Capítulo 2

El tráfico en la ciudad estaba despejado, lo que facilitó llegar rápido al colegio, a las afueras del mismo no había nadie, solo habían automóviles vacíos, todos se encontraban en clases ¡Demonios! espero no recibir una falta por esto, aunque pensándolo bien, no me molestaría recibirla si él se queda cantado un poco más- pensé, bajándome de la motocicleta.

¡Dios! ¿Qué significa eso? ¿Por qué m****a quiero seguir escuchando a Chad? Se supone que lo detesto.

¡Diablos!

No. No, no Zoe, tú no puedes sentir amor por el  insoportable hermano de tu ex, solo debe ser odio y desprecio. No más.

¡Joder!

Chad estaciono la moto, y luego se bajó de ella.

—No sabía que cantabas. Lo haces bien, Harris.—Dije sin pensarlo. ¿Cómo pudo salir eso de mí? Por dios Zoe, se supone que no te agrada.

—¡Gracias Johnson! La escribí pensando en alguien muy especial.—Dijo mientras su rostro reflejaba una enorme sonrisa perfectamente hermosa. Lo miraba fijamente y no pude contenerme en sonrojarme, pensando por un momento que esa chica pudriera ser yo.

Ignore mi conciencia y le hice caso a mí corazón que latía fuerte al sentir la presencia de Chad.

Me encontraba hipnotizada mirando sus  ojos...

Chad

La miraba y ella igual a mí.

Estuve deseando este momento por mucho tiempo. Sé que esto no está bien, pero esa chica tan pequeña supo entrar a mi corazón como ninguna otra supo hacerlo.

Pienso en mi hermano Noah y me odio tanto por hacerle esto, pero ella. Ella...

Está, tan cerca de mí que solo pienso en besarla y nunca soltarla. Quiero confesarle que me enamoró desde el primer momento que la vi en aquel supermercado, que nunca le confesé nada porque luego supe que era la novia de mi hermano.

Suspire.

¿Pero...?  ¿Y qué si la beso? ¿Ella me corresponderá igual? ¿Sera que siente amor, cariño o algún sentimiento por mí? Es que la forma como me está mirando no es eventual.—estás preguntas invaden mi mente. No tenía respuesta para ninguna de ellas pero tenía que conseguirlas si no iba a caer en un profundo vacío de inquietud, de saber qué hubiera pasado si beso a Zoe.

No lo dude más.

Me acerque lento, apoderándome totalmente de sus rojas mejillas, ella accedió a eso, dándome fuerzas para continuar. La miré mientras nuestras respiraciones se mezclaban perfectamente como agua y azúcar. Fui acercando mis labios a los de ella, para sentir su calor.

Zoe.

Me estaba envolviendo en él,  iba a dejar que alguien más me tocara hasta que Noah apareció en mi mente como un fantasma ocasional recordandome "Que Chad es su hermano, él hermano de mi primer amor " Del chico que aun pienso por las noches ante de dormir.

Lo detuve.

—Esto no está bien Chad.—exprese con poco aliento alejándome de él. El sentimiento de la melancolía se hizo notar.

Chad no dijo ni hizo nada.

Supongo que él está consciente que es verdad, que esto está mal.

Camine hacia la puerta del instituto con el corazón hecho trizas, pero al tomar aire vino a mí ese escudo protector. El cual uso para que esto llamado amor no sobresalga más, por lo menos no con Chad Harris.

Aún pienso en Noah, y no sería justo para Chad. No quiero herirlo, mi corazón se transformó en piedra y comencé a odiarlo de nuevo, es la única forma que tengo para lidiar con este sentimiento.

Estaba a punto de entrar al colegio, cuando sentí alguien detrás de mí.

Voltee.

—¿Qué rayos haces?—exclamé alterada.

—¿Qué más?, es obvio que voy a entrar al colegio.—Respondió Chad parado detrás de mí

—Es broma ¿Cierto?

—Qué más quisiera yo. No sabes cómo me mata estar cerca de ti, pero no, estoy aquí por trabajo.—Dijo Chad—Así que hazte a un lado—añadió empujándome.

Me congele.

Nunca me había tratado así, tan m****a e indiferente. Chad Harris siempre tenía una sonrisa para mí, y ahora solo veía una fría mirada en él.

Sin embargo sus palabras "Estoy aquí por trabajo" se repetían una y otra vez en mi mente ¿Acaso esto es un castigo? No creo que me haya portado tan mal ¿O sí? ¿Por qué Chad? Hubiese preferido mil veces tener a mi mamá aquí en vez de Chad.

Suspire.

Lo miraba caminar por los pasillos de Excel relajado y en cámara lenta, sumamente sexy.

¡Dios! Algo me dice que este semestre será intenso como el anterior.

Sonó mi móvil.

Pero no despejo mi atención de Chad.

Aún lo observaba caminar en cámara lenta. Había un par de chicas revisando sus casilleros y al verlo suspiraron enamoradas.

¿Cómo pueden ser tan perras?—pensé.

Oh ¡Dios! Oh ¡Dios! ¿Acaso esos fueron celos? Definitivamente esto se está saliendo de control. Debo alejarme de él.

Mi móvil sonaba con mayor intensidad, y ese ruido me atormentaba.

Conteste.

Mientras caminaba a mi salón de clases.

Cálculo era mi primera materia del día.

—¿Aló?—dije malhumorada. Aún pensaba en Chad.

—Hey ¿Dónde estás? Ya casi comienza la clase, el profesor llegó y morirás al saber quién es.—Dijo Camyl apenas conteste.

—¿De qué hablas? Voy llegando, ¿Quién es el profe? ¿No es Ulacio? Él dio el semestre pasado...Camyl río.

—No. Ulacio no es...Y apúrate amiga, ya comenzó la clase.—Dijo y mi cabeza estalló al pensar ¿Quién rayos será?

—Mierda, ¡Voy!

Colgué.

Comencé a correr, y me di cuenta que tengo que hacer más deportes.

Joder, estas piernas flácidas no son buenas para estos trotes.

Minutos después entre al aula de cálculo, intente pasar sin pedir permiso y sigilosamente pero no funciono. Al segundo escuché a mi espalda la putrefacta voz del profesor. ¡Vaya! Que agradable sorpresa señorita Johnson, hasta que por fin se digna a aparecer."

La voz me pareció conocida, pero la vergüenza arropó por completo mi mente, baje la cabeza. Y al minuto la levante para disculparme con él.

—¡Maldición!—grité.

Y todos clavaron sus miradas chismosas en mí.

Trague saliva para no vomitar en este detestable momento.

¡Maldita sea! ¿Por qué tú? ¿Por qué tú? —Eran las palabras que se repetían una y otra vez en mi mente.

—¿Se encuentra bien señorita Johnson?—preguntó el profesor, al ver que había quedado inmóvil, no podía creer la realidad antes mis ojos.—Señorita Johnson, le hice una pregunta.—decía mientras que yo seguía congelada.

Mi mente seguía sin reaccionar. Tal vez no quería enfrentar la realidad, y era mucho más fácil quedarme estancada en mi cabeza, la cual tiene millones de preguntas pero puedo lidiar con eso.

—Lo siento profesor, hoy no ha sido un buen día para ella.—Camyl comentó acercándose, para sacarme de esta situación. Me tomó del brazo y me sentó en mi asiento.

Aun no reaccionaba.

—Descuide señorita Jones, entiendo la situación de su amiga.—Dijo volteandose al pizarrón.—Abran la página dos del libro.—indicó.

Todos me olvidaron y le prestaron atención al pizarrón.

—¿Qué m****a te pasa, Zoe?—preguntó Camyl en voz baja.

—Si Zoe, ¿Qué rayos fue eso?—Dijo Austin.

Reaccione.

—¿Disculpen? Es clara la situación ¿No?—Dije furiosa. Al ver que el maldito profesor era Chad Harris.

Los chicos rieron.

—¡Basta Zoe! No es tan malo que él esté aquí.—Dijo Austin entre risas.

—Es cierto Zoe, además cuando comenzó la clase nos dijo que no va a mandar tareas, Chad es genial como profesor.—Comentó Camyl.

—Como sea, si a ustedes les cae bien pues bien por ustedes.—Dije sin poder creer aun lo que estaba pasando. Cuando hace rato me dijo que estaría aquí por trabajo me imaginé que estaría en el campus o de conserje. Jamás me imaginé que sería de profesor.

Las horas pasaron lentas. Y en ningún momento preste atención a la clase, solo estaba sentada esperando que sonara el maldito timbre para enfrentar a Chad. Estaba a punto de enloquecer. Se supone que me alejaría de él para oprimir cualquier sentimiento, y ahora es mi maldito profesor. Sigo sin creer que esto me esté pasando.

¡Maldita sea!

¿Cuándo será que mi vida volverá a ser normal? Quiero mi  insignificante vida de vuelta.

Mejor dicho; Quiero a Noah Harris de vuelta.

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