Capítulo 8

–Vas a pasos agigantados. -Comenta con una sonrisa en su boca.

–Vas muy lento. -Le respondí entre risas.

Por un momento, deje de tener pena por mí misma. Mathew era un buen conversador mientras que el vino no paro de servirse. No era una buena bebedora, pero sabía que, si quería una buena copa de vino con Mathew podía contar.

–¿Recuerdas el viaje que hicimos a Holanda? -Me dice el joven mientras empieza a poner algo de música, para poner algo de ambiente. La música era clásica, así que estaba realmente cómoda.

–Como no recordarlo. -Le contesté un poco frustrada, ya que esa había sido la forma, en que Mark y yo nos conocimos.

–Recuerdo que ibas con tus amigas, fue gracioso ver cómo te morías del frio. -Yo lo miró con detenimiento. Jamás supe que él me estuviera observando en ese viaje, ya que él era mayor que yo. –Recuerdo que tu nariz estaba tan roja, que pensé que eras Rodolfo el reno. -Yo me mofé con él. –Estuve a punto de quitarme mi chaqueta y dártela.

–¿Qué? -Pregunté sorprendida.

–Sí, en el bar. -El hombre ahora mira su suelo, para empezar a sonreír. –Pero cuando lo iba a hacer, mi hermano se me adelanto, ya que un tipo quería tocarte el trasero. -Suspira profundamente. –Pude haber sido yo, él primero que te pudo haber hablado esa noche. -Las casualidades son sorprendentes, jamás pensé que Mathew había prestado atención en mi persona, antes que su hermano. –En ese momento me di cuenta, que Mark te estaba mirando, solo porque yo lo estaba haciendo.

Yo solo suspire profundamente, no sabía la versión de Mathew . No me puedo imaginar, como cambio mi destino, solo porque Mathew me estaba mirando. En ese momento sentí que quizás, si Mathew no me hubiera estado viendo, quizá Mark jamás me hubiera hablado.

–Es duro saber esas cosas. -Murmuré mientras sentía la mirada penetrante del joven. Sentía como se comía cada parte de mi cuerpo con sus ojos, mientras yo estaba aferrada a mi copa de vino. No fue hasta que él se levantó del sillón bruscamente, para buscar mis labios y besarme con fuerza.

Al principio no sabía que pensar, estaba tan confundida, que lo empuje, pero eso no detuvo que él volviera a besarme con pasión, tomando mi cara con sus delgadas y largas manos. No pude evitar sentir como toda mi piel se erizo, hasta llegar a un punto de sentir como mi feminidad palpitaba. Mathew era un buen besador, tenía mucha pasión al besar, mientras que sus manos traviesas, de inmediato empiezan a tocar cada centímetro de mi cuerpo.

Jamás me había sentido tan débil a algo o a alguien, incluso recuerdo haberme resistido a cosas peores, haciendo que mi cuerpo y alma, se sintieran desgarradas. Pero en este momento, no pensaba en nada más, que en el calor corporal que el hombre emanaba. Sus manos se acomodaron en mis pechos, masajeándolos mientras él aún sigue encima de mí. Yo pose mis manos por su espalda ancha, mientras empiezo a sentir como ambos, estamos palpitando.

Yo quería más, así que lo empuje con fuerza. Supongo que en ese momento, el joven creyó que todo esto acabaría, pero no, ya que me subí encima de su cuerpo bien trabajado, besando sus labios como una loca. Quería más y más de él, sus manos se acomodaron en mi trasero, mientras siento como masajea cada parte de mi cuerpo.

El fuego de nuestros labios es tan candente, mientras que una parte de mí, empieza a pensar que el sillón no es tan cómodo para tener intimidad. Y menos una intimidad con tanta pasión, como la que estábamos teniendo.

–Cama. -Balbucee entre besos.

Él de inmediato me entendió, así que me cargo entre sus brazos, para llevarme hacía su habitación. Jamás había estado en este lugar, que parecía realmente una recamara de un soltero. Todo era de color gris, incluso sus cuadros favoritos también eran de eso color. Pero eso es lo único que pude notar en ese momento, porque lo único que quería, era que me quitara la ropa.

Mathew me deja caer sobre la cama, mientras yo estiro mi cuerpo, que estuvo mucho tiempo sentado en ese sillón, para ver como el hombre de cabellera castaña y ojos grises, se quita la ropa enfrente de mí. Lentamente se va quitando su camisa, para después dejarla caer al suelo, mostrándome sus abdominales bien trabajados, que parecían estar hechas de rocas. Yo paso mi mano sobre el cuerpo ardiente de Mathew , puesto que nunca antes había visto a un hombre con tanta lujuria.

Era la primera vez que estaba tan curiosa y sedienta por alguien como él.

Mathew lentamente me quita los zapatos, para después quitarme las medias, para pasar sus manos por mis delgadas piernas, haciéndome jadear más de una vez, ya que estuvo muy cerca de mi feminidad. Después me subió el vestido por completo. Yo solo me tuve que levantarme un poco, para que él pudiera sacar el vestido por mi cabeza.

Ahora estaba solo con mi ropa interior, jamás pensé que alguien más pudiera verme de esta forma, más que mi esposo. Así que me encontraba un poco miedosa, ya que la mirada de Mathew era imponente, era como si un puma te mirara con detenimiento.

–¿Estas nerviosa? -Me susurra al oído placenteramente.

–Nunca había tenido sexo con nadie más. -Le confesé con una sonrisa. –Louis siempre fue el primero.

Mathew quién está encima de mí, de inmediato se empieza a reír de mí. El sonido de su risa es sexy, pero al mismo tiempo, se que tiene pena de que mi cuerpo entero solo a probado las mieles de Mark.

–Nunca más me digas, que Mark hizo algo antes que yo. -Besa mis labios. –Mark pudo haber sido el primero, pero apuesto que Mark jamás te ha hecho sentir esto. -Besa mi cuello, para después pasar su lengua hasta llegar a mis pechos. Sacando mis pechos del sostén, para empezar a estimular mis pezones. Mis manos de inmediato se aferran a la cama, mientras siento como su lengua lame de mí. Después sus labios se dirigieron hasta llegar a mi estómago, lamiendo cada uno de mis músculos, que de inmediato se tensaron.

El hombre me estaba enloqueciendo con sus besos, pero aún no podía decir que era mejor que Mark. Pero supongo que ese día descubrí tantas cosas de Mathew , de Mark e incluso de mí, que debí de dejar de pensar en Mark en ese momento.

Los labios de Mathew llegaron hasta mi feminidad, que le estaba esperando latiente, mientras mis manos estaban un poco temblorosas. Esto era algo que ya Mark me había hecho, pero sentí que estaba apenada de que lo hiciera, así que tomé su cara con mis manos, para que me mirara.

–No sé si estaré cómoda con…- Pero el joven audaz, se me adelanta.

–No creo que no te guste. -Termina de decir, para regresar hacía mi feminidad, quitándome mi pantaleta, para después pasar su lengua por mi feminidad. Yo misma jadeo sin poder creer, que un hombre pudiera hacerme sentir de esa forma.

Mark lo había intentado muchas veces, pero siempre lograba lastimarme, tenía que fingir todo el tiempo. Pero Mathew realmente me hacía actuar de diferente forma, todas las reacciones de mi cuerpo eran naturales. No pude evitar brincar varias veces, del placer que pasaba por todo mi cuerpo, hasta que con sus dedos y con la ayuda de su lengua, termino llevándome a un orgasmo.

El orgasmo era un tema difícil de tocar para mí, porque muchas veces no lograba llegar a el con Mark. Como dije antes, muchas veces tuve que fingir que me gustaba, las cosas que él me hacía con agresividad. En este momento no estaba fingiendo, mi cuerpo aún estaba pasando por el orgasmo, en cuanto Mathew volvió a mi boca, para besarme con esa lengua, que me había hecho tan feliz.

Apasionada y realmente estimulada, paso mis manos alrededor de su cuello, no quería dejar de besar sus labios grandes, quería estar todo el tiempo dentro de su boca, mientras que nuestras lenguas luchaban una contra otra. Nuestros cuerpos estaban tan estimulados, que los dos ya no teníamos más paciencia, queríamos completar este acto.

Así que el Mathew abrió mis piernas, mientras nota de inmediato que mi feminidad, ya estaba lo suficientemente lubricada, como para recibir a su hombría. Debo decir que estaba un poco asustada, porque nunca había visto a Mathew desnudo, pero cuando se quitó el pantalón, junto con su calzoncillo, me pude dar cuenta porque era el mejor amante de todo Londres.

El hombre contaba con una hombría de un buen tamaño, mientras que también tenía un grosor bastante considerable, como para saber que iba a ser un buen amante. Con lentitud metió su hombría dentro de mí. Yo de inmediato empecé a sentir un poco de presión, pero cuando se incrustó en mí por completo, el joven ardiente se empezó a mover, haciéndome sentir como el placer recorría mi pelvis. Yo aferre mis piernas alrededor de su cadera, para poder sentir aún más placer, mientras mis manos se aferraban a su espalda bien trabajada.

Era cierto lo que Mathew decía, nuca dejo a una mujer insatisfecha, me estaba haciendo el amor con tanta pasión, mientras que los gemidos se podían escuchar por toda la casa, ya que normalmente su casa era muy silenciosa.

Ni siquiera puedo decir cuantas veces, cambiamos de posición, lo único que puedo asegurar, es que Lisa ya no era la misma Lisa. Los besos de Mathew poco a poco, se fueron convirtiendo en más y más dulces, logrando algo que nunca me paso en la vida. De pronto, cuando los dos llegamos al orgasmo, sus ojos se juntaron con los míos, no podía evitar caer encantada con esos ojos grises, que me miraban de una forma diferente. Con lentitud fue pasando sus manos por mi cabellera, peinándola mientras aún seguíamos teniendo contacto visual. ¿Qué puedo decir? En ese momento empecé a sentir como todo mi cuerpo vibraba, era un sentimiento extraño, era como… volverte a enamorar.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo