Capítulo 2 No me niego al trabajo

         

Siete años después....              

Eco.

---Creo que...puedes dormir en el ¿si?--- sonrié débilmente.

---Eso creo--- estudio su pequeña habitación. No me atrevia a entrar por respeto pero creo que lo mejor será usarla.

---Bueno, no cambiaré nada, no hace falta. Además tendrás tu propio espacio y...

---Lo se mami--- la interrumpo ---. Es sólo que es extraño que ya no esté Abu aquí y ahora vaya a dormir en su cuarto--- acomodo uno de sus adornos de gatito que estaba volteado, sobre la mesita de noche.

---Sé eso--- baja la cabeza ---. Quisiera poder tener más dinero y talvez..no se, hacer otro cuarto o remodelar la casa pero no tengo. Ya sabes, darte tu propio espacio y que sea a tu gusto, eres una adolescente.

---Mami, no importa. Claro que puedo dormir aqui y sobre el dinero ya tengo diecisiete años. Creo que puedo ayudar trabajando los fines de semana a...

---No---  toma mis manos —, hasta que salgas del instituto, ¿Entendido?

---Mami, solo son tiempos cortos, el señor Miller y su esposa dijeron que podía ayudarlos en su granja y la señora Borges te dijo que podía ayudarte los fines de semana a limpiar su casa.

---No estoy segura--- pasa una mano por su cabeza, cansada.

---Yo te puedo ayudar y lo haré--- la abrazo ---. Dormiré aquí está noche.

---Me ayudarás mucho si estudias, quiero que estes muy aplicada en tus examenes--- toma mi rostro en sus manos.

---Soy muy responsable mamá--- afirme.

---Bueno, entonces..--- mira cada rincón de la habitación --- Buenas noches mi cielo.

---Descansa.

Cierro la puerta, camino con cuidado como si el piso se fuera a romper. Acaricio los libros que reposan en un pequeño estante de madera, hay quince libros, esperando a ser leidos.

Me encanta leer, creo que los leeré todos en una semana, no son muchos. Giro mi vista hacia un mueble con unos cajones en la habitación, no es correcto ser curiosa con las cosas de la abuela así que saco esa idea se mi cabeza. Todo está tal y como lo dejo la última vez, incluso todavía están las bolas de lana en su silla mecedora donde tejia por horas, tenía unos dedos muy ágiles a pesar de su edad. Me invade la melancolía al recordar como tejia abrigos y bufandas, ella me enseñó a tejer como a los seis años. Ahora esos abrigos que tejió para mi los atesoraré por siempre.

Aun no puedo creer que después de mi cumpleaños diecisiete muriera, fue un golpe muy duro. Definitivamente no me esperaba algo asi. Solo an pasado tres meses y medio, demasiado reciente como para no sentir dolor.

Me siento en la cama, acomodando la almohada, miro nuevamente todo. Me percató de algo que no había visto.

---Las muñecas de la abuela--- me acerco a ellas. Son tres, están sentadas en una tabla de madera pegada a la pared ---. Son lindas.

La abuela nunca me dejó jugar con ellas, pues eran adornos, no juguetes, eso me pareció grosero de su parte cuando era pequeña  pero ahora que lo pienso estas muñecas se ven muy lindas, tanto que es más bonito que decoren la habitación a que estén en mi caja de juguetes que guardo en el pequeño sotano, ya soy una adolescente como para jugar con juguetes pero tal vez encuentre a alguien que le sirvan.

Dejo a las muñecas en su postura eterna para recostarme en la cama, saco mi diario y me acerco un poco a la luz de la lámpara de noche.

Querido diario :

Hoy duermo en la habitación de la abuela, se que es difícil y duele, solo espero sanar pronto. 

Mami esta otra vez preocupada por el dinero, dice que no me quiere ver trabajar hasta que salga del instituto pues no le pondría mucha atención al estudio y en parte tiene razón. Pero eso no me detendrá, aunque sea por ratitos trabajaré en lo que sea. La voy a ayudar en lo que pueda. 

Por otro lado :

Ya son siete años que no lo veo, de seguro se olvidó de mi, eso me lastimaria. 

Como me arrepiento de no haberle dicho que me gustaba en aquel entonces, solo se fue y no regreso. Al menos me hubiera dicho a donde pero ni eso. 

Quisiera verlo de nuevo, le diría todo lo que siento ahora. Fui una tonta por tener miedo, era una niña y mis sentimientos jugaron en mi contra. Yo sabía lo que sentía pero decidí callar. 

Mi único amigo, como me enamore de ti, espero verte algún día, no pierdo las esperanzas de que regreses. 

Eco. 

Cierro el diario y lo guardo bajo la almohada. Saco de mi mochila que está en suelo, el libro de La manada Bloodymoon. Saqué éste libro de una sección privada de la biblioteca, donde sólo los adinerados que estudian ahí tienen permitido entrar, me escabulli como pude y ''tome prestadoʼʼ varios libros. Al principio creí que lo que decía el libro era fantasía, pero poco a poco todo lo extraño de la zona fue encajando con el libro. Los hombres lobo. 

Gracias esté descubrí mucho. 

El Alfa se le dice al supremo líder de la manada, según el libro, esta manada es una de las más poderosas del continente. Todo Alfa tiene un segundo al mando que se le conoce como beta. 

Abro el libro justo donde dejé el separador. Observo las fotos del Alfa, un hombre muy apuesto, posa en la imagen con un traje elegante, acompañado de otros dos igual de apuestos. Yo lo vi una vez, llego al instituto para ese entonces yo tenía diezciseis años. 

 Eban Monroe Glenn, lee la descripción. Paso a la próxima página y veo a... Caled. No evito la tentación de besar la imagen de mi único amigo de infancia. No me dio miedo al descubrir lo que él era. 

<<Bueno, quizá un poquito>>

Caled Monroe John, próximo a tomar el cargo de Alfa supremo, dice la descripción. Sonrío como boba al mirar esos hermosos ojos verdes ¡Si que es guapo! A pesar de ser un niño, aunque con el tiempo que a pasado debe verse diferente. En la otra foto, esta él con el Alfa, su padre, ambos lucen elegantes. Paso a la página siguiente y..... 

La luna de la manada, lee la descripción pero la foto esta arruinada, parece que alguien la cubrió con tinta, rayones y rayones es lo único que se ve. 

<<Que raro>>

<<Estaba en la sección privada y no creo que lo pusieran así en la estanteria. Cuando lo tomé no lo leí, hasta terminar los otros libros que tomé>> 

Elizabeth Monroe John. Esposa del Alfa Eban Monroe Glenn, madre de Caled Monroe John y luna de la manada Bloodymoon. 

Ella es la luna que desapareció misteriosamente. 

Recuerdo el ir y venir de muchos sujetos en todo el pueblo el día después que mi Abuela me dijo que desapareció la luna. No entendí en ese momento pero ahora si. 

Me sorprendió saber que mi abuela sabía sobre la existencia de estos seres, pero al cabo de un tiempo comprendí que la mayoría del pueblo saben sobre su existencia, pero callan, algunos por miedo y otros por respeto. 

Por eso Caled faltó a clases, su madre había desaparecido, pero lo que aún no logro entender es porque se fue de aquí. 

Hojeo velozmente el libro completo para ver si no hay otra foto de la luna pero no encuentro nada. Las veces que estaba con Caled, nunca tuve la oportunidad de verla. 

Cierro el libro con mucho curiosidad, lo coloco nuevamente en mi mochila y me dispongo a dormir, tras apagar la pequeña lámpara. 

.........

Un golpe..

Me remuevo en la cama.

Dos golpes..

Entre abro mis ojos.

Tres golpes..

Estoy despierta.

Me siento en la cama, miro el reloj de gatito que marca las tres de la mañana.

<<¿Qué eran esos golpes?>>--- pienso.

Decido bajar e investigar que a sido eso, ya no se escuchan más golpes. Abro la habitación de mamá sin hacer mucho ruido, ella duerme profundamente, cierro la puerta confirmando que no fue ella pues duerme a gusto, eso significa que no los escuchó.

---Seguro fue algún mapache o algún animal pequeño afuera--- le resto importancia.

Me dirijo a mi cuarto sin hacer ruido pero de nuevo suena el golpe. Páro en seco, atenta a todo. Me acerco a donde se escuchó el golpe.

Dos golpes se escuchan y provienen del...¿sotano? 

<<Que raro>>— pienso.

Abro la pequeña puerta que está en el suelo para ir al sotano. Una vez dentro enciendo la luz y reviso todo.

---Parece estar todo bien--- sin embargo siento que algo no está bien aqui. Apresurada me salgo del sótano directo a mi cuarto.

---Algo está pasando....en esta casa--- cierro los ojos presa del sueño.

Ya de mañana, me preparo para ir al instituto. Hago un moño en mi largo y voluminoso cabello negro, humecto mi piel café oscura, al hacer esto me recuerdo que este fin de semana mamá y yo iremos a ver a la tía y eso significa que veré a Darcy y las otras. Siempre me molestan por mi color de piel, ellas son un poco más mayor que yo, pero al parecer eso no les importa cuando me molestan.

termino de arreglarme para bajar a desayunar lo más rápido que pueda.

---Buenos días cielo--- saluda mamá --- ¿Ya estás lista?--- da un sorbo a su café humeante.

---Buenos dias, si ya estoy lista--- me sirvo un poco de cereal ---¿Vas a la casa de la señora Borges?

---No--- responde, se coloca su abrigo y se mira por última vez al espejo ---. Hoy solo voy a la cafetería.

---bueno, te veré en la tarde--- digo para salir no sin antes darle un abrazo.

---Adiós cielo, cuidate mucho.

---Adiós.

Llego al instituto.después de caminar veinte minutos, lo primero que veo como siempre es el parqueo de varios autos caros, por dicha no hay muchas personas ahí. Me dirijo rápidamente al aula de la primera clase de hoy. Es curioso que no me encontrase con Annie y su grupito de matonas engreidas, las odiosas les encanta molestarme.

Las clases comienzan con normalidad, respiro profundo al sentirme en paz en la clase, tal vez no duraría mucho hasta que Annie apareciera a amargarme el día pero disfrutaría este corto momento de tranquilidad.

En la hora del receso, voy al baño cuando una conversación me detiene antes de entrar.

---!Va a venir mañana!--- escucho un pequeño grito de alegria seguido de muchas risas. Es Annie y sus amigas.

---Oye ¿Y está igual de guapo?--- pregunta una, que por la voz reconozco como Rachael.

---Más que guapo, está para comérselo y cuidado que él es MIO--- amenaza. Quien sea de quien hablen de seguro Annie ya lo conoce.

---Uy que genio, yo sólo decia.

---¿Encontraría a su mate?--- pregunta Savannah. 

---No lo sé, creo que no, pero yo con gusto tomaré ese lugar--- rieron todas ---, además dudo que Caled me rechaze.

Ese nombre, mi corazón empezó a palpitar rapido. 

Caled.... 

¿Será el mismo Caled que yo conozco? Sólo hay un Caled en este lugar, bueno al menos hasta donde sé.

---Entonces tendrás que andar detrás de él--- dijo Krista ---. Por que van a hacer muchas las que querrán acercarse a él.

---Mataré a cualquier zorra que se le acerqué--- pronunció Annie con tono amenazante, me asusté de inmediato ---. El alfa es todo mio--- ¿Alfa? ¿Suyo?

Escucho que se aproximan a la puerta, rápido corro lejos de ahi. Siento una profunda alegría, solo el echo de que tal vez sea el mismo Caled de mi infancia me llena de nervios.

Paso todo el día sumergida en mis pensamientos. Preocupación y nerviosismo se mezclan dentro de mi, ¿Qué haré si es él?

El día en el instituto termina, salgo a toda prisa de allí, paso por el estacionamiento rápido antes de que me encontre a....

---Vaya, vaya Eco ¿Dónde estabas metida lindura?--- oh no, lo que me faltaba, Cedric.

---Yo ya voy saliendo--- trato de esquivarlo pero se para frente a mi.

---¿Cual es la prisa muñeca?--- sonríe de manera sexy según él, pero en realidad parece un idiota. Cree que porque luce como un adonis todas deberían caer a sus pies, es un tonto.

---Me tengo que ir, así que adiós---  paso junto a él pero me agarra el brazo con fuerza.

---Estoy empezando a casarme de que me ignores, preciosa.

---¡Sueltame! --- exijo. Maldigo haberlo encontrado, no se porque se interesa en mi si tiene a muchas chicas bonitas que babean por él.

---¿Y si no qué?--- desafía.

---Lo reportare a la dirección, aún no e salido del instituto--- advierto.

---¡Ja! ¿Crees que ellos me diran algo?--- enarca una ceja ---. Aquí mandamos nosotros chocolatito--- suelta mi brazo para intentar acariciar mi mejilla pero me alejo corriendo. Escucho su risa de triunfo por haberme intimidado, desearía ser más fuerte emocionalmente, talvez asi dejarían de pisotearme todos. Solo porque vienen de una familia adinerada se creen los dueños de todo y de todos, es muy deprimente y triste de saber que no soy la unica, también hay otros que los molestan como a mi. 

Aunque comprendo el porque de su comportamiento, si tienen su propio lugar apartado del pueblo y dinero para consentirse en todo, era obvio que actúen como niños mimados. 

Me detengo dando a mi cuerpo un descanso después de correr como loca. Camino despacio hacia la casa de Abu, una vez dentro me quito mi uniforme y me coloco la vestimenta mas desgastada y fea que tengo, hago una larga trenza en mi oscuro cabello para luego ponerme un sombrero viejo que no se de donde lo saco Abu, seguro lo compro hace mucho pues es horrible pero perfecto para el trabajo. Por ultimo me pongo las botas de hule y listo.

---¡Estoy lista! 

Salgo de casa y me dirijo a la propiedad de la señora y el señor Miller.

---Hola, buenas tardes--- saludo a la señora Miller, quien esta barriendo el patio de su linda casa.

---Buenas tardes Eco ¿Cómo estas?

---Muy bien señora Miller ¿Y ustedes?--- sonríe con gentileza.

---Estamos bien, gracias ¿Vienes a ayudar a Teo?

---Si señora--- frunce el ceño uniendo las arrugas de la frente.

---Creí que lo de ayudar en la granja no te interesaría--- se inclina un poco a hacia mi ---¿Porque?

---¿Ah?

---¿Porque no estas en esas fiestas de los jóvenes de ahora? O ¿Jugando con esas pantallas raras?

Sonrío, en realidad no me importa hacer esto pues necesito el dinero, y las fiestas no dan nada, además no tengo esas pantallas raras como le dice ella, por eso necesito trabajar para tener una de esas, aunque si la tuviera no me negaría al trabajo.

Solo encojo los hombre para responder sus preguntas a las cuales solo asiente.

---Bueno, que te parece si vamos donde las gallinas y después a alimentar a los cerdos.

---Lo que usted diga señora--- coloco mejor el sombrero de tela en mi cabeza.

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