Capítulo 1 Huele rico

                       

Eco.

 Fuimos al parque este día, !Genial! Amo los domingos, jugué en los columpios y en el tobogán hasta que sentí ese olor. Me fui del área de juegos y seguí ese aroma delicioso, que me guío a un puesto de venta muy lindo, lleno de pequeños trozos de pastel y una gran variedad de pequeños panes, perfectamente acomodados en bonitas cajas abiertas.

Miro todo con ojos iluminados, era primera vez que veía algo asi.

---¿Quieres uno?--- pregunto mamá.

---!Si!--- respondí con entusiasmo.

Dijo que escogiera uno y el que más me llamo la atención fue uno de color morado. Un trozo de pastel con arándanos decorados con dos pequeñas flores encima. Apunte el hermoso pastel, mis ojos brillaron cuando el señor lo colocaba en un platito de plastico, era la primera vez que iba a probar un pastel. Lo tome e inhale su aroma, corri por el parque con el preciado trozo de pastel en mi mano.

Quería sentarme en las bancas de la fuente a disfrutarlo, mientras corría dando pequeños saltitos, me distraje viendo unos perritos perseguir uno pelota, hasta que choco con alguien, cayendo al suelo dándome un fuerte raspon en las rodillas.

---!Auch!--- fue un raspon doloroso, mire mi pastel en el suelo.

---Perdon, no te vi--- dijo extendiendo su mano.

Y ahi lo vi, el niño más lindo que había visto. Me pare gracias a su ayuda, su rostro era hermoso, el niño era muy guapo. Yo seguía aferrada a su mano con la mirada perdida en esos hermosos ojos verdes, siento mis mejillas arder cuando me percato que aquel niño no deja de mirarme de pies a cabeza, observa mi rostro y aprieta mas mi mano. Acorta la poca distancia que nos separa para quedar frente a frente.

---Mi nombre es Caled ¿Cuál es el tuyo?--- preguntó amable, clavo sus ojos en los mios.

---Soy E..!Auch!--- se me había olvidado que tenia mis rodillas lastimadas, hasta que senti más fuerte el dolor.

---Tranquila--- se preocupó ---Yo te ayudo.

No me dejo decir mas, solo me alzo y camino como si nada a una banca, envolvi mis brazos en su cuello para aferrarme mas, él volvio su rostro a mi, regalandome una sonrisa que me hizo sentir mariposas en el estomago. No me preguntaba como podia cargarme sin problemas, solo admiraba a ese niño que fue tan amable conmigo.

Me deja en la banca y observa mis rodillas raspadas, una parte de mi vestido estaba rasgado y cubierto de la decoración de mi pastelito, ni siquiera lo pude probar.

---Mi pastelito--- digo con ojos aguados, señalandolo.

---¿Ah?--- mira hacia donde señalo el pastelito en el suelo. Después de limpiar un poco de sangre de mis rodillas con la manga de su camisa, dice: ---. Tranquila, puedo traerte otro.

---!Eco! Alli estas--- se acerca mami preocupada ---. No vuelvas a irte corriendo y...!Oh mi amor que te pasó!

---Me caí pero Caled me ayudo--- miro al niño que se hace a un lado.

---Tranquila cielito ¿Puedes caminar no?

Asiento.

---Gracias Caled--- digo y sonrio.

---Si, gracias..eh..Caled--- dice mamá y me ayuda a caminar.

---De nada--- sus ojos se clavan en los mios por unos segundos.

Nos alejamos de ahí rumbo a casa, una vez en esta, mami cura algunas heridas pequeñas y prepara la cena, mientras yo la ayudo a lavar utensilios, sin dejar de pensar en aquel niño.

Algo me dice que lo volveré a ver.

Caled.

​​​​​​---Pero no te vayas muy lejos--- dijo mi madre.

Solo asenti y me fui con mis amigos.

---Oigan, que les parece una carrera alrededor del parque, el último en llegar invita los helados--- reto Nathan.

Todos asentimos, aceptando el reto. Colocamos nuestras bicicletas el línea recta, esperando la señal.

---En sus marcas..... listos.....!ya!

Voy tan rápido como puedo, los demás hacen lo mismo pero pronto los dejo atras. Pedaleo aún más rápido disfrutando de la gran ventaja que tengo sobre mis amigos, observó el parque cuando me percato de una pelota a mitad del camino. Unos perros pulgosos se acerca a por la pelota, obstaculizando el camino.

---!Muevancen!--- les grito a los pulgosos, estúpidos perros como los odio.

Decido frenar en seco, camino hacia los canes y lanzo su pelota lejos. Los miro molesto hasta que alguien choco conmigo para luego caer al suelo.

---!Auch!--- grito.

---Perdon, no te vi--- extiendo mi mano hacia la niña.

Sentí algo en mi pecho que no puedo entender al sentir su mano, la miro de pies a cabeza. 

<<Es una niña linda>>— pienso. 

Hay algo en ella que me inquieta al verle fijamente el rostro, presiono más su mano cuando se pone roja. Por extraño que parezca no la quiero dejar ir.

<<¿Qué rayos me pasa?>> No resisto el no saber su nombre y le pregunto acercándose más a ella.

---Mi nombre es Caled ¿Cuál es el tuyo?--- su mirada es...atrayente.

---Soy E..!Auch!--- miro que se queja por sus rodillas, no pienso mucho y sólo la ayudo.

---Tranquila, yo te ayudo--- la alzo dirigiéndome a unas bancas cercanas. Enrolla sus brazos en mi cuello y me hace sentir bien, muy bien. La observo con una sonrisa.

Luego de dejarla en la banca, limpio un poco de sangre en sus rodillas con la manga de mi camisa. Me duele y no se porque, pero no la quiero ver mal, !Y ni siquiera la conozco, ni su nombre me a dicho!

---Mi pastelito--- miro hacia donde apunta. No me había dado cuenta que al chocar conmigo, su comida cayo al suelo.

---Tranquila, puedo traerte otro--- afirme.

---!Eco! Allí estas--- Eco, su nombre es Eco, una mujer se acerca a nosotros ---. No vuelvas a irte corriendo y...!Oh, mi amor que te pasó!

---Me caí pero Caled me ayudo--- me mira y yo me aparto, dandole espacio a la señora que no conozco pero al parecer ella si.

---Tranquila cielito ¿Puedes caminar no?

Asiente.

---Gracias Caled--- me sonrió. Sentí algo en mi pecho que me llamo la atención, aquella niña me hizo sentir extraño. Nunca habia experimentado algo asi.

---Si, gracias..eh..Caled--- dice la señora, para luego irse. También me dispuse a irme, no sin antes mirar a los ojos de la niña. Quedaría guardarlo en mi memoria hasta que la volviera a ver. 

---Alguien se enamoró--- se burla Nathan ---¿Que? ¿La niñita te gusto?

Todos los demás se carcajean. Estaban escondidos, viendo todo.

---Solo era amable--- justifique, aunque ni yo mismo entiendo que me paso con ella.

---Claro, tan amable que la cargaste--- está vez Tyler se unió a Nathan ---. Hasta le limpiaste sus rodillitas --- se rió. 

<<Bien ahora ya me estoy fastidiando>>

---Ya paren ¿Si? Mejor vamonos--- se carcajearon en todo el camino de regreso.

❇-❇-❇-❇-❇-❇-❇-❇-❇-❇

---¿Porque sentí eso?--- pregunto a mi madre, la cual no deja de mirarme con una sonrisa.

---Pues, te gustó--- sonrió.

---No fue eso--- resople ---.Solo queria ayudarla--- me cruzo de brazos.

---Si, yo se eso, solo que te ves muy a la defensiva. Eres un niño para preocuparte por lo que dicen tus amigos, solo lo hacen de broma--- acaricia mi mejilla ---¿Comemos algo? O ¿Esperamos a papá?

---¿Viene muy tarde hoy?

----Si, pero no tan tarde, quizá a las siete u ocho--- se dirigió a la cocina ---¿Entonces?

---Tengo hambre--- sonrió.

---Bien, hoy te preparare un pollo a la plancha con verduras y jugo de mango--- toma dos mangos y los pone sobre la mesa ---!A cocinar!

Sonrío, tenemos cocineras que prepararían la comida que quisieramos, pero mamá disfruta prepararla para mi y papá, su comida es la mejor.

—¿Te puedo ayudar en algo? 

—¡Claro que si mi angelito! 

Eco.

Me despierto, lista para empezar este día, me preparo para ir a la escuela bajando rápido las pequeñas escaleras. Desayuno mientras mamá hace un moño mi cabello.

---Buenos días--- dice mi abuela Marta o Abu como me gusta llamarla.

---Buenos días--- le devuelvo el saludo.

---Te vez sonriente hoy ¿Qué sera? Mmmm--- inquiere.

Me encojo de hombros.

---Ya esta--- dice mamá para luego besar mi cabeza.

---Gracias, ya es hora de irme— digo. 

---Bueno--- se levanta Abu, lista para dejarme como siempre ---. Vamos.

Abu me deja en la entrada de la escuela, me despido de ella con un beso en la mejilla y voy directo a mi salón.

Una vez terminan las clases, espero a mami en la salida de la escuela, me distraigo jugando con mi pulserita cuando me hablan:

---Hola...Eco ¿Verdad?--- es el mismo niño del parque.

Asiento.

---¿Cómo están tus rodillas?

Sonrío.

---Bien gracias--- me mira de pies a cabeza.

---¿Cuántos años tienes?--- pregunta.

---Tengo nueve ¿Y tu?

---Diez, tal vez un día de estos podamos jugar en el parque ¿Si?--- este niño es muy lindo y lo mejor !Quiere jugar conmigo! A nadie le gusta jugar conmigo. Brinco de alegria.

---Si, creo que el domingo iré de nuevo.

---Super, nos vemos ahí--- se aleja sonriendo. No puedo creer que hice un amigo !Un amigo!

Desde que llegue a este pueblo a los tres años, hasta ahora, no había hecho un amigo.

<<Creo que este será el comienzo de una linda amistad>>

Y en realidad así fue, Caled  y yo nos hicimos amigos. Los domingos jugábamos en el área de juegos, no era mucho tiempo pues sus amigos llegaban y se lo llevaban pero era suficiente para mi.

Al cumplir los diez años, mi tamaño aumentó, pero Caled seguía siendo aún más alto que yo. Nos veíamos de vez en cuando, caminábamos por el parque, siempre contando sobre las cosas que nos gustaban o alguna historia tonta que se nos ocurriera, siempre tratando de hacer reír al otro.

---Entonces, tu postre favorito es el pastel de moras--- asintió. Íbamos caminando por el parque en una tarde ventosa.

---¿Y el tuyo?

---El mio...--- no sabía que decir, de echo yo no tenía tales privilegios de comer variedades de postres como Caled. Siento vergüenza de no poder decir nada, solo aquel pastel de arándanos que no pude probar iba a hacer el primer postre en mi corta vida ---. Es el pastel de arándanos--- digo al fin.

---¿Te gusta mucho?--- sonrió ¡Pero que lindo que es! 

---Eh..si !Si!--- miento ---. Es mi preferido.

---¿Como yo?

---¿Eh?

---Nada--- sus mejillas de repente estaban rojas, rápido giró su rostro a otro lado ---. Aún te debo un pastel de arándanos.

---Estas rojo ¿Porqué?

Me mira y luego cubre su cara con la bufanda que lleva puesta. El viento se volvió más fuerte y mi abrigo era de una tela muy delgada, lo que hacía que tuviera mucho frio.

---Hace más frio, creo que debemos volver--- doy media vuelta volver con mami pero él agarra mi brazo antes.

---Toma--- se quito la bufanda ofreciendomela.

---Pero es tuya--- niego con la cabeza.

---No digas nada y sólo tomala--- la extendió a mi, pero al ver que no la tomaba la coloco él mismo en mi cuello ---. Listo.

Nuestros ojos se encontraron en ese momento, pude sentir maripositas en mi estómago y mis mejillas sonrojarse.

---Miren quien está roja ahora--- dijo sonriendo. Ahora la que se escondía en la bufanda era yo ---. Bueno, vamonos.

Asiento.

Mientras íbamos de regreso a las bancas donde estaba mamá, note un movimiento extraño en unos arbustos grandes floreados. Seguí caminando sin dejar de ver a los arbustos, había alguien escondido y nos miraba. Paro en seco cuando logro ver un par de ojos que se alejan rápido de entre la hojas.

---¿Qué pasa?--- Caled se detiene junto a mi.

---No...nada, creí ver a alguien pero seguro era un animal.

---¿Donde?

---Por los arbustos--- los señalo con mi dedo.

Caled los observa, entre cerrando los ojos. 

---Caled--- llaman ---. Es hora de irnos.

---Es mi madre, ya me tengo que ir--- se despidió. Trate de ver a la mamá de Caled pero sólo escuchaba sus llamados.

---Bueno, adiós--- digo.

----Adiós.

Nos separamos para llegar con nuestras madres. Cuando veo que Caled ya se a ido, huelo su bufanda.

---Huele rico--- digo hundiendo mi nariz en la bufanda.

---¿Qué huele rico?--- pregunta mamá. Rápido la quito de mi nariz.

---Nada, nada. Sólo era unas flores--- le enseño mis dientes en una gran sonrisa.

---Ajá--- se cruza de brazos ---¿Segura que fue eso?--- enarca una ceja.

---Sip, muy segura.

꧁ 𖠁 ꧂

—¿Ya puedo ver?— le pregunto a Caled, emocionada —¿Que es Caled? 

—Ya te dije que es una sorpresa— murmura. 

—No deberíamos estar lejos del parque y de nuestras mamás ¿No crees? 

—Solo es un momento...... Ya llegamos— se detiene —. Abre los ojos. 

Hago caso abriendo los ojos. Me asombro ante lo que estoy viendo. 

—¡Woooow— abro los ojos por completo —. !Caled es precioso!— un grande y hermoso jardín nos rodea, hay flores de bellos colores ¡PARECE MÁGICO! Nunca había visto algo igual. 

—¿Te gusta?

—¡Me encanta! ¿Cómo se llaman esas flores tan hermosas?— pregunto emocionada, corriendo a verlas mejor, Caled sigue mis pasos. 

—Son tulipanes, tienen varios colores— se arrodilla y coge una de color roja —. Ten— la pone justo en frente de mi cara. 

Miro el hermoso tulipán y luego a Caled, sus mejillas están rojas, sonrío ¡Se ve tan lindo! Estoy por tomarla cuando la quita rápidamente y  choca sus labios con los míos. 

Ambos tenemos los ojos abiertos, mirandonos. Nos separamos y sonrío sintiendo mis mejillas rojas. ¡¡¡Fue mi primer beso!!! ¡¡Y con Caled!! 

—Te quiero— dice. Une su mano a la mía. 

En ese momento siento algo en mi corazón que no puedo explicar, una sensación o sentimiento. En mi mano se produce una corriente como.... como eléctrica. Caled ve nuestras manos unidas, sonrió al ver mi rostro. Creo que siente lo mismo que yo. 

—Yo también Caled— caminamos agarrados de la mano por todo el bello jardín, que según Caled siempre se mantiene la entrada cerrada, pero esta vez él la abrió. 

꧁ 𖠁 ꧂

 Me encantaba pasar con Caled aunque sólo fuera un ratito. Pronto comprendí que me gustaba muchísimo. Me sonrojaba mucho y mi nerviosismo crecía, disfrutaba tenerlo cerca.

 Todo iba muy bien, cuando un día simplemente no lo vi mas, creí que estaba enfermo pero pasaron varios días y no lo veía.

Mamá llegó un día contándole a Abu sobre la desaparición de una mujer. 

---¿Quién se perdió Abu?--- pregunté curiosa.

----La luna de la manada--- su mirada estaba perdida en alguna parte del piso.

---Y..¿Qué es la luna de la manada?

---Emmm--- parpadeo varias veces ---. Nada, no es nada. Sólo una señora que se...em..llamaba luna se perdio.

---¿Encerio? ¿Como?

---No lo sé--- se encogió de hombros.

---Espero que la encuentren pronto.

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