El me amará

Apolo

El dolor de la pierna me despierta, abro los ojos lentamente hasta que logro enfocar bien, volteó para todos lados buscando saber en dónde estoy, mi mirada se fijó en el sillón de la esquina, mi ahora esposa Isabel Mayorquin se encuentra allí, ¿estará herida? no quiero que muera solo por haberse casado conmigo

Cómo si sintiera mi penetrante mirada mi nueva esposa de inmediato se acercó a mí

—Apolo! cómo estás? te duele algo? quieres que le llame al médico?

—Para mujer! me duele la pierna pero no es para tanto, —cuándo Isabel voltea puedo ver el la enorme gasa que llevaba para cubrir su herida, —dime ¿ qué demonios estás haciendo fuera de tu habitacion si estás herida? 

—Si..si la tengo pero quise venir a comprobar que estuvieras bien, ¿ que tiene eso de malo?

—Assshh! —me quejo por el dolor combinado con ardor que siento en la pierna por el disparo que recibí, oprime el botón de aquí para que venga el doctor, —maldición como me duele la m*****a pierna! y tú vete a tu habitación! estás herida no puedes andar por el hospital como si nada!

—Pero.. yo.. yo quiero estar aquí contigo Apolo, dijo apenas en un susurro

—Pero yo no quiero que estés aquí! gritaba el Ceo, vamos sal! qué te cuiden la herida por qué solo falta que aparte de casado a la fuerza me vayas a hacer viudo, fuera dije!

*

La joven salió de allí sin poder creer la forma tan brusca en la que su Apolo le había hablado, llegó a su habitación sollozando, se hizo un ovillo en la cama adolorida del corazón y de la herida en su cabeza, esa sería la primera noche que Romina se dormiría llorando por el mal trato de su esposo Apolo

El doctor entró a la habitación del CEO examinandolo.

—quitame el maldito dolor de la pierna! —

Apolo no tenía tacto con nadie, su humor estaba de los mil diablos, obligado a casarse por el bien de las empresas y del imperio Valentain, estaba que mataba y comía del muerto, más aún que la novia por poco y lo deja plantado delante de todos los invitados, el Ceo tenía claro que si Isabel Mayorquin hubiera huido de su boda dejándolo en el altar, la hubiera buscado sin parar para estrangularla con sus propias manos!

Romina se quedó dormida llorando por el mal trato que su tierno y dulce Apolo le dió, por la mañana muy temprano Camilo llegó a visitarla, le llevaba un celular de alta gama para mantener contacto con ella, más al verla su furia creció.

Camilo

—Qué te a hecho ese miserable Romina,? por qué tienes tus lindos ojos hinchados de tanto llorar?—Romina se puso de pie para mirarse al espejo y verse los ojos, efectivamente parecía que un boxeador le había dado duro, los tenía demasiado hinchados, —no es nada Camilo, me sentí sola anoche, comprendeme, no puedo tener cerca a mamá y papá, tu eres el único que sabe de mí, todo ésto me abruma, cubri a Apolo de mi hermano, necesitaba ganar tiempo para enamorarlo de nuevo, para que me aceptará a su lado y dejara de despreciarme.

—¿Estás segura Romina? no me mientas, no cubras a ese rufián! te juro por mi vida que si sé, si me entero que te trata mal o que te hace sufrir se las verá conmigo!

—Camilo, debes comprender a Apolo, él en éstos momentos está conmigo en contra de su voluntad, es normal que no me quiera a su lado, pero yo me voy a encargar de que eso cambie, mi amor lo hará volver a ser el Apolo Valentain del que me enamoré, te lo aseguro hermano!

—Hay Romina, dije después de soltar un largo suspiro, eres muy ingenua o estás muy enamorada para no darte cuenta de que no mereces ésto

—Dame la oportunidad de intentarlo, mi mirada de suplica estaba fija en los hermosos ojos avellana de mi hermano, si no lo logro te prometo que nos iremos al lugar del mundo que tú quieras, pero apóyame solo está vez Camilo, yo lo amo con todo mi corazón, no sé cómo carajos regresé pero si me dejaron volver no me iré de su lado sin luchar por su amor

—No puede ser Romina, todavía no sé cómo me convences siempre! pero escucha, podrás salirte con la tuya está vez, más no será tan fácil lograr lo que deseas, ¿lo sabes verdad? pregunté a mi hermana acariciando su largo cabello, era tan extraño ver esos ojos violetas y cabello castaño oscuro, sabía que su dulce mirada era la de Romina pero necesitaba tiempo para acostumbrarme 

—Lo sé, pero aún así decido correr el riesgo, el me amará estoy segura

Moví la cabeza en negación, la muerte definitivamente volvió más loca a mi hermana, algo me decía que nada de esto iba a terminar bien, me va a doler mucho ver a Romina sufrir por ese idiota pero si eso necesita para que se le caiga la venda de los ojos y vea a ese tipo tal cuál es, valdrá la pena

—Cuéntame, cómo están nuestros padres, mamá está mejor?

—Me gustaría decirte que sí, pero mamá sufre tu ausencia como si apenas te hubieras ido ayer,— tomé las manos de mi hermana dándole una sonrisa, más adelante solucionaremos eso, —por el momento concéntrate en cumplir tu sueño, mirá, te traje un celular, tiene tu mismo número aunque no tiene ni tus fotos ni tus contactos anteriores, quiero que me llames si me necesitas, a la hora que sea yo vendré a ti de inmediato, prométemelo!

—Te lo prometo hermano!

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