Capítulo 9

La vida en ese momento era placentera, pero cuando abrí de nuevo mis ojos, vi mi cruel realidad. Estaba desnuda al lado del hermano de mi esposo. Yo misma pongo mis manos sobre mi boca, mientras veo a ese joven guapo, durmiendo con tranquilidad, mientras sus pestañas largas lo hacían ver aún más precioso de lo que es en la vida real. Pero esto no estaba bien, sabía que me había equivocado.

Me levante de la cama con lentitud, para luego tomar mi ropa y vestirme con rapidez, en realidad no me dio tiempo de volverme a poner las medías, así que las deje tiradas en el suelo. Era una pena, dejar a un hombre después de una noche mágica, pero este hombre no era mío, yo ya estaba casada con uno. Y aunque él me engaño, yo no tenía por qué haberlo engañado. Recuerdo tener en mente, que estaba decepcionada de mí misma. Y como no tenía auto, tome un taxi que me llevo hasta casa. Durante el viaje, no pude dejar de ser crudamente criticada por mí misma. Quizás es porque la sociedad siempre criticara a una mujer que sea infiel, mientras que los hombres no son medidos con la misma regla.

Al llegar a casa, siento un poco de pesar, sabía que tenía que afrontar todos los problemas que habían pasado, pero supongo que mi problema principal, era hablar con Mark. Y aun que intentaba tomar fuerza, para caminar hacía mi habitación, es Mark él que se aparece en nuestras largas escaleras, para mirarme con algunas lágrimas en sus ojos.

–¡Lisa! -Dice mi nombre con fuerza, para bajar las escaleras como nunca antes lo hizo. –Realmente estaba preocupado. -Tomo mi mano, besándola con pasión. –Yo sé que me equivoque.

–En realidad no se si creer, que realmente estaba preocupado por mí. -Le comenté con seriedad.

–Se que fui un completo imbécil, pero…-Hace una pausa. –Termine mi relación con esa mujer.

–¿Con Lisa? -Él de inmediato se sorprende de que sepa su nombre.

–Sí. -Dijo avergonzado, mientras mira el suelo por unos segundos, para después mirarme a mí. –Lisa, sé que cometí el error más grande de toda mi vida, que fue lastimarte y engañarte, pero si son ciertas mis palabras, que cuando me case contigo, pronuncie. -Toma de mis manos una vez más. –Tú eres la persona más importante en mi vida. -Termina diciendo, mientras me mira con sus ojos de color verde, que gritaban que lo perdonara.

¿Sentía culpa? Sí.

¿Aún seguía molesta, por qué él me engaño? Por supuesto.

¿Creía en sus palabras? Sí, lo hacía.

¿Sentía algo por Mathew ? Lamentablemente, sí.

¿Qué tenía que hacer? ¡Buena pregunta!

–Lisa perdóname. -Me suplica hincándose en el suelo. -Esa mujer no significa nada para mí. -Me lloro más de una vez.

Como esposa tenía que hacer algo, tenía que perdonarlo.

–Mark, cuando me case contigo, estaba dispuesta a dejar toda mi vida por ti. -Suspire. –Y lo hice, no valió la pena porque me engañaste, pero te daré otra oportunidad, porque un matrimonio debe ser así. -Estaba hablando más con mi cabeza, que con mi corazón. –Entiendo que fue un desliz, que se te paso, podamos decirlo así. Pero eso no quiere decir, que todo vuelva a ser igual.

–Luchare por ti hasta el final. -Me abraza con fuerza, mientras yo tengo en mi mente a Mathew .

Era ridículo, jamás vi a Mathew con otros ojos, pero en este momento estaba confundida. No podía negarme a que mi matrimonio se arreglara, había estado tanto tiempo con Mark, que era obvio que tenía que darle una oportunidad más. De eso se trataba el matrimonio.

Después de que él me pidiera disculpas, subí a mi habitación, para tomar un baño. Y cuando estuve en la regadera, completamente desnuda bajo el agua, cerré mis ojos, mientras en mi cabeza se aparece Mathew . Tocando mi piel con sus manos largas y sus brazos llenos de venas. Aún podía sentir como pasaba sus manos, por todo mi cuerpo, haciéndome sentir que era la única mujer para él.

Pero mis ojos se abren de par en par, cuando la puerta de la regadera se abre, era Mark, quién como todas las mañanas, tomo una ducha conmigo. Yo estaba sorprendida, porque en ese momento estaba pensando en su hermano. Pero no me pude negar, a que nuestro matrimonio funcionara. Así que él paso sus manos por todo mi cuerpo, besándome y abrazándome. Yo no pude más que hacer lo mismo. Hice el amor con mi esposo, después de hacer el amor con su hermano.

Los dos teníamos que ir trabajar, él llevaba más de una semana sin asistir al trabajo, mientras que yo tampoco podía tomar otro día libre. Por suerte, el golpe que me dio, ya no se notaba tanto como ayer, ahora ya podía maquillarlo para esconderlo con la cobertura del maquillaje.

Y mientras me ponía un saco entallado azul y unos pantalones de cuero ajustados, veo como sale Mark del baño, luciendo una sonrisa realmente cegadora, ya que sus dientes estaban muy blanqueados.

–No sabes cuánto extrañaba tu piel. -Confesó suspirando con fuerzas, mientras yo lo miraba sin ganas.

–Supongo que la de Lisa, ya te aburrió. -Murmuré sin pensar, dándome cuenta después, que quizás no era momento de seguirle recordando la infidelidad, ya que queríamos arreglar las cosas. –Lo lamento. -Me disculpe, para después ponerme unas botas largas de color negro.

–No digas eso, Lisa no significo nada para mí. -Dice el joven caminando a su gran closet, en donde escogió un traje negro ostentoso. –Tú eres el amor de mi vida.

Yo solo lo miré, cruzando mis brazos mientras recordaba lo que Mathew me dijo, sobre Mark haciéndose la víctima. Le quedaba muy bien ese papel, nunca había notado los defectos de mi esposo, porque siempre creí que era perfecto.

–¿Y yo también lo soy para ti? -Me pregunta mientras se acerca a mí, mirándome a los ojos. Yo no dije nada, solo asentí con la cabeza, para recibir una vez más, su sonrisa blanqueada. Después me dio un último beso, para irse a cambiar.

Era muy notable que muchas cosas habían cambiado, pero no quería que cambiaran, quizás estaba un poco más a gusto, siendo la estúpida esposa que creía ser antes, pero ahora se demasiadas cosas y me hacen sentir, como si no pudiera fingir más.

Después desayunamos juntos, hicimos lo mismo que todos los días; tomamos café y algo de té verde, para después tomar el mismo auto e ir hacía la empresa. Cuando llegamos al lugar, todos nos ven con alegría, puesto que ya éramos la pareja estereotipada, que se paseaba por todo el lugar, presumiendo un matrimonio perfecto.

–¡Elena, Mark! -Nos llama mi mejor amiga, Caroline. –Hace tiempo que no los veo juntos. -Nos dice la rubia, mientras Mark sostiene mi mano. –Thomas y yo hemos querido contactarlos, pero ayer te llame. -Ahora me mira a mí.

–Tenía el teléfono apagado. -Fue lo único que pude decir.

–No importa, pero Thomas y yo queremos tener una cena con ustedes. -La chica de inmediato demuestra esa felicidad, de querer vernos, junto con su esposo Thomas, quién también era un inversionista muy importante.

–En este momento hay mucho trabajo… -Iba a inventar una excusa, pero Mark se me adelanto.

–Solo dinos que día y vamos a su casa, amo comer tu comida. -Dice con una sonrisa enorme.

–¿Pueden hoy? -Pregunta la rubia de ojos azules con alegría.

–Por su puesto. -Le responde Mark.

–Los espero en casa, a las siete. -Nos dice, por último, la rubia para después retirarse a su oficina. Ella estaba encargada del área de recursos humanos.

–¿Qué demonios fue eso? -Pregunta Mark molesto.

–No quiero acudir a ninguna cena, apenas estamos arreglando esto. -Le dije entre dientes, ya que estábamos enfrente de la recepción, en donde mucha gente pasaba.

–Sí, pero ellos son nuestros amigos de años. Caroline abrirá su boca, si sabe algo de nosotros. -Eso era lo que más me temía, así que solo lo deje hablando, pero él me siguió tomándome con fuerza del brazo. Pero a pesar de que fue penosa su acción, fue aún más vergonzoso hacerlo enfrente de su hermano, Mathew . Quería morirme en ese momento.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo