CAP 2 CONFIAR EN EL

Después de un rato recostados en la cama, Eva se levantó, Sebastián la observaba vestirse, se sentía realmente afortunado de tenerla a su lado, era la mujer más increíble que había conocido, desde el primer momento supo que ella era la indicada, a pesar de que ella tenía novio, él ni se inmutó y empezó conquistarla, hasta que con el tiempo ella cayó, no permitiría que nadie le hiciera daño alguno, era solo suya y quería verla siempre feliz.

“¿Te vas tan pronto?”. Él se levantó abrazándola por detrás quitándole la ropa de nuevo besando su espalda.

Ella se giró. “Es tarde, mi papá me espera”.

Sebastián hizo una mueca. “¿Por qué nunca te quedas? solo por hoy, mañana hablaré con el y le diré que nos casaremos”.

Ella negó. “Sabes que no puedo, mi papá es muy tradicional, no quiero un gran sermón”.

El entendió abrazándola más fuerte. “Está bien, solo serán dos meses más y nos casaremos, te tendré para mí siempre”.

Ella sonrió preguntando. “¿Siempre?”.

Sebastián dijo. “Siempre”. Beso sus labios despacio y con ternura.

……………………………………..

Semanas después…

Sebastián conducía el auto, Eva miraba el lugar. “¿A dónde vamos?”.

El beso su mano. “Es una sorpresa”.

Llegaron a una parte a las afueras de la ciudad, se estacionó fuera de una gran casa, Eva bajó mirando alrededor.  Los alrededores tenían árboles frondosos y el gran patio estaba rodeado de un gran jardín con flores de colores. 

Sebastián se acercó a ella besándola y abrazándola. “¿Te gusta?”.

Eva asintió y giró para verlo intrigada. “¿Este lugar?”.

Sebastián sonrió. “Será nuestra casa, vamos nos esperan”.

Entraron juntos, tres hombres los esperaban en la sala, había una pequeña mesa en el centro del gran lugar.

“Hola”.

Sebastián se acercó y saludó a los presentes.

Eva saludo a uno de los hombres. “Hola Mario”.

Él se acercó. “Eva, un gusto verte”.

Sebastián saludo a Mario. “Gracias amigo, sin ti no hubiera encontrado la casa perfecta”.

Mario sonrió mirando a Eva. “Lo hice con mucho gusto, sé que a Eva le gustaría”.

“Gracias Mario, es muy linda”. Ella observaba alrededor, era grande y espaciosa, ya se la imaginaba amueblada.

Sebastián la abrazó besando su cabello. “Y verás que tan bien queda cuando la amueblamos juntos”.

Mario observó a su mejor amigo y a Eva en silencio. “¿Si gustan los puedo ayudar?”.

Sebastián negó. “No quiero molestarte más, además quiero que lo hagamos en pareja”.

Eva asintió mirando a su novio, lo amaba mucho.

Mario afirmó mirando a Eva como sonreía y se perdía viendo a Sebastián.

Hablaron con los hombres de bienes raíces y firmaron varios acuerdos, Sebastián le entregó la pluma a Eva para que firmara.

Ella feliz firmó cada papel que Sebastián le indicaba sin leer, confiaba totalmente en él.

Mario terminó todo el papeleo, aparte de ser el mejor amigo de Sebastián era su abogado llevaba todos sus asuntos, tanto en la empresa como personales.

Sebastián beso la frente de Eva. “¿Quieres ir a la planta alta?, iré en un momento". Ella feliz asintió despidiéndose de los presentes, subió y sacó su teléfono llamando a su amiga.

“Hola, Eva”. Julia disfrutaba de una película en su cama.

“¿A que no adivinas dónde estoy?”. Eva entró a la habitación principal con una gran sonrisa, se acercó a la ventana y se podía ver todo el jardín.

Julia pensó por un momento. “En un restaurante en una cita romántica con Sebastián?”.

“No”.

“Mmmm ¿En una cabaña a las afueras?”. Julia conocía a Sebastián, era un hombre muy romántico y detallista con su amiga.

“No”.

“¡Eva ya dime!”. Julia se desesperó.

Eva se burló de su amiga. “Sebastián me trajo a ver nuestra nueva casa”.

Julia se levantó de su cama. “¡Eso es genial!, me alegro mucho, debe ser enorme, Sebastián nunca escatima cuando está relacionado contigo”.

Eva siguió contándole a Julia…

En la sala de la casa...

“Eso sería todo de nuestra parte, el lunes le llevaremos los papeles finales”. Uno de los abogados le dijo.

Sebastián sonrió. El otro hombre dijo. “La casa estará disponible después de una semana para que puedan amueblarla”.

Sebastián agradeció despidiéndose de los hombres, Mario revisaba otra papelería.

Al acercarse a su amigo, Sebastián le dio una palmada en el hombro. “Tienes todo listo”.

Mario lo miró asintiendo y le entregó los papeles a Sebastián. “El acta de matrimonio estará lista también para el lunes, oficialmente estarán casados la próxima semana por lo civil y Eva quedará como heredera legítima de tu fortuna”.

Sebastián asintió en silencio revisando los papeles.

Mario lo observó por un momento. “¿Todavía recibes las amenazas?”.

Sebastián bufo. “Si, pero no me importa, buscaré más seguridad para mí y Eva”. Sebastián observó como su amigo estaba tenso. “No te preocupes todo saldrá bien”.

Mario suspiró. “¿No le dirás a Eva sobre las amenazas?”.

Sebastián negó. “No quiero que se preocupe, estamos a solo dos semanas de casarnos”.

Después de conocer la casa los tres salieron despidiéndose.

Eva y Sebastián regresaron a su departamento, Mario se fue a la oficina a seguir con su trabajo.

Sebastián era dueño de una constructora muy importante del país, su abuelo lo dejó como único heredero antes de morir, tenía problemas con algunos primos, porque no estaban de acuerdo en que solo Sebastián heredará en especial Gregorio Tejada primo mayor de Sebastián, creía que por ser el mayor  tenía el derecho a quedarse con la constructora pero sus planes se vinieron a abajo cuando el abuelo Tejada nombró a Sebastián presidente y después el heredero principal de todo dejando solo algunas propiedades a la familia.

El abuelo Tejada conocía bien a Gregorio, era un hombre déspota y autoritario, mujeriego y le gustaba gastar dinero de la familia en fiestas y viajes, nunca fue un buen prospecto para quedarse frente al negocio familiar.

Dos semanas después…

El día había llegado, Sebastián se alistaba frente al espejo, su amigo llegaría en unos minutos por él. Terminaba de abrocharse los puños de su camiseta y acomodar el cuello para colocarse la corbata cuando su teléfono sonó observó la pantalla y lo contestó. “Hola”. 

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