Capítulo 6

Capítulo 6

Parecía que nuestro paradero sería secreto hasta que lleguemos a él. Pero jamás creí que este hombre tan tenaz, me llevara hacía la casa de su madre. Era una hermosa mansión, a las afueras de Londres. La casa era una fortaleza llena de flores, que a Nora, le gustaba tener por todos sus jardines.

–¿Qué hacemos aquí? -Le pregunte a Mathew , realmente enojada.

–Vamos a decirle a mi madre, lo que ese infeliz te hizo. -Dijo con enojo, hasta que condujo hacía la entrada de la mansión.

–Mathew , esto es una estupidez. -Le respondí con enojo. –Tú madre no puede saber de esto. -Pero ya era muy tarde. Nora vio llegar el auto de Mathew , así que salió con felicidad de la casa. Supongo que estaba feliz de ver a su hijo, que ya casi no la visitaba, pero cuando me vio en su auto, su mirada cambio un poco.

–Querido hijo, bienvenido a tu hogar. -Responde la mujer con elogios, mientras demuestra una devoción hacía Mathew . –Pero, ¿qué hacen ustedes dos? -Pregunta mientras hace una mueca.

Mathew sale del auto, para después abrirme la puerta como todo un caballero.

–Esto es una estupidez. -Le murmuré enojada, mientras tomaba su mano para salir del auto.

 Después los dos encaramos a su madre.

–Madre. -Toma la mano vieja y venosa de su madre, para después besarla con respeto. –Es un gusto verte. -Contestó el hombre sin tener el gusto de hacerlo. Sabíamos muy bien, que Mathew era muy crudo con su madre, mientras que siempre tuvo preferencia por su padre.

–Para mí también es un gusto verte, querido. -Dijo Nora con una cara tierna, para después mirarme a mí. Parecía que no le gustaba mi presencia.

–Buen día, madre. -Le respondí con gentileza, mientras miraba hacia el suelo.

–Buen día. -Me responde mirándome con detenimiento, yo solo esperaba que no notara el moretón en mi cara, pero no logre ocultarlo. –Pero, ¿qué te ha pasado? -Pregunta la mujer, poniendo sus manos en su boca.

–De eso venimos a hablar. -Responde Mathew , sujetando mi mano con fuerza. Yo misma no me había dado cuenta, que desde que tomo mi mano en el auto, jamás la soltó. Así que solté su mano con rapidez, para alejarme un poco de él. No quería que nada se malinterpretará aquí.

Así que Nora nos hizo pasar a su enorme mansión. Era un lugar realmente hermoso, pero supongo que ella se sentía sola. Era un poco triste ver las fotos de su esposo, por todas partes, mientras sabía que también amaba a sus tres hijos. Mark, Mathew y Louisa.

Nora pidió que nos sirvieran el té en una de los salones, en donde los tres nos sentamos incómodamente. Yo no quería decir nada, solo permanecí mirando mi taza de té. Pero al ver que no tenía las agallas de hablar sobre el tema, Loga decidió hablar por mí. Así que suspiro con fuerza, para después aclarar su garganta.

–Madre, no hemos venido aquí solo a verte.

–Sí, lo se hijo. -La mujer de inmediato hizo una mueca. -Es lo que me temo.

–Bien. -Responde con un poco de rudeza, el joven Morgan. –El imbécil de Mark está engañando a Lisa. -De inmediato puedo ver la sorpresa de la mujer, al escuchar a uno de sus hijos hablar de esa forma. –Y no solo la ha engañado, sino que le ha pegado. -Por un momento puedo sentir la preocupación en la voz de Mathew . –Lisa no merece que le hagan eso.

–¡Por supuesto que no! -Contestó la mujer, dejando su té en una mesa. Para después acercarse a mí, para tomar mis manos. –Hablare con él, tú no te preocupes. -Pero esto no era lo que yo quería. Esto no solo se podía resolver, con acusar a Mark por lo que hizo, como si fuéramos niños. No quería pasar por esto, así que me levanté de mi asiento.

–Lamento haber venido de esta forma. -Suspire profundamente. –Nunca pensé que Mathew me trajera aquí. -Respondí con franqueza. –En realidad creo que Mark y yo debemos arreglar lo que ha pasado, por nuestra propia cuenta.

–¡Lisa! -Dijo Mathew levantándose de su asiento.

–Mathew . -Lo mire de reojo, porque nunca creí que me traería con su madre. –Lo lamento. -Es lo último que dije, para después salir de la mansión, mientras escuchaba como Mathew iba detrás de mí, gritando mi nombre con fuerza. Solamente le hice caso, cuando estuvimos cerca de su auto.

–¿Qué demonios tratabas de hacer? -Le pregunté con rabia.

–Mi madre hará que ese imbécil te respete.

–¿En qué maldito mundo vives? No puedo resolver mis cosas, solo llorándole a tu madre. -Así que de inmediato, pude ver la mirada de Mathew . Se había dado cuenta que él había metido la pata en esto. Él sabía que no fue buena idea venir a este lugar.

–Está bien. -Responde sin más. –Pero no dejaré que vayas a tu casa sola.

–¿A dónde más quieres que vaya? Si no puedo estar en la empresa, no puedo estar tampoco en mi casa. -Termine diciéndole, mientras entraba al auto.

–Podemos ir a mi casa. -Yo de inmediato me sorprendí del lugar a donde quería ir, mientras él me mira por la ventana.

–¿Tú casa? -Pregunté nerviosa mientras tragaba saliva.

–Sí, mi casa. -Él también se ve un poco nervioso. -Claro, solo si tú quieres.

–¿Y qué haríamos en tu casa? -Pregunté una vez más, mientras tragaba saliva.

–Otras cosas. -Arrascó su cabeza con nervios. –Al menos en mi casa, podrás encontrar algo de paz.

Y era real, sabía que, si regresaba a casa, tendría que verle la cara a Mark. Y tampoco podía ir a trabajar en este estado a la empresa, no quería que nadie hablara de esto antes de que algo ocurriera.

*

Mathew también vivía en Chelsea, pero él tenía una casa un poco más pequeña. Supongo que, para un soltero millonario como él, estaba bien. Pero a pesar de que la casa que compartía con Mark, era más grande, que la casa de Mathew , podía decir que su casa era un templo. El lugar era magnifico, era minimalista mientras que tenía mucha tecnología en el lugar. Los espacios estaban tan bien diseñados, que supongo que el hombre debe de dormir bastante bien por las noches. Incluso puedo imaginármelo, meditando en medio de los cuartos de la casa.

–Tu casa es de lo mejor. -Le contesté sentándome en uno de sus sillones, estaba cansada y necesitaba recostarme un poco.

–El rey tiene que vivir como un rey. -Responde quitándose su saco, para colgarlo en su perchero, quedándose con un chaleco negro, para después caminar a su pequeño bar.

–O el rey debe casarse. -Le respondí como toda una señora.

–Realmente no quiero casarme, si mi matrimonio va a ser una m****a como el tuyo. -¡Me dio con todo! Supongo que ahora no le podía decir más sermones del matrimonio.

–Me dolió. -Le respondí mientras me mofaba con fuerza.

Al menos Mathew es bueno, para mejorar el humor de cualquier persona.

–Nunca pensé decirte esto, pero no fue nada gratificante ponerte en tu lugar. -Me confiesa mientras viene con dos copas de vino. Yo tome una mientras él se sentaba al lado de mí, en el mismo sillón. –Quería darte con guante blanco algún día, pero supongo que esto no me satisface.

–Al gran Mathew , no le satisface verme de esta forma. -Sonreí mientras tomaba un poco de vino. –Me lo merecía, he alardeado del matrimonio como una completa idiota.

–Bueno, no es justo hablar desde tu posición, tú no sabías que tu esposo iba a ser un imbécil. -

Yo solo negué con la cabeza, porque era cierto, jamás pensé que el fuera de esa manera.

–Y dime, ¿con quién te está engañando? -Ahora lo miró directamente a los ojos, para recargar mi copa entre mis pechos.

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