Capítulo 4: Eres un demonio de mujer

Harry

Salgo del baño, pero noto una silueta algo extraña, no creo que sea Emily no estoy de humor ahora.

-quién eres tú, y que haces aquí- camino lentamente a mi cómoda listo para tomar mi arma.

-me… me… enviaron del bar- esa voz…. Acaso es

-Eda- su nombre escapa de mis labios, ¿qué hace ella aquí?, debería estar en la habitación de Max.

-si… me enviaron aquí-lo vuelve a repetir, debería decirle que está en la habitación incorrecta, pero… ya que está aquí, es mejor que me quite el estrés, no es mi problema que se haya equivocado voy a aprovecharme de esto, lo siento Max. Me burlo 

-quite la ropa y acuéstate en mi cama-lo digo serio para que se dé cuenta que no estoy jugando, Eda, Eda esta equivocación te costara caro.

Veo su silueta capto que está en ropa interior, esta mujer me desquicia, acaso no entiende la palabra “quítate la ropa”

-dije todo- lo digo en un tono alto, veo como se quita su sostén, por la oscuridad no puedo apreciar bien su cuerpo, está por quitarse la última prenda  

-mejor déjate la última prenda puesta- demando, se acuesta en la cama y voy a por ella, lo siento amigo, pero creo que me voy a divertir con ella primero que tú

-Eda, Eda quien iba a pensar que te iba a tener otra vez aquí- le susurro cerca de su oído y siento como se estremece, lentamente toco su cuello, con mis manos recorro su cuerpo y me detengo en su pecho, rozo lentamente aquella piel y escucho su respiración agitada

-eres una buena niña- digo sarcásticamente mi boca se detiene en su pecho y comienzo a devorarlo, normalmente no me interesa darle placer a una mujer solo me satisfago a mí mismo y cuando no me sirven las desecho.

Pero esta mujer está a otro nivel, quiero escucharla decir mi nombre mientras la haga completamente mía, sigo con mi recorrido y me detengo cerca de su interior, pero hay algo que me molesta quiero ver su cara cuando me entierre en ella, quiero que ella vea lo que es estar con un hombre de verdad y no con esos viejos del bar.

Me incorporo y estoy por encender la luz

-quiero verte la cara mientras gritas mi nombre- lo digo fuerte y claro, que sepa que esta noche no podrá dormir, porque después de terminar con ella sigue el turno de Max, aunque algo dentro de mí se retuerce cuando pienso en eso

Enciendo la luz, quiero ver esos ojos negros y ese cuerpo delicioso, mi mirada capta un golpe en su cara, ¡¿quién m****a se atrevió a levantarle la mano?!, como se atreven a enviarla así con rastro de sangre en su rostro

-quien te hizo eso- la tomo de la muñeca y la levanto, ella me mira a los ojos pero no dice nada, veo como cubre su pecho con sus manos y mira hacia otro lado

-no te lo voy a volver a repetir, quien te hizo eso- presiono mas fuerte su mano.

-eso no importa, solo haz lo que tengas que hacer, tengo sueño y estoy cansada- lo dice la muy altanera, acaso no sabe con quién está tratando

-y piensas que me excita estar con una mujer golpeada-

-¡entonces llama a otra y que te quite las ganas!- esta mujer si tiene carácter

-quédate aquí- me incorporo y voy al baño, si mal no lo recuerdo por aquí tiene que haber un botiquín de primeros auxilios, ¡lo encontré!

Vuelvo a la habitación y veo que sigue en el mismo lugar, aun cubriendo su cuerpo

-por qué te t***s, no seas ridícula- me burlo.

-por qué traes eso, no me digas un mafioso bueno- me responde de la misma manera, no tientes tu suerte muchacha

-si dices una palabra más, pondré tu otra mejilla del mismo color que esta- la toco sutilmente, lo digo en broma, pero veo como ella cambia su expresión y tiembla, mejor así.

Comienzo a limpiar su herida lentamente, quien me viera así ha de pensar que me he ablandado

-listo- me incorporo y dejo todo en su lugar, soy un maniaco del orden eso sí

Entro nuevamente a la habitación y la veo acostada en la cama aun cubriendo su pecho, enserio tiene ganas de esto, tiene cerrado los ojos, bueno si ella lo quiere

Me subo encima de ella y aparto sus manos y beso su cuello, bajo lentamente a su pecho, los tiene grande eso me gusta.

Sigo con mi recorrido y dejo un beso en su ombligo, alzo la mirada y veo como una lagrima recorre su rostro

Quito su última prenda, y me deleito con su cuerpo, miro una vez más su rostro y sigue llorando, me incorporo tomo unos pantalones y salgo de la habitación

Esta mujer me desquicia demasiado. Se comporta como una mujer pura y casta. La dejo tirada en la cama.

Bajo las escaleras Max está enojado, me acerco y voy a por un vaso de agua

-la puta nunca llegó- lo dice enojado, me divierte su enojo

-si llegó, solo que está en mi habitación-

-¿Qué hace allí?- se sorprende un poco.

-al parecer se equivocó de habitación- veo como se levanta

-a donde quieres ir- tomo su brazo

-a donde más, a sacarme las ganas por algo la compré- me enojan sus palabras

-no vas a ningún lado- lo digo serio

-que te pasa, suéltame-

-ya hice lo que tenía que hacer con ella, así que déjala en paz- no quiero que este imbécil la toque. No sé el por qué de mis palabras.  

-esta bien amigo, tranquilo las putas se pueden compartir, pero está bien si otro día me divertiré con ella- lo dice sonriendo, me dan ganas de borrar esa sonrisita estúpida de su rostro

-entonces me voy, ya no tengo nada que hacer aquí, voy al bar a quitarme estas ganas-

Sale como si nada, si no fuera mi amigo le habría partido la cara

Tengo un poco de hambre, creo que me preparare un sándwich, ¿Dónde están los panes? Busco por todos los lugares hasta que por fin los encuentro, estoy por terminar en eso siento unas manos que tocan mi espalda.

-señor si deseaba un sándwich me hubiera llamado- veo a Emily y esta vestida con una bata diminuta, me mira y conozca esa mirada sé lo que quiere

-me lo tuve que preparar yo, ya que no había nadie cerca- acaricia mi pecho.

-entonces me va a castigar señor- alzo su cuerpo y la siento en la encimera, ella abre las piernas para mí. Solo está para quitarme las ganas.

-eso quieres perra, que te castiga- lo digo en su oído

-si señor, me he portado mal- bajo mi pantalón y arranco su interior y me introduzco en ella, ella sujeta mis hombros para mantener la posición, la embisto fuerte, gime muy alto, veo como me mira intenta tocar mis labios, pero la esquivo

-sabes que no me gusta eso- sigo con mis embestidas

-más fuerte….- unas embestidas más y salgo de ella, subo mi pantalón

-espero que te estés cuidando, no quiero dejas bastardos regados- salgo de la cocina voy a por Eda ¿se habrá ido? No lo creo

Ingreso a mi habitación y veo que sigue acostada solo que unas sabanas cubren su cuerpo, ingreso suevamente a la ducha, necesito estar limpio

Salgo y la contemplo de lejos, quien diría que esa mujer es una de las pocas que me ha desafiado, no se queda callada, pero que no tiente su suerte

Ingreso a la cama, con mis brazos rodeo su cuerpo. Huele muy bien, ella se gira y me abraza, toco su rostro con mis manos “eres un demonio mujer”  

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