◇ Perdidas ◇

Narra Darían.

—Perdona amor no fue mi intención, reconozco que falle y me arrepiento por ello—. Vuelvo a besar su mano, ella me mira.

—Te disculpo, pero otra y te mando directo al valle del dolor—. Trago grueso.

—Te lo prometo mi luna—. La acerco a mí. —Descansaremos en media luna y mañana temprano regresamos a casa—.

—Si ya extraño a mis traviesos—. Sonrió.

—Yo también los extraño sobre todo a mi princesa—. Sonríe.

—Nuestra pequeña traviesa—. Isis me sacara canas de todos los colores lo sé…

Llegamos a media luna bajamos y entramos a la casa.

—Eu estaba esperando por você (Los estaba esperando)—. Dice Maicon. —Junte-se a nós para jantar (Acompáñenos a cenar)—.

—Obrigado estoy morrendo de fome (Gracias muero de hambre)—. Le dice Emily, me encanta escucharla hablar en portugués.

Nos sentamos a cenar menos Semyazza, los demonios no comen solo se alimentan de las miserias de los demás y con ello no lo menosprecio.

Le comentamos a Maicon todo lo que pasó, Emily confía en él así que no hay problema, supongo que ella vio su corazón y no hayo mal en él.

Al terminar de cenar subimos a la habitación a descansar, o era lo que pensé hasta que la vi salir con esa pijama sexy y me abalance sobre ella.

—Espero no haber hecho otro hijo en un país que no es el mío—. Digo mas que agotado.

—Eso no pasará Darían, me estoy cuidando—. Adrián gruñe, pero estamos consiente que este no es tiempo para tener un hijo.

Coloca su cabeza en mi pecho y queda dormida, jamás la cambiaría por nadie ni nada, ella y mis hijos son lo mas hermoso que tengo en mi vida.

Si me dieran a elegir la elijo a ella por sobre toda las cosas. Acarició su cabello y quedó dormido.

Día siguiente.

Nos despedimos del alpha Maicon que nos trajo hasta el aeropuerto. Subimos al Jet, me siento al lado de mi luna quien no tiene buena pinta, estar lejos de los niños la pone triste o tal vez sea otra cosa…

Narrador omnisciente.

Mientras la Luna Suprema y Alpha Supremo iban de regreso a Luna Dorada, Él caballero de la noche se preparaban para el siguiente ataque.

—Quiero a todos listo para el ataque, aún no se que manada pagará las consecuencias, pero los quiero listo para cruzar el portal —. Dijo Damiel este sería su segundo ataque.

—Amor puedo acompañarte—. La bruja se le guindo al cuello.

—No, te he dicho que no, cuantas veces te lo tengo que repetir—. Le grito. —Prepárate con las demás brujas dentro de poco atacaremos luna dorada—. Con eso dio media vuelta y se alejó.

—Que te he dicho hija—. La regaño su padre. —Los hombres como ese lobo tienen mucho poder, solo espera con paciencia pronto seremos los Reyes del mundo sobrenatural —. Sonrió el hechicero de magia oscura.

—Esta bien padre deberías ir tu también—.

—No, tengo que prepararme para cuando sea mi turno—.

La bruja salió rumbo a la cabaña donde estaban las otras cinco brujas, aún tenían que enseñarle a la bruja de magia amarilla, ella apenas estaba aprendiendo cuando fue secuestrada por él caballero de la noche.

Damiel se organizaba con los que irían con él, ya tenía a la manda escogida esta sería Luna creciente, solo tiene novecientos cincuenta y nueve años fundada como manada.

Todos se preparaban para cruzar él portal que había creado el hechicero Skyrim junto a uno de sus aprendiz. Empezaron la marcha y cruzaron de cinco en cinco el portal a luna creciente.

Este portal tenía la salida a uno de los extremos de la manada, ningún guerrero vería la llegada de estos hombres ya que su esencia y presencia estaba camuflada con sangre de animal salvaje.

Aquellos hombres fueron tomando su lugar en cada extremo hasta que llegó su líder. Con solo un movimiento de cabeza empezaron a decapitar a los guerreros que estaban de guardia en la noche, mientras que en el mundo de los muertos empezaban a llegar las almas.

Abu Yaria se comunicó inmediatamente con Emily, le comento lo que estaba pasando en el mundo de los muertos, ya habían más de doscientos hombres muertos. Damiel no tenía contemplación de nadie, niños y mujeres perdían la vida.

Ellos utilizaban armas de plata envenenadas con raíces que eran letales para los licántropos, al igual que las armas de filo estaban envenenadas, no importaba el tipo de armas que ellos utilizarán todos estaban bañadas en veneno, la muerte de los licántropos era rápida y dolorosa.

Sus manos estaban bañada de sangre inocente. Y eso era como un llamado para la demonía, esa fue la razón por la que ella pudo llegar a tiempo antes de que más personas fueran masacradas.

Su ser estaba eufórico como nunca lo había estado antes, ella llegó junto al alpha Supremo y trecientos demonios más y con ellos el rey del inframundo.

Estaban listos para dar batalla a quien fuera ese ser, la sangre le hervía como nunca la había sentido.

Narra Darían.

Después de aterrizar en el aeropuerto subimos al auto, Emily se le veía inquieta.

—Amor todo está bien—. Me miro con sus ojos negros totalmente algo no andaba bien.

—No lo sientes—. Negué.

—No que es lo que sientes—.

—Muchos están sufriendo—. Sus ojos tomaron un color fuego, era como si se hubieran prendidos en llamas.

Tome su mano eso fue como sentir el sufrimiento en carne propia, ella sentía eso, estaba sufriendo al igual que nuestra gente, no se por que no lo sentí como hace días atrás. Tal vez lo sentí por qué estaba junto a ella, claro la estaba abrazando. Sus ojos se tornaron blancos.

—Dime Abu Yaria—. Escuchaba sus pensamientos.

—Mi niña muchos están llegando al mundo de los muertos, estos son de la manada Luna Creciente—.

—Maldito cobarde—. Dije al ver mucha gente, podía ver lo que mi demonía veía.

—Gracias—. Dijo mi luna cortando el link.

—Padre te necesito lleva los demonios que puedas—. Abrió otro link con Daimon.

—¿A donde?

—A la manada Luna Creciente yo iré con Darían y Semyazza —. Me sorprendí escucharla decir eso.

—Nos vemos allá—. Con eso cortaron el link.

—Como llegaremos allá eso está en Venezuela—. La vi sonreír.

—Amor no subestimes mi poder aún no los he probado todos pero de que llegamos con ese cobarde lo hacemos—. Miro a Semyazza, él le hizo un asentamiento de cabeza. –No te sueltes de Semyazza ni de mi o quedaras perdido en el limbo—. Puse mi mano en el hombro de Semyazza y la tome de la mano. —No había hecho esto aún pero la situación lo amerita, podría ser inestable y podríamos quedar en algún lugar que no sea pero es hora de ver que tanto he avanzado en mis entrenamientos—. Dijo y no pude evitar tragar grueso, no es que no confíe.

—Lo harás bien princesa—. La alentó Semyazza, voy tener cuidado con ese demonio.

Una esfera de energía nos envolvió, su ojos se tornaron en un rojo con destellos violetas. En un parpadeo quedamos en la manada luna creciente.

—Después de todo funcionó, necesito alimentarme para recobrar energías—. Sus ojos seguían igual.

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