Se Cierne la Desgracia

Zachary termino de ordenar el almacén de la pastelería donde trabajaba.

Les acababa de llegar los costales de harina, azucar, leche y todos los productos necesarios para la elaboración de los pasteles, por lo que, esa tarde fue necesario que se quedara un poco más para ayudar a sus compañeros a guardar todos los productos en los anaqueles.

Ya se habían hecho las diez de la noche para cuando miro el reloj que llevaba siempre en su mano izquierda. Ya no le daba chance de llegar a su clase de música, la cual comenzaba a las nueves de la noche.

Suspiro. Se sentía tan cansado, ese día.

Cerró el almacén con llave y la colgó en la percha empotrada en la pared destinada para ello. Se despidió del pastelero y salió hacía las oscuras y frías calles de Londres con intención de volver a casa.

Esa noche, le mandaría un mensaje a Eli pidiéndole disculpas por no ir a verla pero, se sentía tan cansada que lo único que deseaba, era llegar a casa pronto y echarse a dormir.

Camino despacio, sin ninguna prisa. Incluso, a esa hora, la ciudad se encontraba en pleno apogeo. Los carros y las personas transitaban de un lado a otro. Habían algunas parejas paseando, yendo a cenar; parejas enteras en una noche familiar; grupo de amigos riendo y divirtiéndose.

Todo transcurría en absoluta calma y normalidad.

Y sino hubiera sido por el cansancio tan grande que su cuerpo estaba presentando en ese momento, habría aprovechado que era viernes y que no había asistido a sus clases de música para invitar a Eli al cine esa noche y pasarla en su compañía.

Pero esa noche, extrañamente, su cuerpo parecía reclamarle un descanso que, al parecer hacía mucho que no le daba adecuadamente.

Así que, mientras caminaba de regreso a su casa, escribio un mensaje de texto para su novia explicandole que esa noche no podría ir a verla, que se sentía algo agotado y solo quería descansar un poco; se disculpo con ella y le prometió ir a verla por la mañana, aprovechando que era sabado y estaban de vacaciones en el colegio y no tenía nada que hacer.

Llego a su casa unos treinta minutos después.

Gabe estaba en la sala principal, viendo una película de terror, cuando ingreso.

- Has llegado pronto. - le dijo su hermano apartando la mirada de la televisión durante unos instantes.

Este era unos dos años menor que él. Pero a pesar de ello, eran tan buenos amigos. Inclusive, Gabe pertenecía a su circulo de mejores amigos.

Siempre se la pasaban Leo, Harry, Gabe y él. Y de vez en cuandoo Jonathan, un compañero de colegio de Harry, se les unía en sus salidas y aventuras.

Sin embargo, era con Harry, con quien más se compenetraba. Pues, al igual que él, este tenía novia: Nicole. Y podía entender muy bien, que les restará tiempo a ellos para pasarla con su novia.

- Me siento algo agotado. - dijo a modo de explicación.

- ¡Uh! - exclamó su hermano - Es una pena porque teníamos pensado ir a la discoteca esta noche y pasarla bien.

Zachary negó con la cabeza y luego la reclino sobre el reposa brazos.

- Otra noche será. No tengo ánimo para salir esta noche.

- ¿Estás seguro?

- Tan seguro como que mi cuerpo me pide urgentemente un descanso.

- Quue lastima, pensabamos ir a la discoteca a divertirnos.

- En serio Gabe. Hoy no es un buen día para salir, no me siento con ánimos parra hacerlo.

Su hermano se encogió de hombros, restándole importancia y volvió a centrarse en su película.

- Vale. Pero si te animas, nos das una llamada.

Ambos guardaron silencio y Zachary miro por un instante la pantalla de la televisión. U grupo de zombies, estaban comiéndose a una mujer, quien trataba desesperadamente huir de ellos. 

Sintió como su estómago se revolvía ante el asco que la escena le causó.

Se levantó del sillón y comenzó a andar hacía su habitación. ¿Cómo demonios podía Gabe ver algo tan asqueroso?

Se acostó sobre su cama y miro el blanco techo que tenía ante si.

Sentía como el ambiente se tensaba a su alrededor y no sabía si eso era producto de su imaginación o en verdad algo no estaba bien 

Pero decidió no tomarle la importancia debida. Después de todo, estaría en su casa. ¿Qué podía pasarle allí? Se suponía que su casa era un lugar seguro y que no existía un mejor lugar para él donde estar.

***

- Voy a tener que decirle seriamente a Zach que se agote un poco más. - bromeo su amiga.

Y Eli se sonrojo de la vergüenza. Así que, tomo su taza de chocolate y se la llevó a la boca para ocultarlo.

Y es que, desde que ella comenzó a salir con Zachary, había dejado de frecuentar y salir con su amiga como antes, puesto que él, se habla vuelto su prioridad y lo más importante para ella.

Eli, solo quería pasar tiempo a su lado y que juntos forjarán ese futuro que ambos deseaban: crecer, tener carrera profesional, casarse, formar un hogar con hijos, y ser felices para siempre, como era el deseo de todas las parejas de novios que se amaban.

Esa era la razón por la cual, ya no dedicaba tanto tiempo a sus amigos. Pero esperaba que ellos lo comprendieran.

Su amiga, que bien que la conocía, sabía perfectamente que, de haber estado Zach disponible, ella no habría salido con ella sino con él. Pero si novio, no se sentía con ánimo para salir a mi gun lado esa noche y a Eli no le había quedado más elección que aceptarlo.

- Sabes que bromeo, ¿No? - le dijo Natasha mirándola directamente a los ojos.

Estaban sentadas la una frente a la otra en un pequeño restaurante, a donde habían decidido ir a comer algo.

- Sin embargo, he de admitir que, si me gustaría que nos viéramos un poco más seguido.

- Perdón. - se disculpó ella - La verdad también me gustaría.

- Extraño cuando nos veíamos fuera del colegio. - le confesó Natasha jugando con la tasa de su chocolate.

Sus palabras le llegaron a lo más hondo del corazón.

Realmente ella también la extrañaba muchísimo. Extrañaba aquellas salidas al cine, a pasear, a comer un helado, para simplemente conversar y compartir. Pero ambas, estaban creciendo, y por lo tanto, sus metas y prioridades, al igual que sus circunstancias, ya no eran las mismas de antes.

- Tampoco es como sino nos viéramos. Vamos juntas en el Cole. - dijo excusándose.

Y Natasha entrecerro los ojos.

- Creí que Zachary también iba al Cole con nosotras. Y eso no impide que le dediques tiempo fuera de este. - le reprochó su amiga.

Y Eli sintió una punzada de culpabilidad por ello, porque sabía que su amiga tenía razón.

- Golpe bajo señorita. Bien sabes que Zach y yo, estamos saliendo. Somos novios. Es lógico que salgamos y compartamos fuera del Cole.

- No digo que no. - le dijo esta - Solo que, toda tu vida se centra en Zach. ¿Te has dado cuenta de ello? ¿Qué pasará si un día simplemente, él ya no está contigo?

Aquella pregunta fue como un puñal directo al corazón pues, reflejaba su más grande miedo en la vida: perder a Zach.

- Eso no pasará. - dijo sintiéndose triste y al borde del llanto.

Por alguna razón, esas últimas semanas, había estado pensando en ello. Sin embargo, Zach y ella se prometieron el día de su aniversario que siempre estarían juntos. Y ella, creía en su promesa pero sobre todo en su amor.

- Zach y yo siempre estaremos juntos.

- Eso no puedes saberlo.

- Por supuesto que sí. - enfatizó ella molesta.

Y Natasha hizo una mueca con su boca.

- Pues, en verdad espero que así sea, porque mucho me temo que sufrirás mucho si por alguna razón, Zachary y tú, terminan separados.

***

Zachary estaba completamente dormido cuando su teléfono comenzó a sonar insistentemente.

En un principio, se dia media vuelta en la cama y se tapo la cabeza con una de sus almohadas. Pero luego, despues de tanto sonar, tanteo con sus manos hasta que por fin lo encontro y contesto.

- ¿Aló?

- Schlüter. - dijo la voz de Julián al otro lado del teléfono.

Y eso, hizo que se sentara de golpe sobre la cama.

Conocía perfectamente la voz del chico. Y no precisamente porque fueran amigos, sino todo lo contrario.

Ellos jamás podrían ser amigos porque ambos, estaban enamorados de Eli. Y Julián, no sabía aceptar que ella no sentía nada por él.

Si constante insistencia en ligar con su chica, lo irritaba sobremanera. A la misma Eli le sucedía. Y eso, ocasionó que en muchas ocasiones, ellos se fueran a discusiones e incluso los golpes.

Así que, no podía entender que hacía él llamándolo. Es más, ¿Cómo era que tenía su número?

- ¿Qué quieres? - pregunto furioso.

Y al otro lado del teléfono, se le escucho reír a Julián.

- ¿Qué sucede Schlüter? ¿No soportas que te llame?

- Al grano Julián. Bien sabes que tú y yo no somos amigos y si me estás llamando no ha de ser para nada bueno.

- Vale, vale. - dijo este sin parar de reír - Me imaginé que te gustaría mucho saber que tu querida Eli, está en el Hard Rock Café y muy bien acompañada.

Zachary frunció el ceño aunque esté no podía verlo a través del teléfono.

No entendía. ¿Eli había salido esa noche? ¿Con quién? ¿Y con qué intención le decía él algo así? ¿Para que se peleará con Eli? Porque, no creía que le dijera algo así como un simple favor.

- Conmigo. - respondió este aunque Zachary no pregunto - Estamos comiéndonos unas ricas hamburguesas. Espero que no te moleste.

Está vez, fue Zach quien rio.

Aquella sin duda era la mentir amas grande que Julián se podía inventar. Eli jamás saldría con él.

- ¿Has llamado solo para eso? ¿Para decirme mentiras?

- Te equivocas. No te estoy mintiendo.

- Que crédulo eres si esperas que te crea algo como eso. Conozco a Eli perfectamente y se, que ella no saldría con alguien como tú.

- ¿Estás seguro?

- Claro que si.

- Bueno, sigue creyendo en eso. Mientras, yo voy a ir a disfrutar de la agradable y dulce compañía de mi Eliana. - se burló este.

Y Zachary se sintió molesto por la expresión que había usado al decir "Mi Eliana". Pero, ¿Qué se creía ese imbécil? Eliana no era mi sería suya nunca. Porque ella estaba con él.

- ¿Por qué demonios no eres sincero y me dices que es lo que quieres de una vez? Con mentiras no harás que dude de Eli.

- ¿Y por qué no vienes y lo compruebas por ti mismo?

¿Ir? Se burló internamente de la sugerencia.

Ir implicaba que él dudaba de Eli y eso no era así.

- Sirve que compruebas que lo que te digo es cierto. Y si no, entonces, me pones en mi lugar por estar inventando cosas de tu novia. ¿Te parece?

Tras escuchar su propuesta, aguardo unos minutos en silencio.

No quería ir a ningún lado y menos a perder su tiempo con ese idiota.

- Es más, hagámoslo más interesante todavía. Si vienes, y resulta que yo miento, entonces, te juro y te doy mi palabra de hombre que no volveré a molestar a tu novia jamás.

Y aquello si que resultó una oferta tentadora.

- ¿Como saber que cumplirás con ello?

- Porque soy un hombre. - dijo este y colgó riendo.

Zack no quería dejarse llevar por sus provocaciones pero, la verdad era que, lo tentaba la sola idea de que ese odioso de Julián, se alejara definitivamente de su novia. Y por alguna estúpida razón, esperaba que, a pesar de lo obsesionado que este estaba con Eli, por lo menos tuviera la suficiente palabra como para dejarla en paz como prometió una vez que comprobara que no estaban juntos porque, estaba seguro de que, no lo estaban.

Se levantó del todo y se alisto rápidamente para ir.

Salió de su casa. Pero no había avanzado la mitad del trayecto cuando se encontró a Julián en el camino.

Lo miro frunciendo el ceño. ¿De que trataba todo eso?

- Te propongo un trato. - dijo este sin darle tiempo a decir nada si quiere.

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