Capítulo 5

La sala queda en silencio por un instante, mientras Einar es colocado en su podio, desde donde podrá hablar y defenderse, si es que en su cabeza loca logra encontrar justificación para lo indefendible.

Entonces Dahlia, quien está a la cabecera del concejo, toma la palabra y hace los descargos correspondientes, con acusaciones que van desde secuestro, tortura y atentado contra todo el concejo de la Luna, cuando se reunió en su manada, hasta la crueldad contra su propia Luna y a su sangre, sus hijos.

Pero creo que se ha quedado corta en todo lo que ha hecho este lobo en contra de su propia familia.

―Objeción―dicen mis hermanos a la vez, cuando entran al gran salón y se acercan a su ahora nuevo amigo Kristoff, justo cuando Dahlia finaliza su disertación―nosotros tenemos más cargos que hacer en contra de este lobo―dice esta vez Adal, quien mira fijamente a nuestro padre, con una rabia tal que me contagia, al igual que a nuestro hermano menor, Alan.

Todos los alfas los miran con cierta condescendencia, ya que todos conocen su historia y algunos comienzan a susurrar entre ellos, lo cual me hace gruñir, porque de algún modo me parece que no están respetando su dolor o el mío.

Además, reprimo las ganas que tengo de regañar a  mis hermanos, porque se supone que mi madre y yo habíamos decidido dejarlos en la manada Media Noche y así protegerlos de tener que confrontar este juicio tan doloroso para todos los que fuimos víctimas del que nunca podré llamar papá.

―Tienen audiencia―les dice entonces Dahlia, quien los mira y traga en seco. Entonces Alan le hace seña a Adal para que sea él quien represente su caso y este se acomoda en el podio que está en el centro y frente a la presidenta del concejo.

―Como sabrán, mi nombre es Adal, hijo de la Luna Adara y el alfa Einar, quien hace poco mi hermana derrotó en duelo ceremonial y fue derrocado―dice y la voz se le quiebra un poco pero yo lo miro fijamente para infundirle valor, así que prosigue―solo quiero dejar por sentado algunos puntos y exponer mi caso en cuanto a la crueldad de este señor al que no quisiera llamarle nunca padre, porque en realidad ha sido mi torturador, al igual que el de mi hermano y de mi madre, que en aquel tiempo era su Luna y que por orden de un concejo igual a este tuvo que volver al lugar donde quedó encerrada por dieciséis años en una mazmorra sucia y maloliente y ahora sé que era así, porque siempre me pareció lo más normal del mundo, vivir en la inmundicia y en oscuridad.

El murmullo de los presentes en la sala no se deja esperar y hasta gente como Kristoff o su padre, Ketin, quienes suelen ser lobos muy fríos y prácticos, no dejan de sorprenderse ante las palabras de mi hermano. Incluso yo, que vi el lugar donde estuvieron mis hermanos hasta hace poco, no puedo dejar de sentir como una lágrima intenta surcar mi mejilla y es cuando siento la mano de mi pareja destinada, quien me sostiene para que no me derrumbe, ante todo lo que acaba de confesar Adal.

―No tengo que recordarles en qué condiciones nacimos mi hermano y yo, ya mi hermana les contó unos meses atrás, cuando ella nos rescató, al haber sido apresada, ya que la habían confundido con una desterrada, a quienes Einar capturaba para experimentar con ellos―les dice a todos, pero ahora mira directamente al acusado, a quien quiere fulminar con la mirada―pero no solamente torturaba desterrados, también lo hacía con nosotros, si es que podía torturarnos más en esa celda, porque cada dos días nos sacaban muestras de sangre, la cual procesaban y combinaban con otras sustancias para crear lo que ellos nombraron como esencia de la bruja.

» Yo no he venido a pedir justicia solamente para mí, más bien, quisiera que este concejo reconocieran la injusticia que se hizo en contra de mi madre y mi hermana, la alfa Alanna, quien vivió lejos de su gente, teniendo que vivir en una ciudad contaminada toda su vida que, si bien es cierto que no era la condición tan horrible que vivimos mi madre y nosotros dos, hay que reconocer su derecho como alfa y primogénita a tener las mismas condiciones de crianza que todos ustedes.

―Objeción, señora presidenta―dice una alfa que hasta ahora no había visto en este concejo―Luna Adara fue quien produjo toda esa situación en contra de alfa Alanna, al esconderla de su padre y negarse a que viviera en las condiciones a las que tenía derecho―añade y el murmullo no se hace esperar.

―Orden en la sala―dice Dahlia, dando varios golpes con su mazo y todos los presentes se callan―te recuerdo, Ingria, que el chico todavía no ha terminado de hacer su descargo, así que espero un poco de respeto hacia él―le señala directo a los ojos, haciendo despliegue de su poder de alfa y de presidenta y ella traga en seco, ante el respeto que impone el rostro de la presidenta―puedes continuar, Adal.

―Muchas gracias, señora presidenta―le indica mi hermano y respira profundo para darse valor, ya que ha tenido que confesar todo lo que ha sido su vida―sin embargo, la alfa Ingria ha dicho algo muy importante que es parte de mi demanda―asegura y todos le ponen mucha atención y en este punto me siento tan orgullosa de mi hermano por todo lo que ha dicho y todo lo que le queda por decir―sí, mi madre fue juzgada y, en efecto, ella había escondido a mi hermana del alfa Einar, pero, si se han dado cuenta, ella tenía la razón en hacerlo y ustedes mismos lo han podido comprobar todo lo peligroso que es, así que me disculpan lo que voy a declarar, pero se equivocaron en el veredicto y mi hermano y yo somos la prueba más que suficiente de ello, si es que no es bastante todo el daño que ha hecho en el mundo de los lobos.

» Porque ahora nadie pondrá en duda que la vida que tuvimos mi hermano y yo, siendo de sangre alfa, también, es el vivo ejemplo de lo que le esperaba a mi hermana junto a alfa Einar así que reitero mi posición de que mi madre estuvo más que justificada en actuar de la manera en que lo hizo―añade y la tal Ingria trata de poner su mejor cara de indiferencia, pero no lo logra.

Debe estar más que enojada que un chico como mi hermano la enfrente de esa manera.

―Pues, nadie nos puede juzgar por las decisión que tomamos en ese tiempo, muchacho―dice Ingria de manera despectiva y vuelvo a gruñir a esta loba que ya se está pasando de la raya―era la palabra de una beta en contra de un alfa y si no podemos considerar la honorabilidad de nuestros líderes, en quién podremos confiar―asegura y vuelve generarse un mar de murmullos, así que intento levantarme para decirle unas cuantas verdades a esta tipa, que se ha metido con lo más sagrado que tengo en este momento.

“Espera”, me dice Kieran y me vuelve a apretar la mano, “no actúes impulsivamente o dañarás el caso de tu hermano”, me advierte y yo lo miro y lo fulmino con la mirada, “no eres la única que quiere arrancarle la cabeza a esa loba”, me comenta y me señala con la barbilla a Aren que está sacando fuerzas de donde no tengo idea, para no acabar con esa tal Ingria.

Sí, ese alfa puede perder el control en cualquier momento, porque la tal Ingria, se está metiendo con mi madre, su actual Luna.

―Con su perdón, alfa Ingria, ya que sé que su argumento es válido y diría que está bien, considerando que yo también soy un alfa, pero no es el caso―le responde y deja desconcertados a muchos en la sala―porque yo creo firmemente que no se trataba de la palabra de una beta en contra de un alfa, más bien, el reclamo de una madre ante la amenaza que representaba el padre, quien abusaba de su cargo de alfa para hacer lo que bien le diera la gana, es más, por lo que me ha contado mi madre, su único argumento fue ese, que él era un alfa y que exigía que uno de sus súbditos y, en este caso, su Luna, volviera a su manada y que devolviera a su primogénita, sin un sola palabra más―le asegura y varios de los alfas tragan en seco―creo que se debió actuar de otra manera, en lugar de desestimarla solo por ser una beta, es más, ella era una Luna y si ese cargo no vale nada, creo que nuestro mundo se está viniendo a bajo.

―Ahora me da mucha curiosidad de saber qué sugieres para que esto no vuelva a ocurrir, Adal de la manada Plata―le dice esta vez Dahlia, ya que creo que las palabras de mi hermano la han hecho dudar, ya que creo que fue una de las que participó en aquel concejo.

―Pues pienso, mi alfa, que debieron haber tomado en cuenta otras cosas, por ejemplo, que una Luna no querría escapar de su alfa si no lo considerara peligroso, que nunca hubiera ganado nada con poner en entredicho el buen nombre del líder de la manada, ya que su puesto no se hubiera visto en peligro, por ser su derecho de sangre y que de seguro mi madre le hubiera podido dar todo a mi hermana, si la hubieran dejado vivir como ella quería en la manada Luna Escarlata, donde el alfa le había dado acogida por ser miembro de esta manada por derecho de familia―finaliza su argumento mi hermano y muchos se quedan sorprendidos ante su madurez y su facilidad de palabra, algo que nadie hubiera esperado de un chico que fue criado en una mazmorra.

Pero tienen que recordar que es hijo de una beta, quien de seguro jamás descuidó su educación en medio de todas las carencias que tuvo. También yo fui educada por un beta, casualmente, el hermano de mi madre, quien logró incluso que yo pudiera ganar una beca para estudiar derecho en una prestigiosa universidad allá en el mundo humano.

De hecho, Adal mismo tiene sangre beta, al igual que yo.

―Los cierto es que ya no podemos echar el tiempo para atrás, muchacho, sin embargo, escuchando todo lo que has argumentado, pienso que debemos darles una compensación a ti y tu familia―señala Dahlia y todos empiezan a argumentar al respecto, algunos dudan y otros confirman lo que acaba de decir la presidenta del concejo.

Pero todos somos sorprendidos por la risa de Ingria, quien también aplaude, como si estuviera viendo un gran espectáculo.

―Es gracioso que pidas una compensación, Dahlia, considerando que es la propia hermana y la actual alfa de la manada Plata quien debe encargarse de esas compensaciones―argumenta y yo la observo con el ceño fruncido―después de todo, fue el antiguo alfa de su manada quien se ensañó con todos ellos―asegura y yo me muerdo la lengua para no contestarle como corresponde, pero todos somos sorprendidos por el sonido del martillo de la presidenta, quien llama a orden a todos los alfas y estos se callan.

―Creo que estás equivocada, querida Ingria―le responde con una sonrisa―porque los que obligamos a Luna Adara a volver con su alfa fuimos nosotros o los alfas de aquel momento, en todo caso―señala y muchos quedan mudos, ante tal argumento―de haber permitido que Kyle se quedara con Adara en Luna Escarlata, Einar no hubiera tenido acceso a la sangre de los gemelos y Adara, y no hubiera formado un ejército casi invencible―alega y algunos de los alfas asientan con la cabeza en aprobación.

― ¿Y cómo supones que debemos compensarlos, si se puede saber? ―dice esta vez Lars, quien me mira con el ceño fruncido―te advierto que mi manada ha quedado devastada y tenemos mucho qué reconstruir.

―Yo creo que eso puede esperar, señores―dice Niels algo preocupado, pero luego pasa su vista de Adal a Alan y luego a mí―nos estamos desviando del tema principal, porque todos coincidirán conmigo que primero debemos terminar de juzgar a Einar por todos sus crímenes.

―En eso tienes toda la razón, mi estimado colega―lo secunda Lars―debemos decidir lo que debemos hacer con esta escoria llamada Einar―indica y esta vez todos los alfas dan su aprobación, incluyéndome.

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