Capitulo 3. Preocupación.

Ya en su departamento Laura  miró su reloj dándose cuenta que eran las 4: am no podía creer que había trasnochado tanto, además no le dió tanta importancia a la invitación de Paul, así que se fue a su habitación.

Las horas habían pasado era cerca del medio día cuando su celular empezó a sonar. Ella aún seguía en cama, despertándose de golpe por el sonido de su móvil, la cabeza le dolía un poco seria por los margaritas que bebió. Tomó el teléfono, se dió cuenta que tenía 6 llamadas perdidas unas de Olga y otras de su mamá.  Recostandose nuevamente en la cama.  Cuando de pronto escuchó el timbre de la puerta. Ella no tenía ganas de levantarse. Timbraron tres veces y luego su celular sonó.

Dándose cuenta que era Olga al teléfono y contestó.

— Déjame adivinar. ¿Eres tú la que estás en la puerta? — aún hablaba con voz somnolienta.

Olga reía y respondió.

— Déjame entrar. ¿ O acaso hubo diversión en la madrugada. — reía pícaramente..

— No debería dejarte pasar por tu imprudencia. ¿Qué no te han enseñado a respetar el sueño de los demás.? —

— Sí, pero te traje un bocado me imaginé que después de unas copitas de más, pues hay que recargar fuerzas, abre te traje ceviche.— reía.

Laura se levantó y abrió la puerta y preguntó:

— ¿Trajiste de camarón verdad? —

—Ovbio, sé que te encanta.— Laura se desperezó y se dirigió al baño mientras Olga tendía la mesa para almorzar ya en la mesa mientras degustaban del buen ceviche Olga pregunto.

— ¿Creo que a pesar de la trasnochada dormiste bien?—

— Sí, la verdad no me siento con resaca— seguía comiendo. Olga sonrió y comentó.

— Pues creo que no fueron muchos margaritas para tu primer salida después de mucho tiempo.

— No, solo  fueron unos cuatro y me sentí muy bien.—

 —Sí, así me di cuenta, muy bien te sentías que saliste de la disco con Paúl. ¿Y en qué terminaron o en dónde, si puedo saber?.—Sonrió.

Laura la miró y le dijo:

— Te pasas con tu comentario, me trajo a casa, en el camino hablamos de su trabajo de su llegada aquí a la ciudad de ciertos planes que tiene en mente cosas normales se podría decir.—

— ¿Eso fue todo? — preguntó Olga un poco sorprendida.

— ¿Qué más querías?—

— Me sorprende que Paúl no te haya dicho o hecho nada más., Con las ganas que te tenía desde siempre.—

Laura se sonrojó y pronunció: — Me invitó a cenar.—

 —Ah, entiendo, ahí cómo que estamos hablando de otra manera.—

Laura la miró y refutó.

— No empieces Olga, no estoy para esas cosas tú lo sabes.

— Lo que yo sé es que tú ya debes mirar otras posibilidades, ya el luto de aquel personaje cómo que ya estuvo suficiente.—

— Por cierto hablando del personaje— Comentó Laura.  —Anoche saludé con la fastidiosa de Cristina esa mujer no cambia sigue siendo la misma sangrona de siempre.—

—¿Qué te dijo la bichita esa?—

— Pues trató de arruinarme la noche con sus comentarios tontos.—

— ¿Tú no te habrás quedado callada verdad?—

— No, trate de defenderme incomodandola también aunque casi se sale con las suyas.—

—¿Cómo así?—

— Fíjate que me comentó que había visto a Alejandro en el mismo vuelo, eso quiere decir que está aquí. ¿Tú sabías algo?—

Olga respiró profundo y respondió.

— Sí, pero no te enojes conmigo —

— ¿Por qué no me lo habías dicho, si vez cómo eres.?—

—Te lo iba a decir hoy, no pensé que la firulais de Cristina lo había visto, si no te lo dije anoche fue porque conociéndote cómo eres eras capaz de cancelar la salida y no te hubieras divertido como a la final lo hiciste.—

— ¿Fiorela lo sabía? —

— Sí, se lo comenté ayer temprano y quedamos que no te lo diríamos hasta hoy.

— No pues que lindas amigas tengo, me llevaron  justo al matadero. ¿Y si anoche me lo hubiera encontrado? — Laura estaba un poco molesta..

— ¡Ay no Laura! baja el tono que no estás con tus alumnos, sé que no estuvo bien, pero como te dije, si te lo hubiéramos contado ayer, tú no ibas y no digas que si, porque eso ni tú te lo crees.—

— ¿Y cómo te enteraste? — Preguntó Laura.

— Pues mi primo Gilberto lo vió la noche que llegó, ya que estuvo en la inauguración del nuevo restaurante—

— ¿Cuál?—

— El Costa Azul, tu sabes que él tiene algunas propiedades acá y pues ese restaurante es la novedad ahora.—

Laura se quedó pensando.

Olga la notó un tanto extraña y le preguntó:

— ¿Qué te sucede? —

Laura reacciona y dice:

— No voy a salir con Paúl. —

— ¿ Y eso por qué, qué tiene que ver con Alejandro? —

— Paúl me invitó a cenar está noche. ¿ Y si se le ocurre llevarme allá?   Lo que menos quiero es encontrarme con Alejandro.—

— Pero sería genial que te vea con alguien, así se daría cuenta que tu también estás bien y que lo has superado.—

— Él va a pensar que yo voy  por verlo y no es asi. Lo que menos quiero es que piense eso. —

— Oye, pero nos estamos suponiendo cosas que tal vez no pasaran, de pronto Paúl te lleve a otro lugar, aqui en la ciudad hay muchos lugares, el Costa Azul no es el único lugar donde puedes pasarla bien.—

— Puede ser, pero mejor me quedo así, ya   está decidido no saldré —

Y justo en ese momento sonó el celular. Olga miró el teléfono y supuso que era Paúl y pronunció:

— Demasiado tarde porque  ya te llamó—

Laura miró a Olga y le dijo:

— Dile que estoy enferma que estoy dormida, no sé invéntate algo.—

— ¡Ay Laura! — Exclamó Olga un poco molesta.

— Deja de comportarte como una chiquilla ya eres una mujer de 30 años—

— treinta y dos, para ser exactos — habló Laura un tanto prejuiciosa.

—Por lo mismo.— Refutó Olga.

Laura dejó que el teléfono timbrara, una vez, luego otra vez.

Hasta que la tercera vez contestó Olga.

— Buenas tardes —

—¿Laura?— Preguntó Paúl.

— No, soy Olga.—

— Hola Olga que tal. ¿Está Laura?—

— Sí, pero en este momento no te va ha poder responder se está duchando.—

— Está bien, entonces volveré a llamarla en un rato.—

— Yo le digo que la llamaste.—

— Gracias.—

Fin de la llamada.

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