Lexter Brower, como la Dojagi de palacio Alondra Richmond, descubrirán juntos que aunque existan personas que poseen una fragilidad de porcelana debido a su delicado estado de salud física o emocional, esa misma persona puede blindarse con una gran muralla de acero inoxidable, resistente a toda adversidad. Y por último pero no menos importante, algo de suma importancia que esta pareja aprenderá, es que su amor les demostraría que sin importar las circunstancias, ambos serán capaces de escribir la hermosa historia de un amor, que se convertiría en leyenda, aunque el camino para conseguirlo, esté lleno de dolor y lágrimas.