La traición de Knigth.
La traición de Knigth.
Por: 192
Es Alexander Knight,

POV de Angelina. 

Como todos los días, me levanto y voy al baño. 

De repente mi teléfono empezó a sonar.

Agarré mi celular y miré la pantalla para ver quien me llamaba temprano en la mañana.

Sin saberlo, una sonrisa se extendió por mi rostro después de ver el identificador de llamadas y recibí la llamada.

—Hola —respondí.

—¿Dónde estás? —una dulce voz vino desde la otra línea.

—Pues buenos días para ti también —saludé sarcásticamente.

—Dime donde estás, no tengo tiempo para este saludo.

Rodé los ojos y tomé un sorbo de mi jugo.

—Niña te hice una pregunta —gritó.

—¿Dónde crees que debería estar ahora mismo? —le grité de vuelta. 

—No hay necesidad de gritar, ¡Ok! No fue mi culpa que perdieras tu trabajo y ahora estés desempleada —dijo con calma. 

—¡Si! ¡Si! Fui yo quien llamó a la esposa de mi jefe y le contó todos sus asuntos ¿verdad? —dije sarcásticamente.

—Ya sabes, Ángel. Lo hice por tu bien.

Ese hombre fue tan grosero contigo, no pude soportarlo —respondió ella con voz casi llorosa.

 Y volví a poner los ojos en blanco juguetonamente. 

De hecho, amo su naturaleza maliciosa y lo que le hizo a mi jefe, estoy muy feliz por eso.

Pero el problema es que ahora tengo que encontrar un nuevo trabajo y esto apesta realmente.

—Está bien ¿Por qué llamaste? —Yo le pregunté. 

—En serio Ángel, un día morirás en mis manos. Niña tonta, Hoy es mi compromiso. Hay una función esta noche en mi mansión. Te lo dije hace una semana y aquí no te acuerdas de este importante evento —me regaño y mentalmente me abofetee por haberme olvidado de su compromiso.

—¿Quién te dijo que no le recuerdo Eh? Claro que lo recuerdo y para qué me llamaste para informarme la hora de la función ¿no? —dije contenta pero sabía que ella no creería mi mentira.

—Está bien, ven la función a las 7 pm de la noche .

 Te castigaré por esa gran mentira tuya en ese momento —dijo, lo que me hizo reír.

—¡Maldición! Veremos quien castiga a quien —dije con una sonrisa tirando hacia arriba en las comisuras de mis labios y estoy segura de que ella puede sentir mi sonrisa sin mirarme. 

—¡Si, ya veremos adiós! —ella colgó rápidamente y de nuevo me reí entre dientes por su comportamiento. 

Hemos sido amigas durante ocho años y cada vez que ella trata de castigarme, al final termina siendo castigada por mí. 

Su nombre es Jennifer Torres.

Es hija del famoso empresario Edward torres. 

Mientras que, soy huérfana, la conocí en la escuela secundaria. Solía mantenerse alejado de la gente rica, pero ella era otra cosa.  

No era una niña malcriada y cuando me pidió amistad no pude decirle que no después de ver sus ojos de cachorro.

En la mansión. 

Cuando entré, mis ojos recorrieron  todos los rincones del pasillo en busca de Jenny. 

Pero no pude encontrarla, mientras la buscaba alguien puso sus manos sobre mis ojos para taparlos. 

—¿Adivina quién es? —me reí de su comportamiento infantil y respondí.

—Perra —se rio y me destapó los ojos. Me di la vuelta y la abracé. 

—Vamos déjame encontrarte con mi padre —dijo y me agarró de la mano y me arrastró hacia su padre.

—Papá, mira, Ángel está aquí —dijo alegremente, a lo que el Sr. Torres sonrió y me abrazó.

El sr. Torres me quiere tanto como a su hija. Siempre me ayudó en situaciones difíciles.

—Ahora que llegaste, enséñale modales a tu amiga. Después de todo, hoy es su compromiso,  pero sigue actuando como niña de 5 años que va a cortar un pastel de cumpleaños —el Sr. Torres dijo en broma lo que hizo que Jennifer hiciera un puchero.

—Papa….. ella se quejó agarrando su manga. 

—¿Por qué siempre te burlas de mí?

El señor Torres y yo nos reímos cuando la vimos quejarse como una niña. 

Mirándola así, nadie puede decir que se va a comprometer hoy.

Estamos hablando y riendo cuando, de repente, todas las mujeres del pasillo se quedaron sin aliento. 

Me di la vuelta para ver lo que había sucedido, pero me encontré con unos ojos grises. 

Había un hombre parado allí que parecía tener alrededor de 30 años.

Llevaba un elegante traje negro y se veía muy guapo. 

Podía escuchar susurros de las mujeres sobre lo guapo que era este hombre.

El Sr. Torres se excusó y fue a encontrarse con este hombre. 

Este hombre desvió la mirada de mí y estrechó la mano del Sr. TORRES. 

—JENNY ¿Quién es él? — Yo le pregunté a ella.

—Amor a primera vista, eh —bromeó y yo rodé los ojos.

—Solo tenía curiosidad. 

—Su nombre es Alexander Knight, es el director ejecutivo de XK . Todas las chicas están locas por él, menos yo claro—ella respondió con calma.

Contuve y tomé de un sorbo mi bebida. Constantemente sentía los ojos de alguien sobre mí, pero no me atrevía a mirar al dueño de esos ojos.

Al poco rato comenzó la función, Jennifer y su prometido intercambiaron anillos. Luego todos se reunieron a la pista de baile. 

Estaba tomando un trago y aburriéndome cuando alguien se acercó.

—¿Puedo bailar con esta hermosa dama? —miré hacia arriba y vi a Alexander. 

Por un momento me olvidé de respirar. 

Es tan guapo, Mi voz interior resonó en mi cabeza.

Volví a mis sentidos cuando se aclaró la garganta y preguntó.

—¿Puedo bailar contigo? —extendió su mano para que yo la tomara. Miré su mano y luego su cara .

—Lo siento, no puedo bailar —dije cortésmente .

Pensé que regresaría, pero al momento siguiente tomó mi vaso de mi mano y se lo dio al mesero, luego tomó mi mano y me arrastró hacia la pista de baile. 

Todo sucedió tan de repente que no tuve tiempo de discutir.

Una vez que llegó a la pista de baile, me tomó por la cintura entrelazando sus dedos y comenzó a mover su cuerpo al ritmo de la música. De mi parte seguí mirando hacia abajo e igualando sus pasos. 

Narrador omnisciente .

La propia Angelina no sabía que le había pasado  por que se entregaba a él por haberle hecho algo. 

Todo el tiempo Alexander estuvo admirando sus rasgos faciales. 

No pudo contenerse más y se inclinó a su oído. 

—Te ves hermosa —le susurró al oído mientras colocaba un mechón de su cabello detrás de su oreja suavemente. 

Ella se estremeció por su toque que no pasó desapercibido para él. 

—Déjeme ir Señor. Alexander —ella agarró su mano de su cintura y la empujó. 

Antes de que pudiera alejarse, Alexander la abrazó por su espalda. 

Las luces del pasillo estaban tenues para que nadie pudiera verlos en absoluto. 

Angelina volvió a intentar liberarse de su agarre  pero él era mucho más fuerte de lo que pensaba.

—Señor .... Alexander.. —suplico ..Nunca dejó terminar la frase y la giró para mirarla.

—Déjate de gilipolleces, princesa. Sé que me quieres tanto como yo te quiero a ti —susurro suavemente.

—¿Qué quieres decir? —Angelina frunció el ceño, este hombre la estaba cabreando.

No juegues a ser inocente aquí princesa. Sólo dime cuánto dinero quieres, te daré el doble, tienes que pasar una noche conmigo —dijo con voz fría pero eso no afectó a Angelina y ella le dirigió una mirada de muerte. 

—¿Te parezco una prostituta? —dijo mientras apretaba los dientes. 

Su reacción divirtió a Alexander porque nadie le había contestado así. 

Él sonrió, pasando su dedo por su mejilla hacia la línea de su mandíbula, respondió con su voz ronca.

—Todas las mujeres son zorras, todo lo que quieren es dinero. —eso hizo que los ojos de ella se abrieran de par en par.  Se preguntó qué clase de hombre era él —. Eso es lo que quieren ustedes las mujeres.

Angelina se contuvo al no explotar de ira. —¿Eres un hijo de puta? —preguntó ella, mirándolo directamente con ojos ardientes. 

Alexander le dio una mirada de muerte antes de agarrar su antebrazo bruscamente y gruñir sobre su rostro.

—No te atrevas a hablar así de mi madre. 

Angelina se arrepintió de haber dicho eso, pero su rostro no mostró signos de miedo y volvió a escupir con confianza. 

—¿Por qué? ¿No es una mujer también?.

Él se sorprendió por su comportamiento. No esperaba esta reacción de ella. Ella es realmente intrépida, pensó él. 

—Dije que no hables de mi madre rugió. 

—Entonces suéltame —ella lo apartó de sus manos y dio un paso, pero al segundo siguiente sintió que tiraba de ella hacia atrás. 

—Será solo una noche, después de eso no nos cruzaremos en el camino —dijo con calma.

¿Tú madre nunca te dijo que mostrará algo de respeto hacia una mujer? — ella susurro un grito, temiendo que alguien pudiera escucharlos.

—Te advierto por última vez, no te atrevas de hablar de mi madre —sus ojos nuevamente se volvieron feroces mientras apretaba la mandíbula.

—Entonces será mejor que no vuelva a insistir con su propuesta descarada Sr. Knigth. Como verá esto no es un prostíbulo, ni yo una prostituta así que déjame ir, o gritaré.

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