CAPÍTULO 4

Un nuevo día había llegado, pero Amara estaba ardiendo de fiebre, María había ido a tempranas horas a ver cómo había amanecido, pero la encontró con la cara pálida y ardiendo de fiebre, la anciana se había movido rápidamente y le había prestado la atención necesaria para bajarle la fiebre.

Nana ¿Qué estás haciendo? Preguntó Alexander

La niña amaneció enferma y es por tu culpa- La mujer le estaba reprochando claramente a Alexander.

Es tan inútil, no aguanta absolutamente nada - Respondio Alexander.

Entonces mi niño ve a pasar tu la noche en tu maravillosa creación, mañana te preguntaré que tal la pasaste.

Nana, tampoco te pases.

Solo digo la verdad, me voy a prepararte el desayuno - Ni bien María salió, Amara abrió sus ojos lentamente sus párpados se sentían pesados, pero rápidamente identificó al hombre trajeado que tenía delante.

Abre tus ojos, pareces un pavo, los pavos se enferman a cada rato - Alexander era el mismo demonio que no tenía consideraciones con nadie - Esperó que hayas aprendido la lección y que sepas cuál es tu lugar ante mi - luego de pronunciar aquellas palabras Alexander salió de la habitación.

Tengo que escapar de este infierno, lo tengo que lograr- Susurró Amara mientras una lagrima resbalaba por sus mejillas.

Unos minutos después decidió que era mejor levantarse, no había nada mejor que sentarse en la cama de aquella enorme habitación, hasta que escuchó que la puerta volvió a ser abierta.

Soy la nana del niño Alex - María estaba parada con una bandeja en la puerta.

Soy Amara - Respondió la mujer, además de eso no sabía que podría decir.

En ese preciso momento un Ferrari se había estacionado delante de la enorme mansión del vehículo descendió David Müller el médico más importante de toda Italia, además de ser el Segundo Mafioso más peligroso del país, alguien que sabía muy bien cómo camuflarse.

Alexander se encontraba revisando algunos documentos cuándo las puertas del despachó fueron abiertas - Si no vengo tu ni enterado estas de que tienes a tu mejor amigo muy olvidado - Dijo el apuesto hombre llevándose las manos en el pecho.

Definitivamente este maravilloso día debía tener algún defecto - Expresó Alexander levantándose de su asiento y con un fuerte abrazo recibió a su mejor amigo.

¿Cómo ha estado el viaje a los Estados Unidos? Preguntó David tomando asiento.

Definitivamente bien, ahora a recuperar el tiempo perdido - Expresó Alexander aunque tenía la sonrisa triste.

Alexander cómo médico te recomiendo que la sueltes, ella ya está en un mundo mejor.

No me pidas eso, David, no, cuándo estoy a unos días de vengar su muerte - Alexander se levantó y sacó algo de su caja fuerte, segundos después le extendió un sobre a David.

Unión Matrimonial- Alexander Santoro Ambrosetti & Amara Camila Mendoza.

Alexander, contexto por favor - aunque el médico ya tenía una vaga sospecha.

Tú aparte de mi nana son las únicas personas  que saben lo ocurrido con Julia o bueno lo sucedido con exactitud.

Alex ¿ella es la hija de Blas Mendoza?

Por supuesto David, ella es la hija menor de Blas, la mujer que debía de hacer sido secuestrada aquella fatídica noche en la que Julia fue secuestrada.

Ella no tiene la culpa, Alexander.

Si tiene la culpa, las ordenes que se reproducían en aquel DVD fueron bastante claras - La hija menor de Blas Mendoza debe desaparecer, ustedes ya saben quién es, la rubia de ojos verdes.

<span;>¿Te acuerdas David? La voz de Alexander tenía un poco de ira.

Julia también es rubia de ojos verdes - Atacó el médico - estaba en el lugar y momento equivocado nada más, pero tú sabes lo que estás haciendo solamente esperó que no te equivoques.

Cuándo cobré mi venganza podré morir en paz, y Amara tendrá un desenlace peor que la de mi amada - El Mafioso tenía bastante clara cuál era su plan.

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