◇ El hechicero ◇

NARRA EMILY.

Al levantarnos fuimos a desayunar para así empezar con nuestra búsqueda, con nosotros irían tres guerreros del alpha Maicon y un rastreador que sería como nuestro guía. Claro que más antes hablamos con los monstruitos.

Busque en el mapa que me había dado mi padre, son de esos mapas antiguos que con solo verlos se destruyen.

—Vamos começar aquí (Empezaremos por aquí)—. Señalo el mapa donde papá me dijo más o menos donde podría encontrarlo.

— Eu guiarei você (Yo los guiaré)—. Dice el rastreador. —Eu conheço aquele lugar melhor do que ninguém (Yo conozco el lugar mejor que ninguno)—.

—Ok, vamos lá (okey vamos)—.

—Obrigado alfa Maicon (Gracias alpha Maicon)—. Le dice Darían.

—Tenemos que tener mucho cuidado princesa, enemigos podrían acechar—.

—Lo tengo muy claro Semyazza —.

—Lista amor, vamos en auto hasta el área boscosa, luego debemos caminar—. Asiento.

Subimos al auto este es puesto en marcha y así empezamos nuestra búsqueda espero y sea con éxito.

Llevamos cinco horas en auto, el auto es detenido donde empieza una serie de árboles con lianas talvez estemos cerca del Amazonas.

Será cierto que hay anacondas gigantescas en este lugar, sacudo mi cabeza por ese pensamiento, «Emily esto es de vida o muerte tu gente te necesita enfocada», me dice esa parte de la razón que tenemos todos.

—Temos quê andar daqui em diante (Nos toca caminar, de aquí en adelante)—.

Empezamos la caminata, era lo que me faltaba saco una botella de agua para refrescarme un poco, Darían me dijo que este bosque es inmenso, por lo que nos podía tomar más tiempo de lo que pensé, pero como soy demonio y puedo sentir la presencia de cualquier ser a la distancia que sea, no creo que nos tome mucho.

—Podríamos dividirnos en dos grupos—. Dice uno de los guerreros.

—No es buena idea—. Le advierte Semyazza.

Él mira a Semyazza como si fuera lo peor de este mundo.

—Él podría salvarte la vida—. Digo mirándolo a los ojos.

—Lo siento luna —.

—Puedo defenderme solo princesa—.

—Lo sé, pero tú no piensas mediar palabras con nadie—. Miro al demonio más callado de todos, pero letal.

—Me has estudiado muy bien ¿no? —. Sonrió.

—A cada uno de ustedes mi querido Semyazza —.

Cada vez nos adentramos más al bosque de pronto siento ese presentimiento que me alerta, es cuando todo en mi se dispara al despertar mi sexto y séptimo sentido.

—Estén alertas —.

—¿Qué es lo que sucede? —.

—Mi séptimo sentido me dice que se avecina algo—. Con decir eso veo como una flecha pasa cerca de mi.

—Al suelo—. Grita Darían.

Las flechas empiezan a llover me giro hacia los árboles al igual que lo hace Semyazza, las flechas son de plata.

—Por lo que huelo son brujas y hechiceros—. Dice Semyazza.

—Eso significa que estamos cerca del alquerre—.

—Estas bien amor—. Pregunta Darían.

—Si y tú —.

—Bien eso estuvo cerca—. De pronto esta esa alerta ahí, Semyazza se desplaza y toma a una de las flechas que iba directo al pecho de uno de los guerreros de Maicon.

—Este más alerta lobo—.

—No la vi venir—.

Más flechas empiezan a venir en contra de nosotros. —Es hora de contrarrestar el ataque—. Dice uno de los guerreros.

—No podemos atacar se supone que venimos a pedir su ayuda—. Dice Darían en tono de alpha.

—Pero señor nos atacan—. Comenta uno de los lobos.

—Tranquilos ya lo soluciono—. Dice Semyazza.

—No Semyazza es mejor dejarnos capturar—. Le digo en lenguaje de demonio.

—No podemos podrían hacernos quien sabe que—.

—Si, pero también podrían llevarnos con el hechicero y si no pues para que somos demonios—. Le sonrió.

—Yo me desplazare por si la situación se sale de control—.

—Es buena idea —.

—Se podría saber qué es lo que hablan ustedes no entendí nada—.

—Lo siento mi amor, le decía a Semyazza que podríamos dejarnos capturar para que así nos lleven con el hechicero—.

—Crees que lo hagan—.

—No estoy segura, pero podría ser—.

—Es un buen plan, pero no sé, no me convence, nosotros los licántropos tampoco tenemos una relación tan amena con los hechiceros y brujas—.

—Confía en mi amor—.

—Lo hago siempre—. Asiento.

Todos nos ponemos espalda con espalda formando un círculo, siento como se acercan a nosotros.

Dos enormes serpientes nos rodean, eso quiere decir que son dos brujas que la están controlando.

Empiezan aparecer varios hombres y mujeres. —Se perdieron los lobos, estas no son sus territorios—. Dice una de las brujas.

—No estamos perdidos—. Dice Darían.

—Oh miren si es el Alpha Supremo, que lo trae por aquí—. Vuelve a decir la bruja. —Se de alguien que le alegrara verlo—. Frunzo el ceño.

—Llevémoslo con él supremo—.

—Caminen—. Nos dice uno de los hombres.

Empezamos a caminar menos Semyazza que se camuflajo.

 No sé cuánto llevamos caminado, algunas cabañas se logran ver a lo lejos, ya estamos cerca del alquerre, no se han dado cuenta que soy un demonio, he escondido mi olor, esa es la ventaja que tengo y el factor sorpresa, ellos piensan que soy una loba.

Pasamos cabañas y más cabañas, todos nos miran eso era de esperar. Nos llevan a lo que supongo es la plaza, nos encadenan a unas especies de muro.

 —Esperen aquí iré por el Supremo—. Siento una presencia muy poderosa.

—No es necesario—. Dice un anciano apareciendo delante de nosotros. —¿Que los trae a mis tierras?

—Es usted Zajarí—. No lo pregunto lo afirmo.

—¿Quién pregunta? —. Dice la misma bruja de antes.

—Solo quiero saber si ¿es o no? —. Le digo.

—Él no existe—. Miro al anciano a los ojos.

—Eso no es cierto o ¿sí? —. Le digo al anciano, sé que es él.

—¿Para qué lo quieres?

—Necesitamos de su ayuda—. Comenta Darían.

—¿Para qué?

—¿Podríamos hablar en privado? —. Le vuelvo a decir.

—¿De qué? —. Este hombre parece no tener tanta longevidad como aparenta.

—Es un tema muy delicado—.

—No me interesa lo que quieran hablar conmigo—. Sonrió.

—¿Seguro que no quiere?, Oh vamos la curiosidad lo mata, quiere saber si en verdad soy la hija de Daimon o mejor dicho Luzbel —.

—¿Como sabes eso? Acaso tu pudiste meterte en mi cabeza—.

—Podría ser o tal vez no—.

—Pero tío que sucede aquí—. Dice una mujer de cabello rojizo. —Darían ¿qué haces aquí? —. Y supongo que ella era quien lo quería ver. —¿Que le hiciste?

—Aún no lo he tocado—.

Esto no está resultando como lo pensé. —Estoy esperando hechicero Supremo Zajarí—.

—Como pudiste tío, él no es como los demás lobos, Darían mi amor estás bien no te hicieron nada —.

—Estoy bien Karina—. Miro a Darían.

—Suéltalo ahora mismo tío—. Él hace un movimiento de cabeza para que suelten a Darían. —Los demás no, quiero a esa mujer lejos de mi alpha—. Como dijo mi alpha.

M*****a le voy arrancar las extremidades una a una. Se acerca a Darían y acaricia su mejilla, sus ojos cambian de color, lo está hechizando, m*****a.

—Esta vez estaremos juntos por siempre, la diosa luna escucho mis ruegos y te trajo a mí amor mío—. Esta bruja está loca o que no se da cuenta que yo soy su pareja.

—Pobre de ti Darían si caes ante su hechizo—.

—Eso no sucederá amor, nuestro amor es más fuerte que cualquier hechizo, pero podría usar esto a mi favor—.

—No te atrevas Darían, tú lo haces y te juro que te va ir mal—.

—Emily por favor déjame hacerlo así podemos ir antes de tiempo con los niños—.

—No jamás haría y aceptaría eso—.

—Lo siento será por nuestro beneficio—.

—Y tú serás el sacrificado ¿no?

Respiró profundo para que mi demonía no salga, ella está mucho más enojada de lo que lo estoy yo, miro a Darían con cara de asesina serial.

—No sabes cuánto anhelaba nuestro encuentro—. Le responde Darían.

Maldito me las va pagar. —Seré tu luna prométemelo—.

—Después hablaremos de eso—. Mi corazón se acelera, pero no de lo que estoy sintiendo si no de las ganas de matarla que tengo.

—Vámonos de aquí—. Me mira con diversión.

M*****a sabe que yo soy la mate de Darían, aunque mi olor no es fuerte ya que lo escondí, Darían se va como un perrito faldero detrás de la estúpida esa.

—Zajarí si no me sueltas ahora mismo te vas arrepentir—.

—Vienes a mis tierras y me amenazas—.

—Vine en son de paz, pero al parecer tu no quieres cooperar—.

—Si eres la hija de Luzbel podrías soltarte por ti misma, no creo que esas cadenas sean impedimento para una demonía —. Sonrió maquiavélica.

—Así que sabías quién era supongo que lo viste en alguna premonición—.

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