Capitulo 5: Ataque

¿Alguna vez te han dicho lo cerca que esta la muerte? Jamás pensé que llegaría tan pronto, pero mi vida dependió de un hilo hasta que se rompió.

Jade.

Sintió como su mano la guiaba hasta el centro de la pista del baile, había pensado que la boda sería suficiente jamás se espere ese banquete luego de la ceremonia. Y podía decir que no había algún familiar aquello parecía mas una cena de negocios. Había cruzado unas pocas palabras con la madre de ahora mi futuro esposo para dejar claro que no era de su agrado. Quien dejo claro su intención al abandonar la fiesta sin ningún pudor luego del discurso del señor Sergei. Su mirada sobre mí, podía sentir el odio emanar de ella ¿Cómo podría una persona que te acaba de conocer verte de esa manera? Aunque la mano de leonid sobre mi pierna me hizo mirarle y por un momento preocuparme por su toque.

Parecía como si hubiera ingresado en una espíese de círculo de poder. Todos parecían querer ser agradables conmigo, como si pudieran obtener algo a través de mí. 

—Deberías sonreír un poco, luego de todo es el día de tu boda… emociónate como si este fuera el día más deseado de tu vida— casi quise me hizo sonreír, ¿yo ansiosa? Todas aquellas personas me observaban con diversión y otros con curiosidad ¿había algo que me estuviera perdiendo? Sus sonrisas parecían falsas.

—Parece que disfrutas mucho de todo este espectáculo—sise tratando de mantener una sonrisa en mi rostro, aunque sabia que seria mas como una mueca—. Usted, todo fue muy repentino para mí. Pero el deber a veces nos compromete hacer cosas.

—Entonces, espero que puedas mantener tu deber hacia conmigo—su mano se aferro aun mas a mi cintura, sonríe al ver que se acercaban otras personas a saludar, debía fingir al final no tenía otra opción.  

—No creo que tenga un deber hacia contigo… —me calle al notar que realmente lo decía enserio, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo, su mirada penetrante.

—Entonces realmente… no sabes lo que significa ser la esposa Leonid Sokolov—siseo mordaz, sus ojos azules impenetrable, había algo en ellos para luego pasar a esa mirada aburrida y concentrarse en la gente que se acercaba a nosotros. Parecía como si no pudieras llegar a lo profundo de su mente.

—Creo que estoy a punto de descubrirlo—murmuré lo mas bajo posible, sentí su brazo tenso alrededor de mi cintura. Levante la mirada para encontrarme con la mirada interrogante del señor Sergei y una mujer morena joven que lo acompañaba, sin embargo, no me agradaba la forma que se me quedaba observando fijamente y con una sonrisa extraña.

¿Tal vez era una ex novia? Si fuera aquello tuviera algo de sentido.

—Estas hermosa, jamás había visto una novia tan deslumbrante— casi levante una ceja ¿me veía tan feliz? No pude evitar sonrojarme, aunque fuera solo por cortesía.

—Muchas gracias, espero que la esté pasando muy bien.

—No podría tener una nuera más grandiosa—el señor Sergei se acercó, sonaba tan condescendiente; la atmosfera se volvió tensa ¿tal vez padre e hijo no se llevaban bien?

—Entonces espero que sepas cuidar de esta—su agarre en mi cintura se apretó fuertemente, apretándome contra su pecho, mi mirada se encontró con la suya… ¿misterio? Aquella era una palabra corta de cómo se sentía estar alrededor de él. Como si todo fuera una máscara que todos conocían y que yo no lo hacía.

—Siempre lo he hecho, claramente Jade estará bajo nuestra tutela…es una de la familia y quien se atreve a dañar a alguien de esta familia lo paga caro ¿No han aprendido varios la lección? —aquello era sonaba como una amenaza ¿había algo de lo que me estuviera perdiendo? Casi suspiré, pero me mantuve serena. La mirada entre padre e hijo, era intensa y sin duda orgullosa.

Parecía que era un campo de batalla, tal vez la familia Sokolov era mas de lo que podía imaginar. Mas de lo que podía imaginar.

—Si, creo que todos lo hemos visto…no creo que nadie se atreva ¿Quién lo permitiría? ¿Alguien se atrevería? —fue sarcástico en cada una de sus palabras, sonreí como si todo aquello fuero corriente entre ellos—. ¿No es así pequeña?

—Tengo la confianza que puedo cuidarme de mi misma, al final la familia se cuida entre todos— fue mi respuesta me sentía incomoda allí, necesitaba alejarme lo más rápido posible—, y si me permiten iré al lavado.

Me escabullí dejándolos a los dos con las palabras en la boca, había cosas que sin duda no estaba dispuesta a dejar caer, ¿confiaba lo suficientemente en el señor Sergei? Por supuesto que no, por eso debía mantenerse serena o buscar una forma fácil de salir de todo aquel lio. ¿Era sencillo? ¿No? no, no lo creía. Menos aquella familia quienes parecían estar en malos términos.

Tropecé con un par de personas, pero alcancé a llegar al lavado, la palidez en mi rostro demostraba cuan cansada y a punto de desmayarme estaba, aunque muchos pensarían que era maquillaje, después de todo la palidez acentuaba aún más mi mirada. Quien hubiera pensado que unos meses atrás estuviera cumpliendo mi sueño y ahora termina atrapada en esta jaula. Mi sueño de emprender en el mundo de la modo, todo se fue al retrete con mis anhelos y fantasias.

—Es toda tu culpa— levante la vista encontrándome con la cara molesta de mi madrastra, pensé que no la vería ya que al parecer les habían prohibido venir a la ceremonia. Siempre se habían llevado mal conmigo, aun no entendí el porque de todo aquello, que le había hecho para albergar tanto odio en su corazón, desde pequeña había buscado su aceptación. Siempre intentando buscar su aceptación y que me viera con el mismo amor que veía a Nina.

Pero no siempre obtenías lo que quieras, amor, aceptación y sobre todo un cariño incondicional.

Solo obtuve palabras crueles y maltratos; y en ese instante recibiría lo mismo. Al final las palabras dolían más que las acciones. Aunque muchos pensaran que era lo contrario.

—Todavía, aun con ese elegante vestido… sigues siendo la misma fea Jade, la misma niña que siempre buscaba el amor y el consuelo de mi esposo… ahora puedo decir que quedarnos contigo dio frutos—fueron como un puñal directo a mi corazón podía llorar, pero no me lo permitiría, era la esposa de alguien al final de todo, ya no debería afectarme, ya no podía vivir huyendo para nunca volver a casa—. Y eso nunca cambiara. Si fuera sido por mi te hubiera tirado a la calle, Igor sin embargo nunca pudo, supongo que quedarse contigo era ver todos los días la traición de tu madre.

Me observe en el espejo, al final no podía cambiar nada, me veía hermosa con mis risos cayendo por mis hombros con las hermosas horquillas que adornaban mi cabello, como muchos habían dicho parecía un ángel. Siempre habían dicho que me parecía mi madre, ¿Aquello había sido mi pecado?

—yo solo puedo ver a una mujer hermosa, fuerte y que por su trasero sigues teniendo lo que tienes… es lo último que hare por ustedes, no les debo mas nada.. jamás— mencione mas fuerte de lo que deseaba, pero el enojo que corría por mi cuerpo, era mayor a cualquier razonamiento—. Ustedes solo tienen ahora lo que merecen, simplemente recuerden que ahora no existe ninguna conexión entre nosotros.

—Nos debes mas de lo que piensas, y lo único que veo es la traición de Alina… si tan solo supieras, creo que de hecho mantenerlo en secreto sigue todavía alegrándome los días, pero ¿estas dispuesta a pagar por los secretos de tu madre? ¿Sientes curiosidad por la verdad?

Por mas que aquello me interesara, ahora podía descubrirlo por mis propios medios, no necesitaba ayuda alguna de su parte, no, nunca. El poder del apellido Sokolov debía ser suficiente. No necesitaba de ellos para averiguarlo.

—Entonces estaremos a la par, porque yo solo puedo ver la causante de la muerte de mi madre.

—Muy pronto veras que siempre te abandonan, ella lo hizo— se carcajeo, pero me contuve jamás dañaría el poco recuerdo que tenia de mi madre—. Y entonces, veras lo poco que vales. Eso me hará feliz toda la vida.

—Jamás creería algunas de sus palabras. Mi felicidad, no depende de ti y tampoco mi tristeza, o lo bajo que vaya a caer… ya no tienes ese poder sobre mi.

La aparte de la puerta saliendo como una furia del baño, sin ver por donde mi dirigía choque contra un fuerte pecho y una mano en mi cintura detuvo mi caída, me recupere rápidamente. Levante la mirada encontrándome con los ojos azules de mi esposo.

—Gracias.

—Aquí estabas, pensé que habías huido… seria de muy mal gusto— porque parecía como si estuviera en una batalla de tratarme adecamente y en otros simplemente no importarle. —es hora de irnos, estoy impaciente.

Suspiré e hice una pequeña mueca. No era como si pudiera oponerme a ello. Me separe un poco, tomando su mano para alejarnos de allí.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo