IV. le désir

IV. le désir

Capítulo IV.

Le désir

Aquellas palabras, sin duda alguna me habían dejado sin respiración. Él es un hombre candente, por el cual entendía su puesto en las revistas como el rico/multimillonario más deseado.

—Usted está muy seguro de sus habilidades, señor O'Donel.

—Te sorprendería las miles de habilidades que tengo, en especial en la cama. —me dice, mientras me mira fijamente con deseo, yo no puedo evitar tocarme el cabello en un acto nervioso. Estaba tan nerviosa y me tiemblan las manos.

Él me mira y al verme tan nerviosa, por primera vez en lo que llevábamos sonrío mostrándome sus hermosos dientes blanquecinos.

—Y... ¿Cuándo me vas a decir la verdad?

—¿Sobre qué? —pregunto confundida.

Nathaniel sonríe de medio lado, estira su mano y segundos después entre una chica con ropa formal y le entrega una carpeta.

—Veamos... Nombre: Maeve Alexandra Daniell. Edad: 19

—¿M-Me investigaste? —tartamudeo nerviosa y muerta del susto.

—Por que mentiste con tu edad cuando te la preguntaron por mensaje de texto.

¿Preguntaron? ¿Acaso con el que hablaba por mensaje de texto no era él?

—No lo creí necesario, al igual lo que importa es que soy mayor de edad...

—Está bien... ¿habías tenido antes un sugar daddy?

—No.

—Okey, así que eres modelo... sé que te prometieron joyas, dinero, viajes y lo demás. Y eso será, tengo contactos con los mejores fotógrafos, agencias de modelaje y grandes marcas... te puedo abrir camino si quieres... Solo tendrías que firmar un contrato, soy un hombre de negocios, pero no puedes tener ningún tipo de novio, novia o algo parecido. ¿Aceptas?

Eso se sentía como estar haciendo un pacto con el diablo.

—Acepto.

—Perfecto, mi secretaria te contactará para hacerte análisis de sangre y ginecológico, te pondrán un método anticonceptivo...

«Método anticonceptivo... Eso significa que...»

Nathaniel se levanta de la silla, sin hacer ningún ruido para mi sorpresa, yo sin dudarlo lo imito comienzo a caminar hasta la entrada, pero mi intento de escape se ve interrumpido por la gran y fuerte mano de aquel hombre.

—No quiero ni una sola mentira, tienes que ser una buena niña para papi. ¿Vas a ser una buena niña? —me pregunta, muy cerca de mi oreja para después pasar a besarme en los alrededores de estas causándome escalofríos—, Responde. —dice esta vez con voz demandante.

—Si, voy a ser una buena niña.

—¿Para quién?

—Para papi, solo para papi.

Sin previo aviso aquel hombre me nalguea fuertemente lo que causa en mis llamas y que pegue un gran grito el cual espero que no sé allá escuchado fuera de este salón. Me doy vuelta quedando frente a Nathaniel, poso mis manos en su pecho... el cual se siente fornido y comienzo a subir hasta sus hombros cruzar mis manos detrás de su nuca y besarlo.

Sus labios son muy suaves.

Primeramente, él no mueve sus labios, pero después comienza una clase de guerra sobre quien marca el control, giro mi cabeza a un lado para evitar que nuestras narices choquen. Sin casi darme cuenta mi espalda choca contra la pared. Sus labios me besan, lamen, succionan mis labios. Su lengua se introduce en mi boca.

Él me hace lo que quiere, sin preguntarme. De sus labios se escapa un pequeño gemido, mi cuerpo se estremece..., Mis sentidos por un momento dejan de funcionar haciendo que mi mente se nuble, no puedo pensar en otra cosa que besarlo y tocarlo.

Sin casi evitarlo, mis manos se posan en su duro trasero. Lo aprieto y lo acerco hacia a mí, mientras Nathaniel sube uno de mis pies a su cintura haciendo subir mi vestido.

—Te ves tan sexi así... —murmura con un tono ronco Nathaniel, para pasar a besar mi cuello.

Si, si...

La barba de Nathaniel hace que me dé cosquillas en mi cuello.

Mis ojos se encontraban cerrados... creo que después de esto tendré una gran cantidad de chupones.

—Nathaniel...— gimo su nombre.

Y como si esa fuera la gota que derramo el vaso, Nathaniel me dice con una voz demandante, —Date la vuelta y apoya tus manos contra la pared.

Sin rechinar obedezco, inclino mi pelvis hacia atrás chocando contra Nathaniel, él está tan cerca de mí que siento su miembro debajo de su pantalón tan elegante. Muevo mi cintura de lado a lado y de arriba para bajo para darle placer. Perdida, de mi... poso sus manos en mi cintura casi llegando a mi trasero.

—Muñeca, vas a hacer que me corra dentro de mis pantalones. —susurra solo para mi Nathaniel, en mi cuello de hecho puedo sentir sus labios estirarse en una sonrisa contra mi piel, en este momento me sentía tan poderosa, al igual, yo no estaba libre de placer mi respiración es errática e inconsistente.

—Te deseo tanto, muñequita... ¿tú deseas a papi?

Asiento, dándome cuenta de que la voz no se me formula.

—No te escucho.

—Sí, sí, deseo que papi me haga suya.

Nuestros cuerpos están más calientes que nunca, nuestras pieles transpiran a pesar de que el aire acondicionado estaba encendido... Su olor hacía que me sintiera más caliente que nunca. 

----------

NOTA DE LA AUTORA: ¡MUCHACHAAAAAAAAAAAAAAAS QUE SE SUBIÓ LA TEMPERATURA!

LLAMEN A LOS BOMBEROS.

¿Sintieron esa tensión sexual entre Nath y Maeve?

Recuerden dejar su me gusta, voto y comentario para leerlos un ratitou.

Les mando un beso en esa frentesita y otro a donde quiera que les llegue.

L@s amo.

 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo