Capítulo 7.

–La conoces. -Él al escuchar que la conoce, abre sus ojos de par en par.

–¿Quién? -Pregunta realmente preocupado.

Yo solo suspire mientras que ya no había lágrimas en mis ojos, solo había resentimiento.

–Lisa. -Dije con rapidez, para después sonreír derrotada.

–¿Minary? -Pregunta.

–La misma. -Suspire una vez más. –La misma tipa que me vendió mi casa, diciéndome que, en esa casa, haría mi propia familia. -Mathew estaba realmente sorprendido, puesto que era una amiga de la familia. –Y adivina quién es la que me la está quitando. -Mofe sin gracia.

–Ese estúpido. -Murmuró Mathew molesto, tomándole un sorbo a su copa de vino.

–¿Acaso te gustaba? -Le pregunté con sinceridad, ya que él podía querer cogérsela si él quería, no había ningún problema con sus deseos.

–¿Estás hablando en serio? -Me pregunta alzando una ceja.

–Sabemos que eres el “play boy” de todo Londres, no se me haría extraño que no te quisiera coger a Lisa. -El hombre solo me miro con enojo, mientras que sabía que había metido la pata. -Perdón. -Es lo último que dije, para darle otro trago a mi copa.

–Se qué crees que soy el ramero de toda la ciudad. Pero jamás me acostaría con una mujer como ella. -Realmente estaba sorprendida, ya que Lisa era una mujer hermosa. –Lo único que yo quiero cuando tengo sexo, es tener la seguridad que lo estoy haciendo con alguien, que jamás lastimara a alguien más. -No entendía a lo que se refería, así que tuve que preguntarle.

–No te entiendo. ¿A qué te refieres?

Él miro con desprecio su pared, que tenía una gran pintura. Era tan hermosa, mostraba una cabaña en medio de la nada, mientras que había nieve por todo el lugar. Esa cabaña se veía más cómoda, que mi propia casa. Incluso con el frio y los árboles llenos de nieve, se podía sentir la calidez de esa cabaña.

–No es la primera vez que Lisa le quita el esposo a alguien. -Me responde con dureza, para después dejar su copa en medio de una mesa de cristal. –Solo los imbéciles caen en la trampa de Lisa, y mi hermano es tan estúpido, que cayó a sus pies.

–Alguna vez Lisa se te…-Él me mira de inmediato, atrapándome con sus ojos.

–Claro que se me ofreció, pero como dije, no me acuesto con personas que lastimen a alguien. -Ahora pasa sus manos por su cara. –Lisa se ha metido con la mayoría de mis amigos, supongo que el único idiota que faltaba en su lista, era tu esposo.

Mathew solía hablar de Mark, como si no fuera de su familia, así que tenía muchas dudas. Y supuse de inmediato, que era el momento indicado, para que él pudiera decirme, el porqué del desprecio hacia su hermano.

–Jamás te he preguntado de esto, porque nunca quise meterme en tus asuntos, pero…- Traté de pensarlo, pero al final solo lo hice. -¿Por qué siempre hablas de Mark, como si no fueran hermanos?

–¿No quieres meterte en mis asuntos? -Se ríe el joven de ojos grises. –Tú eres siempre la que me dice, que debo de conseguirme una mujer. -Pero a pesar de que siempre lo hacía, era bueno que lo tomara con gracia. –No debiste de quedarte con la duda. Debiste de haberme preguntando, desde el primer momento, en que notaste que lo trato como si no fuéramos familia.

Nunca pensé que Mathew fuera tan abierto conmigo, así que me puse un poco más en confianza.

–Dímelo. -Tome un poco más de vino. –Suéltalo, soy toda oídos. -Dije divertida.

Mathew al ver que el ambiente se tornaba un poco más calmado, decide quitarse su chaleco, dejándome ver sus pectorales bien marcados, mientras usaba una camisa color blanca de botones negros. Yo trataba fielmente de que mi mirada se juntara con la suya, pero fue bastante difícil ignorar a un hombre tan ardiente como él. El joven sin más, abre sus piernas con mucha confianza, sin saber que estaba siendo provocativo conmigo.

–Cuando era pequeño, Mark era un marica. -Yo solo me río, mientras que a él también se le hace gracioso. –Se escondía siempre de las responsabilidades, con la excusa de que era más sensible. Todo lo tenía que hacer yo, porque el pequeño Mark no tenía los pantalones, para hacer nada. -Suspira. –Después me di cuenta que solo era un acto, dejaba que mi padre me diera palizas con fuerza, cuando él hacía algo malo. Como pensé que era débil, dejaba que me castigaran a mí, hasta que… -Él ahora se detiene. –Hasta que una vez fuimos a Las Vegas, era un viaje de amigos. Todos estábamos actuando como idiota, puesto que solo teníamos veintidós años. -Al principio Mathew se veía un poco divertido con la historia, pero de pronto su voz se tornó un poco más amarga. –Pero a pesar de ser tontos e idiotas, algunos de los que íbamos en ese viaje, sabíamos controlarnos. En cambio, a Mark, todo se le hacía atractivo. Las drogas, el alcohol, las mujeres y las apuestas. -Suspira de nuevo. –Desgraciadamente nos metimos en un lugar peligroso, el lugar lo consiguió un amigo, nos dijo que ahí íbamos a encontrar todo lo que necesitábamos para nuestro viaje, pero como dije antes, Mark se excedió. -Guardo silencio para mirar su copa. –Mark hizo… -Parecía que no podía decirlo, su mirada ahora era diferente.

–¿Mark hizo qué? -Pregunté temerosa.

–Mark violo a una chica. -Yo misma sentí como un balde de agua fría, caía por mi cuerpo. Así que puse mis manos sobre mi boca, no sabía que esta historia se tornaría tan fuerte. -Una de las chicas no era prostituta, sino que era hija del dueño del lugar. El hombre llamo a la policía y a todos nos arrestaron, Mark se estaba cagando del miedo. -Se expresa con sus palabras fuertes. –Y como nos parecemos, le dije a la policía que yo había violado a la chica.

–¿Por qué demonios hiciste eso? -Le pregunté mientras estaba sorprendida.

–Por ser un buen hermano. -Responde el joven sin más. –Gracias a que nuestros padres son ricos, pudimos salir de ese acto impunes. -Hace un sonido de molestia. –Lamentablemente sé que no se pudo hacer justicia, por la chica que violaron esa noche. Y lo que más odio, es que al final, mi padre murió pensando que su yo era un violador. -La mirada de Mathew se transforma, en una mirada que no había visto antes. Una soledad inmersa, estaba pasando por su cuerpo.

–¿Alguna vez le comentaste a alguien de esto? -Pregunté mientras también tenía muchas cosas, pasando por mi cabeza.

Él solo suspiro profundamente.

–Eres la primera a la que se lo comento. Aún que todos mis amigos también saben lo que paso, pero deciden guardar el secreto, porque yo se los pedí. -Yo sonreí un poco, al saber que me había tenido la confianza de decirme un secreto, que yo misma no sabía. Era increíble saber que tu esposo, no era la persona con la quién creías haberte casado.

–Tengo tantos sentimientos, en mi cuerpo. -Le confesé mientras le daba otro trago a mi copa de vino.

Él me miro divertido, al ver que realmente quería embriagarme.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo