CAP 3 ACCIDENTE

Mario desde el otro lado de la línea le explicó. “Sebastián mi auto se descompuso, no creo llegar por ti”.

Sebastián observó la hora en su reloj de mano. “Está bien, me iré en mi coche, te veo allá”.

Colgó y terminó de arreglarse. Subió a su auto y salió de la gran mansión a las afueras de la ciudad, ya era un poco tarde y conducía rápidamente por la única carretera que llevaba a la ciudad, alrededor solo había arboledas y matorrales , todo esa área era parte de la familia. Les gustaba vivir tranquilos y sin tanto ruido.

………………………….

En casa de Eva…

“Te ves hermosa hija”. Su padre se acercó mirándola por el reflejo del espejo.

“Gracias papá”. La cara de Eva estaba iluminada y hermosa.

“Luce radiante ¿Verdad señor Cortés?”. Julia sonreía mirando a su amiga.

El padre de Eva asintió. Se quedó un momento en silencio y después preguntó. “¿Invitaste a tu madre?”.

Eva observó a su padre desde el espejo y su semblante cambió un poco cuando su padre hizo la pregunta. “Le envié la invitación, no sé si ella se presente”.

La madre de Eva se divorció de su padre hacía unos años, para irse con otro hombre más rico, siempre fue una mujer fría y seca con Eva y su padre el señor Ernesto, ahora disfrutaba de una mejor vida con el hombre que se casó, el hombre ya era mayor, pero al parecer a ella no le importó. 

Se fue a vivir a otra ciudad con el hombre, mientras Eva y su padre eran la comidilla entre sus conocidos, todos hablaban de lo que su madre hizo, fue un duro golpe para ella, pero en especial para el señor Ernesto que la amaba de verdad.

Julia tomó la mano de su amiga. “Tú cumpliste con invitarla, ya ella sabrá si te acompaña”. Julia observó su reloj. “Debemos irnos a la iglesia, la ceremonia empezará pronto”.

Los tres salieron de la casa, los sirvientes felicitaban a la chica  antes de irse, se veía radiante.

Ya en la iglesia, Eva esperaba en una pequeña sala a que la ceremonia diera inicio, Julia observó su reloj varias veces, habían pasado más de 20 minutos y el maestro de ceremonias no entraba para avisar que la ceremonia empezaría.

Eva miró a su amiga preguntando. “Mi mamá… ¿Vino?”.

Julia negó. “No la vi en la iglesia, yo creo que no se presentó”.

Eva sonrió tristemente, por algún motivo tonto esperaba que su madre estuviera aquí en este día tan especial.

Eva agacho su cabeza un poco después miro por la ventana. “¿Creo que ya es tarde?”.

Julia apretó su mano para tranquilizarla. “Iré a ver qué pasa”.

Eva la miró y asintió, también estaba un poco nerviosa.

Después de que minutos pasaron ella miró su teléfono y ya era muy tarde, ella se levantó para salir y averiguar qué pasaba.

El padre de Eva entró nervioso, Eva lo miró. “¿Qué pasa papá?”.

Seguido del señor, entró Julia y Mario amigo de Sebastián quien la miró de forma indescriptible, estaba realmente hermosa, su vestido blanco de princesa le quedaba muy bien, su cabello recogido con algunas incrustaciones de diamantes entre sus cabellos y un fino velo, su maquillaje era exquisito y resaltaba sus hermosos ojos.

Mario suspiro calmándose. “Eva… necesito que te sientes”.

Ella negó exigiendo. “Dime que pasa”.

Mario se acercó, el señor Ernesto tomó el hombro de su hija y Julia en silencio empezó a llorar.

Eva se puso nerviosa, miraba  a las tres personas sin comprender que pasaba.

Mario tomó su mano y la acarició. “Sebastián… tuvo un accidente de camino aquí”.

Eva abrió mucho sus ojos negando. “¿Dónde está? Necesito verlo, llévame con él”.

Mario negó. “Sebastián venía a alta velocidad y chocó contra un árbol, el coche explotó con él adentro”.

Eva gritó “¡No!, ¡No es cierto!”. Ella lloraba angustiada negaba con su cabeza intentando comprender las palabras de Mario.

Se acercó a Mario y lo tomó de la camisa. “Llévame con él quiero verlo”.

Ella lo soltó caminando hacia la puerta, pero Mario la detuvo. “Eva, él ya no está”.

“¡No!, ¡no!, ¡Es mentira!, ¡Dime que es mentira!, ¡Por favor, por favor llévame a verlo!, ¡Mario quiero verlo!”.

Eva lloraba en los brazos de Mario, sus sollozos se escuchaban por toda la iglesia, la gente que ya estaba en sus lugares murmuraba, algunos estaban consolando a la familia, la madre de Sebastián, la señora Rita ya era una mujer mayor, estaba en el mismo estado que Eva, la hermana de Sebastián Belinda consolaba a su madre, pero también lloraba sin control.

Gregorio el primo solo observaba a la mujer mayor llorar en silencio, para él era bueno que su primo muriera, ahora tendrían que buscar un nuevo presidente para la constructora, los demás familiares al igual que Gregorio también pensaban lo mismo, todos querían una parte de la gran fortuna de los Tejada.

Sebastián le daba una mensualidad a cada uno, pero ellos pensaban que era una miseria a comparación de lo que la empresa daba mensualmente. Ahora podrían pelear, por mucho mas dinero.

El señor Ernesto padre de Eva se quedó en la iglesia despidiéndose y disculpándose de los invitados que ya estaban saliendo del lugar.

Mario llevó a Eva a su casa, Julia la llevaba en sus brazos, estaba en shock, todo su maquillaje estaba corrido y su vestido desarreglado, era como una muerta viviente.

Lee el siguiente fragmento escuchando esta canción: all i want – kodaline

Eva observo la ciudad mientras iban por la calle, algunos fragmentos de su vida con Sebastián vinieron a su cabeza. – ¿Me amas? -   Ella le preguntó mientras disfrutaban de la brisa de la playa.

Él sonrió. “Siempre”.

Sebastián la beso y seguido la cargó en sus brazos dando vueltas en la arena gritando -Te amo, te amo, te amo, te amo- decía en repetidas ocasiones.

Ella gritaba aferrándose a él asustada y divertida.

Ella cerró sus ojos dejando a un lado el hermoso recuerdo, sus lágrimas no dejaban de caer, de repente se sintió sofocada, no podía respirar, miro por la ventana y observó cómo la gente caminaba por la calle.

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